Este pasado martes, y en las Tertulias
del Club Cocherito de Bilbao que se celebran en el Hotel Carlton, tuve el
privilegio de presentar el libro “Joselito
en Bilbao. La culminación del mérito” del que soy humilde autor. El libro
tuvo una buena acogida, y al finalizar el mismo un nutrido grupo de aficionados
se interesó por el mismo.
Nadie duda que José
Gómez Ortega –Joselito– es una de las
grandes figuras de la tauromaquia de todos los tiempos. Su rivalidad con Juan
Belmonte trascendió más allá de los ruedos, llenando buena parte de la vida
nacional. Joselito ha sido considerado como uno de los toreros más largos y completos de
la historia. José junto a Juan Belmonte puede considerarse el verdadero
revolucionario del arte de la tauromaquia, complementándose ambos en la
creación del toreo moderno. Fue precisamente en Bilbao donde José alcanzó varios de sus logros más
importantes; en aquella plaza de Vista Alegre donde, a la vez que se enfrentaba
a corridas consideradas como las más duras y encastadas del panorama bravo
español, triunfó sin precedentes ante una afición seria y exigente.
José sufrió su bautismo de sangre, aun como
novillero, en el coso de Vista Alegre bilbaíno el 1 de septiembre de 1912,
apenas unos días antes de tomar la alternativa en Sevilla, y en la misma plaza
de la capital de Vizcaya sufriría otro de sus percances mayores, la cogida que
por un toro de Murube sufrió el 19 de agosto de 1914, que le afectó al pectoral
y axila izquierda.
Pero al margen de estas páginas tristes,
José consiguió triunfos sonadísimos en Bilbao, las Semanas Grandes a las que acudió
le deportaron grandes satisfacciones, fama y prestigio como pocos, demostrando
lo que siempre debería ser una figura de la tauromaquia.
Se enfrentó en dicha plaza a vacadas del prestigio
de Miura o Pablo Romero, de las más
duras de su época, pero también a toros del Conde de Santa Coloma, Parladé (o Gamero Cívico, desde 1915, una vez vendida la ganadería) o Murube (o Carmen de Federico de Urquijo, cuando en 1917
vende también la vacada). Fuera de lo que es la Semana Grande toreó reses de Martínez, del ganadero onubense José Carvajal (que acabaría en manos del marqués de Villamarta en 1919), marqués
de Tamarón (luego Conde de la Corte), de la Viuda de Felipe Salas, del marqués de Guadalest,
de Juan Contreras o de los hermanos Antonio
y Alipio Pérez Tabernero antes de
la incorporación de ganado de Santa Coloma. Una amplia panoplia de ganaderías y
encastes, como era típico en su época. Jamás puso veto a ganadería alguna,
aunque siempre, como es lógico, tuvo sus preferencias. Por eso cuando tuvo que
actuar como único espada, mató –como en Madrid y con idéntico éxito- siete
toros de Martínez…
Ganaderías y toros
lidiados por Joselito en Bilbao
Quizá uno de los episodios más
significativos de toda su epopeya bilbaína fue la negativa a torear en la
Semana Grande de 1915, debido a que impuso como condición la de alternar todas
las tardes con Juan Belmonte y que quería la corrida de Miura con él, quizá
para demostrar que estaba incluso por encima del Pasmo de Triana. No pudo ser, el contrato con Belmonte ya estaba
cerrado con el apoderado de éste (Juan Manuel Rodríguez, que lo era también de Cocherito de Bilbao) y en él no figuraban
los famosos miureños. La Junta Administrativa no consiguió hacerle deponer su
actitud, ni convencer a su apoderado (Manuel Pineda) para que les ayudase a
modificar la opinión de Gallito.
Éste, por tanto, dejó de acudir ese año a la plaza bilbaína, al no ver
satisfechas sus aspiraciones de enfrentarse al mejor diestro del momento, con
la corrida más dura, y en plaza de la importancia y trascendencia de la de
Vista Alegre bilbaína. Eso son gestos y diestros. Conocemos, asimismo, lo que
pudo ganar en cada uno de los festejos en los que intervino, con total precisión,
sin aproximaciones ni figuraciones; es la cifra exacta y concreta que cobró por
cada tarde. Merced al dato, sabemos que una terna de primerísima línea sólo
llegaba a alcanzar aproximadamente un tercio de lo que se recaudaba por
taquilla en cualquier festejo, y que a las ganaderías se le pagaba por sus
toros más de lo que recibía cualquiera de los ases de espadas, algo que se ha
truncado para siempre en la tauromaquia contemporánea, en la que el toro ha
perdido importancia.
Joselito toreando un Santa Coloma en la primera corrida de 1916 en Bilbao |
Estos y muchos otros episodios se van
acumulando en el libro merced a la incorporación de centenares de datos de
primerísima mano, sacados de los propios libros de Actas o de Cuentas de la
plaza vizcaína. Son, de este modo, inapelables, no fruto de leyenda, sino de
documentos auténticos. Con ellos se conforma una historia muy especial,
interesante y trascendente del paso de una de las máximas figuras de la
historia por el coso de Bilbao.
Y mucho más; en las 210 páginas del libro, y basándome en documentación de primera
mano, libros de actas y de cuentas de la plaza bilbaína, revistas y periódicos
de la época, se desgranan cuáles fueron los principales hitos y el pormenor del
éxito de Joselito en aquel coso; lo que le hizo llegar al culmen de la torería de todos
los tiempos.
Don Rafael: Es curioso ver cómo la vuelta de un siglo transforma los valores de los personajes de la Fiesta. De lo que he leído, salvo lo de Benjumea, que Joselito se propuso exterminar, no había toros "ilidiables" para él. Y la prueba está en el hecho que nos narra en su ausencia de las Corridas Generales de 1915, cuando exigía la de Miura para dejar en claro su poderío y al no tenerla disponible, prefirió no acudir.
ResponderEliminarCien años después, desaparecen encastes, otros quedan relegados a "especialistas" y la mayoría de los "importantes" enfrentan un toro uniforme en su presencia y comportamiento, lo que en el tiempo de Gallito era exactamente a la inversa.
Enhorabuena por la publicación de la obra y por la remembranza, que si bien no implica lo mejor del tiempo ido, sí nos deja ver que las cosas eran de otra manera.
Saludos desde Aguascalientes, México.
Excelente trabajo que espero tener pronto entre mis manos. Y como un oasis su intervención en la tertulia del Cochero, entre tanto jabón se agradece la sinceridad del aficionado.
ResponderEliminarUn saludo cordial.
D. Rafael:
ResponderEliminarSoy un aficionado de Sevilla, no tengo el gusto de conocerle. Me gustaría poder contactar con usted, pero no encuentro cómo hacerlo, ¿le importaría enviarme un correo a mi dirección? Es para algo relacionado con Joselito. Muchas gracias.
antoniopinedavaldecantos@hotmail.com