El
comentario de Ángel Arranz
Con la palabra fondo pasa como con
el significado de otras palabras, tienen varias o muchas acepciones. Ayer
escribí en telegrama, del fondo en toros, toreros y toreos. Hoy, en
telegrama, quiero hacerlo con otras dos de dichas acepciones: una
“politicastra” y otra taurina.
Escribir, opinar en voz alta de
los bajos fondos del oscuro y ¿dictatorial? fondo monetario internacional
–todavía es el amo del coto y cotarro material y global-, de sus fondos de
reptiles y de sus fondos interesados o desinteresados en primas de riesgo… lo
deben hacer honestos, imparciales, y sobre todo, valientes expertos. Hay que
denunciar y condenar los privilegios, beneficios y despilfarros de las élites
sin fondos beneficiosos y cuidadosos. Los demás no pasamos de intuir
pronósticos más o menos correctos o incorrectos.
El caso es que los caudales
económicos –también en Tauromaquia- que se juegan y reparten en común no
pueden ser más disparatados en lo que a esfuerzos, mérito y equidades se
refieren.
Si me considero capacitado para
opinar de la hondura y resistencia –acepciones de fondo- en el melodrama del
ruedo.
La hondura del arte de torear,
en circunstancias favorables y lógicas, es: hacerlo, decirlo e interpretarlo
de arriba hacia abajo y de fuera hacia dentro… con naturalidad, maestría y
sentimiento. Ese canon de lidiador inteligente y completo es válido para casi
todos los toros. Poco o nada que ver con los retorcimientos, desconocimientos
y aspavientos al uso y abuso.
Repito lo de hace unos días: no
hay que confundir la profundidad con la longitud en verónicas, naturales,
adornos o pases de pecho. Hondura, si la tuvieren, también es la esencia o
fondo de las cantidades; es decir, la calidad.
Pegar pases no es torear con
los pasos, pases, poses y posos necesarios, concretos, exactos y nítidos. Ni
de cerca ni de lejos presenciamos esa preciosidad con frecuencia, pero hay
que intentarlo para mantener el interés y respeto por el único arte vivo que
hay. Lo demás, es retórica, imitación o tedio… como el modernísimo
bipartidismo político.
Y la verdadera resistencia para
ser o no ser, se ha de practicar cuando hay posibilidades de superar valores
y miedos, sentidos y sinsentidos del ridículo, ánimos y desánimos, ir a más o
mantenerse, etc. La responsabilidad desgasta mucho.
La resistencia en los toreros
es física y psíquica… sin olvidar que las preparaciones y condiciones para el
arte de torear son más intelectuales que gimnásticas. Las honduras y
resistencias han de ser sinceras y naturales, no valen las calculadas y
artificiales. Se notan unas y otras.
Ayer el “espectáculo” en Las
Ventas tuvo algo de internacional o global… cuatro toros portugueses, dos
españoles y un torero colombiano. Lo grave es que los seis toros fueron
descastados, desbravados… entre lo malo y lo menos malo… pero malos al fin y
al cabo. Los toreros y los toreos son derivados de los toros… sólo vimos las
buenas maneras sin continuidad de Paulita,
la tranquila voluntad de Morenito de
Aranda, la precipitada y verde
colocación de Ritter. Insuficiente para dar el visto bueno y la credibilidad
a lo local y a lo global. La contaminación de la nebulosa mediocridad está en
auge.
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El arte de torear
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