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martes, 17 de junio de 2014

Cierre, con cambio de cartel, del XIII Aula de Tauromaquia

Mañana se cierra el XIII Aula de Tauromaquia 
de la Universidad CEU San Pablo

Mañana, miércoles 18 de junio, a las 19.30 horas, se cerrará el XIII Aula de Tauromaquia de la Universidad CEU San Pablo, con una modificación sustancial e importante en el cartel anunciado.
Estaba prevista la participación en la misma del Subsecretario de Educación, Cultura y Deporte, don Fernando Benzo Sáinz, que hablaría acerca del alcance, logros y objetivos del Plan Estratégico sobre Tauromaquia, elaborado por el Ministerio de Educación y Cultura, y del que ya se trató en esta misma Aula en unas Jornadas que se desarrollaron previamente en colaboración con la Unión de Abonados de España. Desgraciadamente desde su Gabinete han propuesto cambio de fechas, por la posible falta de asistencia de público, dado que se trata del día que precede al puente en Madrid y juega la selección española de fútbol -"la roja" para Mediaset- y por ello se ha presentado el oportuno "parte facultativo", aplazando el compromiso. Así podrá, además, aportar más datos sobre el desarrollo del PENTAURO, ya que la Comisión Nacional tiene que reunirse en unas fechas.
En la  última sesión de este XIII Aula, por tanto, habrá cambio en el cartel y se presentará en esta plaza el libro que acaba de ser publicado, de don Ángel Arranz Izquierdo y un servidor acerca de la temorada madrileña de 2013. Junto a ello, podremos profundizar en el análisis de lo que ha supuesto este San Isidro 2014, en relación al precedente.


La obra recoge, a lo largo de sus 206 páginas, las crónicas y opiniones vertidas a lo largo de toda la temporada sobre los festejos más relevantes de ambas ferias madrileñas, la de San Isidro y sus prolongaciones naturales, y la de Otoño. 
El libro se venderá a precio módico (de coste), y todos los que lo adquieran serán obsequiados con otro libro diferente -entre dos o tres títulos- para ir enriqueciendo su biblioteca.
La cita, recordamos, será en el Aula Magna de la Facultad de Derecho, a las 19.30 horas, con tiempo para que, el que guste, pueda disfrutar y regalarse con el juego futbolístico de la antaño selección española, hoy "la roja" para Mediaset.

jueves, 12 de junio de 2014

Críticas

Por Ángel Arranz Izquierdo

No son lo mismo las críticas con criterio que las críticas sin magisterio. No son lo mismo las críticas objetivas que criticar por criticar o alabar por alabar. No son lo mismo las críticas triunfalistas que las críticas realistas o las críticas derrotistas… se construye mucho más con críticas rigurosas que con palmaditas en los hombros.
Hay críticas “positivas” que pueden ser destructivas, y hay críticas “negativas” que pueden ser constructivas. Las críticas, dependen de quienes las expongan tienen más o menos credibilidad. La credibilidad, a medio y largo plazo, las da la calidad y la claridad de la  verdad al margen de críticas que en el momento de hacerlas tengan audiencias “millonarias…o casi caninas”.
Está claro que critica, criterio y criticar tienen el mismo tronco griego con ramificaciones muy similares… familiares para ser exactos. Crítica en síntesis es: juzgar; criterio en compendio es opinar; criticar en resumen es examinar. Volvemos a la referencia que yo mismo hacía a la Santísima Trinidad en los primeros comentarios de mi espacio: pasos, pases y poses.
Aunque la crítica taurina es relativamente fácil, en muchas ocasiones resulta difícil… porque ganaderos y toreros los suelen ver de distinta forma y fondo. Los críticos, los espectadores que pasan por taquilla, los curiosos y los recién llegados también… y luego están las versiones de unos y otros.
La Tauromaquia, el arte de torear, además de ser ocio tiene un alto componente de negocio, y es ahí donde los intereses de todas y cada una de las partes juegan equívocas pasadas. Y más cuando se intenta o se consigue cambiar publicidad por realidad… o al revés. Por otra parte está la pasión… ese sentimiento que abre o cierra los ojos.

Curro, Camino y Puerta, junto con el mayoral de Bénitez Cubero, a hombros en 1967. Hubo una vuelta al ruedo al segundo toro de la tarde.
Los que tenemos la suerte de no vivir del medio y no ocupamos foros “importantes” somos muy minoritarios en audiencias, pero nos permitimos el “lujo” de contar y cantar lo que vemos… con sus errores y sus aciertos… siempre desde la perspectiva de la experiencia y la imparcialidad. No, no somos sospechosos de malformación o contaminación. Al pan… pan aunque sea duro, y al vino… vino aunque sea peleón.
El origen del fervor a los héroes y mitos populares –poco o nada que ver con las “élites populares”-, lo es, porque los hacen, los cultivan y los alimentan los pueblos.
El fervor a héroes y mitos es porque son del pueblo y forman parte de la idiosincrasia colectiva. A veces coincide, y a veces no coincide la difusión “programada” con los gustos y disgustos de los pueblos. Por eso pasa lo que pasa entre las propagandas que hacen con las cosas las  falsas “elites”, y las lecturas que de esas cosas hacen los pueblos.
Ya sé que hay pueblos para todo, pero hay necesidades con un denominador común y mayoritario en todos los pueblos del mundo, por mucho que dividan, digan o contra digan las cotorras y loros adiestrados de un sistema de sistemas dramáticamente fracasado.
La verdad, muy aproximada, o definitiva, de la crítica, del criterio y de criticar es la tranquilidad o intranquilidad que te susurra la conciencia a los que tenemos la “osadía” de juzgar, opinar y examinar. Por supuesto las críticas mías, y creo que las de Rafael, son a partir del respeto a la contradicción pasional que hay en todos los continentes y contenidos del arte de torear. En eso queremos estar… y porque hay que dar réplica a críticas partidistas, quizá sobornables, o de usar y tirar.
Antes de empezar la Feria de San Isidro 2.014, los críticos oficiales la calificaron -¿hay excepciones?- como la mejor y la más larga de la historia. Mentira han agrupado ferias y verbenas en una sola y la suma total –novillada arriba o abajo- es similar a los San Isidros anteriores más recientes.
¿Cómo se puede decir que una feria es la mejor sin haberse celebrado?... ¿porqué estaban “todas” las figuras aunque alguna hiciese el paseíllo una sola tarde?
Hay que ser muy osado –en las peores acepciones de la palabra-, muy domesticado, o muy indocumentado para largar dichos sin hechos.
Con y desde esos cuentos y cuentas empezó la que ha resultado ser una mediocre feria de muestras del mundillo taurino y del arte de torear.

Ruiz Miguel,  Esplá y Palomar a hombros,  junto con Victorino,  en 1982. Hubo una vuelta al ruedo al cuarto dela tarde.
Mediocre porque el balance final es de cuatro salidas a hombros –resumo solo las corridas de toros- una de ellas triunfal, las otras tres más triunfalistas que realistas… me viene a la memoria la corrida de Victorino en la que salió a hombros por la Puerta Grande acompañado de Ruiz Miguel, Esplá y Palomar. Y hubo cortes de orejas en la misma proporción, como he dicho estos días: “hay más orejas de verbenas que de las unas”. Las Ventas tiene que tomar su primacía porque si permite frivolidades:¿qué pasará en el resto de plazas?
No nos engañemos, para que haya una limpia y larga mejoría en los resultados  artísticos tienen que pasar un par de lustros, eso haciendo las cosas bien… dejándolas como están, la continuidad de más de lo mismo o peor está asegurada.
Una salida a hombros triunfal por la Puerta Grande y contados exitillos no justifican la programación y consolidación de veinticuatro corridas de toros donde también hemos visto: una corrida de once toros por la incapacidad de los seis titulares; tres toreros a la enfermería en el segundo toro con la correspondiente suspensión del festejo; la decepción de toros, toreros y toreos en carteles “estrellas”… estrellados; las carencias y equivocaciones de recursos y repertorios en las lidias de demasiados toros… con medios toros hay medios toreros y medios toreos; ha habido más indiferencias que aplausos y más silencios que ovaciones, más voluntad que aciertos; ha habido más toros vulgares o raros que bravos y ha habido mala suerte en toreros y… toros.

Programa de la llamada corrida del siglo (Colección personal)
Sí, la valoración final es casi de “ni fu ni fa”, en parte, por combinaciones descompensadas en muchos carteles.
No hay que ser un genio para pronosticar que poco más o menos así ocurrirá los más próximos San Isidros… ”porque lo que no puede ser no puede ser y además es imposible”
Es una quimera pensar que se puede mejorar en el inmediato futuro con los parámetros actuales de pesar y medir las posibilidades reales en el arte de torear… y en cualquier otro arte, ciencia, oficio, invento y evento. Parámetros viciados, agotados o viciosos de falsos o trucados espejos donde han de mirarse los que empiezan en el universo taurino… y que el sistemático sistema y sus voceros se empeñan en que es el buen camino a seguir y pronto darán frutos sabrosos y sanos.
Los críticos “clandestinos” creemos que para mejorar lo establecido hay que empezar en la formación y compromiso en los genes de todos los implicados a seleccionar, promocionar y potenciar. Es decir, la mejoría tiene que venir desde abajo, y además tienen que rectificar o renunciar los que todavía manejan el regular-irregular y vulnerable cotarro taurino.
Cuando Rafael y yo mismo exigimos artes de torear más puros y completos es porque nuestra veteranía los ha degustado. Noventa años de vivencias entre los dos… es para explicar, exponer y reivindicar, con propiedad y conocimiento de causa, las esencias de pasos, pases y poses… en toros, toreros y toreos… con y sin ton ni son. Modernidades, las justas, enriquecedoras y gratificantes.
Reclamamos lo que hemos visto hacer a extraordinarios toreros clásicos y menos clásicos desde el año 1960 a 1975 en Las Arenas y La Monumental de Barcelona en mi caso, y los 38 años que cada uno de nosotros hemos visto casi todo lo que se ha programado en Las Ventas… sin contar múltiples festejos en otras plazas.
Solo con el optimismo y triunfalismo no se superan insuficiencias y crisis. Los problemas hay que cogerlos por los cuernos para estudiar, tratar y curar sus causas y consecuencias… y se repitan lo menos posible. Las crisis son de formas, pero, fundamentalmente, son de fondos y no se solucionan con el “ji ji-jaja, las negligencias, o ya vendrán tiempos mejores”.
Hay que cambiar estructuras y organigramas anacrónicos, hay que recuperar o implantar principios, prioridades y fines sinceros… porque el más de lo mismo o peor rompe la grandeza del melodrama en el ruedo, rompe el respeto propio y ajeno… y provoca el rechazo de lo artificial, rutinario o superficial.
El arte de torear es o no es. El sí pero no, o el no pero sí acaba perdiendo en crédito y credibilidad que para mantenerse o crecer necesita cualquier actividad que se precie y aprecie. Faltan causas en vez de escusas por justificar y sobran oídos sordos y evasivas ¿por casualidad?
Sí, hay optimismos  triunfalistas que no se los creen ni los que los dicen ni los que los hacen… pero hay que comer todos los días, y hoy por hoy, los estómagos son más urgentes de atender que las ciencias, conciencias y experiencias... esas amistades peligrosas, esas confidencias o intereses cómplices, ese quiero y no puedo. Solo hay que ver los usos y abusos de casi todos los poderosos con infinidad de ciudadanos a los que humillan hasta la máxima deshumanización. Eso no es valor, ni valer, ni calor, ni color, ni riqueza; eso es error, terror, horror, oscuridad y bajeza. Y cuanto más tiempo tarden en corregir o dimitir actitudes y aptitudes más culpables son de las ruinas actuales y de las que se avecinan.

Ficha del festejo de la corrida del siglo (Colección personal)
Hay que recuperar la verdad y la dignidad individual y colectiva porque los intereses generales están a años luz de los intereses de grupos o particulares… en todos los casos, casas, cosos y cosas.
La crítica, la verdadera crítica genérica, y especializada, debe tener un protagonismo soberano y clarividente sobre el pasado y el presente para que el futuro sea mucho más creíble que engañoso, más puro que duro, más lógico que tragicómico…es bueno reír a partir de un mínimo de seriedad. La autocrítica es tan necesaria como la crítica.
Precisamente de esos pros y contras en el ruedo Las Ventas y en los ruedos y rodeos de la vida, damos cuenta sin sospechas –otra cosa es el porcentaje de coincidencias de autores y lectores- Rafael y yo de los San Isidros 2012, 2013 y 2014. Tres temporadas a las que en realidad casi podrían sumarse las cuatro anteriores y las cuatro venideras porque como ha quedado claro los cambios profundos de La Tauromaquia necesitan de una década o más para construirse, asentarse y consumarse.
Hemos editado las ferias de 2012 y 2013, creo que también lo haremos con la de 2014, será difícil que haya más, porque la labor es tan densa como ¿desértica?

Reconocimiento en Las Ventas a la trayectoria y diez  Puertas Grandes de Francisco Ruiz Miguel
Los libros, como los autores, son previsibles, imprevisibles, prescindibles, imprescindibles, perdurables, imperdurables, de consulta, y del montón.
Por cierto, para escribir estas reflexiones finales me he leído varios apuntes propios de esta feria, he encontrado alguna letra fuera de lugar, añadida o sobrante, hay otros adjetivos que irían mejor en mis “coplillas”… pero no sé sí dejarlo como está, porque son los “borrones” que tienen todas las faenas que se hacen sobre la marcha. El lector lo entiende y será capaz de perfeccionar los textos.
Yo me conformo con que el 10% de lo mucho que he dicho, escrito y hecho como invitado en el espacio abierto de D. Rafael Cabrera Bonet, sirva como orientación y contraste para el presente y futuro de jóvenes y primerizos aficionados…con criterios solventes. Con esa pequeña aportación a mi verdad, a otras verdades no oficiales… me doy por satisfecho.
Termino con 25 paradojas casi duales –las mismas que las crónicas críticas de la feria 2.014- con las pinceladas siguientes: 

            Comentario para interrogar
            Silencio por dudar
            Opinión para contrastar
            Callada por comparar
            Juicio para entender
            Mutismo para equivocar
            Crítica para compartir
            Regla para dividir
            Crítica para pactar
            Mudez para resolver
            Criterio para informar
            Parecer para callar
            Criterio para decidir
            Nora para anular
            Criterio para proyectar
            Principio para suprimir
            A criterio colectivo y libre
            Idea gremial con calibre
            Criticar por criticar
            Es hablar por hablar
            Hacer pasos, pases y poses sin compases
            Es potenciar virus en las peores fases
            Hacer sin ton ni son reglas de juego
            Es eternizar crisis y desasosiegos
            ¡Infernal sistema “ecosocial”, poco tiene de ideal!

Muchas gracias.


P.D. “Ecosocial”…quiero decir que el sistema maltrata economías, ecologías o  economatos sociales.

miércoles, 11 de junio de 2014

Mañana se presenta "Antonio Montes" en el CEU, obra de Juan Antonio López Delgado

A partir delas 19.30 horas, en el Aula Magna dela Facultad de Derecho del CEU (c/ Julián Romea 22, 2ª planta), se presentará el libro del doctor Juan Antonio López Delgado, "Antonio Montes. Vida y tragedia den un torero".
El autor, que disertará sobre la vida del gran torero sevillano, es Académico Correspondiente  de la Real de la Historia, y un gran  especialista de la historia de España en los siglos XVIII y XIX. Entre sus muchas obras destacaríamos la Expedición militar  española contra Argel de 1775, su Vida y obra de Antonio Ros de Olano (completada después con nuevas monografías sobre el insigne general), sus estudios sobre el pintor Eduardo Rosales,  La biblioteca del  Conde de  Floridablanca, o la dedicada al gran estadista malagueño Don Antonio Cánovas del Castillo, realidad y leyenda de un gran bibliófilo, entre otros muchos estudios u obras poéticas o narrativas.


El libro, que se distribuirá en el mismo acto, es un profundo y detenido estudio del que fuera un torero fundamental en la evolución del arte de la tauromaquia en los primeros años del siglo XX. Torero que puede considerarse casi como el eslabón necesario entre los toreros profundos del XIX y el revolucionario Juan Belmonte -trianero como él- y que halló trágica muerte en Méjico, en 1907, en las astas del toro Matajacas de la ganadería de Tepeyahualco. A la sombra de ambos diestros sevillanos se encuentra otra figura quizá fundamental en ese proceso hacia la tauromaquia moderna, el peón de confianza del uno y mentor del otro, José María Calderón.
En la presentación del libro intervendrá Pedro Pablo Miralles, catedrático de derecho internacional de la UNED, y socio de PECATA y Matías Antolín. periodista y escritor, autor del libro “Torero de silencio”, sobre la figura del torero José Tomas.

              
AULA DE TAUROMAQUIA
UNIVERSIDAD SAN PABLO - C.E.U.
CURSO ACADÉMICO 2013 - 2014
  
* Jueves, 12 de Junio de 2014 (19.30 horas).
 Presentación del libro
Antonio Montes. Vida y tragedia de un torero

Intervendrán

D. Pedro Pablo Miralles. Miembro de PECATA. Catedrático de Derecho Internacional de la UNED.
D. Rafael Cabrera Bonet. Director del Aula de Tauromaquia y Presidente de la U.B.T.
D. Matías Antolín. Periodista y escritor, autor del libro “Torero de silencio”, sobre la figura del torero José Tomas.
D. Juan Antonio López Delgado. Autor del libro. Académico Correspondiente de la Real de la Historia.
(Al finalizar el acto se regalará a los asistentes el libro presentado).


* Miércoles, 18 de Junio de 2014 (19.30 horas)
 El PENTAURO desde el Ministerio de Cultura

Intervendrán

Excmo. Sr. D. Fernando Benzo Sáinz. Subsecretario de Educación Cultura y Deporte (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
D. Andrés Contreras Serrano. Jefe del Gabinete Técnico de la Subsecretaría.
D. Rafael Cabrera Bonet. Director del Aula de Tauromaquia y Presidente de la U.B.T.


Las conferencias se celebrarán en el Aula Magna de la Facultad de Derecho
(Julián Romea, 22; Edificio Biblioteca),
a las 19.30 horas, con entrada libre y gratuita.

lunes, 9 de junio de 2014

Los Miuras en Madrid

Madrid, 8 de junio de 2014. Lleno. 5 toros de Miura, desigualmente presentados (dos de ellos de escasas carnes), también desiguales en varas (destacando el segundo), duros y complicados en general, sobresaliendo segundo y tercero en la muleta. 1 toro de Fidel San Roman (5º bis, antes Guardiola) bien presentado, cumplidor en varas, complicado y buscador en la muleta. Rafaelillo, silencio (aviso) y silencio. Javier Castaño, pitos y silencio. Serafín Marín, palmas y silencio (aviso).

Hacía diez años, desde el 31 de mayo de 2005 si mi precaria memoria no falla, que la mítica vacada de Zahariche no acudía a su anual cita madrileña. Desencuentro que a los aficionados nos sorprendía, porque el hierro de la A con agarraderas siempre ha sido un referente para el público madrileño. Desencuentro, aun recuerdo sus palabras, que don Eduardo Miura achacaba a la desidia de la empresa madrileña, que –mirando siempre el negocio, a la búsqueda y captura siempre de reses al menor precio posible- sólo le enviaba algún veedor a finales de año o principios del siguiente. Sólo cuando todo el “pescado” estaba ya vendido, probablemente a sabiendas de que con ello cumplía de cara a los aficionados y evitaba el compromiso con la ganadería, que –por fuerza- había de contestarles que ya no quedaban toros para Madrid… ni para ninguna otra plaza del mundo, claro. Este año, por fin, y de cara a lavar su bastante descuidada faz, el tripartito madrileño entabló negociaciones antes de lo que en él era habitual y por fin se consiguió que Miura volviese a Las Ventas.


El  segundo, Zahonero, un toro completísimo (Foto: las-ventas.com)
La expectación era enorme; la plaza ayer registró un lleno absoluto, del que no podemos responsabilizar a sus matadores; algo que ni siquiera son capaces las figuritas en tanta plaza de segunda, tercera o primera. La capacidad de convocatoria del hierro andaluz es superlativo, sobresaliente, y en ésta su nueva aparición en el coso madrileño no ha defraudado tampoco (para que el tripartito no vuelva a hacerse el olvidadizo). Es verdad que aquella corrida de 2005 no salió como debiera; dos de los toros fueron devueltos y salieron dos de Puerto Frontino (otro hierro de origen Villamarta) como remiendos del encierro. Ayer pasó otro tanto, ante un inválido como salen tantas tardes sin que desde de el palco se preocupen de devolverlo, el usía decidió fracturar la interesante miurada, impedir que pueda votarse como mejor encierro de este ferial, y sacar un sobrero que, aunque a la postre también tuvo su interés, nadie demandaba verdaderamente en serio. Una lástima, porque la corrida se llevará, no les quepa duda, algún que otro galardón de los aficionados, y uno de sus toros, el segundo, optará con un breve puñado de reses –entre ellos un par de victorinos, uno de Adolfo o uno de Escolar, entre los albaserradas- al premio como toro más bravo de la feria…
La de ayer fue, por tanto, y como ocurrió el viernes, una de esas corridas que justifican la afición, que te reencuentran con el toro de lidia, el verdadero toro de lidia, el que vende cara su vida, el que busca pelea, el que con condiciones más o menos claras y sencillas, comlicadas o duras, no se abandona al movimiento soso y distante, a la toreabilidad ñoña y mansa, a la inmovilidad del descaste o a la huída rajada de los engaños de tantas tardes. Hubo de todo, como en botica, pero sin pedrada en ojo de boticario, porque incluso el cuarto, a mi juicio el más sosito del encierro (algo, como en el primero, tuvo de responsable su matador… que dejó que lo masacraran -más al primero- en la suerte de varas), tuvo su interés.


El sexto,  un toro  interesante aunque  complicado (Foto: las-ventas.com)
Tampoco en aquella corrida de 2005 los espadas salieron demasiado bien librados: El Fundi cosechó sendos silencios, el burgalés José Ignacio Ramos, saludó en sus dos toros sin mayor pena ni gloria, y Padilla hizo otro tanto cuando lo daba todo en estas corridas duras y encastadas a las que se enfrentaba día sí, día también, en aquellos tiempos… no sé si más o menos felices que estos.
Ayer hubo un segundo, como les hemos dicho, que optará a varios premios como el más bravo de todo el ciclo isidril: un precioso toro cárdeno, de 611 kilos (para que luego digan que no embisten con más de 480) que entró tres veces al caballo, yendo de lejos, y que aunque salió suelto las dos últimas veces, se convertiría después en una máquina de embestir, yendo con todo lo que podía, con casta, recorrido y emoción; desnudando ese toreo pobretón y sin gracia de Castaño, toro de puerta grande evidente que el salmantino volvió a desaprovechar en un toreo mecánico, siempre por las alturas y carente de apreturas. Toro notable, sin duda, aunque a mi juicio lo superara algún Victorino… pero juicios y jurados habrá que maticen sobre todo ello. Me gustó más, en conjunto, la corrida del viernes, es cierto, pero no podemos desdeñar esta renovada miurada, porque también ella mostró la cara que debería imperar en la fiesta, la del riesgo y la emoción, la de la verdad y sinceridad, la del toro como protagonista, ante el que un espada se convierte en héroe, no en terminal enfermero, ni en asistente de cuidados paliativos para cultivar la estética como recurso hacia el corazón del espectador.


Rafaelillo anduvo digno toda la tarde (pese a su inhibición en varas) y por encima de sus compañeros de terna (Foto: las-ventas.com)
El primero de Rafaelillo fue asesinado en varas con saña y repetición de la herida abierta en primera instancia. No hizo, tampoco, buena pelea en el caballo, pero llegó duro y complicado a la muleta, corto y defendiéndose después del severo castigo, derrotando y tirando hachazos de tanto en cuanto, casi constantes a veces. Rafael, siempre bien colocado, voluntarioso, lo intentó a su manera, con ese estilo algo abierto de planta, en el que despide un tanto al toro para llevárselo luego hacia atrás; le faltó aguantar un muletazo más por tanda para calar mejor en los tendidos. Acortó distancias al final, con acierto, porque el bicho tampoco ofrecía bondades en la lejanía, y terminó por doblarse con él. Otra cosa serían, luego, los tres pinchazos caiditos, o la media por arriba (todos haciendo bien la suerte), antes de que oyese un recado y lo descabellara a la primera oportunidad. El cuarto fue otro toro de impecable trapío, pese a que ”sólo” pesara 538 kilos, el más chico del encierro. Un toro en el que pareó bien José Mora, y que llegó con alguna reserva a la muleta. Iba y venía pero siempre dejaba la impresión de que sabía lo que dejaba detrás, aunque no tirara una mala cornada jamás. Pero… ay, el castigo recibido le hizo venirse abajo antes que sus compañeros, y ya comenzó a costarle embestir a partir de la cuarta serie… que ya está bien, digo yo. A partir de ahí, ambos vinieron a menos y aunque Rafaelillo anduvo sereno, firme y bien colocado, la faena no levantó ya el vuelo. Una entera, contraria por atracarse, lo que no es defecto, y muerte de casta, aguantándose la misma aunque en terrenos de tablas.


Castaño despidiendo al gran segundo toro para el más allá; vean cómo  metía la cara (Foto: las-ventas.com)
A Castaño se le volvió a ir uno de los toros de la feria. Y eso a pesar de unas verónicas buenas en su saludo a este Zahonero. El toro acudió a tres varas, y salió de ellas como les hemos contado, bien picado las dos últimas por Fernando Sánchez; fue bien pareado por Adalid y extraordinariamente por el otro Fernando Sánchez (¡qué manera de clavar en la cara, asomándose al balcón, a pesar del frenazo del toro en su viaje, y que bien encelado en la suerte en esos dos tiempos, esas dos carreras…!) y fue nefastamente tratado por el matador en el último tercio. Siempre algo fuera, pasándolo en paralelo, sin demasiadas apreturas, acompañando las embestidas sin mandarlas o dirigirlas, a media altura y rematando los pases por arriba (para que ni por asomo se le quedase debajo), aquello fue un desastre. Enganchones sin cuento, trapazos, muletazos para allá, y como remate una entera desprendida, sin pasar, con el brazo por delante que requirió un descabello. Justos pitos del personal. Su quinto titular se fue a chiqueros tras un batacazo monumental y salió en su lugar un “guardiola” de Fidel San Román. Toro que tomó con bravura dos varas aunque se complicara en lo sucesivo, recortando a veces, buscando otras, yendo don la cara alta o quedándose a medio viaje. Que de ello también fue responsable Castaño con su toreo siempre por alto, sin bajarle la mano (más que en dos tristes ocasiones en todo el trasteo, y las tengo contadas…), no me cabe duda alguna. Con suciedad, sin tener las ideas claras, y sin terminar de dominar nunca a su oponente, lo mando al desolladero después de un pinchazo sin pasar y una entera por arriba (aceptable), con dos descabellos de postre. Magnífico anduvo Marco Galán en la lidia de ambos toros, debió desmonterarse cuando la gente se lo pidió. El resto de la cuadrilla en su tono habitual, entre notable y sobresaliente.


Serafín Marín en el tercero, otro que metía la cabeza con nobleza(Foto: las-ventas.com)
Serafín Marín, el noble torero catalán, acusó la falta de festejos. Su primero fue uno deseos toros de Miura grandones y escurridos al que le cabían perfectamente cien kilos más. Supo a poco el trapío de éste, desde luego, algo que le ocurriría también a ese quinto devuelto (que se tapaba mucho con una espectacular cabeza y portentoso sombrero). Aguilero fue un toro que no se empleó en los caballos (tampoco lo han hecho miles de sus hermanos a lo largo de siglo y medio largos) pero que mostró nobleza pastueña y bondad en la muleta. Serafín seguro que esperaba otra cosa, y anduvo siempre por debajo de las calidades ofrecidas. El toro, claro y sencillo desde el principio (como definen las tauromaquias primitivas), embestía con esa nobleza dulzona que pudiera mostrar el mejor toro “domecqsticado”, y el diestro de Montcada y Reixac, que venía con dos corridas de 2013, no hizo sino tirarle líneas en paralelo, habitualmente algo fuera, hasta que tiró la espada (no les decíamos, cuando lo de Luque, que acabaría por ponerse de moda…) y nos sometió a la tortura de una serie al natural con la derecha, octava de su larga faena, francamente desastrosa. Un pinchazo y un descabello, y tiempo para reflexionar… sin duda. Tampoco anduvo mejor en el sexto, otro toro de aquellos que es preciso lidiar, y no ponerse a ver si nos estiramos cuando pasa por delante. Escribano era un impresionante cárdeno (casi carbonero) de 602 kilos, en el tipo de la casa, manso y protestón, brusco y a veces fiero. Bien lidiado por Curro Robles (que había pareado con éxito al tercero), no fue bien calibrado por el diestro catalán en ningún momento, y se le complicó la existencia… Como el toro protestaba, tiraba derrotes y gañafones, recortaba a veces o iba por el espada, a éste no se le ocurrió otra cosa que ponerse a dar derechazos y naturales, en un claro ejemplo de voluntad sin medios, de corazón sin cabeza. Resultado: el una vez más previsible, sustos, disgustos y angustias. Un pinchazo sin pasar, un señor bajonazo y un aviso (después de escuchar música de clarines) pusieron punto y final al tormento.
Punto y final, buen final por cierto, a una feria a la que le han sobrado quince días. ¡Qué digo quince, veinte si no más….! Pero más que afición, o romanticismo, o búsqueda del arte, lo que prima en la empresa es hacer caja, lo mismo que en tantos coletudos contemporáneos. De seguir por tales derrotas y derroteros la fiesta, también en su conjunto, hallará ese mismo punto y final. Menos mal que aun quedan toros y algún torero que nos devuelven la ilusión del espectáculo más soberbio del mundo.

Los del hierro de Zahariche:
1º.- Ahumadito, 57 kilos, negro listón, bragado y meano, un toro guapo, tocado de cuerna, manso, complicado y duro, víctima de crueles puyazos.
2º.- Zahonero, 611 kilos, cárdeno bragado y meano, tocado de armas, casi cumple en varas, boyante y encastado en la muleta; un gran toro.
3º.- Aguilero, 577 kilos, cárdeno, bragado y meano, tocado de armas pero algo escurrido de carnes, manso, encastado y pastueño en el último tercio.
4º.- Velador, 538 kilos, otro torazo, cárdeno listón, bragado y meano, delantero, manso en varas, noble, embestidor y algo soso y a menos al final.
5º.- Fiador, de Fidel San Román, 520 kilos, negro, bragado, meano y axiblanco, delantero de cuerna, cumplió en varas, complicándose cada vez más, recortando y buscando pero encastado.
6º.- Escribano, 602 kilos, cárdeno claro, tocado de armas, en tipo como el que más, manso, algo flojo, por lo que se complicó, brusco y protestón.

Pasos, pases y poses

El comentario de Ángel Arranz


Dudas

Los toros de Miura colocan el cartel de “no hay billetes” en las taquillas de Las Ventas.
Nueve temporadas sin ver en Madrid los toros más legendarios del campo bravo.
Los toros de Miura son a los toros del montón, algo parecido a lo que son los perros galgos y los perros del montón con respecto a la caza.
Los toros –de ayer- de Miura son los antisistema, los críticos con causas, los contestatarios, los toros flautas que poco o nada tienen que ver con los toros descastados, los toros inválidos, los toros manipulados, los medios toros que tanto gustan a las llamadas figuras pero que casi siempre aburren a la mayoría de los espectadores.
Son más taquilleros los toros enteros que la medianía de las cacareadas figuras.
Ayer, tres toreros tan respetados como respetables… pero que no caminan por las alturas del escalafón ni en cantidad de contratos ni en calidad de cotización. El segundo, tercero y cuarto toros de museo. Un toro para cada uno de los tres toreros que les podría haber cambiado para bien el curso de la temporada… o más.
Toros musculosos, atractivos, astutos, sutiles, listos, genuinos, de los que transmiten sensaciones… para cazar a la primera el momento torerista y toreísta del estado casi completo de la tauromaquia y del arte de torear.
Muchas tardes así, y la duda de la paja o el grano evitaría que  a los “expertos” nos repitan los “profanos”: ¿Quién es el mejor torero?... ¿y los mejores toros? ¿Quién es figura del toreo? ¿Qué crees que pasará esta tarde en el ruedo?
Ojo, son preguntas tontainas por naturaleza… que a veces son tramposas por irónicas o de  guasa… porque el “profano” tiene criterio propio y quizá sepa tanto o más que el “experto”.
¿Cómo se miden los mejores y como se pesan las figuras?
A la primera y tercera preguntas doy respuestas aproximadas –en mi opinión, que no es única- a lo largo de veinte páginas en el libro ¡TORTURADORES? – Egartorre, 2010- escrito mano a mano con mi amigo el ilustre y polifacético Jordi Grau.
La segunda pregunta tiene respuesta dudosa porque los toros todavía no hablan.
En lo que se refiere a cuarta pregunta, es evidente que ante la uniformidad casi mimética de toros, toreros y toreos, la respuesta es relativamente fácil… pero, afortunadamente queda la “esperanza” –poco que ver con la Aguirre- de que aparezca la sorpresa inesperada y emocionante en el transcurso del festejo. En efecto, hay un porcentaje de sorpresivas incógnitas en los ánimos de los toreros, en las caras de los toros, en los vuelos de capotes y muletas que nos hacen volver a las gradas aunque demasiadas tardes no pase nada o casi nada de verdadero interés. Sin olvidar a picadores, rehileteros y banderilleros.
Lógico, si los aficionados fieles y cabales supiésemos antes de empezar la corrida el resultado final, más de uno dejaría de pasar por taquilla.
El arte de torear es instantáneo y efímero, se interpreta, se siente, se dice, se duda, se improvisa sobre la marcha, tiene mucho de espontaneidad que lo hace imprevisible e imprevisto. Mejor así.
Es tan patán, patente y patético no tener ninguna duda… que dudar de todo y en todo.
Y es falso aceptar o decir por norma: “la duda ofende”… cuando casi todos sabemos que hay ofendidos que solo son bandidos o vendidos.
Sí, son necesarias las dudas razonadas y razonables porque son o deberían ser las motivaciones para superar y humanizar las desigualdades que provocan los que jamás tienen dudas.
Claro que habré cometido errores de apreciación –pido disculpas, siempre quedan dudas- en estas croniquillas mías de “comunicación”.
Lo que tiene menos dudas, es que el segundo toro de ayer ofrecía las dos orejas de triunfo a Javier Castaño. El tercero y el cuarto tenían pitones de éxito para Serafín Marín y Rafaelillo… pero no hubo comunión entre toros sagrados y toreros no consagrados. En estos casos –toros difíciles, pero de primera en la feria y plaza más transcendente del mundo- es donde se pone a prueba la forma y el fondo de todas las asignaturas que denotan la maestría de los toreros.
Lo mejor, la excepcional cuadrilla de Castaño que “obliga” a superarse los colegas… y la ovación más clamorosa y unánime de la feria a un auténtico toro. Lo peor, no empezar las faenas de muleta probando y recuperando y recomponiendo los toros después de dos tercios con pulsos intensos y fuertes para intentar el toreo bonito o bello… o recortar las embestidas cuando un lance está sin completar y el “maestro” se mueve para “ligar” el siguiente. Si eso lo hace más de una “figura” con toros del montón ¿qué podemos esperar que hagan demasiados toreros con toros de selección?
Se trata de que haya un mínimo de armonía, equilibrio y unidad en las calidades y cualidades de toros, toreros y toreos para que las sorpresas seductoras sean más habituales.

Conocí a un inquieto “caballero”
En la forma, en el fondo un fulero
Más de sándwich que de puchero
Que era el primerizo en el bautizo
Era el de moda en la boda
Y era el muerto en el entierro
Él no dudaba, pero era un cencerro
Daba igual que hubiese orden y listas
Para saber estar y ser en las pistas
Acabó de politicastro chaquetero y populista.

P.D. “Esperanza” Aguirre dimitió como presidenta de la Comunidad de Madrid dando explicaciones muy ambiguas. La gestión de Las Ventas, en última instancia, dependía de ella. Era, y es, chula, aficionada y altiva por la gracia de…
P.D. En los próximos días haré un análisis-resumen de San Isidro 2014

domingo, 8 de junio de 2014

Victorino y los toros

Por José Mª. Moreno Bermejo

Es peligroso para la fiesta quitarle peligrosidad y riesgo, porque la corrida, aparte de el arte, supone el dominio del toro. Si no hay nada que dominar, no hay tampoco, por lo tanto, corrida de toros”; dice José María de Cossío a Norberto Carrasco en la entrevista que publicó El Ruedo, nº 1390, en la sección: “La Academia va a los toros”.


Es curiosa la coincidencia de las críticas periodísticas sobre la corrida de Victorino en las postrimerías de la Feria de San Isidro 2014. Es curiosa y preocupante. Curiosa por la distancia que las separan de las opiniones de los aficionados instruidos; preocupantes por el pábulo que ofrece a los defensores del arte sin riesgos. Deberían pensar esos periodistas en las esencias que legitiman este rito ancestral; cómo justificar el dar muerte a un animal casi domesticado que “se deja” torear sin pedir nada a cambio. Cossío, Pérez de Ayala, Ortega y Gasset, y muchos otros advirtieron de la decadencia de la Fiesta si a ésta se la priva de su principal significado: la emoción; la que sólo puede ofrecer la lid entre un hombre, inteligencia, y un bravo, fiereza.
Ayer salieron al ruedo de “Las Ventas” 6 ejemplares de toros encastados, 3 bravos y 3 con complicaciones matizables, que debieron ser dominados. El 1º, bravo en el caballo, fue dulce por el pitón derecho y algo “listo” por el izquierdo, aunque podría haber ofrecido mejores embestidas si se hubiera lidiado con destreza. El 4º, bravo, fue machacado en varas; por donde quiera que fue, dejó su sangre en la arena; no fue aprovechado debidamente; bien lidiado habría dado buen juego.

El segundo de la tarde (Foto: las-ventas.com)
El 2º debió ser puesto en varas en terrenos apropiados; Grilo le propinó un sopapo en el primer encuentro que condicionó al burel; la 2ª vara fue más ligera, aunque trasera; el toro quedó apto para ser lidiado con poder, dominarlo por abajo alargando sus embestidas; a medias lo consiguió Ferrera con su entrega y conocimientos, aunque debió estar más diestro y menos dubitativo. El 5º cabeceó en el caballo, quedó muy listo y precisaba lidia eficaz e inteligente; de dominio; Ferrera macheteó indebidamente a un toro que pedía templanza y seguridad; todo por abajo, sí, pero con suavidad; no ofreció el toro lo bueno que guardaba; sólo dio lo malo; además se lo llevó a toriles, posiblemente el peor terreno para su dominio.El 3º fue un gran toro, el mejor de la Feria hasta hoy, a mi forma de ver; los lesivos e ineficaces puyazos que recibió  “Vengativo", muy trasero y trasero, impidieron el ahormar la embestida, en templarla debidamente; los dos topetazos con el peto le hicieron más fiero; necesitaba este “victorino” del valor y destreza del torero habituado a la lidia de toros bravos. Aguilar estuvo digno, valiente, pero el toro necesitaba del carné que presentan esos toreros lidiadores expertos: Andrés Vázquez, Ruiz Miguel, Perera, Dámaso González; incluso El Juli, si quisiera reivindicarse como torero capaz, que lo es, con toros de esta casta. Nos quedamos los aficionados con las ganas de ver embestir con poder y nobleza a un gran toro bravo: “Vengativo". El 6º no quiso varas; el torero y su cuadrilla hicieron todo mal y con prisas, doble maldad; el toro se defendía tras el trato recibido y no regalaba nada; el torero tampoco se esforzó; los fallos en la ejecución de la suerte suprema los posibilitó el miedo.

El picador Grilo en acción (Foto: las-ventas.com)

La corrida de Victorino ha sido una gran corrida de toros; mostró el riesgo que es imprescindible en los cosos; ofreció embestidas humilladas que no fueron aprovechadas; su presencia armónica y de gran trapío, causó admiración en los tendidos; la emoción del toro encastado, manso o bravo, se disfrutó ayer por la afición. Lástima que los toreros se afligiesen demasiado, y que ellos y los críticos dulzones justifiquen su actuación por exceso de peligro. Pregunto: ¿Hubo ayer algún toro ilidiable? No para mí. Acaso, ¿salió ayer algún toro que no ofreciera embestidas, más o menos suaves, cuando se les dejó la muleta por abajo, se tiró de ella y se le dejó puesta? No. Admito la psicosis del miedo, pero la corrida de ayer, en manos y corazones capaces y dispuestos, habría sido un corridón de toros.

"Toda evolución humana muere en el estilismo… El arte taurino, irremisiblemente, está en la agonía porque desde hace un cuarto de siglo entró en la zona etérea, remilgada y aniquiladora del estilismo”; Dice Ortega y Gasset en su obra: “Velázquez”, págs. 155/156. Luchemos por revertir esa agonía de nuestra Corrida actual, chochona e indefendible.

sábado, 7 de junio de 2014

Una corrida de hace treinta años

Madrid, 6 de junio de 2014. Casi lleno. 6 toros de Victorino Martín, bien presentados (alguno impecablemente), desiguales en varas, encastados, duros y complicados en general; el cuarto más soso y noble. José Ignacio Uceda Leal, pitos y pitos. Antonio Ferrera, palmas (aviso) y bronca. Alberto Aguilar, ovación y silencio.

Hace unos días, y a raíz de la corrida de El Montecillo, comentábamos cómo lo que era frecuente hace dos o tres décadas en la plaza de la Villa y Corte ahora no dejaba de ser verdaderamente excepcional. Ayer volvió a suceder. Tuvimos la oportunidad de volver a ver una de esas corridas de Victorino (quizá sin tanta bravura en los caballos) como las que veíamos en los años setenta o primeros ochenta en el coso de Las Ventas. Una de aquellas que le encumbraron como criador de toros de lidia, que le auparon al nivel más elevado entre los ganaderos y entre los aficionados, una de esas corridas que le hicieron mundialmente famoso. Ayer, eso sí, les faltó a sus toros ese punto de bravura que en otras ocasiones pudimos verles, pero anduvo presente, dentro de la variedad de comportamientos, la fiereza y la casta, la acometividad y repetitividad, las ganas de buscar pelea, de no dejar que les ganasen la batalla, de coger, en suma, que es lo que tiene que hacer un toro de lidia cuando no es sometido ni lidiado correctamente. Corrida para echar la vista atrás y recordar a héroes como Dámaso Gómez, como Miguel Márquez, como Francisco Ruiz Miguel, como Raúl Sánchez, y tantos otros que se enfrentaban a esta y otras corridas semejantes con solvencia, capacidad y saliendo con orejas cortadas del festejo.


El toro de Victorino fue el protagonista del festejo. En la imagen el tercero de la tarde (Foto: las-ventas.com)
Hoy, por desgracia, ya no quedan lidiadores, toreros como aquellos, aunque aun persistan algunos valientes que se enfrentan a éstas y otras corridas duras con alguna solvencia. Pero aquella capacidad para someterlos, para lidiarlos adecuadamente, para doblegarlos y obligarlos, quizá porque estas corridas cada vez son más raras de ver, ha desaparecido. Los de hoy apenas son capaces de ponerse delante, de acompañar las embestidas, de intentar dar naturales y derechazos -casi siempre despidiendo a las reses para fuera- y unos a remedo de doblones que muchas veces empeoran –más que someten- a los toros complicados. Ayer mismo sucedió esto que les cuento en los dos toros finales.
La corrida nos mantuvo por completo atentos a lo que sucedía en el ruedo, había verdadera emoción, sensación constante de peligro, de verdad, de tragedia -nunca buscada, repetimos, pero necesaria-, el comportamiento de alguno de los toros pasó por lo peligroso a lo violento, hubo fiereza como sólo hemos podido contemplar en dos o tres de los que se han corrido en la feria de este San Isidro 2014. La gente salió hablando de la corrida; una hora después de acabado el festejo los corrillos de aficionados en torno al coso seguían matizando el comportamiento de tal o cual toro de auténtica raza de lidia, en todas las terrazas o bares de la zona se recreaba y recordaba tal o cual pasaje, tal o cual lance y el comportamiento de tal o cual toro de los de Victorino. Y, también, y lamentablemente, se subrayaba la incapacidad general entre la torería andante para lidiar correctamente toros no tan de otra época como los que salieron ayer. Al fin y a la postre, no han pasado sino un par o tres décadas desde que esto era habitual en nuestra plaza… y Francisco Ruiz Miguel abría hasta 10 puertas grandes de Las Ventas (y las que dejó de abrir, como no hace tanto el Cid, por fallo a espadas).


Ferrera en el segundo de la tarde (Foto: las-ventas.com)
A la salida, y mientras Victorino -padre e hijo- eran reclamados por los aficionados para estrecharles la mano, para hacerse la consabida foto con el móvil, tuve la oportunidad de saludarles y felicitarles por el encastado encierro. Así que ya pueden tacharme de la lista de aficionados, si gustan, o al menos anatematizarme por no pertenecer a la legión de aduladores de diestros al uso, con el toro “domecqsticado”. Ayer pudimos ver una corrida de toros, con complicaciones y genio, con casta y dureza, de las que piden el carnet profesional, de las que no se torean solas, y eso me encantó, lo siento. 
Y, repito, para evitar malentendidos, no es que crea que eso sea el paradigma de la bravura -que no lo fue, ya verán ustedes-, ni siquiera mi soñado ejemplo de casta, boyantía o nobleza -que de ello habrá mucho que hablar-, es que fue una auténtica corrida de toros, y no un sucedáneo de toreabilidad descastada y ñoña, mansa y boba, que termina por rajarse y no molestar como les gusta a los primeros del escalafón…
Tampoco entendí, sin embargo, muchas de las manifestaciones del veleidoso y esquizofrénico público de ayer en Las Ventas, que lo mismo aplaudían una cosa que la criticaban, que lo mismo ovacionaban a un diestro que lo abroncaban, y mucho menos el indigno e incívico lanzamiento de almohadillas al finalizar el festejo por parte de bastantes indocumentados… Ni, asimismo, esas ovaciones en el arrastre de algunos toros que, sin demostrar bravura –que es lo que ha servido siempre para calibrar esos aplausos finales o la vuelta al ruedo de los toros (ya ausente del panorama de los reconocimientos en las corridas de toros contemporáneas)-, tuvieron sólo complicaciones y casta. Mal podremos hacernos comprender los aficionados ante el indocumentado mundillo taurino, autoridades o público en general, si no sabemos aquilatar también estos juicios críticos. Lo que se ovaciona en el arrastre es la casta y la bravura y nunca puede ser ovacionado un toro que ha salido suelto de los caballos, o ha buscado refugio en tablas, por más que sea encastado.
Dicho lo cual, repito, vaya mi felicitación al ganadero por haber sabido mandar a la ex-primera plaza de toros del orbe, un encierro tan bien presentado, tan en el tipo de la vacada, encastado y tan interesante como el que se lidió ayer en Madrid.


Uceda con el nobilísimo cuarto; vean cómo mete la cabeza (Foto: las-ventas.com)
El primero fue un Madrileño, de antigua estirpe, precioso ejemplar bien puesto de pitones, que aunque no cumplió en varas, manifestó casta y nos regaló –y más a Uceda Leal- un magnífico pitón derecho (no tanto el zurdo, por el que tenía más aviesa condición). Uceda anduvo con mil precauciones, desde fuera, sin metérselo apenas a la espalda, despidiéndolo siempre para allá, en suma, jamás apostó por la faena, y así se le fue un toro de triunfo claro por ese lado derecho. De un pinchazo por arriba y una estocada de buena posición y fácil ejecución se lo quitó de delante; el toro, que como sus hermanos, murió con la boca cerrada, y aun tuvo redaños para irse a los medios embistiendo y aguantarse la muerte en ellos. Repito, un toro que le hubiera abierto la puerta grande a Ruiz Miguel, Miguel Márquez o Dámaso Gómez. Como también se la hubiese abierto el cuarto, Jaqueco, otro toro veleto, que de no ser porque en la segunda y tercera varas salió suelto, hubiéramos calificado de bravo en los caballos. Este, sin embargo, fue el toro más soso del festejo, un toro al que Uceda le cogió una tirria especial y al que no quiso ni ver, a pesar de no haber tirado una mala cornada en su vida (aunque puntease algo de salida). Y abusando del pico, llevándolo para fuera, sin ligazón ni mando alguno, creyó que solventaría la prueba con un suficiente raspón. Pero no fue así. El público caló en seguida las intenciones del espada y las bondades de la res, y no toleró ese toreo insulso, despreciativo, a media altura y sin profundidad, que lejos de las capacidades del diestro, puso éste en suerte. El toro iba y venía sin complicaciones por más que Uceda intentara mostrarnos otra cosa, y murió, camino de toriles, de un lamentable pinchazo con desarme posterior, y una entera echándose fuera de la suerte. Pitos que debieron ser bronca para el matador.


La tremenda y lamentable cogida de Manolo Rubio en el quinto (Foto: las-ventas.com)
Reconozcamos que Ferrera ha asumido ese rol de director de lidia que desde hace años andaba vacante. Se preocupa el hombre por estar colocado, por controlar los desplazamientos de la res, por andar pendiente de que no se den capotazos de más ni de menos, por asumir esa cierta teatralidad que también es parte del espectáculo y conduce al buen desarrollo del festejo. Dicho lo cual, ayer, y al margen de esta notable labor, no le vimos tan centrado y eficaz como en ocasiones precedentes con el mismo o similar ganado. Su primer toro, Escritor de apodo, fue un buen bicho por el pitón derecho -lo mismo que el primero o el cuarto, por ejemplo-, pero Ferrera lo malcrió desde el principio, complicándolo en unos doblones con el capote, innecesarios, en vez de plantarse, tragar y aguantar las embestidas. Aunque el toro fue de lejos al caballo, no apretó como debiera y salió algo suelto de los envites, peor en el tercer encuentro, con ello y todo casi cumplió en varas. Y luego de parearlo, entrando bastante bien, pero sin terminar de clavar en la cara, le cogió una enorme prevención, hasta el punto de que el movimiento de pies era notable en las primeras tandas por uno y otro pitón. Desconfiado, siguió pasándolo sin limpieza, para terminar acortando distancias y embarcando con la muleta retrasada, en medios lances, donde ligó algo más, pero sin llegar con ello a los tendidos. Anduvo claramente por debajo de las posibilidades que ofrecía el toro, sin duda. Lo de tirar el estoque de verdad al finalizar el trasteo para darle una serie al natural con la diestra, sucia y sin interés, es un vicio que confío no se ponga de moda (bastaría con pasar la espada a la mano zurda…). Dio un pinchazo trasero y caído, antes de una entera, contraria por atracarse (lo que no es defecto), y recibió por ello unas generosas palmas. En el quinto, ante las miradas de Majito, ni siquiera lo intentó, y se limitó a doblarse regateando a la res, sin quedarse quieto que es lo que hubiese tenido verdadero mérito. La gente comenzó por ovacionar esos regates, y terminó por abroncarlos en un claro ejemplo de esquizofrenia taurómaca. Esos regates terminaron de complicar el asunto, ya que el toro aprendió a no pasar, porque el torero se iba siempre a medio doblón, y a buscar lo que podía… Es verdad que el toro fue manso, complicado, pero tuvo mucha casta en la muerte, después de que el ibicenco le pinchara cuatro veces por los bajos, casi a la huida, le dejara medio bajonazo atravesado, con evidente estilo cinegético, y que, en tablas, presentase batalla hasta el final, desarmando a un peón, cogiendo desde el suelo al puntillero (y dándole una cornada), y alargando el cuello hasta un punto que nunca había visto en mi vida, tal que parecía que tuviese tres o cuatro vértebras cervicales de más… La bronca para Ferrera se oyó desde Manuel Becerra…


Alberto Aguilar recibiendo al tercero (Foto: las-ventas.com)
A Alberto Aguilar se lo comió crudo el tercero de la tarde, y eso que es diestro avezado en estos compromisos. Fue un toro encastado, complicado, que tenía muchísimo que lidiar y torear, que no hizo, tampoco, buena pelea en varas. Se dobló de inicio el madrileño con bastante movimiento de pies, y pudimos pensar que se haría con el toro… a su manera, pero no… Como el animal se revolvía y buscaba, incapaz de mantenerse firme, sin someterlo ni mandarlo, Alberto hubo de recomponer constantemente terrenos y con el movimiento el toro le hizo hilo y acabó por buscarlo francamente. Anduvo prácticamente desbordado en dos o tres ocasiones, casi a su merced, y al fin desistió de intentarlo, antes de pincharle un par de veces, sin pasar, y dejarle media chalequera desde fuera de la rectitud. Sorprendentemente fue ovacionado, por aquello de los corazones sensibles del público que asiste a este espectáculo… Silencio en el sexto, Cominero, otro manso, complicado y encastado, a la antigua usanza, de esos que se revolvían y buscaban… las zapatillas o lo que fuera, y que Ruiz Miguel se merendaba como aperitivo vespertino. El bicho se frenaba a veces, no pasaba en otras, se revolvía casi siempre y Aguilar decidió darle el mismo trato, sin intentar cosa alguna, que Ferrera le había dado al quinto. Y así, tras quitarle las moscas por la cara, y regatear como Cristiano Ronaldo, le pinchó de mala manera hasta en siete ocasiones, siempre bajo, y le embutió media atravesada que requirió dos descabellos. Desastre inimaginable que en Aguilar sólo cosecharía un silencio… por aquello del paisanaje.
En resumen, una corrida de Victorino de hace treinta años con toreros de hogaño que están ya para otra cosa…

Las fieras del ganadero de Galapagar:
1º.- Madrileño, 523 kilos, cárdeno claro, un toro precioso, veleto de cuerna, manso, embestidor boyante y encastado por el derecho, con un peor pitón zurdo. Murió con casta y la boca cerrada como la mayor parte de sus compañeros.
2º.- Escritor, 582 kilos, cárdeno, veleto, casi cumple en varas, boyante y encastado también por el derecho y peor por el izquierdo.
3º.- Vengativo, 526 kilos, cárdeno, veleto, muy guapo de hechuras, manso, encastado y complicado en la muleta.
4º.- Jaqueco, 558 kilos, cárdeno oscuro, veleto, que casi cumple en el caballo, noble y algo soso, aunque embestidor.
5º.- Majito, 538 kilos, cárdeno, veleto de cuerna, manso, complicándose cada vez más, pero encastado.
6º.- Cominero, 593 kilos, cárdeno oscuro, tocado de armas, manso, complicado pero casi inédito en el último tercio.


Parte médico: “Herida por asta de toro en región perineal, con orificio de entrada y salida, con una profundidad de 15 cm, que alcanza el pubis, y contusiona uretra y recto. Luxación de rodilla derecha, con rotura de ligamento cruzado anterior y posterior y ligamento lateral interno. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería y se realiza la reducción de luxación de rodilla e inmovilización de la misma. Pronostico grave. Fdo: D. García Padrós.