El
comentario de Ángel Arranz
Rebeldes
Un torero de toreros ha dicho hace poco: “hay
toreos bonitos que acaban siendo feos”.
Creo yo, que el ilustre y auténtico maestro del
arte de torear se refiere a las ventajas del toreo -¿o destoreo?- moderno:
torear al hilo del pitón, o fuera de sitio, con la suerte descargada o
amanerada.
Hay una rutinaria y simplista igualdad en los
planes y conceptos de la lidia basados en la vistosidad o plasticidad que
parece bonita, y más pronto que tarde, resulta aburrida, repetitiva, sucia y
fea, porque hay poco compromiso y poca profundidad en aspirar a la belleza en
el melodrama del ruedo.
Con ese panorama casi generalizado, hacen falta
rebeldes con causa para consumar el riesgo y el mérito de todo tipo y
condición. La rebeldía es el eje de la historia. Y ayer hubo dos en Las
Ventas.
Toros de Victoriano del Río entre mansitos y
mansísimos. Pero mansos con fondo rebelde, distintos a los habituales. Mansos
en los dos primeros tercios y casi bravos en el último… o al revés. Bienvenida
sea esa insospechada rebeldía ante la sosa, boba, inmóvil o maligna
mansedumbre.
Lo mejor, poner a prueba la actitud y aptitud de
sus matadores y cuadrillas, hubo un puyazo y dos pares de banderillas de
premio.
Lo peor, la grave cornada al veterano y correcto
Valentín Luján.
Castella, tiene el honor de ser la primera figura
taurina de la historia en Francia. Y tiene el honor de consolidar la
tauromaquia francesa. Importantísima aportación. Figura que no desafina con
las figuras españolas o forasteras; ha conseguido éxitos, respetos y triunfos
en todo el universo taurófilo. Rebeldía fundamentada y fundida en el
escalofriante y pulcro cuerpo a cuerpo con muchos toros. Ayer, lo ratificó.
Manzanares, reúne todas las condiciones para
hacer el toreo bello, pero se queda solo en bonito. De lejos lo conocemos. Si quiere ser
figura sin cuestionar, ha de dar el paso definitivo hacia delante y olvidarse
del de atrás… sólo así se acabará con cansinas discrepancias. Es como un
jarrón de adornos elegantes que no desentona en ningún salón pero que tampoco
apasiona. Ayer no rectificó. Necesita renovarse y rebelarse.
Talavante, es la rebeldía misma. No le salió bien
el pasado ni el reciente gesto de lidiar y torear seis toros en Madrid. Ni
por lógica le saldrá. A su manera, es un torerazo para dos toros, como mucho
para tres en manos a manos con quien le echen. Para salir por la puerta
grande, como ayer, y como otros toreros excelsos, no hay que exigirle o que
se exija más. La lidia rebelde que ayer firmó en Las Ventas ante un toro
incierto y violento es de las que dan categoría y grandeza a toros, toreros y
toreos. En el pulso entre dos rebeldías, ganó la razón y el corazón del
hombre a la agresividad y la fuerza animal.
Los rebeldes maestros del arte de torear se
equivocan poquísimo. Los acomodados o interesados aduladores equivocan
muchísimo. Lo moderno suele ser efímero, lo clásico es eterno. Sin dudas, así
ha sido, es y será.
¡Talavante!
Extravagante
Imprevisible
Posible
Despistado
Concentrado
Ordinario
Extraordinario
Tres, mejor
Seis, peor
Poderoso
Generoso
Si, vertical
Sí, natural
Sí, personal
No, horizontal
No, artificial
No, superficial
Candor
Valor
Solución
Evolución
Actitud
Aptitud
Emocionante
¡Talavante!
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