El
comentario de Ángel Arranz
Porcentajes
Todos los profesionales –incluidos los taurinos-
tendrían que poner su condición de aficionados vocacionales a la altura o por
encima de todas las consideraciones derivadas de los planes y los hechos. En
efecto, hay que ponerse en la piel de los que pasan por taquilla… y viceversa.
Unos y otros seríamos más comprensibles y objetivos.
Y, no me cabe ninguna duda, los aficionados o
curiosos no van a las plazas de toros para ver cogidas y cornadas. Van, vamos
a pesar y medir el pulso entre dos sujetos; uno pone la fuerza, el otro pone
la razón.
Ocurre que la afición práctica, o la
profesionalidad de los lidiadores conllevan irremediablemente, los accidentes
en todo tipo de rituales, desde el encierro o la capea hasta la cátedra del
arte de lidiar y torear. De ahí el mérito y el respeto a todos los
practicantes de una pieza. Cuando en el pulso hay excesos o demasiadas
carencias en una u otra parte, el público se aburre, deserta o protesta.
Exige un mínimo de equilibrio, la indiferencia es lo peor. En estos casos, como
en casi todos, la normalidad, el éxito o el “fracaso” es cuestión de
porcentajes.
Y el porcentaje de incidentes y accidentes en
este largo ciclo primaveral taurino es alto, eso significa que algo está
fallando.
Ayer, el que pagó con doble cornada su gallardía
fue el mexicano Sergio Flores en la tarde de su confirmación de alternativa.
Vayan nuestros mejores deseos para la recuperación y para los ánimos de todos
los toreros heridos y dolidos.
Sí, “Jareño” con 590 kilos abrió plaza a una
corrida de Juan Manuel Criado. Toros con el comportamiento de una mayoría más
que preocupante: noblotes sin emoción, flojos maliciosos a la defensiva,
mansos bobalicones o con peligro sordo y sonoro… El porcentaje de auténticos
toros bravos es bajo o bajísimo.
Y “Jareño”, toro noblote con reservas, es el que
mandó a la enfermería a la joven y brava promesa mexicana a juzgar por su
buen concepto del arte de torear que apunta desde que era becerrista. Salud y
suerte.
Uceda Leal, ante los tres toros que lidió, anduvo
con altibajos. A destacar sus verónicas y medias al cuarto bis –sobrero de
González Sánchez-Dalp que sustituyó al invalido titular- de máxima calidad… limitada.
Varios muletazos de buen trazo y profundidad algo acelerados y sin acabar de
redondear series rotundas y completas. Cortó una oreja por su elegancia,
sobriedad y por una estocada de premio marca de la casa.
El distinguido Curro Díaz sorteó el peor lote, ni
tuvo su tarde, quizá tenía que haber lidiado más… que intentar el toreo
bonito y hasta bueno. Tiene que corregirse con los aceros.
¿Son suficientes estos resultados para ser optimista
sobre el porvenir de La Tauromaquia?
El porcentaje de espectadores que presenció la
función ocupaba un tercio del aforo. Urge reflexionar y tomar medidas –con
claridad y sin triunfalismos- en todos los sentidos para intentar cambiar la
tendencia de lo inválido hacia lo válido en cada uno de los sectores
profesionales que componen o descomponen el único ate vivo que hay.
Con autenticidad, a La Tauromaquia se la respeta
y admira dentro y fuera de su propia jurisdicción.
¿Van los industriales y la “industria” taurina en
esa dirección?
Toro manso
Torero ganso
Toreo falso
Toro fiero
Torero miedo
Toreo medio
Toro flojo
Torero arrojo
Toreo cojo
Toro parado
Torero pasmado
Toreo descalificado
Toro poder
Torero querer
Toreo ser
Toro bravo
Torero bravo
Toreo bravo
Toro mulo
Torero bulo
Toreo nulo
Con esos porcentajes
La industria va de cu…
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