Por Ángel Arranz Izquierdo
En las dos últimas ferias y ¿verbenas? taurinas de San
Isidro, de la Comunidad, de la Cultura, de Otoño, etc., etc., ya hubo y habrá
un bajón considerable de abonados y espectadores. Y el resto de la temporada
–alrededor de 30 festejos- la imagen que ofrece la audiencia de Las Ventas es
tan desoladora como deprimente.
De 2.000 a 4.000 personas pasan por taquilla en un aforo
para 24.000 espectadores. No, no le hacen ningún favor a la categoría de Las
Ventas y de La Tauromaquia esos “informadores” de lo ocurrido en el ruedo
venteño cuando sistemáticamente dicen
que la asistencia de público para presenciar la corrida o la novillada
mal anunciadas ha sido de un cuarto de entrada. La mentira repetida infinidad
de veces acaba pareciendo verdad, pero solo es una mentira tan agigantada como
destructiva porque conlleva un arma bumerán y letal.
Imagen aérea de Las Ventas cualquier domingo de verano... ¿un cuarto de plaza? |
De los 2.000 o 4.000 espectadores la mitad son turistas. De
ellos, el 95% entran y salen de la plaza profanos de lo que ha visto, vivido o
entendido en la grada y en el albero. No, no existe una mínima formación e
información para que la mayoría de los bienintencionados forasteros conozcan,
respeten o se inicien en el especial arte de torear.
A partir del cuarto o quinto novillo o toro de los seis
anunciados nos quedamos los de casi siempre y algún que otro turista que desea
amortizar la entrada o le han sorprendido favorablemente matices en toros y
toreros. Es verdad que un sector minoritario de turistas abandona la plaza para
asistir a la cena espectáculo de turno que tienen programad en el paquete
vacacional desde su origen. Lo que no dicen los “informadores” de todo lo
ocurrido o por ocurrir, es que la mayoría de festejos no reúnen las condiciones
que puede y debe exigir la principal plaza de toros del mundo. Ni dicen que
aficionados imprescindibles y de primerísimo orden como mis amigos Rafael
Cabrera o Fernando Bergamín se han desapasionado o casi desentendido de la
actualidad taurina. Es decir, la gravedad del asunto va mucho más allá de
anécdotas de exportación o turísticas.
Una reflexión de fondo; pongamos que varios amigos o
parientes vamos a un país extranjero y nos interesamos e incluso asistimos al
ritual más llamativo de ese país; y nos encontramos con que solo hay una décima
parte de los asistentes posibles, y además la mitad no son nativos: ¿si el
asistente extranjero es cabal, está pensando o pensará que dicho ritual es
falaz, es un fracaso o es un fraude?
En la última década y hasta hace dos años, Zapatero era el
culpable, sin excepciones, de todos los males españoles. La plaza de toros de
Las Ventas del Espíritu Santo y del pueblo de Madrid la llevan manejando los
pelotas, mandados o delegados de Aznar y de Rajoy mucho más tiempo… pero no son
culpables de nada…, es cosa de la crisis de crisis o de la herencia… aunque
tampoco se ha analizado la raíz, consecuencias y sombrío horizonte de la crisis
de crisis y haciendas. El caso es que la gestión privadísima y opaca de tres de
los cuatro o cinco “genios” en directrices y negocios taurinos, se han cargado
la rentabilidad de Las Ventas en todos los órdenes y desórdenes habidos y por
haber.
Claro si los presidentes de presidentes –los presidentes de
gobierno- son embusteros, negligentes, tergiversadores o incompetentes, están
dando licencias para que excesivos presidentillos políticos, territoriales,
institucionales, patronales, financieros, etc., etc., sean de la misma cuerda o
peor, y hagan lo que les salga de la bragueta o de la culera.
Como hizo el presidente de la corrida celebrada el pasado
domingo 25 de agosto del año 2.013 en Las Ventas. Lean la excelente crónica
taurina propiamente dicha de la corrida a cargo del profesor José Campos.
Por mi parte, quiero añadir cómo puede influir directa o
indirectamente en hechos taurinos concretos, las carencias o caprichos en un
sector de la clase dirigente o política tan ruinosa como impresentable.
Toros de Martín Lorca correctos en presencia, justos de
fuerzas y muy obedientes, más que nobles bondadosos, como hermanitas santas y
serviciales de la caridad. Toros que descubren a los buenos o regulares toreros…
para tres lidiadores en la cola INEM. Lo menos terrorífico de la crisis es que
te pone a cavilar. Y los tres espadas estuvieron entregados, centrados y concentrados
en su dificilísimo oficio y situación.
Quitas el don de Morante, la épica experimental de Tomás, o
el magisterio de Ponce… y ningún otro torero del escalafón –ninguno- supera el
mérito, la variedad y la torería que demostraron Iván García, Javier Solís y
Paco Ureña. Como sería de interesante el festejo que algunos turistas y todos
los aficionados nos quedamos hasta el final.
Hubo ética, pundonor y estética en los toreros, y con un
punto más de fiereza en los toros para imprimir riesgo y emoción a embestidas y
faenas, la tarde hubiese sido rotunda, redonda, triunfal. Paco Ureña que
confirmaba la alternativa cortó la oreja del sexto y el presidente le birló
otra en su primero. Los turistas al no conocer las “reglas de juego” no pedían
el trofeo que si pedían la mayoría de los aficionados al ser minoritarios entre
los 3.500 o 4.000 espectadores del suceso. Con Iván García, en la actuación más
reposada y madura que le he visto en Las Ventas, si se cruza un poco más con la
muleta para hacer el toreo más puro y bello, hubiese habido un antes y un
después en su trayectoria taurina, pero viendo la apoteosis de las figuritas en
algunas plazas… mereció algún trofeo. Al igual que Javier Solís en su segundo
toro. El presidente estuvo tan correcto como incorrecto: ¿les suena esa
ambigüedad en los politicastros? Correcto porque no había mayoría en la
petición de los trofeos. Incorrecto porque dadas las circunstancias de la mitad
de los espectadores la petición mayoritaria era imposible.
Cada día y cada noche entiendo menos a este híbrido que
todavía llaman democracia, no entiendo como un partido político puede tener
mayoría con el 25% de los votos censados y le niegan a toreros, y no toreros,
premios que demandan los cabales aunque sean artificialmente minoritarios. Ni
lo entiendo, ni lo asumo.
En fin, a mí me parece que estamos en uno de los periodos
más simplistas, primarios, falsos, banales, hipócritas y a la vez enrevesados, que he padecido desde mi mayoría
de edad dentro y fuera de las plazas de toros hace casi 50 años.
Sí, Las Ventas, es o podría ser la metáfora de lo que
estamos sufriendo y aguantando. Privatizaciones y opacidad, sin ton ni son, de
bienes o servicios eficientes y públicos, decisiones sin controles
auténticamente sabios y mayoritarios, ausencia de justicia social, profesional,
artística y de ninguna índole… solo pueden conducir a la ruina de ruinas en que
estamos inmersos. Mientras, en la televisión pública y en el horario de más
audiencia televisan un partido de fútbol entre un equipo inglés -¿donde queda
Gibraltar?- y uno turco: ¡cosas muy didácticas y constructivas de la marca
España! Hay ventas sin rentas como hay privatizaciones reaccionarias o
exportaciones sin beneficios colectivos. Coges a los tres gestores taurinos que
parecen más tontos y no lo harían mejor que lo hacen los Choperitas, Simón y
Matilla… pero tampoco peor. Como los toros y toreros descritos y contrastados
con otros toros y toreros. Claro, las curas de humildad, decencia y naturalidad
son más que urgentes. Seguimos sin resolver ese dramático dicho y hecho: ni son
todos los que están, ni están todos los que son. Con la que está cayendo y
queda por caer, las actitudes y aptitudes de nuestros dirigentes se limitan a
esperar que escampe, o a ver por donde van las “soluciones” de Obama o la
Merkel.
Y como aquí nadie dimite por atropellos a la dignidad y la
razón taurinas o genéricas, no es de extrañar que ciudadanos honrados e
inteligentes de todos los colores y calores vayan perdiendo pasiones,
ilusiones, iniciativas o participaciones para salir o contribuir a salir de la
ruina, de la rutina, de la crisis, y de credos… decadentes o fracasados. Ahora
mismo, en la media tarde del 29 de agosto de 2.013 estoy tan acatarrado como
horrorizado. No se si es por las supuestas armas químicas de Bachar el Asad o
quien sea; o es por las armas económicas de los mercaderes de la muerte y de la
explotación. Quizá sea por las dos. La
sangre inocente y humana se derrama innecesariamente todos los días; habrá que
“estar preparados y mentalizados” para la que vayan a derramar y aumentar
centenares o miles de sirios en nombre de “nuestra democracia y libertad”. Pero
en mi nombre: ¡NO! Estamos descabezados, desalmados, desorientados, desequilibrados,
desmoralizados, desmemoriados. La ínfima “tortura” de limitados toreros con los
toros, o al revés, es una broma comparada con la tortura a la que someten a
infinidad de seres humanos algunos mandamases y sus cómplices con sus
decisiones. Los hay, hasta con el premio nobel de la paz. Por supuesto premios
con letras y credibilidad minúsculas. ¡QUE TERROR!