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miércoles, 15 de mayo de 2013

Birlibirloqueando 13






Por Fernando Bergamín Arniches


Vuelvo a escribir después de un largo tiempo, en este rincón tan generoso y libre donde siempre me acoge en sus "RECORTES Y GALLEOS", con amistad y generosidad, mi buen amigo Rafael Cabrera. Quisiera hacerlo tal vez sin tanto pesimismo, pero mucho me temo que no pueda ser así, aunque no todo será gris..., también me gusta buscar siempre la luz.
Cuando aparezcan estas líneas, la Feria de San Isidro 2013 irá ya siguiendo su inremediable curso. Yo no sé a qué altura, no me importa en este caso la puntualidad, porque lo que pretendo es solamente dejar algunas impresiones toreras en este texto, de la forma más breve posible. Estas reflexiones, por circunstancias actuales, serán en muchos casos negativas.
En cuanto a la Feria en sí, nos encontramos con otro año desastroso. Ya está claro que su confección va a peor, mucho peor cada año. Sobran corridas, yo creo que más de la mitad; sobran toreros que en ningún caso deberían figurar en esta Feria o Ferias; algunos de ellos son desconocidos de nombre, incluso por los más eruditos. Y sin embargo, no aparece este año un torero como El Juli - no contratado en Madrid antes de su lamentable y gravísima cornada última en Sevilla - , torero hoy por hoy rotundamente insustituible. Tampoco "aparece", seguramente por voluntad propia, el mejor de los Toreros: José Tomás.
Y aquí entro en otras cuestiones que me interesan más que la propia Feria. Quisiera no extenderme demasiado porque el tema da para mucho y pretendo sólo marcarlo, dejar el toro en suerte... Nada fácil.

José Tomás
En estos días  pasados se ha entregado a José Tomás el VII Premio Paquiro (diario El Mundo), premio ya ganado por él en varias ocasiones siempre más que merecidamente, esta vez con motivo del único acontecimiento taurino importante de la temporada (corrida de Tomás con seis toros de distintas ganaderías, el 16 de Septiembre del 2012, en el coliseo de Nîmes). Acontecimiento memorable. Allí se cumplió la obra rotunda y completa: en esa mañana luminosa del Mediterráneo francés, un creador, el más grande creador del toreo contemporáneo, lo dejó todo dicho. Con motivo de la entrega de este premio, publicó el mismo Tomás (diario El Mundo, 9 de Mayo 2013), un artículo verdaderamente espléndido, cuya lectura recomiendo a todos, titulado "Torear sin guión". Hermoso texto imaginativo, justo y ceñido, ético y personal como su toreo y actitud vital.
De aquel acto de entrega de premios me interesa mucho resaltar unas palabras de Don Luis Abril, secretario del jurado: " El futuro de la Fiesta ligado a toreros como José Tomás... se entiende porque el factor que ofrece Tomás y que hace que las Plazas se llenen (con crisis y sin crisis, apunto yo), deriva no del marketing, como algún conspicuo ha dicho , sino de la búsqueda continuada de la perfección, y la perfección es un bien escaso, una cualidad de lentísima maduración. La salvación de la Fiesta pasa por que haya más tardes como la de Nîmes y otros toreros capaces de llevarlas a cabo." Hasta ahí las palabras de Don Luis Abril. ¿Y qué está sucediendo, precisamente en este presente taurino tan pobre y vacío? Pues que los pocos toreros que nos quedan, algunos ganaderos y empresarios, están "jugando", cometiendo un error garrafal, a entrar en el marketing pensándolo como solución a los actuales problemas del arte taurino, lo que llaman su "modernización".
Ante la lamentable realidad social de la decadencia - yo diría casi agonía de las corridas de toros - , en la que el joven aficionado prácticamente no existe, el niño y el adolescente, que serían el futuro, suelen decir "pobre torito", deformados ya por una hipócrita "cultura" del mundo Disney  que confunde al toro bravo con la simpática mascota (horrible denominación, por cierto), y tantas otras cursis consecuencias.

El Juli otro de los grandes ausentes de San Isidro 2013
La falta de un verdadero apoyo mediático de honradez y calidad, ha sido un factor decisivo en el actual desarraigo social hacia el arte del toreo. Salvando algunos magníficos críticos y escritores taurinos - pocos por cierto -, la nada..., y los intereses creados predominan en la comunicación mediática, por otra parte censurada desde las alturas... con demasiada frecuencia. Las revistas especializadas están mediatizadas en su casi totalidad por la publicidad que reciben de los toreros, ganaderos y hombres del "taurinismo". A pesar de ello, los buenos colaboradores que quedan salvan en parte la situación. En cuanto a la prensa diaria, con pocas excepciones como la dedicación del diario El Mundo, los resultados son muy pobres en todos los sentidos. Los medios digitales, bastante más libres, pero no con demasiado alcance por ahora. La televisión pública, prácticamente no existe en su atención al toreo; la privada, de muy buena calidad técnica, pero muy floja en cuanto a sus contenidos, el ejemplo serían las aburridas y pobres - cuando no interesadas y partidistas - transmisiones en directo de CANAL PLUS. En cuanto a la radio, otro tanto de lo mismo, haciendo excepción de algunos buenos programas de la zona sur, el resto ha ido perdiendo interés y calidad. El último ejemplo es el programa Clarín que, desde el cambio de su director, suena ya desafinado. Así las cosas, la Plaza de las Ventas pierde este año casi 3.000 abonados, lo que aumentará la presencia del "público ocasional" casi siempre ignorante y facilón. Las Ventas ya no se llenan durante la Feria, predominan grandes calvas de cemento, naturalmente ocultadas por CANAL PLUS. Pienso que salvo en cuatro o cinco corridas, entre más de 34, habrá pocos llenos.
¿Y qué pasa con esos pocos toreros importantes que nos quedan? Morante de la Puebla siempre grande, porque como dice un aforismo bergaminiano de juventud: "Lo único que no se puede falsificar es la gracia." Y Morante la tiene de nacimiento, además de muchas otras virtudes. Debo señalar sin embargo, que empieza a caer en el marketing: videos publicitarios, fotos poco naturales, y una extraña reconciliación que le llevará a torear él solo la corrida goyesca de Ronda, en colaboración con lo que queda de una dinastía que fue grande pero ha terminado mal. Manzanares creo que ha caído demasiado en frívola publicidad. Es un gran torero que debería pensar sólo en su verdad torera y en las consecuencias de su última Feria sevillana. Alejandro Talavante, en mi opinión personal, creo que su toreo ha perdido frescura y repite ahora con frecuencia sus "inventos" mecánicamente, con menor torería que antes. ¿Piensa de verdad el torero que su video (muy bien realizado por cierto) hace afición, o más bien le sirve personalmente como publicidad? Pienso que su tan sonada "encerrona" en San Isidro con los victorinos, es un mal paso. ¡Ojalá me equivoque! Mis palabras no quitan mérito a su "gesta" y al valor por realizarla. Yo, no lo veo torero para ello, también por el mal momento que atraviesa este año el ganadero. Naturalmente ya hemos señalado la lamentable ausencia de El Juli y la descartada presencia de José Tomás.
Siga pues adelante la Feria, aunque lo que debe preocuparnos muy seriamente es el desarraigo social en el que se encuentra este arte único del toreo, que puede perderse. Desde luego no vale mucho que permanezca, para hacerlo sin vida propia, convertido en "otra cosa" en la que sus valores fundamentales van desapareciendo.
Quiero terminar, haciéndolo con un recuerdo casual, aunque pienso que no demasiado vano en estos momentos. Hace unos cuantos años, podrían ser nueve tal vez diez, el buen escritor y muy agudo crítico taurino José Luis Merino, me hacía una entrevista que se publicó en un libro titulado "Las palabras del toro". Cerraba esta entrevista haciéndome una pregunta sobre el público que va a la Plaza a "desamortizar lo pagado, regalando orejas y tolerándolo todo con su frívola presencia". Mi respuesta de entonces quiero que la conozca mi posible lector de hoy, porque la creo incluso más actual que cuando la dí, decían mis palabras: "El público "en general" va a la Plaza a lo que va "en general" cualquier público a cualquier sitio, es decir, a no enterarse de nada. Repito, el toreo para mí es visión mágica, "arte efímera del vuelo", y si así no fuera rentable, sería mejor que desapareciera. Todo lo demás que habita en esa pregunta imaginaria, me parecen razones que explican una degeneración del toreo absolutamente certera y consecuencia lógica de lo que es ese público dirigido, telemandado y desinformatizado, que busca, paga y degusta. ¿Porque habría de ser el arte del toreo el único arte de creación que consiguiera hoy salvarse del cataclismo cultural universal que vivimos?"

El coliseo -taurino- de Nîmes, donde se gestó el triunfo más notable de 2012
Hace nueve o diez años de esta respuesta, pero para consolarnos un poco, tan sólo hace unos pocos días, José Tomás ha escrito: "Cuando uno se viste de torero se viste también de presente; el pasado no cuenta, y el futuro no existe, la mente se desnuda y el alma se libera para crear sin guiones, abierto a lo imprevisible" (El Mundo, 9 de Mayo 2013). Sin pasado, sin futuro, en este incierto presente, para los visionarios- aficionados del toreo, que no público masivo, tal vez al toreo le quede de vida lo que aún pueda darnos la creación de José Tomás..., como en aquella mañana lúcida y clara de aquel 16 de Septiembre de aún no hace un año en Nîmes. ¿Y porque no, la gracia única y no manipulable de Morante de la Puebla, su hondura torera y valores excepcionales? Deseo que Manzanares y Talavante vuelvan a la verdad y quedamos siempre abiertos a alguna posible sorpresa... que pudiera aparecer. En nuestro presente, siempre José Tomás y ese torero, ausente tan injustamente, que se llama Julián López El Juli.

1 comentario:

  1. Estimado Sr. Bergamín:
    En primer lugar le agradezco que nos brinde la oportunidad a los lectores de replicar a su artículo. Así haré yo, bajo la premisa del respeto a su opinión. Discrepo profundamente en varios de los puntos que usted comenta y que iré detallando en el mismo orden que usted ha escrito.
    Punto primero: las ausencias de este San Isidro 2013 son por propia voluntad. José Tomás no ha querido venir, tampoco El Juli ni Enrique Ponce al que usted no nombra.
    Punto segundo: colocar a El Juli dentro de los insustituibles en cualquier feria implica situarlo dentro del escaso grupo de las figuras. El Juli por encima de cualquier denominación que le queramos asignar es un matador de toros. Y en la Tauromaquia, la suerte suprema es la suerte de matar. Pues bien, El Juli ejecuta la suerte de matar de la manera más infamante que mis ojos hayan podido ver en más de 20 años de aficionado a los toros. Se sale literalmente de la suerte, se alivia como nadie y pega ese antiestético salto para culminar, las más de las veces, con una estocada trasera. Esta manera de matar es un delito de lesa Tauromaquia y al ser realizada de manera continuada en el tiempo supone una absoluta falta de respeto a aquellos que han ocupado el puesto de figuras desde tiempo ha. Me gustaría saber la opinión de D. Rafael Cabrera, al que sigo con frecuencia, acerca de este asunto.
    Punto tercero: José Tomás, el adalid de la Tauromaquia contemporánea, según extraigo de su texto. Resulta que José Tomás no puede llevar la bandera de nada ya que una figura (tal y como yo concibo la Tauromaquia) debe hablar en el ruedo anunciándose en todas y cada una de las principales ferias, esto es, Sevilla, Madrid y Bilbao. Y, cómo no, acartelarse con las figuras del momento. El hecho de que se encierre con 6 toros 6 en Nimes, dejando atrás otras dos corridas en el 2012, para mi no deja de ser testimonial. Las gestas y los gestos, si tienen ese fin, han de hacerse en las catedrales y no en esos páramos donde el brillo nos puede confundir. Obviamente, José Tomás es absolutamente libre, ¡faltaría más! para estructurar su carrera a su antojo. No obstante, de ahí a entronizarlo y erigirlo como estandarte hogaño, no. Completamente no.
    Punto cuarto: marketing (entiendo que usted le confiere un carácter peyorativo). Desde que por mis venas corre el veneno de la Tauromaquia he leído, oído y visto que el Planeta de los Toros se mueve en un coto cerrado, con aire viciado y con escaso (ínfimo) poder de expansión. Y ahora que un par de toreros dan el paso (publicitario) de promocionar la fiesta les censuramos. ¡Pues vaya! Si la habitación está cerrada nos quejamos de las cortas miras, si alguien abre una rendija lo pasamos por las armas ... La publicidad de Morante (en el Plus) me parece muy torera y bonita, qué no decir de la espléndida promoción de Talavante. Por algún lado tenemos que empezar si nuestro objetivo es expandir la fiesta, ¡claro está!.
    Punto quinto: el estado actual del público que asiste a esta fiesta. Bueno, si nos remontáramos a los años 80 estoy seguro que el 90% del público asistente estaría comprendido por el ocasional, el acompañante, el que se equivocó, el confirmante, el de la alternativa, ... etc. Imagino que algo parecido sucedería también en los cincuenta, sesenta, ... Aficionados aficionados, muy pocos. Lo importante es que el cliente repita, que le pique el gusanillo y termine convirtiéndose en un aficionado.
    Gracias por publicarme mis opiniones.
    Alvaro Sánchez

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