El
comentario de Ángel Arranz
La corrida de Victorino Martín
por encima de la terna.
Hay toros que por su
temperamento y encaste son los protagonistas de los festejos. Lo agradecen
los toristas.
Hay toreros que por estilo y
personalidad son los protagonistas de los ídem. Lo agradecen los toreristas.
Hay toreos que por el
entendimiento y complemento de toreros y toros agradecen los toreístas.
Lo malo, es que demasiados
toros no tienen temperamentos suficientes para captar la atención del
público; lo peor es que demasiados toreros están despersonalizados; lo
preocupante es que los toreos siempre o casi siempre están concebidos y
plasmados bajo el mismo o parecido “patrón”.
Es decir, o los toros tienen
bravura y los toreros maestría –completa- y toque de distinción, o la “brava
fiesta” es como el agua en una cesta. No hay que olvidar que los festejos
taurinos suelen empezar en los últimos minutos de una larga siesta.
Hay que poner y ponerse
responsabilidad y atributos en tales disyuntivas. El compromiso ha de
presidir la puesta, desarrollo y final de todas y cada una de las escenas que
se protagonizan en el melodramático escenario del ruedo.
La Tauromaquia –como en el
resto de Artes, Ciencias, Oficios, Inventos y Eventos- está “instalada” en
una “época” donde abunda lo estándar. Es obvio que las técnicas y tácticas
están casi unificadas, uniformadas o tipificadas. Esa regularidad de lo
regular es la que preside casi todas las “aptitudes, actitudes, méritos y
esencias” del autor o de la obra que vamos a contemplar.
Regularidad de regular quiere
decir que casi todo se crea, desarrolla y vende –es lo mismo que nacer,
vivir, morir- bajo unos parámetros tan calculados y previsibles que la
verdadera imaginación brilla por su ausencia. Son ¿avances?, cuyos
protagonismos de admiración y cotización entre unos u otros autores e
intérpretes, pasa por las “obras y maniobras” de la publicidad, el marketing,
la moda…o por las corrientes y tendencias que interesas a poderes y
poderosos. O sea –como dicen los cursibobos- el misterio de las artes casi ha
desaparecido, y… “ni son todos los que están ni están todos los que son”.
Como ayer en Las Ventas.
Corrida estándar de trapío por fuera, pero mucho más sabrosa e interesante por
dentro. Toda la corrida fue exigente, dura, lista –bajó el tono del cuarto-, de
las que captan al espectador cuando sale el primer toro hasta que al sexto se
lo llevan las mulillas. Nadie, casi nadie abandona la plaza hasta que los
toreros cruzan el albero de vuelta al hotel.
El comportamiento protagonista
del conjunto de los toros fue más para gustos que para disgustos de los
espectadores. Otra cosa es que los toreros estuvieran ayer por debajo de las
expectativas. Para ser preciso, no veo en el escalafón superior una terna para
entender y sacar el juego y la emoción que
tenían los toros. No, no es porque no pudieran hacerlo, es porque
están desacostumbrados.
Al primer toro de Ferrera le
sobraba una oreja… si el toro no lleva el encaste Albaserrada el experimentado
torero se la corta; además protagonizó el tercio de varas más notable de toda
la feria; en el otro tuvo menos opciones para torear bonito, pero la brega y
lidia debieron ser más seguras y eficaces.
El fino y elegante Uceda Leal
tuvo el mejor lote da la tarde, el cuarto, algo sosito, contagió por unos
momentos el ambiente. Una irregular tarde la tiene cualquiera.
El tercero fue una locomotora a
todo tren, bravucón con fiereza y genio como para abastecer –que buena falta
hace- a media camada de vacas bravas. Los atributos del toro y la voluntad de
Alberto Aguilar fue lo más arrebatador de la tarde… pero en el conjunto del
festejo torista faltó protagonismo de torerismo y toreísmo.
Ojo “el toro a medida” no
despierta pasiones. Hay que recuperar y potenciar este tipo de toros porque
son los que llegan y llenan imaginaciones, emociones, sensibilidades y
sabidurías de los auténticos aficionados, profesionales y simpatizantes cabales.
Lo otro es hacer paseíllos decadentes con muchos vacíos en el ruedo y en los
tendidos.
Al finalizar la corrida, cerca
de la puerta principal, oí en un corrillo: Cayetano Rivera Ordóñez ha pedido
una corrida como la que hemos visto para su reaparición la temporada próxima
en San Isidro. Ignoro si hablaba en broma o en serio...
Internacionales y célebres
artistas y músicas
Presentan sus obras en vías públicas
Los seguidores agradecen el
gesto
Y les suelen ser fieles hasta
los restos
Los toreros no hacían
presentaciones
Parecen anormales dichas
proposiciones
Porque torear tiene mucho
peligro
Aunque se lidie en Ciudad
Rodrigo
¿Saben que han promocionado y
protagonizado?
Presentar temporadas en
frívolas discotecas
Son cosas de las modas… ¿o de alcahuetas?
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