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miércoles, 19 de septiembre de 2012

El trasfondo de la rebaja de entradas para jóvenes


Recibimos una carta de los actuales rectores de la Asociación Juvenil Taurina Española sobre el controvertido asunto de las rebajas de entradas para jóvenes que este verano se ha puesto tan de moda.
No podemos sino subrayar, como ya manifestábamos en su momento, nuestras dudas sobre el sistema que pretende implantarse y que ya se ha ejercitado en varias ferias y por varios matadores. Eso sí, sin el éxito que se pretendía, puesto que, después de un mes y pico de práctica, según los mentores del Juli apenas se habían vendido unas tres mil y pico entradas, lo que, a la verdad, no es mucho… ni ha conseguido llenar una sola plaza.
Junto a ello, en la plaza de toros de Las Ventas, y en estas últimas fechas, se han venido regalando entradas por parte de la empresa tanto para jóvenes como para distintas Peñas –no sé si las más acomodaticias, las que menos protestan, las menos críticas, y con o sin conocimiento y concurso de la Federación (me temo que no)- y todo ello y a pesar de ello, sin el éxito necesario. De las supuestas entradas regaladas para jóvenes nada se supo… yo, al menos, no vi cincuenta jóvenes juntos en ninguna localidad de la plaza ese día; ni aun, si me apuran, dispersos, so pena que contáramos entre ellos a los muchos turistas extranjeros que visitan y cubren mayoritariamente los tendidos de Las Ventas en estas tardes de programación tan deficiente. ¿No sería mejor programar espectáculos de calidad que llevaran al menos a tres cuartos de plaza para recuperar el aforo? No cabe duda, y ejemplos hay más que de sobra en épocas en que Chopera aun no había conseguido el nivel de abono que hoy todavía disfrutan sus sucesores en la gestión de Madrid... sin hacer nada por ello.
Imagen habitual de Las Ventas en estos días de verano
Por otra parte, el regalo de entradas, siempre utilizado para acallar voces disidentes o congregar partidarios acérrimos o ciegos, no es, como subrayan, la panacea; con esta práctica lo único que se consigue, por el contrario, es el desprestigio del propio espectáculo –incapaz de llevar al coso a un número suficiente de espectadores- y mediatizar a esos que entran con el consabido regalo. Mejor sería, como promovimos en nuestros tiempos juveniles, que la empresa se comprometiera, como ya lo hicieron entonces Berrocal o Manolo Chopera (e incluso antes Jardón –aunque en ello no anduvimos nosotros-), a destinar un amplio número de entradas a precio reducido para cualquier joven que se acerque a la taquilla, sin necesidad de que nadie les diera la entrada como intermediario, tal y como han hecho otras empresas este verano (Albacete, Guadalajara…).
Son pues las empresas las que deben obrar de aquella forma y no los toreros a la búsqueda –quién sabe- si del aplauso fácil y agradecido del que ha visto los toros por la mitad de lo que le hubiera costado una entrada –ojo a veces más cara que lo que le hubiese costado otra más arriba o en sol o sol y sombra-. Y desde luego, y vuelvo a subrayar, las asociaciones o Peñas no deben ser intermediarias de ello, sino promotoras, presionando a las empresas –y no a los toreros- a que obren de aquella manera para el público joven en conjunto, sin exclusividades o intermediarios. Sólo de esa manera demostrarán su independencia y conservarán su libertad.
Como desearíamos que estuviera y como estaría si los espectáculos fueran de mejor calidad y más asequibles
Les dejo, pues, con la carta de Alfonso Coronel de Palma de la Mata, actual Presidente de la Asociación Juvenil Taurina con sus muy sensatas apreciaciones.
  

Por Alfonso Coronel de Palma de la Mata
Presidente de la Asociación Juvenil Taurina Española

Últimamente y con más asiduidad podemos ver en los festejos taurinos el siguiente anuncio “El matador de toros Pepín de la Casa aportará el 50% del coste de la entrada para los menores de 30 años”.  Este es sólo un ejemplo de una oferta a la que se están apuntando toreros de primera línea del escalafón tales como Julián López “El Juli” (creador de esta iniciativa), Alejandro Talavante, Miguel Ángel Perera... y otros más modestos como Rafael Rubio “Rafaelillo” o Iván Fandiño.
La oferta a priori es muy buena y muy generosa por parte de los toreros pero permítanme con todo el respeto del mundo atreverme a criticar esta iniciativa.
En primer lugar, los toreros han tomado como propia una labor del empresario de la plaza como es la de la promoción de las entradas con un precio reducido para jóvenes, hemos pasado del empresario-apoderado-ganadero al torero-empresario que como todos estarán de acuerdo es malo para la fiesta, si uno es torero, es torero y punto.
Seguidamente encontramos una oferta que en su día iniciaron las figuras, conscientes que con sus altas compensaciones era prácticamente imposible cualquier tipo de rebaja de las entradas sin provocar una pérdida importante al empresario.  ¿No sería más correcto que los líderes del escalafón bajasen sus retribuciones para que el empresario pudiese hacer estas ofertas? No solo al aficionado joven sino también a todos los aficionados, ya que actualmente las entradas, exceptuando casos como Madrid, tienen unos precios muy elevados, teniendo en cuenta la importante crisis económica en la que nos encontramos,  y además que los salarios de los toreros de primera línea del escalafón son los más altos de la historia comparándolos con la recaudación taquillera de toda la historia.
En el caso de los toreros más modestos, con una menor retribución por su labor, la clave por la cual pasa la opción de la promoción de entradas para jóvenes, está principalmente en mano de los empresarios quienes deben de arrimar el hombro y mirar por el futuro de la fiesta.
En tercer lugar debemos estudiar las consecuencias indirectas que produce esta oferta, con la asunción del 50% de la entrada por parte del torero una vez en la plaza de toros ¿Cómo un solo joven se va a atrever a juzgar o criticar la labor de ese torero? Evidentemente aunque haya estado fatal dirá que no estuvo mal, es algo completamente antinatural e inhumano morder a la mano que te da de comer, por lo tanto estaríamos ante la formación de aficionados o público en general educados en la mentira, sin criterio propio y fervientes admiradores de todo aquel que se dignó a pagarle su entrada, creando así un pequeño grupo de “Hooligans taurinos”.
Con esta reflexión no quiero que piensen “Que injusto este chaval encima que se molestan en llevarles a las plazas va y les critica” puesto que lo único que pretendo con la misma es dar a conocer otros modos de conseguir la vuelta de los jóvenes a las plazas de toros sin perder su capacidad crítica fundamental en la formación de nuevos aficionados.

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