Novillos de los Hdros. de Hernández Pla cuando aun andaban en manos de la familia |
Es evidente, sin embargo, que esa evolución hacia el monoencaste no se ha producido por generación espontánea, sino por la imposición de los gustos de los diestros (amparados en los silencios del público en general), en contra de un -más reducido que nunca- número de aficionados que desean ver el juego y las diferencias de otros encastes, sin desdeñar a aquellas ganaderías que están a buen nivel dentro del predominante. No hay más explicación que esa: el predominio de lo de Domecq se ha producido sobre la base de una muy estudiada y cuidada –y patrocinada y pagada- campaña a favor del toro “artista” o de la “toreabilidad” como concepto, hoy universalmente reconocido y que no existía apenas hace dos décadas. Nadie, en los años ochenta o primeros noventa hablaba de “toreabilidad”, nadie –hubiera sido poco menos que fustigado en plaza pública- abogaba entonces por el toro “que no molesta”, inmundo concepto que va imponiéndose y siendo defendido desde profesionales y cierta parte de la crítica pegajosa.
En 1985, las procedencias de Núñez y Domecq, más alguna otra de origen Parladé (Gamero Cívico, por ejemplo, Pedrajas y alguna más) sumaban bastante menos de la mitad de las ganaderías de la Unión. Encastadas en Atanasio o Conde de la Corte había por entonces 55 vacadas (hoy suman sólo 41 y andan muy a la baja, perdiéndose -quizá para siempre- la ganadería de los Hdros. de Atanasio Fernández, pérdida en conjunto que ciframos en el entorno del 20%); las procedentes de Santa Coloma, sin embargo, no han descendido de igual manera, eran -en 1985- 28 y ahora suman 25 (sólo una pérdida de poco más del 10%); mayores han sido las mermas sufridas por encastes como Vega-Villar (de 24 ganaderías en 1985 a las 9 actuales) con un 62,5% de disminución, Villamarta (entonces contaba con 18 representantes y hoy con 11) con un 38,9% de bajada o la presencia que entonces tenía Ibarra-Martínez (hoy residual, en la ganadería de Montalvo y poco más) que aun contaba con 8 ganaderías en las que se advertía claramente dicho origen.
En 1985, las procedencias de Núñez y Domecq, más alguna otra de origen Parladé (Gamero Cívico, por ejemplo, Pedrajas y alguna más) sumaban bastante menos de la mitad de las ganaderías de la Unión. Encastadas en Atanasio o Conde de la Corte había por entonces 55 vacadas (hoy suman sólo 41 y andan muy a la baja, perdiéndose -quizá para siempre- la ganadería de los Hdros. de Atanasio Fernández, pérdida en conjunto que ciframos en el entorno del 20%); las procedentes de Santa Coloma, sin embargo, no han descendido de igual manera, eran -en 1985- 28 y ahora suman 25 (sólo una pérdida de poco más del 10%); mayores han sido las mermas sufridas por encastes como Vega-Villar (de 24 ganaderías en 1985 a las 9 actuales) con un 62,5% de disminución, Villamarta (entonces contaba con 18 representantes y hoy con 11) con un 38,9% de bajada o la presencia que entonces tenía Ibarra-Martínez (hoy residual, en la ganadería de Montalvo y poco más) que aun contaba con 8 ganaderías en las que se advertía claramente dicho origen.
No todas, como es lógico imaginar, se encontraban en mal momento,
en mal estado; algunas embestían –y bastante- en aquellos años. ¿Qué es lo que
ha motivado su disminución, tanto absoluta como porcentual, a cambio de un solo
encaste? Pues no sólo la bondad, docilidad, mansedumbre y falta de casta
mostrada por esa “toreabilidad” perseguida, desde luego, sino todo un montaje
publicitario y el convencimiento de la clase dirigente entre los diestros de
que aquello es lo mejor para menos exponer y torear mayor número de festejos
con más elevados triunfos –otorgados por un público cada día más indocto en su
conjunto-. Y acompañar la palabra con
obras, seleccionando un tipo de toro –antaño conocido como “artista”, hoy
superado el concepto por el “que no molesta”- que acudiera más veces a la
muleta como lo haría un “ausente” borreguillo idiotizado.
Toros de Peñajara en la Venta del Batán (1995) |
Cuando los ganaderos mandaban en sus casas, y no había que
plegarse a los gustos y exigencias de sus antagonistas, las cosas, sin embargo,
eran diferentes. Todavía pudimos entreverlo en la década de los 70 –en la que
terminé de aficionarme y me aboné por vez primera a la plaza de Las Ventas-,
cuando tratábamos con Luis Fernández Salcedo, Manuel García Aleas, José Antonio
Hernández Tabernilla, Domingo Ortega, Victorino Martín padre, Luciano Cobaleda,
Alonso Moreno de la Cova y otros ganaderos señeros del momento. Ganaderos todos
–excepto Fernández Salcedo, que lo fue muy atrás- que habían ofrecido toros
encastados y que seguían dando reses notables en la plaza madrileña, con las que
se enfrentaban las figuras del momento (unas más y otras menos, por cierto).
Echemos, no obstante, aun más atrás la vista, y hagámoslo hasta un
pasado más remoto, cuando aún no había estallado nuestra trágica guerra civil.
A raíz de la promulgación de la II República (en claro golpe de estado) la
propia Unión de Criadores de Toros de Lidia, viendo los embates que sufría
desde el populismo y marxismo radicales, decidió justificar su existencia tanto
desde el punto de vista económico como medio-ambiental y laboral. No sólo se
publicó entonces un magnífico opúsculo de Manuel García Aleas y Gómez ("El
toro de lidia en la plaza de la economía nacional"; Madrid, Estanislao
Maestre, 1932), sino que editó un Anuario titulado “Registro de Ganaderías
1932” (Madrid, Papelería Madrileña, 1932), a la manera de los que hoy se siguen
haciendo pero sin el detallado –y no sé si demasiado fiable- historial de cada
vacada. Sin embargo, sí que llegaron a incluir las procedencias de las entonces
112 ganaderías pertenecientes a dicha asociación, que por aquel tiempo tenían
mucha menor pureza que lo que ahora podemos considerar, ya que para las mismas
apuntamos un total de unos 229 encastes o procedencias (no me refiero al número
de encastes diferentes, sino a su representación en esas 112 ganaderías). Hoy,
las 364 vacadas de la Unión, tienen 479
encastes o procedencias (hay ganadería que procede de dos encastes, y así
sucesivamente).
En 1932 la variedad, por tanto era muy superior, y era relativamente
raro encontrar lo que hoy (80 años después) se considera una ganadería puro…
(pongan el encaste que gusten). Los ganaderos refrescaban, seleccionaban,
añadían lo que querían a la búsqueda de mayor presencia (o menor en algún
caso), más acometividad y bravura o mejores condiciones de lidia en los tres
tercios, vista la evolución de la lidia desde tiempos de José y Juan en
adelante. Hemos cogido, por tanto, esas ganaderías, y con la información
“oficial” de la propia Unión, e intentando cuadrar lo mejor posible con los
cuadros ya publicados y los orígenes y encastes destacados en el Real Decreto
60/2001 (Reglamentación sobre Prototipo Racial de la Raza Bovina de
Lidia) hemos trazado el siguiente cuadro:
Procedencia de las ganaderías de la UCTL (1932)
Castas – Encastes – Líneas
|
Nº. ganaderías con ese encaste
|
Porcentaje sobre nº. ganaderías
|
Porcentaje sobre nº. encastes
|
||
Casta Cabrera (Miura)
|
6
|
5,35%
|
2,62%
|
||
Casta Gallardo (Pablo Romero)
|
12
|
10,71%
|
5,24%
|
||
Casta Navarra
|
11
|
9,82%
|
4,80%
|
||
Casta Vazqueña
|
25
|
22,32%
|
10,91%
|
||
Casta Vistahermosa
|
Otros encastes
|
8
|
7,14%
|
3,49%
|
|
Encaste Giráldez
|
1
|
0,89%
|
0,43%
|
||
Encaste Murube
|
8
|
7,14%
|
3,49%
|
||
Encaste Contreras
|
6
|
5,35%
|
2,62%
|
||
Encaste Lesaca – Saltillo
|
6
|
5,35%
|
2,62%
|
||
Encaste Ibarra
|
Línea Ibarra
|
5
|
4,46%
|
2,18%
|
|
Línea Martínez
|
8
|
7,14%
|
3,49%
|
||
Encaste Santa Coloma
|
Línea Santa Coloma
|
21
|
18,75%
|
9,17%
|
|
Línea Graciliano
|
6
|
5,35%
|
2,62%
|
||
Línea Coquilla
|
1
|
0,89%
|
0,43%
|
||
Encaste Albaserrada
|
7
|
6,25%
|
3,05%
|
||
Encaste Núñez de Prado – Urcola
|
9
|
8,03%
|
3,93%
|
||
Encaste Parladé
|
Línea Gamero Cívico
|
13
|
11,60%
|
5,67%
|
|
Línea Pedrajas
|
3
|
2,67%
|
1,31%
|
||
Línea Tamarón - Cd. Corte
|
7
|
6,25%
|
3,05%
|
||
Línea Atanasio
|
1
|
0,89%
|
0,43%
|
||
Línea Rincón – Núñez
|
1
|
0,89%
|
0,43%
|
||
Encaste Hidalgo Barquero
(Giráldez+Vázquez+Cabrera)
|
4
|
3,57%
|
1,74%
|
||
Encaste Vega Villar (Santa Coloma+Vázquez)
|
3
|
2,67%
|
1,31%
|
||
Encaste Villamarta (antes Núñez de Prado+Carvajal)
|
2
|
1,78%
|
0,87%
|
||
Casta Ulloa – Varela (junto a Vistahermosa y
Vázquez)
|
5
|
4,46%
|
2,18%
|
||
Casta Jijona
|
Línea Flores
|
8
|
7,14%
|
3,49%
|
|
Línea de la Tierra
|
19
|
16,96%
|
8,29%
|
||
Línea Jijón - Manuela de la Dehesa
|
1
|
0,89%
|
0,43%
|
||
Línea Salvatierra – Conquista
|
4
|
3,57%
|
1,74%
|
||
Línea Jijón – Gaviria
|
2
|
1,78%
|
0,87%
|
||
Cruce Muñoz – Cabrera (Rafael J. Barbero)
|
2
|
1,78%
|
0,87%
|
||
Casta Freire
|
2
|
1,78%
|
0,87%
|
||
Casta Espinosa – Zapata
|
3
|
2,67%
|
1,31%
|
||
Casta de Vera y Delgado
|
2
|
1,78%
|
0,87%
|
||
Casta Castellana Vieja (Sanz y Valdés;
salmantinos)
|
5
|
4,46%
|
2,18%
|
||
Castas Portuguesas
|
2
|
1,78%
|
0,87%
|
||
Total Ganaderías
|
112
|
-
|
-
|
||
Total líneas y encastes
en las 112 ganaderías
|
229
|
-
|
100%
|
Es decir, tal y como muestran las cifras previamente expuestas,
el encaste Freire, o el encaste Espinosa-Zapata todavía aparecían en dos y tres
de las vacadas de la Unión, por ejemplo, encastes que poco tenían que ver con
el origen Vistahermosa, Vázquez, Gallardo o Cabrera, aunque seguro que hubieron
de recibir aportes de tales a lo largo de un siglo –poco más o menos- de
existencia. Todavía quedaban restos de la casta castellana vieja en cinco
ganaderías, y de Vera y Delgado en dos; castas portuguesas, sin demasiada
relación con toros hispanos, aparecían en otras dos vacadas de la Unión, y
todavía conservaban sangre de origen jijón (con J o con G, como gusten) en 36 piaras
(más de una en una misma ganadería). Del marqués de Casa-Ulloa y Varela, pero
ya mezcladas con Vázquez y Vistahermosa, había hasta cinco ganaderías… unas
mejores y otras peores, como todas.
Es
cierto que ya el tronco ibarreño iba imponiéndose frente a los demás, bien
fuera derivadas directamente de él (5 vacadas), bien a través de la ganadería
de Martínez (hasta 8), bien a través de la división efectuada entre Santa
Coloma y Parladé en 1904-5. De la del Conde de Santa Coloma aparecen derivando
hasta 28 ganaderías a las que deberíamos sumar las 7 procedentes o con ganado
de Albaserrada, y ello sobre un conjunto de 112 ganaderías, lo que pesa específicamente
un 24,99% del total o un 31,24% si tenemos en cuenta el ganado del marqués.
Parladé y sus principales derivaciones, sin embargo, en ese momento sólo
suponían un 22,30% del total de ganaderías inscritas en la Unión. Mientras que
las vacadas de origen jijón todavía –parcialmente las más de las veces-
suponían la existencia y pervivencia de ese encaste en un 32,12% del conjunto
de la UCTL. Desde luego Miura, Gallardo y Vázquez estaban mucho más presentes
en diferentes ganaderías de lo que hoy puedan estarlo; sus porcentajes
ascienden, respectivamente a un 5,35, a un 10,71 y a un sorprendente 22,32%. Y
todavía quedaban, más nominalmente que otra cosa, y relegadas –eso sí- a sus
tierras de origen y novilladas, varias ganaderías de origen y casta navarra, alguna
ya claramente mezclada; hasta 11 inscritas, lo que suponía un 9,82% del
conjunto. Habrá que echar la vista aun
más atrás, pero por hoy baste.
Muy interesante este párrafo: "el predominio de lo de Domecq se ha producido sobre la base de una muy estudiada y cuidada –y patrocinada y pagada- campaña a favor del toro “artista” o de la “toreabilidad” como concepto". Especialmente -y patrocinada y pagada-.
ResponderEliminarEspero impaciente la ampliación que hagas de este asunto que nos separaría de una "evolución inevitable del gusto" y nos llevaría a un interés espúreo. Andrés