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martes, 29 de enero de 2013

Hundimiento en la "arena" de Madrid


Un conocido portal taurino, y es sólo un ejemplo, en un editorial, se posiciona claramente a favor de la “cúpula inversa”, del “paraguas convexo”, del “paracaídas desinflado”,  justificando su existencia en la imperiosa necesidad que tiene la fiesta para sobrevivir… recurriendo a otro tipo de espectáculos. Vayamos por partes. Se supone que un espectáculo secular, como la corrida de toros, necesitaría para sobrevivir recuperar buena parte de los valores que ha perdido en las últimas décadas, comenzando por el propio toro de lidia y sus cualidades ansiadas, naturales e innatas: casta, acometividad, fiereza, bravura, nobleza; y no la mansedumbre, sosería, el rajarse, la embestida ñoña y bobalicona, aborregada o mortecina, y la debilidad y caídas tan frecuentes en el toro actual. Es como si para justificar la crisis del arte teatral de hace un par de décadas, se hubiera recurrido a fomentar el uso de los teatros –como recintos escénicos- montando partidos de fútbol sala o convirtiéndolos –algo que ha sucedido en buena medida- en grandes almacenes, cafeterías de lujo, u ofreciendo corridas de toros (que en Cádiz las hubo en el Teatro del Balón, original precedente que no tuvo el éxito necesario para su continuidad).  Eso sería, aclarémonos, rentabilizar el local, no promover o potenciar la corrida de toros.

Repetimos imagen: Curro, Camino y Puerta a hombros... ¿necesitaba la plaza de otros espectáculos para su supervivencia o para la de la fiesta? Las tres figuras, ¿se soportaban con los ingresos de taquilla? Por cierto, si hubiera existido la cubierta, 8000 personas se hubieran privado de ello, y con suerte -mala- alguno o algunos de los maestros hubieran muerto aplastados en el ruedo. Lo de los cojos... no tiene remedio
Para ese portal el asunto pasa porque esos espacios taurinos se utilicen para otros espectáculos mientras en ellos no se celebren festejos taurinos, y sinceramente no me importa lo más mínimo que se haga, siempre y cuando se respete el espectáculo táurico que ha dado su ser al recinto. El problema es que con la instalación de la famosa boina, el espacio o edificio de Las Ventas, que ya es rentable en sí mismo, recordemos, perdía la mitad de su aforo, suprimía varios miles de abonos –que había que reubicar en otros lugares- e incrementaba el precio de la entrada –algo que no les importa a algunos periodistas que entran gratis en los toros- entre otros problemas, y seguridad al margen.
Las Ventas es un edificio público, construido para corridas de toros, utilizado casi todo el año para ello, y que no necesita de ingresos para su existencia. El edificio está considerado como de Interés histórico-artístico, y como otros edificios en igual situación en la Comunidad de Madrid, debe contar con un presupuesto para su manutención y reparación, que sale de las arcas de la propia Comunidad, como le sucede al resto de edificios de especial protección en el ámbito madrileño. La explotación del coso, en la actualidad, pasa por la cesión de la misma a una empresa privada –el tripartito, Taurodelta- a cambio de casi tres millones de euros anuales. Antes, es verdad, se sacaban cinco y pico, pero la Comunidad, incomprensiblemente, bajó el canon y nos quedamos en ello. Como el dinero para mantenerlo y repararlo, no sale del canon, todo ese dinero se debe destinar a otros fines… y aquí paz y después gloria. Díganme ahora, por qué es necesario que se den otro tipo de espectáculos en el recinto… ¿Para ayudar económicamente a la empresa concesionaria? Pues sí, claro, y no por otra causa.  Así que ya vemos por dónde van los tiros.
Nadie niega, por otro lado, el que la empresa –ésta o la que sea o fuere- organice, fuera de temporada otros espectáculos, o incluso dentro de la misma, siempre y cuando no afecten a la temporada o a la propia plaza. Imaginen, por cierto, que la cubierta se hubiera mantenido hasta mayo y se hubiera hundido sobre los pacientes espectadores de Las Ventas durante una de esas novilladas de abril, es decir que a la gente le hubiera caído encima o golpeado en la cabeza una de esas vigas que soportan el paraguas de 160.000 kilos… ¿Qué necesidad hay de ello? No nos oponemos a que la carpa circense se levante cada año para admitir al Circo Mundial o al que fuere; tampoco que se utilice el coso para los espectáculos motoristas; hemos contemplado en la plaza espectáculos de ópera o zarzuela hace años, ha habido conciertos de música contemporánea, los Beattles tocaron en este escenario cuando el mismísimo Franco regía los destinos de esto que hoy deja de ser España y así podríamos seguir. Ninguna –salvo el circo- de esas actividades requirió una cúpula, pero instálenla si con ello consiguen atraer más espectadores, a mi me da lo mismo. No, lo que no quiero -personalmente- es que se deje la cúpula para dar bajo ella espectáculos taurinos, sólo espectáculos taurinos, esos que la nefasta Taurodelta ha disminuido en el último año peligrosamente y por bajo de las propias exigencias del pliego (por cierto, sin comentario al margen de la Comunidad).

Al menos las pirámides de Gizah siguen en pie...
La plaza no necesita ser rentabilizada de ninguna forma, SOLO ES LA EMPRESA LA QUE NECESITA MAYORES INGRESOS, no engañemos a la gente. Si la fiesta necesita para su supervivencia que saquemos dinero a la gente –a otro tipo de aficionados- con “El Canto del Loco”, pongamos por ejemplo, “Houston tenemos un problema”, pero un verdadero problema, un problema muy gordo. Como edificio protegido Las Ventas debe ser mantenida con un dinero que sale de las partidas presupuestarias de la Comunidad. Si se refieren a otras plazas, en un “totum revolutum” interesado, en el portal que pertenece a varios accionistas profesionales del mundillo taurino, allá cada cual. Yo sigo, en lo personal, siendo contrario a ello, pero su defensa o ataque habrá de correr a cargo de sus abonados… No entiendo, repito, por qué se tienen que organizar otros espectáculos para salvar la fiesta, porque a lo mejor la gente acude al circo en masa, o a las macrofiestas y sigue sin acudir a los toros, como en estos años. ¿Se creen que el dinero o beneficios obtenidos en esos otros espectáculos servirán para pagar la fiesta...? Infelices. 
Les recuerdo, a varios de aquellos lumbreras, que la macrofiesta del Madrid Arena –esa que se saldó con cinco chicas muertas en una avalancha por huir de un peligro real o supuesto- tuvo una asistencia de más de 9000 personas (hay quien las sitúa en el entorno de 20.000, un aforo similar al de las Ventas), mientras que la misérrima programación taurodeltiana no consigue aforos de tres o cuatro mil personas cualquier domingo de abril. A lo mejor si la macrofiesta se hubiera llevado a cabo en Las Ventas –QUE ES LO QUE QUIERE LA EMPRESA, pero sin concursar contra otras empresas especializadas en el ramo- hubiera tenido incluso más concurrencia… pero no entiendo por qué eso favorecería a la fiesta de los toros en general, o la paupérrima programación taurina de julio –CON O SIN BOINA-.


Pero… defienden a las claras las intenciones de la empresa no sé por qué –o sí sé por qué-. Fíjense en algunos casos. El Coliseo de La Coruña, esa moderna plaza “multifuncional”, ¿ha aumentado la programación taurina de aquella capital gallega, ha conseguido llenarse alguna vez, ha permitido la multiplicación de festejos taurinos o la afición de los coruñeses, ha elevado la categoría artística o emotiva de los festejos? Entonces, ¿por qué la multifuncionalidad favorece a la fiesta? En San Sebastián –Donosti-, con entradas de un tercio o media plaza en estos últimos años –y con el cautivo abono de los 15 años-, la plaza cubierta y “multifuncional”, ¿ha aumentado el número de corridas, se ha multiplicado la afición, ha mejorado la calidad del ganado lidiado o sólo por aquello la calidad artística de las faenas realizadas? No termino de entender… O mejor dicho, claro que lo entiendo. ¿Y Taurodelta, qué ha hecho en Vista Alegre, en Carabanchel? Espacio multiusos que ha organizado CERO CORRIDAS en 2012, y casi nulas en años precedentes. Desde ese portal se entiende que la defensa de la fiesta pasa por la supervivencia de las empresas taurinas que se dedican a otros menesteres –incluso a dejarles en publicidad (seamos bien pensados) miles de euros-, esto es, porque tengan otras fuentes de ingresos diferentes. Aclarémoslo.

También la Plaza Mayor de Madrid sigue en pie...
Y repito, a mi, ni fu, ni fa. Que lo hagan o dejen de hacer, me trae sin cuidado (creo que hay empresarios mucho mejores que los actuales a los que no se deja participar o programar la temporada de Las Ventas), siempre y cuando no me supriman mi abono, ni me obliguen a comprar una entrada más cara (a ellos, como he dicho, no les afecta, porque siguen yendo a una entrada de regalo a un tendido bajo, muy bajo).
El portal de marras defiende “que los toros con cubierta permiten comodidad y seguridad, pero eliminan estética esencial”. Lo de la comodidad –no referida a que si llueve, no te mojes- no sé cómo explicarlo, necesito que me lo aclaren; lo de la seguridad… brilla por su ausencia. Otra cosa es en edificios construidos ad hoc, pero en este experimento de la carpa… seguridad es que te caigan 160.000 en la cabeza.  Si al empresario del Madrid Arena le han vetado volver a organizar espectáculos en espacios públicos, a los Choperitas le debería ocurrir de igual forma, por más que, gracias a Dios, en este caso no haya habido muertos… de milagro y por cuatro días. Gravísimo, repito, porque podía haber habido decenas o centenares de heridos o muertos.
Defiende el ínclito portal que si en Barcelona se hubiera aprovechado la plaza para otros fines -¿por qué nunca se lo han reclamado a Balañá, o a Matilla, por cierto?- la fiesta seguiría viva… ¡Vaya conclusión! Es decir, a su parecer ,si se hubieran celebrado allí conciertos de raperos, los diputados regionales de CiU, Esquerra, Izquierda Unida-Los Verdes o parte de los socialistas catalanes, hubieran votado a favor de las corridas de toros… ¡Fantástico! Se nos cantan las inmensas bondades de las plazas cubiertas… al parecer para la fiesta, pero no se concretan, quizá porque no existen demasiadas… bondades. Es verdad que en Valdemorillo –“próximamente en antena”- la cubierta ha evitado que nos nieve sobre la cabeza como antaño, pero yo no he visto que mejore la calidad del festejo con ello, sino, simplemente, que no se pierda asistencia. El secreto está en programar corridas con mayor interés; ya verán como en los victorinos serranos la entrada es bastante buena, y compárenla con la de otros días. Luego el secreto está en otra cosa. Que lleguen a afirmar que “el futuro de los toros pasa, entre otras cosas, por hacer rentable sus recintos”, me parece un sinsentido. Lo que quieren decir es que las empresas actuales sólo pueden pervivir si sacan dinero de otros lados, es decir, que el espectáculo taurino es anti-económico en sí mismo. Pues analicen ustedes los costes y propongan soluciones para que una corrida de toros no cueste más que lo que se consigue obtener lícitamente por taquilla. Y así se mantendrá por sí misma, sin necesidad ni de subvenciones, ni de ingresos ajenos. Para pagar al Juli, Morante, Manzanares o José Tomás, con toros de Matilla, no debería ser necesario organizar espectáculos de ventrílocuos.

...y se daban toros... y no se hundían los tendidos. Imagen de las Fiestas Reales de 1803 (grabado original, colección personal)
Para pagarlos en Madrid, los famosos taurodeltianos, ya nos organizan veinte festejos isidriles sin el mayor interés… Mal está. Pero que encima quieran suprimir las entradas más económicas para que la gente tenga que pagar tendidos en vez de gradas o andanadas… con el beneplácito de ese portal taurino, y quién sabe si la Comunidad, ¡hombre, no tiene un pase! ¡Qué el portal recurra, como Choperita, al manido tema de “sol y moscas”, directamente absurdo y demagógico! Algo muy típico de quien defiende también su propio negocio…

Anotaciones al margen

1.- El hundimiento de la cúpula ha de implicar un estudio de responsabilidades.

2.- Si existía un seguro –que es de suponer-, queremos que se hagan públicas las conclusiones del estudio que realicen.

3.- ¿Se ha dañado la estructura de la plaza con el hundimiento? La tracción de la cúpula, primero en un sentido y luego en el contrario sobre los apoyos montados, ¿ha supuesto algo sobre la estructura del coso?

4.- El peso de los apoyos, en puntos concretos, ¿ha podido dañar en algo los soportes de los tendidos altos? (160 toneladas apoyadas en 60 puntos concretos, recuerden).

5.- ¿Se sancionará a la empresa por el desastre o volveremos a mirar para otro lado y aquí no ha pasado nada?

6.- ¿Debería inhabilitarse para la organización de espectáculos en locales públicos a la empresa que, sólo por cuatro días, se ha librado de víctimas –heridos o muertos- personales?

7.- Si se realizaron pruebas de carga, ¿dónde están los resultados de las mismas? ¿Quién los ha firmado y quién dio el visto bueno si es que existe? Ya sabemos que en el momento del hundimiento no había sobrecarga alguna.

8.- ¿Quién ha firmado y aprobado el proyecto? ¿Contaba ya, a cuatro días de su estreno con gente, con la autorización administrativa correspondiente? ¿Contaba la nueva estructura con un plan de evacuación ad hoc, que previese su posible hundimiento?  ¿Dónde están los informes, y son éstos favorables y quién los firma?

9.- Si la instalación de la cubierta se justificaba, en espectáculos taurinos, para que el viento no molestara, ¿cómo es posible que en primera instancia se dijera que el mismo viento fue el que provocó el hundimiento? ¡!!!!!

10.- ¿Existe autorización de la Comunidad de Madrid, tácita o explícita, para que se reduzca el aforo en 8000 personas en esos festejos taurinos que Taurodelta quería que se organizaran?

11.- ¿Podrían mostrar el documento en el que se autoriza a Taurodelta a poner la dichosa boina para que comprobemos su alcance, duración y condiciones?

12.- Si es que existe seguro¿se hará cargo éste del coste -4 millones de euros, mucho más que todo el canon que paga la empresa a la Comunidad- del desastre? Y si no fuera así… ¿quién pagará el desaguisado económico? ¿Repercutirá éste sobre los emolumentos de diestros, ganaderos, empleados o los costes a los aficionados durante 2013 o años sucesivos? ¿Se aumentará –o se dejará que lo hagan- el precio de las localidades en años sucesivos para paliar económicamente la mala gestión de Taurodelta, si se concede de nuevo su arriendo a la misma? ¿Llegará a pagar la empresa cuando debe alguna vez?

Estas, a mi juicio, deberían ser preguntas que se hicieran y que deberían hacer los que se dedican a esto del periodismo taurino… que probablemente harían -o harán- tantos buenos periodistas, pero se ve que algunos prefieren sólo justificar a la empresa y apoyar proyectos disparatados (a las pruebas me remito). 

lunes, 28 de enero de 2013

No hacen falta más diagnósticos, sino tratamientos


Estos pasados días invernales, a la espera de la resurrección peninsular del espectáculo, he tenido ocasión de repasar algunos libros, folletos y revistas de toros con el olor añejo de lo antiguo en tantas ocasiones. Es momento para la reflexión –excepto que el cielo se nos caiga sobre la cabeza…, o la carpa, como dirían los galos de una archifamosísima aldea- y nada mejor que mantener la afición recurriendo a la lectura, al estudio o a las conferencias para mantener fresca y viva la afición.
Uno de esos folletos que he repasado, que ya voy considerando como rarillo, es una conferencia que Antonio García Ramos dictó en Ciudad Real hace más de tres décadas; el folleto, editado por la Federación Taurina Manchega en 1977, lleva el sugerente título de “El espectáculo más nacional es el menos estatal”. En él, al margen de abordar la dejadez secular que la administración española ha tenido para con los toros, el autor abordaba tres temas curiosos: la posible creación de una reserva taurina, con distintos encastes, por parte de la Administración, el sugerente (aunque poco realizable) tema de las apuestas taurinas en forma quinielística, y la falta de un organismo estatal específico que pudiera abordar globalmente el asunto taurino a imagen de la Federación Española de Fútbol.


No hemos de entrar en estos asuntos, pero sí quiero traerles unos textos que demuestran que entonces ya se tenían por ciertos muchos de los males que hoy aquejan a la ganadería brava y que nada se ha hecho –ni han hecho tampoco las asociaciones ganaderas- en el asunto. Antonio García Ramos, ilustro para los aficionados más jóvenes, fue no sólo abogado de renombre, funcionario de carrera, doctor en derecho, periodista titulado, escritor y crítico taurino en diferentes medios, propietario de una gran biblioteca taurina y miembro destacado de la Unión de Bibliófilos, sino que alcanzó por méritos –algo que entonces no era infrecuente- ser Gobernador Civil. Total… casi nada.
Pues bien, en el primero de los temas, diagnosticará preclaramente:
El verdadero toro de lidia español está en franco proceso degenerativo, pues se crían ahora, con una preferente finalidad comercial, cornúpetas más nobles que bravos, por lo que el purasangre de lidia está en trance de desaparición. Es de elogiar que, durante tres centurias, los ganaderos españoles, sin ayuda estatal [ni europea, añadimos nosotros ahora], sobre la base del primitivo toro ibérico, consiguieron una raza bovina única en el mundo. Pero los apoderados de las figuras del toreo han logrado, en medio siglo, que la mayoría de los criadores de toros de lidia no los manden al redondel para que sean dominados artísticamente por los espadas y sus cuadrillas, sino para que se luzcan con la muleta los matadores [fíjense que dice sólo con la muleta, apostillo] y puedan cortar cómodamente las orejas, sin que importe el prestigio de la divisa”.

La suerte de varas en los inicios del peto (Foto: blog "larazonincorporea")
Soberbio diagnóstico que hace 35 añitos de nada… ya asomaba como una realidad insoslayable: el criador se había plegado a los deseos de los coletudos –postizos- y había transigido ya con la crianza de una res noble, sosa y “colaboradora” antes que continuar con la del incómodo toro verdaderamente bravo y encastado. ¿Desde entonces, cuántas veces puede haberse repetido ese mismo diagnóstico? Nosotros lo hemos dejado por escrito en infinidad de artículos, algún que otro libro y decenas de crónicas, pero ni somos los únicos ni –con seguridad- los que lo hayamos hecho más brillantemente.
Sigue García Ramos comentando:
Se han uniformado las reses para los cosos, tanto en trapío como en temperamento. Todos los astados de pelo negro [hoy, con el enorme predominio domecq, al menos se ha abierto el espectro de capas] y cuernas reducidas sin que se pueda ya por su exterior determinar ramas genealógicas [algo que es una verdad como un templo, por más que haya siempre sus excepciones]. Y en cuanto a sus condiciones de lidia, todos los cornúpetas igualmente pastueños. La actual uniformidad de la bravura, buscando la condición de pacífica para el torero, es el peor mal no sólo para el presente, sino sobre todo para el futuro de nuestro espectáculo nacional.”

Antaño a los toros se les distinguía por su trapío. Estos son del onubense José Carvajal, para la modesta Vista-Alegre, allá por 1915
Grandes verdades que ya entonces pesaban como graníticas losas sobre la fiesta nacional, o de los toros, como gusten. Y con candidez de aficionado –recuerden que Luis Fernández Salcedo siempre defendió, y lo escribió en el colofón de alguno de sus interesantísimos libros, que el 28 de diciembre tienen su onomástica todos los aficionados- abogaba porque…
se recobre el purasangre de lidia y estimo que esta tarea compete exclusivamente al Estado, que debe crear de inmediato una ganadería oficial, no sólo para reserva, sino también para experimentación”.
Ilusión, si no vana, sí al menos utópica que jamás, por desgracia, habrá de verse cumplida. No era el único que abogaba por aquello, sino que cita, en su apoyo, las voces y escritos de Nicolás Salas, Mariano Rubiera, Sánchez Canales, Díaz Manresa, Don Justo, Campos de España, José Antonio Valverde (director entonces de Doñana), Manuel García Aleas (secretario de la UCTL), Domingo Ortega, Victoriano Valencia, Gregorio Marañón Moya… y tantos otros de aquel entonces que igualmente se verían defraudados por la espalda que, como respuesta, ofrecía la Administración al servicio de todos… los políticos.
Como era más bien realista, no dudaba en afirmar:
A los ganaderos de bravo –negocio poco rentable- no podemos pedirles más romanticismos y que una minoría sigan criando toros con temperamento [igual que ahora, insisto], que luego no se los compran sino a bajo precio y para corridas modestas. Pues lo mismo que han conseguido el borrego de lidia, con mayor criarían el toro con mucha vitalidad [no sé si pecaba de exceso de optimismo]. La atinada frase de Antonio Pérez Tabernero: «Si los toros que se caen se pagan más que los que no se caen, los toros seguirán cayéndose», lógicamente cambiaría por la de «Si los toros que no se caen, se pagasen más que los que se caen, los toros no se caerían».”

El toro de hoy para las figuras de hogaño: justo -o menos- trapío, poca casta y nulas fuerzas... y eso que quizá podrían con otras cosas
Fíjense, insisto una vez más, en que liga la falta de casta, la borreguez, con las caídas, algo hoy científica y estadísticamente comprobado y en lo que he hecho hincapié en más de una ocasión. Sigue García Ramos:
Las ganaderías de astados para la lucha en los redondeles se encuentran actualmente en una situación de extrema gravedad, ya que su selección se realiza, por imperativo del mercado, hacia una finalidad, la de eliminar poco a poco la verdadera bravura –el celo acometedor- , para lograr una embestida de sangre de horchata, muy cómoda para el torero [que no moleste, diríamos hoy], pero de muy aburrida lidia para el espectador. Antaño no daban idéntico juego los astados de la Mancha, Colmenar o Andalucía, pues eran de distinta condición: bravucones, celosos, abantos, bravos, revoltosos, mansurrones, etc. Se ha «afeitado» la casta y la nobleza se ha transformado en docilidad. Con exageración. Pasó a la historia el toro y el toreo antiguo. Pero tampoco es admisible el abuso de hoy, el toro demasiado colaborador, en certera frase de Luis Bollaín. Pero al menos consérvese la bravura en su pureza, no para vender para el ruedo, sino como reserva. Lo mismo que en Doñana hacen con el águila real y el lince o en Gredos con la «capra hispánica». Porque en trance de extinción está asimismo el purasangre de lidia”.
Palabras escritas en, un ya lejano, 1977 que siguen resonando hoy en nuestros oídos, que continúan teniendo plena vigencia, que están de plena actualidad. El toro de lidia, su bravura, su casta, su acometividad son los grandes males que, por su ausencia mayoritaria, aquejan hoy de astenia a la fiesta. Sobran ya diagnósticos hay que poner manos a la obra y comenzar de una vez con los tratamientos. 

Se vuela la boina de Las Ventas


“Estaba de Dios”, como se decía hace años. Esta noche, entre las cuatro y cinco de la madrugada la famosa boina de Las Ventas se ha venido abajo. Parte de su estructura –de 160.000 kilos de peso- se ha derrumbado sobre el ruedo y quién sabe si sobre las filas de tendido, porque hasta ahora no se han valorado ni inspeccionado los daños producidos. A fuer de agoreros, decíamos apenas hace un par de días lo siguiente: “¡Qué bonita es la cubierta! Ahora que como empiecen a oírse crujidos, chasquidos o se vean leves movimientos de las varillas del paraguas, lo del Madrid Arena puede quedarse chico…” (http://recortesygalleos.blogspot.com.es/2013/01/mentirosos.html).

Portada de la noticia en ABC.es (sin foto de la catástrofe)
Pues el paraguas, simplemente con el viento (ese que pretendían evitar las lumbreras de los gestores, “bastión de Las Ventas” a la cabeza), se ha dado la vuelta y se ha derrumbado. Parece que ahora están cambiando de opinión y que se deciden por el "no se conocen las causas del hundimiento", la información evoluciona en minutos... Imagínense lo que podría haber sido si la plaza hubiera estado ocupada, y las consecuencias de una huída masiva del escenario de la catástrofe, algo que tampoco –se lo digo yo- estaba previsto con el respectivo plan de evacuación (que no es el del coso en circunstancias normales, ya que se trata de un recinto cerrado y cubierto). El viento… ya, ya, y eso que la cubierta provisional no superaba el perfil de la parte superior del coso, ha sido el supuesto responsable… ¡Claro como que a las cuatro de la mañana no estábamos ninguno para medir la intensidad con  la que soplaba Eolo! Y yo que me lo creo muy poquito…

Portada de la edición digital de La Razón (con foto del hundimiento). Imagínense estar debajo de esas 160 toneladas de lona y metal
Así que Taurodelta, cuya soberana inversión de cuatro millones de euros –en unión a Warner Music- ahora tendrá que hacer frente a la retirada de escombros, reparación de desperfectos  y sin posibilidad de recuperar con esos programados espectáculos –o la totalidad de los mismos que ahora habrían de celebrarse al descubierto- los dineros mal-empleados. No importa, todo ello saldrá de los abonos que unos cuantos tontos –sólo los que pagamos, respiren los que apoyaban el invento sin pasar por taquilla- habremos de embolsarles con el abono de San Isidro 2013. Y bien, ¿de dónde saldrá el salario de empleados, diestros o ganaderos de esta próxima temporada…? Si ya atravesaban dificultades económicas, como hemos señalado, ¿cómo hará Taudelta frente a los gastos de la nueva temporada? O dicho como en el chotis “La Chica del 17”, ¿…de dónde saca para tanto como destaca?, como es posible que mantengan los gastos que genera Madrid, teniendo ya gastado parte del abono de 2013 y el desastre de la cubierta.

Portada de la noticia en la edición digital de El Mundo (que incluye después la foto del Titanic...)
También mencionábamos esta trágica posibilidad en una entrada del 3 de diciembre de 2012 (http://recortesygalleos.blogspot.com.es/2012/12/la-boina-de-las-ventas.html): “Cuatro milloncejos de euros de gasto, eso sí, para dejar la plaza cubierta en los meses invernales… durante este próximo año. Ya veremos si aguanta… no el peso de la boina –que me imagino contará con los estudios técnicos adecuados, teniendo en cuenta los graves problemas de cimentación y humedades del añejo coso madrileño, aunque están los tiempos como para fiarse tras del desastre del Madrid Arena- sino la fiesta en sí misma…”.
Según ABC, “Desde el Gobierno regional se informa que el proyecto de cubrir la plaza se ha suspendido para esta temporada y que, en todo caso, se retomará a partir del próximo mes de octubre, cuando concluya la temporada taurina”, o sea como el que se empecina en el error y sólo rectifica a peor... la Comunidad –que ya me dirán que les va en ello (¿o sí que les va…, mediten?)- nos asegura que en Otoño próximo volverán a la carga –y a la prueba de esfuerzo, me imagino-. El consejero y portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, ha afirmado: "No asumiremos el más mínimo riesgo por seguridad de los ciudadanos con la construcción de cubierta de Plaza de Toros proyectado por Taurodelta”… por el momento, claro. Repetimos, imagínense que esos 160.000 kilos de metal se hubieran derrumbado sobre las gentes que ocuparan los tendidos de Las Ventas, esos mismos supuestos espectadores ¿se atreverán a llenar el coso a partir de ahora? No les quepa la más mínima duda, habrá gente pa tóo, como dicen que decía el Guerra. 
Mi edificio, el suyo, y el de todos los madrileños, ha soportado ese supuesto huracán nocturno..., ¿qué seguridad, por tanto ofrecía el paraguas? ¿Y querían que pagáramos para meternos debajo...? Y como ven en la foto semi-aérea no hay carga que valga... simplemente se ha derrumbado por el peso de la estructura y la lona, mentirosos (vean el video que publica, por ejemplo, libertad digital: http://videos.libertaddigital.tv/2013-01-28/se-desploma-la-nueva-cubierta-de-la-plaza-de-las-ventas-PAEVdOXKDpQ.html).

El Mundo incluye esta foto de la catástrofe, con el asombro del bueno de Manolo
Decían que la cubierta se desmontaría en 8 días y lo han superado, no hay como la superación para el triunfo. ¡Qué ocho días, en tres y para abajo! ¡Enhorabuena! Y también enhorabuena a todos los que nos hemos salvado de la catástrofe… al menos podemos contarlo. 

sábado, 26 de enero de 2013

Mentirosos


“Antes se coge a un mentiroso que a un cojo”, dice el refrán popular.  Y ahí andamos. Superada la intestina guerra entre Ayuntamiento y Comunidad de Madrid por la boina de Las Ventas, tras la actitud de la Comunidad por el desastre del Madrid-Arena y la firma de Botella contra las medidas económico-sanitarias de la Comunidad, el tapa calvas de José Antonio Martínez Uranga luce ya en toda en su extensión y circunferencia sobre la antaño llamada plaza de toros de Madrid, mañana quizá Polideportivo Las Ventas.
Ya tenemos un coliseo más. Uno de esos que, como en el caso de La Coruña, San Sebastián o más próximamente  Vista Alegre, sólo sirven para otras cosas que no sean los toros, o para apenas unos tristes festejos cubiertos y sin público (caso de la Bella Easo, entiéndanme). 

Ejemplo de cómo quedaría la cubierta
Y ahora, el inefable Choperita, que nos prometió su retirada –como también hizo, véanlo, el presidente de la Comunidad, Ignacio González- para el inicio de la temporada taurina, se descuelga ante Rosario Pérez, en ABC, diciendo que su intención es mantener la cubierta –si la Comunidad se lo permite- hasta mayo. ¡Hasta mayo! No sólo el inicio de temporada, sino también los festejos de abril… y hasta mayo. Cabría preguntarse hasta qué mayo habla…
Ignacio González, al que desde la tribuna periodística madrileña se alaba sin mesura –si es tan gran aficionado, ¿cuándo va a los toros?, si no es algún día de postín y de refilón-, ya dijo, en el inicio de la instalación de la boina, que la misma se retiraría para el comienzo de la temporada… pero ¡ca!, ahora se nos va allanando el terreno para cambiar de idea, postura u opinión. Siembra que algo queda. Se ha abierto, también, una encuesta, ¡madre de Dios!, en el mismo diario, para apoyar con ese referéndum a la cubana el mantenimiento de la boina madrileña… y como es lógico gana el “sí quiero”, que para eso se ha hecho y vota el que quiere y cuantas veces quiera. Seguro que entre los opinantes están el 100% de los turistas que acuden a la soberbia programación Taurodeltiana de extra ferias (tampoco la de ferias es mejor, pero cuenta con el abono semi-cautivo de varios millares de incautos, como el que subscribe), y están también el 100% de los aficionados de “todos los domingos y fiestas de guardar”. ¡A que no! Pues claro que no. La campaña de propaganda a favor del gorro invernal, se amplía a la primavera madrileña, todo en un afán recaudatorio que no consigue la empresa que peor ha gestionado y gestiona el espectáculo taurino en Las Ventas de TODA LA HISTORIA. Ya arrendaron una plaza cubierta en Madrid, Vista Alegre, ¿se acuerdan?, y ¿qué programación taurina ofrecieron en ella en esos años?

Cuando se comenzó su colocación, antes de la guerra Ayuntamiento-Comunidad... ¿cumplirá ahora la legislación sobre recintos para espectáculos públicos cubiertos...?
Ahora nos anuncian la boinificación de Las ventas, para rentabilizarla con otro espectáculos ajenos al fin que la vio nacer y que la ha mantenido activa durante… ¡¡¡81 años, nada menos!!! Ochenta y un años sin que haya necesitado ser cubierta para que en ella se hayan logrado las más altas cimas artísticas en el arte de Cúchares, o se hayan celebrado infinidad de otros festejos, espectáculos, mítines políticos, conciertos, verbenas o bailes. Pero la pésima gestión choperitil sólo puede sostenerse, al parecer, si logran ese contrato con Warner Music para rentabilizar el coso. ¡Qué se lo digan a su primo, Manolo Chopera, que en gloria esté! Increíble pero cierto. Ese Manolo Chopera, Manuel Martínez Flamarique, que logró llenar la plaza en innumerables ocasiones, incluso en verano, que aumentó al doble el número de abonados de la plaza, de los que han vivido los chupópteros actuales… Y todo ello, repetimos, cuando andan circulando pagarés sin cuento para pagar con la venta de los abonos del próximo San Isidro 2013, a toreros o ganaderos de 2012. Y la Comunidad, que preside don Ignacio González, velando por el buen uso de un espacio público de todos los madrileños –la plaza pertenece a la Comunidad y no a él, ni mucho menos a Taurodelta- permitiendo un desembolso de cuatro millones de euros cuando todavía no se han pagado los gastos de la temporada anterior… ¿Hay quién lo entienda?
Todo son alabanzas en el artículo a la gestión de Taurodelta... ¿pero han reparado lo que nos ha ofrecido en los últimos años? Pues no, para qué, como se decía en mis días juveniles, cómo se nota quién va gratis a los toros...
Se nos anuncian, en el “publi-reportaje”, grandes mejoras a los aficionados… A partir de ahora, prometen los toreros que siempre van a torear con más ética y verdad, con arte y gusto exquisitos, más templados que nunca y con mayor estética, y los ganaderos nos auguran mayores dosis de bravura, toreabilidad o casta… ¿Se puede ser más simple, más mentecato…? Y la empresa nos asegura mayores dosis de “comodidad” (¡¡!!). Es decir que, por estar a cubierto, los asientos se van a reblandecer y mullir, el respaldo va a hacer acto milagroso de aparición, el espacio y la distancia entre localidades a aumentar y el sitio para descansar las piernas a prolongarse “hasta el infinito y más allá”… Hombre, sí, es verdad, no se mojarán los que antes se mojaban... si es que llueve durante el festejo, quizá haga menos viento, si es que Eolo sopla… pero, ¡ojo!, con ello la empresa no tendrá excusa para suspender como ya hizo la temporada pasada a pesar de que nada caía al inicio de la corrida… Muy bien, señor González por mantener a la empresa en activo…, enhorabuena.

Ejemplo de toro de Las Ramblas que la empresa nos ha "regalado" este año (Foto: lasventas.com)
Para el “bastión de Taurodelta”, como se le llama en ABC, «La comodidad será mucho mayor, con calefacción y tapados, en unas fechas en las que lo normal es que haga mal tiempo». Para Uranga, metido a temprano meteorólogo, la comodidad sólo consiste en estar con calefacción y “tapados” –como en el cuplé-… se ve que con la edad va echando de menos las pantuflas, la bata y la mantita con que ver la TV… de Molés… Oiga, ¿y si hace calor en esas fechas…, qué hacemos? Al parecer, y con enorme clarividencia para con el negocio taurómaco, para José Antonio Martínez Uranga, el secreto de que la gente vaya a los toros radica en lo siguiente: “Para captar espectadores es primordial que se sientan cómodos en una época en la que existe una amplia oferta de espectáculos”. ¡Ostras Pedrín!, no que los carteles sean mejores, más interesantes, o que se haga más publicidad, o que se convoque a más gente ofreciendo mayores emociones, o que se regalen entradas o se baje su precio, no, la cuestión radica en que el que vaya a ver a Pelé y Melé ante novillos de la ganadería de “Sangremustia”, se “sientan más cómodos”; ¡ojo, de nuevo!, “SE SIENTAN MÁS CÓMODOS”, no que lo estén… Sobre todo porque “existe una amplia oferta de espectáculos”… lo que hay que leer por ahí: es decir, que la gente, como han techado la plaza, preferirá su pétrea e incómoda localidad de granito u hormigón a la mullida butaca del cine donde proyectan Lincoln, El Hobbit o la última entrega de los vampiros adolescentes. ¡Atención, ese es el gestor de Las Ventas!
Por cierto, ¿qué pasa con la iluminación en caso de que el festejo se alargue?, porque los focos están por encima de la cubierta… ¿Habrán previsto ponerlos en el anillo central y tendrán la suficiente intensidad o estaremos en semi-penumbra? ¿Costará lo mismo un tendido de sol o, aprovechando la cuestión, pondrán el famoso cartel de “oi no ai sol” y todos a pagar como en la sombra? ¿Qué harán si la temperatura aumenta y el bochorno interno se hace insoportable, como sucede en tantos cosos cubiertos… que al menos tienen el techo practicable o corredizo? ¿Pondrán más calefacción…? ¿Y qué ocurre si los olores a fritanga (debajo del nueve y en la sala VIP) o a heces de vacuno resultan insufribles… eso aumentará la comodidad del público?
Otra cuestión es la del público abonado… al “gallinero”, palabra de la audaz reportera de ABC. Al parecer, por cierto, ese gallinero sólo tiene como público abonado a mayores de 65 años o jóvenes  no sé si semi-imberbes. ¿Dónde quedamos los demás, abonados en gradas o andanadas? ¿En el limbo de los justos, suprimido ya oficialmente por la jerarquía? Hay algunos que como sólo van de regalo a localidades bajas se ve que no han reparado en la existencia de una humanidad doliente… Solución “choperitil”: «Los 2.200 abonados de la tercera edad bajarán al tendido sin sobrecoste alguno. También los menores de 25 años», explica Martínez Uranga. Y los demás… qué. Pues no lo sabemos, esperemos entrar en cualquiera de los dos colectivos y hacernos con ello merecedores de igual benéfico y filantrópico trato, porque TENEMOS DERECHO, RECONOCIDO POR LEY, A QUE SE RESPETE EL ABONO, LA COMPRA PREFERENCIAL DE LA ENTRADA, EL PRECIO DE LA MISMA, TODA LA TEMPORADA. O, es que acaso habrán de obligarme a gastar más en un tendido alto o bajo, cuando yo quiero pagar mi grada o andanada -sacando mi entrada con la anticipación correspondiente-. El precio medio en Madrid se incrementará una barbaridad, y aquello de que era barato ir a los toros en Madrid pasará a los libros de historia. Nada de ir por cinco euros a los toros; a partir de ahora la entrada más barata del coso será un tendido alto de sol -fila 27, más arriba que en muchas plazas de toros- por 10,70 euros (más del doble, precios de 2012, SIN LA SUBIDA PARA ESTE AÑO). Vayan pensando… con ello la empresa pretende que todo lo que se recauda en andanadas y gradas pase ahora a ser recaudación con precios de tendido, lo que ni siquiera está bien para el turista ocasional, ¡oiga!

Otra fiera de 2012, Dudosillo, de Valdefresno (Foto: lasventas.com)
Así que, usted, modesto aficionado con sueldo de funcionario a la baja, mil eurista escaso, parado o sufrido autómono víctima de la crisis, podrá disfrutar de los toros un domingo de abril… a mucho mayor precio porque le han colocado una boina al ruedo… Amén.  Así yo también hago negocio. Tendrían que haber puesto la boina sólo a partir de la fila 15 del tendido, y con ello nos obligarían a sacar entradas de tendido bajo, barrera o contrabarrera, ¡qué falta de ambición...!
Y, me pregunto, ¿esas personas mayores o jóvenes del “gallinero”, dónde se colocarán si se vende el abono completo en uno de esos días? Imagínense que, por un milagro divino, o por la intercesión de San Pedro Regalado, el domingo de Resurrección la empresa programa un cartel de campanillas (desde luego tiene que haber intercesión del Altísimo...); imagínenlo. Y que todos los abonos de sombra, porque la reventa está en ello o porque a los de la multinacional de turno les da por ahí, sacan su abono junto con el aficionado habitual… Y se llena el diez bajo y casi el alto..., ¿dónde metemos a los “ancianitos” de la andanada del 10? En el cinco, acaso… Y si no quieren ver la corrida “al revés”, ¿qué? Si hay 14.000 abonos poco más o menos –después de la pérdida de éstos por la “incesante mejora en el espectáculo” de Taurodelta- y quedan 16.000 localidades libres, ¿no podría darse el caso de tener que reubicar a muchos abonados en otros tendidos? Eso sí para el “bastión de Taurodelta”, lo que importa es que con la cubierta, y augurando una entrada de 12.000 personas en Ramos o Resurrección, «la plaza daría el aspecto de llena, algo maravilloso y acogedor». ¡Qué monada! ¡Qué acogedor…! ¡Maravilloso! Doce mil personas llenando un coso de 24.000…, pues será que nunca antes se hubo llenado… ¡Qué gestión tan… maravillosa! ¿Pagarán estos festejos los taurodeltianos, o darán pagarés para final de temporada, o mejor para abril de 2014, a cobrar con el abono del siguiente año…?

Las pirámides de Gizah, algo que Martínez Uranga cita como ejemplo de arquitectura trasnochada
El “bastión de Taurodelta” arremete contra opiniones contrarias con sólidos argumentos: «Oiga, según esa teoría —dice el empresario—, estaríamos con las pirámides de Egipto en la Plaza Mayor. El progreso es el progreso, por mucho que algunos se inclinen por el sol y las moscas. Ya sé que Belmonte toreaba sin cubierta... Pero se puede ser purista y no ir contra la modernidad. Con lona o sin ella, la prioridad seguirá siendo el toro, pero ojalá podamos aprovechar la cubierta». ¡Toma ya! No sé qué tienen que ver las pirámides de Egipto en esto, si quizá cree que deberían construirse en la plaza mayor de Madrid, o si considera –quizá por la edad- que la plaza mayor madrileña (que data de 1619) es ejemplo de plena contemporaneidad arquitectónica… Pues claro que Belmonte toreaba sin cubierta, y Joselito, y Granero, Marcial, Chicuelo, Barrera o Villalta, y Gitanillo –Curro-, Manolito Bienvenida, Armillita o Cagancho, y Pepe Luis, Manolete o Dominguín, y Ordóñez, Camino, Puerta o el Viti, y Manolo Vázquez y Antoñete, e incluso Ojeda, Ortega Cano o César Rincón, y también Espartaco, Joselito, Ponce, José Tomás o Morante. Y todos cuantos en el mundo han sido, porque no ha existido cubierta en Madrid hasta el momento (aunque de lo que les ha servido a los taurodeltianos en Vista Alegre…). No sólo Belmonte, oiga… Y no ha pasado nada, más bien al contrario, han triunfado cuando tenían que triunfar, con sol y con lluvia, con viento y sin él. 

Curro Romero, Paco Camino, Diego Puerta y el mayoral de Benítez Cubero, en Las Ventas, algo que al parecer sólo es posible ya si se pone la cubierta
Pero, lo que todavía nos asombra más es que su prioridad “es el toro”, ¡atiza!, el toro. Madre mía…, pues bien que han hecho dejación de ello; basta con repasar cifras y números y ver el baile incesante de corrales de estos años… en el mismísimo San Isidro. ¡Qué desvergüenza! Dice que los contrarios a la imposición boinificadora gustan de “sol y moscas”. Pero si lo que nos venden habitualmente, precisamente, son carteles en forma de moscas tse-tse, que aburren y duermen al más pintado (repasen los últimos San Isidro). En la práctica demagógica habitual, en vez de buscar argumentos a favor, suele ser de extrema utilidad desacreditar al adversario mediante supuestas afirmaciones absurdas o gratuitas puestas en sus labios. “Sol y moscas”, dice Taurodelta a través de su bastión, que gustamos los que no queremos el tocado cefálico del coso. Pues mire usted, don listo, ni sol, ni moscas. Uno tiene su abono en sombra y las moscas… me mosquean. Así que ni sol ni moscas, pero allá cada cual, porque tan respetable es mi postura como la contraria. A usted, “bastión de Taurodelta”, al parecer sólo le gustan las cubiertas para que el aficionado pague tendidos bajos en vez de andanadas… ¿a qué la comparación le gusta, simpático mozo?

No para ahí la cosa, además, sino que la “oficialidad” madrileña ya ha resuelto que en caso de que a Madrid le correspondan los JJ.OO. de 2020 –Dios no lo quiera-, la plaza servirá de sede olímpica, con la citada cubierta para parte de los deportes que habrán de celebrarse, por ejemplo, baloncesto. Teniendo en consideración que los JJ.OO. se celebran en julio y agosto, es decir en plena temporada taurina… ya ven dónde nos conduce aquello. Además, las instalaciones habrán de estar preparadas y ser supervisadas con semanas o meses de anticipación, por lo cual… es posible que la temporada madrileña, si no se va al traste ese año, al menos se vea notablemente afectada. Ah, pero eso no importa, porque Taurodelta (que seguro sigue siendo la empresa para entonces, so pena de que González, a quien le parece la MEJOR EMPRESA DE LA HISTORIA –palabras suyas en la COPE ante el que subscribe- haya pasado a mejor, o peor, vida política) podrá organizar conciertos y galas musicales o quizá hasta espectáculos de toreo de salón en la cancha deportiva de Las Ventas. ¿Se acuerdan cuando doña Esperanza Aguirre organizó el máster de tenis…? Varios festejos al traste y aquí paz y después gloria económica… Pues eso elevado a la enésima potencia. ¡Qué bonita es la cubierta! Ahora que como empiecen a oírse crujidos, chasquidos o se vean leves movimientos de las varillas del paraguas, lo del Madrid Arena puede quedarse chico…
Y puestos a ello, ¿por qué no cubrimos el Bernabeu, el Calderón, el circuito del Jarama o el hipódromo de la Zarzuela, la pradera de san Isidro o la Casa de Campo? Sin viento y sin mojarse... todo sería siempre mejor, el Madrid y el Atleti siempre ganarían -excepto en enfrentamientos entrambos-, los pilotos no correrían... peligros meteorológicos, los caballos no cogerían una pulmonía -que para algo les ponen mantas, como quiere Uranga con nosotros-, los isidros bailarían felices y la paz y la conjunción serían felizmente universales. 

jueves, 24 de enero de 2013

Nuevos datos sobre la ganadería navarra de Raimundo y Jorge Díaz


No es demasiada conocida la historia de una de las grandes vacadas de ganado navarro del pasado siglo XIX que alcanzó a conocer los inicios del XX, la ganadería de Raimundo Díaz. Y ello a pesar del extraordinario estudio que Ramón I. Villanueva realizó hace apenas unos años en el marco del Aula de Tauromaquia de la Universidad CEU San Pablo. Mi buen amigo Villanueva, grandísimo investigador y divulgador de la ganadería navarra (quien más ha profundizado en ella a lo largo de sus varios siglos de historia), traza un magnífico recorrido de la vacada de Peralta desde el momento en que Raimundo Díaz se hace con ella, hasta su ulterior venta por su hijo Jorge Díaz en 1902. Nada tiene que ver con la misma la que el primo de éste último, Cándido Díaz –y luego sus herederos- poseyeron a principios del siglo XX, ya que en ella, sobre la base de ganado que había pertenecido a Pérez de Laborda (a través de Camilo Beriaín), se introdujo sangre de Villagodio (vacas) y Clemente Herrero, en 1914 un semental de Guadalest, otro de Carmen de Federico en 1920, y en 1921 45 vacas del Conde de Santa Coloma y 150 más de procedencia Albaserrada, ya en manos de José Bueno. Nada del ganado navarro de su primo Jorge Díaz pasó a formar parte de la ganadería de don Cándido.

El folleto de Ramón Villanueva sobre la ganadería navarra de los Díaz
El origen de la ganadería de Raimundo Díaz se encuentra en la adquisición que hizo éste de la vacada de Bermejo, en 1864, tal y como nos cuenta Villanueva a la vista de un cartel de Vitoria que así lo afirma (se lidiaron toros de José Bermejo, “hoy propiedad de Raimundo Díaz”). Es muy posible, como relata el historiador navarro, que la de Bermejo se formara, allá por 1829 con reses de la marquesa de Funes, Dª. María Concepción Jiménez de Tejada. Raimundo Díaz, además, compraría sobre 1871 la vacada de Miguel Poyales, otra ganadería importante del ámbito navarro, añadiendo a las reses que ya poseía las de este criador corellano. No habremos de extendernos en pormenores, porque ya Ramón Villanueva ha aportado un notable caudal de datos que podrán satisfacer al más curioso. De Raimundo pasó, a su fallecimiento en 1886, la vacada a su viuda, Nicolasa Solano, pero ya la manejaba don Jorge desde 1878 en vida de su padre (en el testamento paterno, por cierto, la vacada pasaba a su viuda y de ésta a dos de sus hijos, el mentado Jorge Díaz y su hija Teresa, con la particularidad que la parte de ésta habría de ser llevada por Jorge y que no pudiera desprenderse de la misma sin la aquiescencia de su hermano).
La ganadería de Díaz pronto se situó entre las más grandes de las navarras, a la altura de Carriquiri-Espoz y Mina, Lizaso, Zalduendo o Pérez de Laborda, presentándose en Madrid el 3 de septiembre de 1865 y ganando algún concurso en Pamplona, a la vez que daba reses para Bilbao, Zaragoza, Pamplona, San Sebastián, Logroño, Soria, Teruel y otras muchas plazas del norte de España.

Imagen de la antigua plaza de toros pamplonica, en corrida de prueba matutina, con ganado navarro
Lo que no quedaba claro, e intentaremos aportar ahora nuevos datos, es como se deshizo la ganadería en una fecha que hasta ahora se presuponía o afirmaba sin demasiada base documental. Hemos hallado para ello, un interesante artículo en la revista Sol y Sombra, firmado por Joaquín Bellsolá (Relance), en el que el crítico y escritor, amigo personal del ganadero –además- nos aclara pormenorizadamente cual fue el destino de las reses de Jorge Díaz y como pudo continuar su simiente en otras conocidas (más o menos) vacadas.
Relance, en su artículo titulado La ganadería navarra de los Hijos de Díaz acaba de deshacerse (Sol y Sombra, Año VI, núm. 311, de fecha 13 de noviembre de 1902), en 1902, comienza haciendo un repaso histórico de la vacada, subrayando los principales datos que hemos mencionado y que Villanueva recoge también de otras fuentes documentales, aunque afirma que don Raimundo Díaz forma la misma en 1857. Si tenemos en consideración que se presenta –por vez primera que conozcamos- en 1864 en Vitoria con ganado propio, no sería extraño anteceder el origen de la ganadería al menos hasta los últimos años de la década anterior… ¿y por qué no en 1857? Quede, por el momento esa fecha como probable. Acierta Relance con la fecha de presentación de la vacada en Madrid, en esa decimotercera corrida del “abono” madrileño. Sin embargo se equivoca en la fecha del fallecimiento de don Raimundo que sitúa en 1887, un año después de la fecha real, aunque es cierto que ya en poder de su viuda, ésta cede su dirección –como lo había hecho su marido- a su hijo Jorge Díaz.

Un toro de Jorge Díaz, anunciado en los carteles como Hijos de Díaz
Con Jorge se incrementaría el prestigio de la vacada, y realizaría dos cruces para aumentar el trapío del ganado y poder lidiar en plazas de mayor responsabilidad. Los cruces eran conocidos, e incluso al de Miura se le ponía fecha, pero Relance es más preciso: “llevan­do a cabo, más tarde, dos cruces: el primero echando a las vacas un novillo de Miura, el año 1889, y el se­gundo, el año 1898 con dos novillos de Concha y Sierra, los cuales padrearon durante cuatro años, dejando tan buena semilla como mala la había dejado el procedente de la casta de los Gallardos del Puerto”. Lo que no termina de aclararnos, y quede pues ahí la duda, es si los sementales se echaron en tales años, o fue en aquellas fechas en las que se estrenaron –como afirma Villanueva- los resultados de la cruza.
Tras recorrer la historia sumaria de la vacada y recrearse en los ejemplares notables de la misma, Bellsolá nos informa de que el ganadero lidiaba en cosos como los españoles de Zaragoza, Pamplona, Vitoria, San Sebastián o Logro­ño, pero también en los franceses de Burdeos, Dax, Toulouse y Bayona. Pastaba la misma en predios que Villanueva había encontrado en documentos archivísticos, como los sotos de de Gil, Abajo y Pozas, de propiedad de don Raimundo; pero Relance los amplía con una buena porción de nombres: “La Roza, Soto Bajo y Soto Gil, y están si­tuados entre los dos pueblos citados y bañados por el río Arga, habiendo tenido aquéllos en arriendo mu­chos años los del monte Egea (Aragón), Granja Dimas, de Mendavia (Navarra), y Soto Alfaro, de Milagro, también en Navarra”. Hay, como ven, alguna diferencia semántica en los sotos de su pertenencia, La Roza por Pozas, Soto Bajo por Soto de Abajo, aunque Gil aparece bien en ambos lugares; a todos ellos añade los arrendados, dato novedosos que incrementa lo que conocemos sobre la ganadería.

El último cartel de Pamplona donde aparece la vacada de Jorge Díaz (Sres. Hijos de Díaz) en el escudo inferior derecho
Y entra Bellsolá en el reparto de los restos de la vacada que acababa de vender su “buen amigo” Jorge Díaz. Las vacas eran 184, y se dividieron en tres grandes lotes:
1.- Primer lote: las vacas con becerras (que incluye las crías): compuesto por 54 de ellas más las rastras, qyue fueron “vendidas al Sr. Urzáiz, de Zaragoza, sobrino del ex  - ministro del mismo apellido”.
2.- Segundo lote: las madres con becerros (machos): compuesto por 56, sin contar los hijos, “adquirido por un tratante aragonés apodado el Templao”.
3.- Tercer lote: Las vacas sin cría: compuesto por 74 vacas, adquirido por Fermín López Vergara, de Tudela.
Y añadirá que “Los bueyes continúan cumpliendo su pacificadora misión entre los 156 machos, con los cuales se ha que­dado el ganadero, correspondientes a cuatro años, habiendo 20 cuatreños, 86 utreros, 48 erales y 52 añojos”. Esto es, había 20 toros de saca, un buen número de utreros, hasta 86 –algunos se quedarían para toros y otros se lidiarían como novillos o por las calles-, al margen de un número bastante coherente de erales y añojos, en torno de los 50 de cada cual, que comparado con las 56 vacas con becerros es uniforme y supone un número estable de crías en los últimos años; es decir que la vacada venía manteniendo en los últimos años del XIX y principios del XX, un número de productos bastante parejo.
Relance afirmaba que muertos los últimos machitos en 1906, la ganadería desaparecería por completo. Y aunque no sepamos dónde se lidiaron muchos de ellos –probablemente en festejos populares de escaso o nulo eco mediático-, Villanueva nos cuenta que aun se lidiaron 6 en el estreno de la nueva plaza de Tolosa en 1903 y otro en San Sebastián el 30 de agosto de igual año, última referencia que tenemos de los machos de la vacada navarra.
Nos queda por conocer qué fue de los lotes de Urzáiz y del tratante el Templao. ¿Pudieron proceder de aquellos los lotes que fueron a parar a Pobes y Santos, como afirma Samuel Tena Lacén (“Toros de Lidia. Breves apuntes históricos y descriptivos de las ganaderías bravas de España, Portugal y América”, Madrid, 1907)? No sería nada extraño; los ganaderos Mariano Pobes y J. Santos eran también de Zaragoza… y la obra menciona que “El origen de esta ganadería no es muy remoto. La fundó D. Raimundo Díaz... Dicho señor Díaz emprendió la obra de construir una buena piara brava, para lo cual trabajó con gran  tesón y perseverancia…”. De éstos pasaría la ganadería a don Mariano Catalina y de ahí una parte pasó a manos del torero Villita que ya poseía una vacada de origen navarro desde principios de siglo.
Villanueva nos recuerda que el Diario de Navarra publicaba un escrito, el 1931, en el que se podía leer: “Al deshacerse don Jorge Díaz de la ganadería, se quedaron con los machos y hembras de la misma, don Fermín López, de Tudela y el ex torero Villita de Zaragoza. En la ganadería de Fermín López Vergara todavía quedan los últimos vestigios de la que hace más de cuatro lustros fue famosa ganadería de don Jorge Díaz”. ¿Pudo adquirir Villita otra porción del ganado de Jorge Díaz antes de lo de Mariano Catalina? Es una posibilidad, desde luego, porque también pudo comprar lo de Urzáiz o lo del Templao… Sin embargo el anuario de “Toros y Toreros en 1924”, de Uno al Sesgo y Don Ventura, nos dice que la de Nicanor Villa Villita se formó con reses de Pobes y Santos a las que añade las de Constancio Martínez. El “Registro de Ganaderías 1926” de la Unión de Criadores de Toros de Lidia (Madrid, 1926), afirma que la procedencia del ganado de Nicanor Villa era Jorge Díaz y Constancio Martínez, sin más detalles, así que todo es posible. 
Dudas que, por el momento, y a pesar de la nueva luz aportada, siguen manteniéndose a la hora de historiar ésta u otras vacadas de casta navarra. 

martes, 22 de enero de 2013

Triunfo del Juli en la México


No podía ser de otra forma. El Juli ganó la apuesta, el mano a mano, con el semi neófito Silveti, y acabó a hombros en su enésima actuación en el monumental coso de Insurgentes. Falló a espadas ante su primero, una res mortecina, rajada y escasa, ante la que anduvo absolutamente sobrado. Triunfó, con más penas que glorias, en un segundo toro de su lote, en el que su toreo dominador y poderoso hubo de ceder terreno al tremendismo por las escasas condiciones de su oponente… y no hubo opción con el quinto de la tarde que para nada serviría.

El Juli a hombros en el coso de Insurgentes
Pero la historia nos la habrán contado los medios oficialistas, y tantos otros, de forma más bien diferente. Empecemos, como hacen algunos aficionados y críticos imparciales de México, por el comienzo, que es por donde han de empezar todas las cosas. Como ya augurábamos días atrás, el lamentable encierro previsto, de don Fernando de la Mora, ante la inundación de comentarios adversos en las redes sociales, hubo de ser remendado con tres toros de Montecristo. Tal fue el cúmulo de críticas –ni fuimos nosotros solos, ni las nuestras, seguro, hubieron de hacer mella en ningún taurino al uso- que empresa y lidiadores tuvieron que afrontar la cruda realidad; la novillada no valía en conjunto, y tan sólo podían, con manga ancha, salvarse tres de los siete mostrados en las fotos del primer reconocimiento
Bueno está lo bueno. Así que las hazañas épicas, los inconmensurables manos a manos… ¡se construyen sobre la propaganda más que sobre la ética de comprobar quién es el mejor ante las reses más encastadas, serias y duras del panorama ganadero! No sé si les suena… La verdad es que las figuras de aquende o allende el Atlántico no parecen haber cambiado sus hábitos y costumbres ante la penuria y crisis de la fiesta actual. ¡Faltaría más! Un encierrillo de cucarachas preparado y envuelto para regalo y a ver si así convencemos al respetable de la inmensidad creadora del arte, la ética y el riesgo ficticio.
No funcionó… por esta vez, porque las redes sociales tienen su notable peso en una sociedad informatizada como la nuestra, pero a poco que se hubieran empeñado, o que no hubiesen divulgado –como bien suele hacer la empresa mexicana- las fotos de los “presuntos”, hubiera colado como el mismísimo encierro de aquellos toros de Coruche que a principios del siglo XX espantaban… hasta a los de las andanadas madrileñas del momento. Cuatro se fueron para casa… y tres de Montecristo (bonito nombre, por cierto, pero falso como el beso de Judas, acuérdense de la novela de Dumas padre) vinieron a remendar, sin remedio, el desaguisado previo. ¿Mejoró con ello el panorama? Pues mucho no; pero al menos no nos mostraron las impúdicas fotos de aquella pornografía táurica y asunto arreglado; la moral, usos y buenas costumbres quedaron a salvo.
Y se celebró el festejo. Y como no estuve por allí, permítanme que recoja las impresiones de quienes como espectadores físicos del espectáculo, si han vertido su opinión sobre el ganado, alaben con mesura o desmesura o critiquen la actuación de los diestros…, que de todo hay pese a triunfos y salidas en aúpa.

En el portal “De sol y sombra”, el Guerra comienza la crónica con un título esclarecedor: “Plaza México. 14ª Corrida de la Temporada: Faltó la sal en insípido mano a mano”, que pone los puntos sobre las íes en la ausencia de ganado digno de los epítetos con los que suelen anunciarse en los carteles. Y comentará: “Durante la semana previa al festejo, una vez aprobado el encierro originalmente reseñado de Fernando de la Mora, comenzaron las ruidosas protestas en las redes sociales por parte de un nutrido sector de un público que se sentía defraudado por el encierro terciado que habían seleccionado las administraciones de los coletas. Ante el tono elevado de las protestas y sabedores los protagonistas de que la tormenta les reventaría si no actuaban con cierta lógica, la empresa, autoridades y  apoderados decidieron echar para atrás tres de los toros mas anovillados de Don Fernando de la Mora, que a la postre serian sustituidos por tres de mejor presentación de Montecristo”. No obstante los elogios a Julián López, el comentarista dirá que “Esos mismos principios de igualdad y de señorío deberían de haber quedado patentes el día de ayer si “El Juli” hubiera optado por seleccionar otro ganado, ya que una vez más su capricho de torear toros de Fernando de la Mora le paso factura como la temporada pasada. Aunque es preciso señalar que en las dos ocasiones se reivindico con actuaciones solventes como las de ayer, dignas de un torero de época como lo es Julián. Sin embargo la actuación de “El Juli” parecía un flash back de una faena que le hemos visto una y mil veces en la México, ante toros descastados como los que lidió ayer. Tanto poderío y conocimientos desplegados por el madrileño, terminaron en un acto carente de emoción y de la necesaria sensación de peligro que debe trasmitir el toreo, cuando se le hace a un toro bravo”. Para el Guerra el diestro madrileño, en el toro del triunfo, “logró extraer algo de un pozo de mansedumbre, con el que logró hilvanar una larga faena por momentos con mucha firmeza, salpicada con arte y hondura”. Tras la estocada trasera… y a su modo (véase la imagen), le concederían las dos orejas… Primero y quinto fueron, a su parecer, “toros parados que cayeron como un balde de agua fría en el publico de dulce, que iba dispuesto a presenciar un triunfo histórico”. Y por último, al hacer la ficha del festejo comentará sobre los lidiados: “Tres toros de Fernando de la Mora sosos y tres de Montecristo, de los que solo destacó el corrido en 6o. por su transmisión, todos sospechosos de afeitado”, detalle, por cierto que, en cuanto a sospecha subscribimos y que sólo él destaca en la “prensa libre”...

El Juli en el arrimón al tercero, tras tirar la muleta,  una fiera con dos pitones...
En “Zacatecas en Imagen. El periódico de los Zacatecanos”, tras destacar en titulares “Triunfa el Juli en la México”, se destacará que los toros fueron “todos de buena presencia y con un juego de regular a aceptable” (¡!), algo que luego se desmentirá… pero no pasa nada. Así del primero de la tarde, “Cominito” de 480 kilos, de Montecristo, más adelante comentará que era “un burel de poco juego”, es decir que apenas se movió, y mejor aun, que se rajó, fantástico. El del triunfo, “Aguanieve”, de 543 kilos, de Fernando de la Mora, permitió a Julián dar “una cátedra de buen toreo ante un rival de poco juego y con el que se pegó un arrimón valiente, lucido y templado, por ambos lados del descolorido ejemplar”, así que imagínense lo que había entre manos, una res que apenas se movía y de la que el Juli sacó un gran partido porque técnica y dominio no habrán de poder negarle ni sus menos incondicionales. Y con “Ilusión”, de 533 kilos, de Montecristo, el tercero de su lote en este mano a mano, El Juliya poco pudo hacer, luego que el burel resultó el lunar, con poco juego y bravura”, así que aquilaten las condiciones de ese ganado que según la ficha fue “de juego regular a aceptable”. ¿Aceptable para quién…? No se preocupen, tampoco los de Silveti mejoraron el resultado en conjunto: en el segundo “el poco juego del toro evitó cualquier intento de lucimiento”, en el cuarto, “el burel empezó con bravura y terminó con sosería, lo que evitó un trasteo de mayor mérito”; y en el sexto y último, Silveti cortaría una oreja tras faena “en la que dominó a un débil rival, lo que tuvo gran mérito” (¡!, nuevas admiraciones de mi parte). Todo fantástico, al parecer.

Sigamos y paso al frente. El semanario Aplausos, en su versión digital, no se detiene en consideraciones menores y abre –como suele ser habitual- con grandes elogios “Un portentoso Juli abre la puerta grande en la México.- El madrileño, que paseó dos orejas del tercero, cuaja una faena arrolladora y plena de autoridad”. El primer toro les merece este juicio: “Abrió plaza un toro de Montecristo, bien hecho, noble, de buena condición y que salió suelto en los primeros compases” y en la faena de muleta el Julicon el animal más rajado, alargó en exceso la faena”. El “lío” al tercero lo hizo en “un arrimón de órdago”, que no sé si les suena…, y “Abusó del toro en una demostración de poder extraordinaria”, lo que todo junto suena a que Julián anduvo tan por encima de las escasas condiciones de la res que apenas hubo rival (también hay foto del pobre animalito, de sus mínimos pitones, y del arrimón). Y el quinto, “fue un ejemplar deslucido que nunca llegó a humillar. El Juli trató de alargar las embestidas pero siempre en la media altura”, vaya, hombre, ¡qué prodigio!. Tampoco las “fenomenales” reses de Silveti fueron mucho mejores; el segundo “Largo y más despegado del suelo”, según Aplausos –lo que no sé muy bien si quiere decir que anduvo más de pie que sus hermanos julianos, o que era más altito de cruz-, “Embistió siempre a media altura, con brusquedad y saliendo distraído al final de cada muletazo. Deslucido y descastado…” así que nada de nada; el cuarto, “no tuvo ni la calidad ni la bravura de aquel” (se refiere al homónimo que encumbró a su padre en el mismo coso), y fue “un toro que se vino a menos”; el sexto, al menos, fue un toro que embistió mejor por ambos pitones… si no fuera porque sus fuerzas hicieron que se acabara pronto, añado yo. Oreja concedida con facilidad y protestada parcialmente después.

Julián en el las dos orejas, en buen pase de pecho, aunque no muy ajustado
Miguel Ángel García, en “ESTO”, titula su crónica “Anotación para la fiesta brava”, y enjuicia muy poco a la materia prima del festejo. Sólo destaca que el Julino tuvo opción” en su tercer antagonista, mientras que al tercero de la tarde “se lo comió”. En términos generales dirá que “Los toros de Fernando de la Mora y Montecristo parecieron cortados por la misma tijera, ya que en comportamiento prácticamente han sido igual, han dejado mucho que desear y en presencia ya ni hablar”, lo que nos da una idea general del ganado de esta hazaña épica del mano a mano.

Horacio Soto Castro, titula su relato “El Juli le hace faenas al mismo diablo.- Cortó dos orejas por una de Diego Silveti”. En general, dirá que hubo “tres toros de Fernando de la Mora y tres de Montecristo, que dieron un juego irregular, pero estuvieron bien presentados sobresaliendo el que abrió plaza”, algo que en cuanto a trapío se desdice de todo lo que comentan unos y otros (hay quien, para no mojarse, pasa por alto el asunto), pero que refleja el juego del ganado: “irregular”, unos malos y otros… peores, con “problemas” salvo el primero (¡!) o “complicados”, como los llamará, “que no permitieron florituras” refiriéndose a los de Silveti, algo que a priori no es malo porque podría hacer creer que eran toros con casta, exigentes… pero ¡quiá!, nada de aquello, ya verán. Ese primero bueno, a su parecer y a todas luces, se “fue a tablas”, que, como todo el mundo sabe, es comportamiento de toro bravo y boyante… por no entrar en otras cualidades; el Juli marró con la tizona y quedó la cosa en ovación. El supuesto diablo, el tercero de la tarde, le merece estos pobres juicios –sería diablo por lo malo, no por lo fiero-: comenzó “echando las manitas por delante” en el capote que suele ser síntoma de escasez, sigue diciéndonos que “El toro no fue un flan, tuvo sus complicaciones, se vino a menos el toro”, que confirma mi juicio, aunque el Julise fue para arriba y estuvo valiente, metido entre los pitones”; a buen entendedor, pocas palabras bastan. Al quinto titular, “poco le pudo hacer y viendo que la gente se empezaba a desesperar cortó por lo sano”, imagínense… Los de Silveti “tampoco colaboraron para tener una tarde triunfal”, inenarrable… ¡Vaya corridón de toros!

Araceli López en “El Economista” afirmará en titular que “El Juli se lleva el mano a mano ante Silveti”. Comenzará informándonos que “El cambio de última hora en el encierro titular no presagiaba cosas buenas, las condiciones de algunos ejemplares de Fernando de la Mora no reunieron los requisitos y quedó parcheada la corrida con tres toros de Montecristo”. Gran gesto previo, desde luego. Tras comentar que ambos diestros estuvieron muy por encima de sus oponentes, destaca que el Juli se pegó un arrimón y “se jugó la vida sin miramientos” en el tercero, y eso a pesar de reconocer que “El toro no quería embestir” y que Julián “se dio el lujo de tirar el engaño frente a su enemigo” que debía ser la fiera corrupia… Dos orejas culminaron su labor tras un… “estoconazo que hizo rodar sin puntilla a su enemigo”. Su tercero reunió “nulas condiciones” y el español abrevió. ¡Pues qué bien!, qué grandes oponentes. Pero no hubo favoritismos, no se apuren, “el menor de la Dinastía Silveti, Diego, se mantuvo tesonero toda la tarde ante el poco o nulo juego que dieron sus toros”, dirá como resumen.


El "estoconazo" del Juli al tercero de la tarde... sin comentarios
Con “Juli sigue siendo el rey” abre su crónica nuestro buen amigo Octavio Lagunes, a pesar de que, a su juicio, el festejo tuvo un “Gran ambiente que no cumplió con las expectativas del público”. Los toros le merecen este juicio: “Ganado de Fernando de la Mora parchados con tres de Montecristo. Los de Don Fernando (2, 3 y 4) rajados y mansos; los de Mercado Lamm (1, 5 y 6) tuvieron más movilidad, destacando el que cerró plaza. 1º débil, 2° noble 3° fijo, 4° manso, 5° nunca bajo la cabeza (luego le dirá “quedado”), 6° el de embestida más clara”. Así que ya ven… poco hay dónde rascar. 

José Manuel Espinosa, tras titular “Juli, un maestro”, nos relata que “Se lidiaron toros de dos ganaderías: Fernando de la Mora y Montecristo, las cuales dejaron mucho que desear por su comportamiento, el ganado estuvo deslucido y soso para la lidia”. Afirma, en efecto, que el primero se rajó; que en el tercero el Julise inventó una gran faena con un toro sin clase y se pegó un buen arrimón”, y que el quinto “fue imposible para triunfar”. El pobre Silveti, “se encontró con un lote de toros a contra estilo. No tuvo suerte con ninguno, se le vio verde como su vestido”. Nihil novum sub sole.
Guillermo Leal, desde México pero para la edición digital del diario madrileño ABC, titulará la crónica “Un rotundo Juli apasiona en la México”. Alaba las maneras de Julián en el primero –del que nada dice en cuanto a condición-, y le faltan los epítetos para subrayar la faena al tercero… un bicho al que “hubo casi que empujarlo con los muslos para que embistiera”, ¡mi madre! El arrimón fue espectacular, “los pitones del animal estaban ocupando el mismo espacio que el del cuerpo del torero”, algo que, al menos, reconoce… es contra natura. Echo de menos el juicio al quinto, pero es que como el maestro nada hizo y abrevió, el cronista también apura otro tanto. De Silveti nos contará que “pechó para colmo con el lote menos toreable y siempre se mostró dispuesto y entregado”. A las claras se ve que no fueron los de David cosa del otro jueves… Le gustó la presencia de los toros (para gustos hay colores, desde luego), aunque a buena parte de la crítica local no le ocurriera lo mismo, ¡qué le vamos a hacer!, y pásmense, eso se debe al propio maestro de Velilla: “un punto que debe agradecérsele a Julián, pues inclusive, ya aprobado (¡!!) el encierro de Fernando de la Mora y previendo que no hubiese mínima protesta, trajo, en acuerdo con la empresa y con las autoridades tres toros de Montecristo para emparejar el encierro”. Vivir para ver… o para leer. ¿Quién fue el veedor que contra los intereses del espada madrileño seleccionó los toros a priori? ¿La empresa, que acaso quería hacer remiendos, la afición, los veterinarios, la presidencia? ¿Quién escogió las raspas iniciales o las finales? Atención: ¡el Juli fue quien salvó la dignidad de lo lidiado! Lo que hay que leer por ahí... o por aquí. ¿Y por qué se cambió el ganado?, no fue porque las fotos mostraran nada, fue porque el Juli quiso “emparejar” la corrida para que no hubiese protestas; luego deduce que las hubiera habido si se hubiesen soltado las sardinas previstas… ¿por quién? Amen. Eso sí, afirmará en la ficha del festejo que de los titulares de Fernando de la Mora fueron “muy deslucidos con desesperante falta de casta” y que los de Montecristo “salvo el quinto que fue soso; el primero tuvo calidad y emotividad, y el sexto nobleza”. ¡Hombre!, calidad y emotividad puede tener el osito Winnie Pooh, no un fiero toro de lidia, al que tradicionalmente puede adjetivarse como noble, boyante, encastado, fiero, bravo… Un toro que además se rajó a tablas… ¡caramba!

Winnie Pooh, sí que tiene calidez -o calidad- y emotividad
Paso al frente, Javier Trejo en el diario “La Prensa” con “El Juli, máximo triunfador”, comenta que el Juli, con el 199 –segundo de su lote- se las tuvo ante un toro “difícil y complicado” pero no por sus aviesas condiciones, sino porque “se le quedó a media embestida”, probablemente porque no podía más. Destaca el rajado de su primero y que el quinto fue complicado y peligroso porque “calamocheaba en sus embestidas, que eran a media altura”, pero que en realidad –se le escapa- era “un toro sin transmisión y que no le permitió mayor lucimiento”; ¡ah, bueno!, eso era en definitiva. Poco más, en definitiva, sobre el ganado lidiado en el mano a mano.

Fíjense lo que dice, en el pretitular, Leonardo Páez en “La Jornada”: “Escogido ganado sin mayor lucimiento, da al traste con un pretencioso mano a mano”. Y es que el titular, también insistirá en aquello: “En tarde sin bravura pero empeñosa, El Juli corta dos orejas y Diego Silveti una”. Y debajo continuará añadiendo más carne en el asador: “En el decimocuarto festejo continuó el desfile de mansos, ahora de De la Mora y Montecristo”. Y es que nos contará que fue un “Encierro modesto y parcheado en el mano a mano”. Es demoledor en su juicio: “Allá en el fondo, ¿qué pensarán los cabales, que dijera José Cueli, sobre los intentos de los promotores más ricos en la historia del toreo para montar estos cachondeos para ingenuos, bautizados entre otros esfuerzos verbales como duelo histórico, reñido desafío y mano a mano esperado entre una figura mundial del toreo y un magnífico prospecto aún en proceso de maduración técnica y emocional? Desde luego la empresa de la Plaza México debió parchar la anunciada corrida de Fernando de la Mora -que incluía tres novillones indignos de esta y de otras plazas y de una confrontación tan pretenciosa- con tres ejemplares decorosos de Montecristo. Esta emergente combinación permitió, si no la predecible apoteosis de marcas toreras, que no de toreros, por lo menos el decoroso desempeño de los alternantes con algunos de los astados, sobre todo el tercero de De la Mora y el sexto de Montecristo, que si no…”. Añadirá que todo se preparó para que las “figuras”, pudieran “lidiar-pastorear- un modesto encierro parchado, pobre de cabeza y escaso de bravura de Fernando de la Mora y Montecristo, de antemano cantado como fiasco para el encuentro profesional supuestamente más serio del momento”. Y es que a su juicio, “así está el momento, en lo taurino y en lo demás: de la macafú, pero con premeditación, alevosía y ventaja por parte de los inefables taurinos, sin suficientes aficionados ni nuevas autoridades que los hagan entrar en razón. El público bastante hace con todavía ir y pagar”. Echa en cara al Juli su falta de compromiso en los momentos que vive la fiesta: “El Juli, maestro de tauromaquia de muy altos vuelos ante lo que le pongan enfrente pero sin tener una idea clara del grave momento que vive la fiesta de los toros en el mundo, continúa viniendo a hacer la América y a abusar del público sencillo que con capacidad de pagar carece de medios para exigir”, lo que no es óbice para que alabe los buenos momentos de sus faenas al primero y tercero. Opina lo mismo que un servidor sobre el tercero, un bicho con peso pero sin trapío, reconociendo que al final aquello fue “el gustado numerito en México de lidiar habilidoso a una mesa con cuernos” y nos enteramos que “recibió dos orejas, mientras los despojos de su enemigo eran ruidosamente pitados”. En su desmitificadora crónica, acabará apuntando que “Con perdón a juleros y silvetianos, lo más torero de la tarde estuvo a cargo del subalterno Christian Sánchez, que luego de dar una vuelta completa en la misma cara del toro para evitar más capoteo, colocó un increíble par al cuarto de la tarde”.

El diario “Hidrocálido” nos llama la atención con un titular que dice “El Juli impresionante corta dos orejas y Silveti entregado una”, así sin coma que valga. Del ganado sólo apunta que “Se lidiaron tres toros de Montecristo, primero, quinto y sexto, y tres de Fernando de la Mora, segundo, tercero y cuarto. Encierro que fue descastado en líneas generales. El primero con clase se rajó al final, el quinto muy malo sin opciones y el sexto cumplió nada Más. Los de De Mora el segundo soso y deslucido, el tercero y cuarto cumplieron sin pena ni gloria”.


La “Vanguardia” mejicana titula “El Juli supera a Silveti”. Iremos entresacando el juicio que sobre los toros irá haciendo el cronista. Así, el primero, “un ejemplar de Montecristo, metía bien la cara en los engaños, pero carecía de la fuerza suficiente para colaborar con el torero”, fenomenal. Y además, buen concepto de la tauromaquia. El Juli dosificó el toro (¡qué barbaridad!), aunque “No permitió mucho el de Montecristo, se terció, huyó”, y allá que le siguió Julián para fallar a espadas. En el tercero vespertino, “El de Fernando de la Mora se agarró al piso y, cuando hacía el viaje, apenas regalaba media embestida”, o sea que apenas andaba y no pasaba; vino después el arrimón y la marimorena, “jugándose la vida”. El quinto no valdría un ardite, y es que, al parecer, “no ofreció mayores garantías al español”; ¡pues vaya! De los de Silveti, poco más, en el segundo “intentó todo frente al deslucido toro que despachó”; en el cuarto, “no encontró la magia de aquella tarde ya mítica, el toro regateaba la embestida”; pero en el último que, al menos, “también tenía su guasa, no transmitía y llevaba la cara arriba” estuvo mejor y cortó esa oreja por los pelos. 

Se podrían traer más ejemplos a colación, pero creo que con lo mostrado basta y sobra para hacerse cargo de la última conjunción estelar en el universo taurómaco. El Juli, dos orejas en la México, ¡enhorabuena!