El
comentario de Ángel Arranz
Compás
El toreo también es un compás de compases. Es
geometría de alta precisión. Eje, radio, diámetro, verticales, horizontales,
semicírculos, círculos, líneas, distancias, colocación, ajuste, cálculo,
unidad, pulso, tacto, equilibrio, armonía…en un “juego” de vida y muerte.
No, no me olvido del compás que forman pies y
manos con más o menos grados. Se torea a pies juntos; con el compás abierto a
la medida; “espatarrado” con el compás forzado, amanerado o afectado; se
torea de frente; de perfil; se destorea con la pierna contraria escondida, es
decir, descargada o descargando la
suerte porque dicha pierna está o estará por detrás de la que está más cerca
del toro en los instantes del embroque. Casi todos esos matices sirven para
el compás y pulso de las manos.
Por supuesto, el concepto compás abarca la
brújula que mide el ritmo, la cadencia, el temple, el aire y la aureola del
arte de torear.
Es un tratado tan difícil como efímero, casi más
veloz que la capacidad retentiva de la retina, pero es un tratado de
tecnología punta al fin y al cabo. No, no son pedantes ni ridículas estas
reflexiones. Que se lo pregunten a los eruditos de la física, la química y
las matemáticas al analizar las verónicas majestuosas de Paula, los naturales
magistrales de Camino, las trincheras exactas de Antoñete.
Es verdad que son demasiadas las tardes
rutinarias o miméticas de toros, toreros y toreos, pero no es menos cierto,
que tal cual pasa con la temática novelística
o cinematográfica, o con inercias deportivas, musicales, etc. etc. Por una
obra original o genial, novecientas noventa y nueve del si pero no. Es
necesario este clarificador contraste para demostrar que La Tauromaquia no
está ni peor ni mejor que otras disciplinas más o menos masivas. Ocurre, que
en ninguna de ellas, o casi, se mira con los meticulosos prismáticos que ven
los compases del albero. El toreo es una relación entre dos sujetos: persona
y animal. Lo otro son relaciones de personas con personas, con
imaginaciones o con objetos, donde los
espectadores son más tolerantes o ligeros a la hora de calibrar.
No se si la corrida es el ritual más culto del
mundo como dijo Lorca. Lo que si sé, es que es el más meritorio de los que
han existido y existen cuando es auténtico y excelso –nada de pegapasismo
ventajista al toro tontiblando- al compás de freno o frenesí.
Sí, el toreo como la calentura y la pasión
erótica-amorosa, es cosa de dos.
Y ayer los toros originarios de Atanasio-Lisardo
(Puerto de San Lorenzo actuales) apenas tuvieron compás, ritmo y cariño. En
la primera parte de la lidia, suelen ir a su aire como los pájaros –es
abanto, decimos los taurinos- de vuelos ácratas. Sus verdaderas intenciones
se palpan después de la suerte de varas. El tercero se decantó por lo
boyante, los tres últimos por lo maligno, y los otros dos tampoco fueron para
hacernos toristas.
El Cid es un lidiador “macho” y zurdo que luce
con torazos bravos y zocatos. Con los toretes al uso, no es el torerazo que
abrió triunfalmente dos veces la Puerta Grande… y cinco o seis veces, la tizona, se la cerró.
Luque, al que en alguna tertulia le llamé Duque
por su aristócrata torería, en el toro boyante alternó el toreo eterno y el
toreo moderno. Tuvo momentos que su capote, su muleta, su ritmo y su compás recrearon el toreo de siempre y para siempre, lo
premiamos con una oreja. Sigo creyendo que a sus 23 años –con menos prisas y
más pausas- es el torero joven con más posibilidades de cumplir los sueños.
Thomás Dufau, no parece el nombre y apellido más
apropiados para los carteles taurinos, pero ayer, dejó una grata impresión
–con toros inapropiados- por su tranquilidad, conocimiento y buenas maneras
ante las caras de los toros. Aprobado alto en su confirmación de alternativa
y buena aportación para seguir creyendo en toreros franceses. No practicó el
pegapasismo. Eso tiene mérito y expectativa para romances y objetivos de
altura.
Mocita, no te líes ni te cases
Con un coleta pegapases
Torear es acariciar y sentir
Es lo contrario de agredir
Pegar pasos y pases sin compases
No se debe consentir
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