Un conocido portal taurino, y es sólo un ejemplo, en un editorial, se posiciona claramente a favor
de la “cúpula inversa”, del “paraguas convexo”, del “paracaídas desinflado”, justificando su existencia en la imperiosa
necesidad que tiene la fiesta para sobrevivir… recurriendo a otro tipo de
espectáculos. Vayamos por partes. Se supone que un espectáculo secular, como la
corrida de toros, necesitaría para sobrevivir recuperar buena parte de los
valores que ha perdido en las últimas décadas, comenzando por el propio toro de
lidia y sus cualidades ansiadas, naturales e innatas: casta, acometividad, fiereza,
bravura, nobleza; y no la mansedumbre, sosería, el rajarse, la embestida ñoña y
bobalicona, aborregada o mortecina, y la debilidad y caídas tan frecuentes en
el toro actual. Es como si para justificar la crisis del arte teatral de hace
un par de décadas, se hubiera recurrido a fomentar el uso de los teatros –como recintos
escénicos- montando partidos de fútbol sala o convirtiéndolos –algo que ha
sucedido en buena medida- en grandes almacenes, cafeterías de lujo, u ofreciendo
corridas de toros (que en Cádiz las hubo en el Teatro del Balón, original
precedente que no tuvo el éxito necesario para su continuidad). Eso sería, aclarémonos, rentabilizar el local,
no promover o potenciar la corrida de toros.
Para ese portal el asunto pasa porque esos espacios taurinos
se utilicen para otros espectáculos mientras en ellos no se celebren festejos
taurinos, y sinceramente no me importa lo más mínimo que se haga, siempre y
cuando se respete el espectáculo táurico que ha dado su ser al recinto. El
problema es que con la instalación de la famosa boina, el espacio o edificio de Las Ventas, que ya es rentable en sí mismo, recordemos, perdía la mitad de su aforo,
suprimía varios miles de abonos –que había que reubicar en otros lugares- e
incrementaba el precio de la entrada –algo que no les importa a algunos
periodistas que entran gratis en los toros- entre otros problemas, y seguridad al margen.
Las Ventas es un edificio público, construido para corridas
de toros, utilizado casi todo el año para ello, y que no necesita de ingresos
para su existencia. El edificio está considerado como de Interés
histórico-artístico, y como otros edificios en igual situación en la Comunidad
de Madrid, debe contar con un presupuesto para su manutención y reparación, que
sale de las arcas de la propia Comunidad, como le sucede al resto de edificios
de especial protección en el ámbito madrileño. La explotación del coso, en la
actualidad, pasa por la cesión de la misma a una empresa privada –el tripartito,
Taurodelta- a cambio de casi tres millones de euros anuales.
Antes, es verdad, se sacaban cinco y pico, pero la Comunidad,
incomprensiblemente, bajó el canon y nos
quedamos en ello. Como el dinero para mantenerlo y repararlo, no sale del
canon, todo ese dinero se debe destinar a otros fines… y aquí paz y después
gloria. Díganme ahora, por qué es necesario que se den otro tipo de
espectáculos en el recinto… ¿Para ayudar económicamente a la empresa
concesionaria? Pues sí, claro, y no por otra causa. Así
que ya vemos por dónde van los tiros.
Nadie niega, por otro lado, el que la empresa –ésta o la que
sea o fuere- organice, fuera de temporada otros espectáculos, o incluso dentro
de la misma, siempre y cuando no afecten a la temporada o a la propia plaza.
Imaginen, por cierto, que la cubierta se hubiera mantenido hasta mayo y se hubiera
hundido sobre los pacientes espectadores de Las Ventas durante una de esas novilladas
de abril, es decir que a la gente le hubiera caído encima o golpeado en la
cabeza una de esas vigas que soportan el paraguas de 160.000 kilos… ¿Qué
necesidad hay de ello? No nos oponemos a que la carpa circense se levante cada
año para admitir al Circo Mundial o al que fuere; tampoco que se utilice el
coso para los espectáculos motoristas; hemos contemplado en la plaza
espectáculos de ópera o zarzuela hace años, ha habido conciertos de música
contemporánea, los Beattles tocaron en este escenario cuando el mismísimo
Franco regía los destinos de esto que hoy deja de ser España y así podríamos
seguir. Ninguna –salvo el circo- de esas actividades requirió una cúpula, pero
instálenla si con ello consiguen atraer más espectadores, a mi me da lo mismo.
No, lo que no quiero -personalmente- es que se deje la cúpula para dar bajo ella espectáculos
taurinos, sólo espectáculos taurinos, esos que la nefasta Taurodelta ha
disminuido en el último año peligrosamente y por bajo de las propias exigencias
del pliego (por cierto, sin comentario al margen de la Comunidad).
Al menos las pirámides de Gizah siguen en pie... |
La plaza no necesita ser rentabilizada de ninguna forma,
SOLO ES LA EMPRESA LA QUE NECESITA MAYORES INGRESOS, no engañemos a la gente. Si
la fiesta necesita para su supervivencia que saquemos dinero a la gente –a otro
tipo de aficionados- con “El Canto del Loco”, pongamos por ejemplo, “Houston tenemos un problema”, pero un
verdadero problema, un problema muy gordo. Como edificio protegido Las Ventas debe ser mantenida con
un dinero que sale de las partidas presupuestarias de la Comunidad. Si se
refieren a otras plazas, en un “totum revolutum” interesado, en el portal que
pertenece a varios accionistas profesionales del mundillo taurino, allá cada
cual. Yo sigo, en lo personal, siendo contrario a ello, pero su defensa o
ataque habrá de correr a cargo de sus abonados… No entiendo, repito, por qué se
tienen que organizar otros espectáculos para salvar la fiesta, porque a lo
mejor la gente acude al circo en masa, o a las macrofiestas y sigue sin acudir
a los toros, como en estos años. ¿Se creen que el dinero o beneficios obtenidos en esos otros espectáculos servirán para pagar la fiesta...? Infelices.
Les recuerdo, a varios de aquellos lumbreras,
que la macrofiesta del Madrid Arena –esa que se saldó con cinco chicas muertas
en una avalancha por huir de un peligro real o supuesto- tuvo una asistencia de
más de 9000 personas (hay quien las sitúa en el entorno de 20.000, un aforo similar al de las Ventas), mientras que
la misérrima programación taurodeltiana no consigue aforos de tres o cuatro mil
personas cualquier domingo de abril. A lo mejor si la macrofiesta se hubiera
llevado a cabo en Las Ventas –QUE ES LO QUE QUIERE LA EMPRESA, pero sin concursar contra otras empresas especializadas en el ramo- hubiera tenido
incluso más concurrencia… pero no entiendo por qué eso favorecería a la fiesta de
los toros en general, o la paupérrima programación taurina de julio –CON O SIN
BOINA-.
Pero… defienden a las claras las intenciones de la empresa
no sé por qué –o sí sé por qué-. Fíjense en algunos casos. El Coliseo de La
Coruña, esa moderna plaza “multifuncional”, ¿ha aumentado la programación
taurina de aquella capital gallega, ha conseguido llenarse alguna vez, ha
permitido la multiplicación de festejos taurinos o la afición de los coruñeses,
ha elevado la categoría artística o emotiva de los festejos? Entonces, ¿por qué
la multifuncionalidad favorece a la fiesta? En San Sebastián –Donosti-, con
entradas de un tercio o media plaza en estos últimos años –y con el cautivo abono
de los 15 años-, la plaza cubierta y “multifuncional”, ¿ha aumentado el número
de corridas, se ha multiplicado la afición, ha mejorado la calidad del ganado
lidiado o sólo por aquello la calidad artística de las faenas realizadas? No
termino de entender… O mejor dicho, claro que lo entiendo. ¿Y Taurodelta, qué
ha hecho en Vista Alegre, en Carabanchel? Espacio multiusos que ha organizado
CERO CORRIDAS en 2012, y casi nulas en años precedentes. Desde ese portal se
entiende que la defensa de la fiesta
pasa por la supervivencia de las
empresas taurinas que se dedican a
otros menesteres –incluso a dejarles en publicidad (seamos bien pensados)
miles de euros-, esto es, porque tengan otras fuentes de ingresos diferentes.
Aclarémoslo.
También la Plaza Mayor de Madrid sigue en pie... |
Y repito, a mi, ni fu, ni fa. Que lo hagan o dejen de hacer,
me trae sin cuidado (creo que hay empresarios mucho mejores que los actuales a
los que no se deja participar o programar la temporada de Las Ventas), siempre
y cuando no me supriman mi abono, ni me obliguen a comprar una entrada más cara
(a ellos, como he dicho, no les afecta, porque siguen yendo a una entrada de
regalo a un tendido bajo, muy bajo).
El portal de marras defiende “que los toros con cubierta permiten
comodidad y seguridad, pero eliminan estética esencial”. Lo de la comodidad –no
referida a que si llueve, no te mojes- no sé cómo explicarlo, necesito que me
lo aclaren; lo de la seguridad… brilla por su ausencia. Otra cosa es en
edificios construidos ad hoc, pero en este experimento de la carpa… seguridad
es que te caigan 160.000 en la cabeza. Si al empresario del Madrid Arena le han vetado
volver a organizar espectáculos en espacios públicos, a los Choperitas le
debería ocurrir de igual forma, por más que, gracias a Dios, en este caso no
haya habido muertos… de milagro y por cuatro días. Gravísimo, repito, porque
podía haber habido decenas o centenares de heridos o muertos.
Defiende el ínclito portal que si en Barcelona se hubiera aprovechado
la plaza para otros fines -¿por qué
nunca se lo han reclamado a Balañá, o a Matilla, por cierto?- la fiesta
seguiría viva… ¡Vaya conclusión! Es decir, a su parecer ,si se hubieran
celebrado allí conciertos de raperos, los diputados regionales de CiU, Esquerra,
Izquierda Unida-Los Verdes o parte de los socialistas catalanes, hubieran
votado a favor de las corridas de toros… ¡Fantástico! Se nos cantan las
inmensas bondades de las plazas cubiertas… al parecer para la fiesta, pero no
se concretan, quizá porque no existen demasiadas… bondades. Es verdad que en
Valdemorillo –“próximamente en antena”-
la cubierta ha evitado que nos nieve sobre la cabeza como antaño, pero yo no he
visto que mejore la calidad del festejo con ello, sino, simplemente, que no se
pierda asistencia. El secreto está en programar corridas con mayor interés; ya
verán como en los victorinos serranos la entrada es bastante buena, y
compárenla con la de otros días. Luego el secreto está en otra cosa. Que
lleguen a afirmar que “el futuro de los
toros pasa, entre otras cosas, por hacer rentable sus recintos”, me
parece un sinsentido. Lo que quieren decir es que las empresas actuales sólo
pueden pervivir si sacan dinero de otros lados, es decir, que el espectáculo
taurino es anti-económico en sí mismo. Pues analicen ustedes los costes y propongan soluciones para que una corrida
de toros no cueste más que lo que se consigue obtener lícitamente por taquilla.
Y así se mantendrá por sí misma, sin necesidad ni de subvenciones, ni de
ingresos ajenos. Para pagar al Juli, Morante, Manzanares o José Tomás, con
toros de Matilla, no debería ser necesario organizar espectáculos de ventrílocuos.
...y se daban toros... y no se hundían los tendidos. Imagen de las Fiestas Reales de 1803 (grabado original, colección personal) |
Para pagarlos en Madrid, los famosos taurodeltianos, ya nos
organizan veinte festejos isidriles sin el mayor interés… Mal está. Pero que
encima quieran suprimir las entradas más económicas para que la gente tenga que pagar
tendidos en vez de gradas o andanadas… con el beneplácito de ese portal taurino, y quién
sabe si la Comunidad, ¡hombre, no tiene un pase! ¡Qué el portal recurra, como Choperita, al manido tema de “sol y
moscas”, directamente absurdo y demagógico! Algo muy típico de quien defiende
también su propio negocio…
Anotaciones al margen
1.- El hundimiento de la cúpula ha de implicar un estudio de
responsabilidades.
2.- Si existía un seguro –que es de suponer-, queremos que
se hagan públicas las conclusiones del estudio que realicen.
3.- ¿Se ha dañado la estructura de la plaza con el
hundimiento? La tracción de la cúpula, primero en un sentido y luego en el
contrario sobre los apoyos montados, ¿ha supuesto algo sobre la estructura del
coso?
4.- El peso de los apoyos, en puntos concretos, ¿ha podido
dañar en algo los soportes de los tendidos altos? (160 toneladas apoyadas en 60
puntos concretos, recuerden).
5.- ¿Se sancionará a la empresa por el desastre o volveremos
a mirar para otro lado y aquí no ha pasado nada?
6.- ¿Debería inhabilitarse para la organización de
espectáculos en locales públicos a la empresa que, sólo por cuatro días, se ha
librado de víctimas –heridos o muertos- personales?
7.- Si se realizaron pruebas de carga, ¿dónde están los
resultados de las mismas? ¿Quién los ha firmado y quién dio el visto bueno si
es que existe? Ya sabemos que en el momento del hundimiento no había sobrecarga
alguna.
8.- ¿Quién ha firmado y aprobado el proyecto? ¿Contaba ya, a
cuatro días de su estreno con gente, con la autorización
administrativa correspondiente? ¿Contaba la nueva estructura con un plan de
evacuación ad hoc, que previese su posible hundimiento? ¿Dónde están los informes, y son éstos
favorables y quién los firma?
9.- Si la instalación de la cubierta se justificaba, en
espectáculos taurinos, para que el viento no molestara, ¿cómo es posible que en
primera instancia se dijera que el mismo viento fue el que provocó el
hundimiento? ¡!!!!!
10.- ¿Existe autorización de la Comunidad de Madrid, tácita
o explícita, para que se reduzca el aforo en 8000 personas en esos festejos
taurinos que Taurodelta quería que se organizaran?
11.- ¿Podrían mostrar el documento en el que se autoriza a
Taurodelta a poner la dichosa boina para que comprobemos su alcance, duración y
condiciones?
12.- Si es que existe seguro… ¿se hará cargo éste del coste
-4 millones de euros, mucho más que todo el canon que paga la empresa a la
Comunidad- del desastre? Y si no fuera así… ¿quién pagará el desaguisado
económico? ¿Repercutirá éste sobre los emolumentos de diestros, ganaderos,
empleados o los costes a los aficionados durante 2013 o años sucesivos? ¿Se aumentará –o se
dejará que lo hagan- el precio de las localidades en años sucesivos para paliar
económicamente la mala gestión de Taurodelta, si se concede de nuevo su
arriendo a la misma? ¿Llegará a pagar la empresa cuando debe alguna vez?
Estas, a mi juicio,
deberían ser preguntas que se hicieran y que deberían hacer los que se dedican a
esto del periodismo taurino… que probablemente harían -o harán- tantos buenos periodistas, pero se ve que algunos prefieren sólo
justificar a la empresa y apoyar proyectos disparatados (a las pruebas me
remito).