El
comentario de Ángel Arranz
Marchosos
La corrida de ayer dos de mayo del año 2013 no
fue una corrida heroica aunque se cortaran las mismas orejas que en toda la
Feria de San Isidro del año 2012. No, no fue una corrida heroica pero sí una
corrida interesante. De esas que mantienen e incluso aumentan la afición de
propios y extraños. Mejor para el repertorio de la muleta que para la suerte
de varas. Y floja entrada en los graderíos.
Los toros desiguales en caras, colores y cruces.
Un primero armadísimo de pitones en un conjunto de cabeza ideal para el Museo
del Miedo o el Museo de la Belleza… depende de cómo se mida y se mire.
Un toro que desbordó al torero por no doblarlo,
guiarlo y someterlo en los primeros muletazos. Si le toca después del casi
reflexivo éxito en su segundo hubiese tenido la posibilidad de abrir la
Puerta Grande. Su segundo, grandón y carita anovillada, manso en varas, se
creció en la muleta y acabó con embestidas casi soñadas. Hubo instantes en el
quehacer del lidiador: innovación –toreo al natural por ambos pitones sin
ayuda en la muleta-, relajo y sentimiento en la óptima versión de Antonio
Ferrera.
Morenito de Aranda es uno de los mejores intérpretes
del toreo a la verónica y de los pases de pecho. En su primero alternó el
toreo moderno con el toreo clásico. La tarde que Morenito y otros toreros se
den cuenta que la calidad es mucho mejor que la cantidad –en casi todos los
conciertos y… desconciertos- habrán dado un paso necesario y adelante para
distinguir el grano de la paja. Y de paja de hojarasca o de pájaros de mal
agüero estamos hasta la montera. Su segundo se llamaba Marchoso y resultó el
toro más deslucido de la corrida. Claro, hay caballeros –y damas- que parecen
marchosos y son tan sosos y cansinos como la sonrisa de un “importante
político” apellidado Cotino. (Recomiendo ver el reportaje de Jordi Evole
sobre las desgracias letales de hace unos años en el metro de Valencia).
El primer toro de Alberto Aguilar tenía una
cornamenta apropiada para el Museo del Horror. No, no eran pitones
terroríficos, eran pitones horrorosos… pero su comportamiento no aburrió a
nadie. Es en el sexto donde toro, torero y toreo transitaron unidos y de
menos a más hasta culminar la faena casi en perfecta armonía.
En Las Ventas, oreja por coleta
Es casi llegar a la meta
Desigual fue la corrida
Pero tuvo genio y movida
Sí, pudo ser mejor y…peor
No está mal para empezar
El ciclo primaveral
Y eso de única solución
Para salir del marrón
No lo cree ni el
mismísimo… Rajoy.
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