El
comentario de Ángel Arranz
Torería (2)
Ayer, corrida de la ¿beneficencia?, con
ilustración especial del genuino torero alicantino Luis Francisco Esplá.
Lleno hasta el reloj y hasta el palco real.
Y, hasta el número 27 de la última fila de la
andanada 10 llegaba un extraño aroma ecléctico compuesto, en la forma, de
torería y whiskerías; y en el fondo, por malaje o cenizo.
Debe de ser por la gracia y desgracia que nos
caracteriza a los descendientes los íberos y los celtas. Ayer, en líneas generales,
otra corrida desbravada, blanda y remendada. Cuatro toros de Valdefresno y
dos –primero y sexto de Victoriano del Río.
Al frente de las cuadrillas Padilla, Morante y
Castella. Un torero de época y dos valientes a carta cabal.
El “durísimo” público madrileño y forastero
aplaude a Padilla en su reaparición en Las Ventas después de su gravísima
cogida, incluida la pérdida de un ojo, hasta el punto de hacerle salir a
saludar desde los medios. Saludo de agradecimiento y reconocimiento mutuos.
Bien empieza el melodrama. Sale el primer toro de
la tarde, a la llamada de un subalterno, acude el toro con movilidad y fijeza
metiendo parte de la cabeza en el burladero. El toro tiene calidad, Padilla
lo ve al instante, y cerca de las tablas del 7, torea de capote por verónicas,
delantales y dos medias como nunca antes lo había hecho en Madrid. “Varas y
palos” de trámite; llega a la muleta con el mejor son, el de Jerez se dobla
con muletazos de tanteo clásicos y toreros, pero… la calidad del toro es muy
limitada, pronto aflora la flojedad del animal en las dos primeras tandas y
el resto de la faena va de más a menos. Su segundo es la negación del toro
bravo, cobarde y traidor, lo voltea con saña.
El primero de Castella muy protestado por
inválido… o casi. En su segundo –sexto de la tarde- el lidiador de Beziers,
intenta justificar su categoría de figura. Hace unos días, la alcaldesa –de carambola- Sª. Botella, le
entregó el trofeo que concede el Ayuntamiento al triunfador de la Feria de
San isidro 2012, y ya lo fue de otra feria, es decir, Castella es un torero
de verdad.
Vistoso y frío con el capote, comienza la faena
de muleta con los pies hundidos en la boca de riego y de riesgo, el toro
tarda en venirse como una locomotora desde el burladero que hace linde con
los tendidos 6 y 7; varios muletazos aéreos cambiados tan meritorios y
espectaculares como ¿equivocados? Muchos éxitos le han dado a Castella esa
declaración de intenciones…pero no todos los toros tienen continuidad –por
inciertos o violentos- para faenas de menos a más. Quizá tuvo que enseñarlo y
someterlo pegado a las tablas con
ayudados por bajo hasta el tercio o los medios y demostrarle que el que para, templa y manda
es el torero. Los pases aéreos suelen ser poco o nada didácticos y
dominadores. La cosa no pasó de los buenos propósitos ante un toro que pudo
haber sido y no fue.
¿Y Morante?
Iba vestido de gala; una auténtica joya comparada
con lo mejor de Arman o Dior. Dadas las desiguales condiciones de su lote estuvo correcto
tirando a superior.
La precisa y breve faena –sin despeinarse ni
descomponerse- a su primer toro es de agradecer; si todos los toreros
hiciesen esa o parecida lidia a marrajos o marranos así, nos ahorraríamos más
de hora de tiempo baldío en los graderíos y haríamos más relaciones sociales
o cordiales tomando un vino con amigos, vecinos de localidad o personas por
conocer. En su segundo hubo intermitencias –como las tuvo el toro- de lidia
con sabor añejo y de arte de torear con sabor a gloria. Varias verónicas, dos
medias y muletazos verticales redondeados y sueltos, o flexionando las
rodillas como para ilustrar los carteles más exigentes. Lo ayudados por bajo
cerrando la faena de altibajos y casi inventada fueron bellísimos. El sainete
con los aceros y el “rocanroll” de los corrales es otra historia. Por cierto,
Morante, no abandona al toro hasta que está apuntillado, es lo torero; cuando
el toro se echa, casi todos los toreros se van en busca de excusas, aplausos
o pañuelos… mientras, en bastantes ocasiones, lo levanta un mediocre puntillero
Los escasos y torerísimos momentos que hubo en la
corrida de ayer, se plasmaron en los espacios del sol, en concreto en los
terrenos del 7. ¿Causalidad, casualidad? Claro, allí en el corazón del
tendido, estaba de espectador el genial Rafael de Paula: ¿espejo de los
espejos de Morante?
En la sombra, había caras conocidas, duras,
operadas, oportunistas, atractivas, y más de una grises o gafadas. En fin
entre la torería y la whiskería me quedo con la primera opción ¿Y usted?
¡Morante!
Elegante
Sinfonía
Sintonía
Alma
Calma
Aceros
Ceros
Señoría
Pleitesía
Polémico
Modélico
Doctor
Seductor
Importante
¿Tunante?
Moderno
Eterno
Diamante
¡Morante!
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