En las plazas de Madrid también, como no podía ser de otra forma, han tenido presencia festejos mayores y menores con dichos fines, desde las corridas de Beneficencia (quizá las de mayor abolengo y rango entre todas ellas), hasta las simples becerradas gremiales de la asociación profesional más modesta.
Déjenme que me centre en un repertorio que sólo habrá de referirse a las primeras plazas de la capital, obviando por el momento aquellos festejos benéficos que pudieron haberse celebrado en la Chata o en Tetuán, Palacio de Vista Alegre o plazuela de la Feria del Campo, o las del Batán, Campos Elíseos, Lid taurómaca, Jardinillo, Arturo Soria, San Blas, Vallecas o Puente de Vallecas o algunas de las plazas menores que han jalonado también la geografía madrileña.
Imagen de La Lidia |
Si tenemos en cuenta que la primera plaza de toros construida al efecto en Madrid fue en 1737 (en el paraje llamado Casa Puerta o a las afueras del Soto de Luzón) y que a ésta siguió –dos años más tarde- la primera de las construidas a las afueras de la primitiva Puerta de Alcalá, partiremos de aquel entonces, todavía a mediados del siglo XVIII. En esas plazas previas a la de la Puerta de Alcalá regalada por Fernando VI a los Hospitales (erigida en 1749 y regalada cinco años más tarde), también se celebraron festejos para éstos, o para distintas órdenes religiosas, para las obras públicas madrileñas –especialmente para reparar las conducciones de agua del Paseo del Prado-, para dotar de fondos a la Sala de Alcaldes de Casa y Corte (la plaza construida en 1743), para los pobres encarcelados en la Cárcel de Villa, o para la construcción de un pontón sobre el Manzanares –que permitiera el acceso a la ermita de San Isidro y Cementerios-.
Maqueta de la Plaza de la Puerta de Alcalá, conservada en el Museo Municipal de Madrid |
Las corridas de Beneficencia se vienen organizando como tales desde 1850 (con alguna ligera interrupción), pero también y junto a ellas tienen lugar otras, asimismo de carácter benéfico. Así, entre las celebradas en esa plaza de la Puerta de Alcalá, merecen destacarse las organizadas en 1765 a beneficio de la construcción de la Iglesia de San Francisco el Grande; las numerosas campañas de novilladas desde 1785 en adelante a favor de la benéfica obra de los Padres Agonizantes de la calle Fuencarral, encargados de socorrer y atender a los moribundos pobres-; las organizadas para los presos de las cárceles, tanto de Villa como de Corte (en múltiples años, por ejemplo las dos anuales celebradas en 1796, 1798, 1799 o 1800, o la de 1801); la corrida destinada a paliar la hambruna madrileña en diciembre de 1811; las concedidas en 1817, 18, 19, 20 y 1822 para la reconstrucción del pontón sobre el Manzanares a la archicofradía de San Pedro, San Andrés y San Isidro; la organizada para la Real Casa de Niños Expósitos en 1819; la concedida para el Jardín Botánico en 1819; la que se hizo con motivo de dotar de recursos a las viudas y huérfanos de la jornada aciaga del 20 de mayo de 1823 cuando entraron los Cien mil hijos de San Luis en la capital; las dos que se organizaron en 1832 a favor de la Real Inclusa; la que tuvo lugar en socorro de los niños del Colegio de Doctrinos en 1833.
Una vista de principios del XIX del coso de la Puerta de Alcalá (a la derecha) |
A vista de pájaro, Madrid en los últimos años de vida del coso de la Puerta de Alcalá |
La plaza de Madrid, sita en Felipe II, recién construida, en grabado de la época |
Una nueva plaza, la de Las Ventas vino a sustituir a la de la Fuente del Berro o Felipe II, aumentando notablemente el aforo de aquella –duplicándolo en la práctica- y aunque siempre hubo quien habló de especulación urbanística, la verdad es que el solar de la vieja plaza tardó décadas en ser construido y al fin se destinó a esparcimiento público también.
Y sólo detallando algunos festejos mayores (y levemente alguno de los muchísimos festivales que se han celebrado en el coso) destacaríamos que desde 1931 se han celebrado en la plaza de Las Ventas corridas o novilladas benéficas sin cuento. Merece recordarse el que el 17 de junio de 1931 se inaugura la plaza con una corrida organizada por el Ayuntamiento de Madrid para remediar la crisis motivada por el paro obrero; en 1933 se celebra una corrida en honor de las misses europeas que participaban en la elección de Miss Europa y también ese mismo año se inaugura en este coso la serie de corridas de la Asociación de la Prensa (que continúa en la actualidad); en 1934 se organiza una corrida a beneficio de la Asociación de Escritores y Artistas; en 1935 se celebran la primera corrida de Beneficencia (que todavía continúa sin interrupción en nuestros días), y la primera corrida del Montepío de Funcionarios de la Diputación Provincial en la nueva plaza (que luego volvería a celebrarse, al menos, los años 1970, 71, 72, 74, 75, 76, 79, 80 o 1982); también en 1935 se organiza una novillada a beneficio del Instituto Cervantes.
La plaza de toros de Las Ventas en un día de invierno |
Como dijo Ortega y Gasset, no podría entenderse la historia de España sin conocer a fondo la historia de su fiesta más nacional.
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