El
comentario de Ángel Arranz
Mancos
El mano a mano de ayer fue otro rotundo fracaso.
Sí, mano a mano de dos ganaderías aunque el origen sea el mismo: Laboratorios
Domecq. Y el sobrero o “sobresaliente”, no llegó a suspenso. Siete toros
mansos, sosos y blandos. No me canso de repetirlo hasta que se entere el más
tonto de los que gestionan el destino del arte de torear: los toreros y los
toreos son derivados de los toros.
Y lo que salió ayer por toriles es la negación
del mítico toro bravo. Los hubo anovillados, estrechos de sienes y luces, y uno
tan feo o raro como ciertos políticos bipartidistas.
La tarde, soleada y primaveral, se fue apagando,
hubo momentos de aire molesto, fresquito, desagradable para todos… menos para
las taquillas empresariales del tripartito.
Lleno a reventar. Máxima expectación.
Al frente del paseíllo tres toreros de postín. Finito, Morante y Perera.
Sale el primer bulto, el sol se va nublando,
aparece el viento… mal comienzo.
Finito,
muy bien vestido y aseado ante el manso, no tenía material, le dieron un
aviso antes de coger la tizona. ¿Qué pasó allí?, insistencia y más
insistencia hasta que se agotó la paciencia. En su segundo se lució en tres
verónicas por el pitón derecho, después, con la energía del burel… más de lo
mismo y más breve. Menos mal.
El lote de Morante tampoco embistió para hacer
sus geniales filigranas, dos o tres pinceladas sueltas y pare usted de
contar.
Perera en su línea. Voluntarioso, pundonoroso,
incansable, con sus valientes y habituales sustos a cuestas. Vuelta y silencio
respectivamente en faenas intermitentes e interminables. Dos observaciones al
respetable diestro:
1ª)
Coge un capote con tanta tela como el popular Bárcenas, y con algo menos de
la que tiene almacenada el dueño de Zara.
2ª)
El pitón bueno del toro menos malo de la tarde era el izquierdo, se echó la
muleta a la zurda después de cinco tandas con la mano derecha.
El supuesto manjar quedó reducido a tres
lonchitas de jamón, dos camaroncitos y un plato de patatas bravas, todo con
vino insípido y peleón. ¿Quién eligió los toros? ¿Así se consolida o se hace
afición?
En la andanada, en voz alta, exclamó Dª. Rosa:
¡hay toreros mancos!... y algunos toros también… contestó el Sr. Pedrosa. ¡Qué
cosas!
De Córdoba es Finito
Tiene rasgos exquisitos.
De la Puebla es Morante
Es de los más relevantes.
De Badajoz es Perera
Su torería es guerrera.
Los toros, un vulgar desastre.
Y casi todo se fue al traste
En un cartel de contrastes.
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