El
comentario de Ángel Arranz
Motivos
Ayer, la corrida de Alcurrucén tuvo dos partes. En
la primera, haciendo -¿honor?- al encaste Núñez, los toros andaban o se
plantaban en o por los medios, sin fijeza, sin acometividad, abantos, casi
huyendo de las llamadas de los toreros, poco que ver con el lucimiento de
principio en los capotes. La segunda parte, después de salir de varas donde
alguno empujó con fuerza… pero sin lo que entendemos por bravura.
Varas y banderillas calentaron a los toros y se
vinieron arriba. Son como las personas correctas y pacíficas a las que se las
considera casi tontas; pero, cuando las torean, destorean, insultan o
humillan, les sale el genio, con razón, y se trasforman en oponentes de
cuidado.
Los toros de Hermanos Lozano llegaron a las
muletas con ganas de probar su propio “origen”, y de probar las cualidades y
motivaciones de los toreros. Con más o menos intensidad o con más o menos
continuidad, todos los toros tuvieron un porte que entraban en los parámetros
del éxito, incluso alguno, en los parámetros para el triunfo de los
lidiadores. Ya sabemos: cortar una oreja de verdad es el éxito, cortar dos
orejas de verdad al mismo toro es el triunfo. Claro, pensamos y hablamos de
Las Ventas. En esos márgenes se manifestaron los toros de ayer tarde, y solo
uno fue al desolladero sin una oreja.
Con esa materia prima, imaginemos, en sus mejores
tiempos, manos a manos con Luis Miguel y Ordóñez, Camino y El Viti, Capea y Robles, Ortega Cano y Rincón o Ponce y Tomás. Se van al
desolladero sin la mitad o más de los oídos.
El mismo Manuel Jesús “Cid” cuando estaba casi canino, les hubiese formado un lío aunque
fallase a espadas. Lo veo lejos de su origen sólido y torero (grande) con
toros amenazadores y bravos. ¿Está desmotivado?
Tampoco el muy promocionado Juan Pablo Sánchez
estuvo a la altura de su lote. Ni de lejos. Buena planta, buenas maneras… pero
en pegapases mecánico y moderno, en ningún minuto recordó su origen mexicano
ni la interpretación verdadera del toreo eterno. ¿Las motivaciones para
vestirse de luces son confusas? Rectificar y clarificar es de lógica y de
lógicos… aunque tengan o necesiten un punto de “locura” los grandísimos
toreros.
Joselito Adame consolidó su reciente éxito en Las
Ventas. Es posible que desde las nueve horas de la tarde-noche de ayer, haya
tomado la categoría de ser el cetro, o de compartir el cetro del toreo
mexicano. Brindó a su paisano el laureado diestro Eloy Cavazos. En ese corte
de torero alegre, simpático, variado y vistoso con notas personales y
clásicas, Joselito Adame, tiene sitio para verle con agrado allá donde lo
anuncien. Su actitud y aptitud están siendo decisivas.
Ojo, con dejarse llevar por los “éxitos” del
toreo moderno. El triunfo definitivo tiene más historia y profundidad.
Veremos cuáles serán sus motivaciones y elecciones futuras en la expectante
trayectoria torera que le espera.
Que Dios o los dioses repartan responsabilidad y
suerte.
El arte de torear nace:
Del valor
Del dolor
Del calor
Del color
Del interior.
El arte de torear se hace:
Con naturalidad
Con responsabilidad
Con sensibilidad
Con autenticidad
Con expresividad
Lo demás… es menos.
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