El
comentario de Ángel Arranz
No es lo mismo una salida a hombros triunfal que una
salida triunfalista. Ayer ocurrió en Las Ventas. Una oreja en cada toro, de
las que están al límite con la vuelta al ruedo… como mucho. Lo peor es que el
exitillo lo tuvo un torero con cualidades para cruzar la Puerta Grande
haciendo el toreo clásico, puro, caro y eterno.
Daniel Luque –Duque le llamé en alguna ocasión por su
proyección- lleva varias temporadas entre el sí y el no para dar el salto a
la categoría de figura. Con la salida a hombros de ayer acapara otra puerta
grande en plaza de primera… pero no sabemos si el “Buque” de Daniel tomará
rumbo por aguas pacíficas y cristalinas o por aguas turbulentas. Su primer
toro llegó a la muleta señalándole la puerta soñada, y su toreo solo fue
hábil, efectista, superficial, moderno, de consumo, de los que pronto se
olvidan. Cortó una oreja de verbena que sumada a la benévola de su segundo
toro, le servirá a su polifacético y multinacional apoderado para manejar la
foto y el intruso marketing en el misterio de las artes. Todo mucho más
populista que la auténtica grandeza idealista.
Otro de los problemas primordiales por resolver que tiene
el taurinismo profesional es: el acaparamiento de funciones. Cualquier
parecido entre el utópico “libre mercado” del sistema, y la realidad
sistemática es pura coincidencia.
Dijo un hombre viejo y cabal: “en la brevedad de la vida
apenas hay tiempo para conocer a fondo dos o tres cuestiones o asignaturas”.
En La Tauromaquia hay individuos que son “verdaderos
monstruos de la sabiduría”. Son ¿empresarios? en varias actividades, además
de gestionar varias plazas de toros son ganaderos, apoderados, comisionistas,
etc. todo al mismo tiempo. Se me ocurre que: “los que mucho acaparan poco
producen”. Los hechos están a la vista: hay menos minas concretas que ruinas
completas. En realidad ni hacen ni dejan hacer o… deshacen más de lo que
hacen.
Una de tres, o lo que hacen es muy fácil y viene rodado; o
hay demasiada frivolidad en sus trabajos; o lo que hacen y deshacen deja
mucho que desear.
No toda la culpa es de ellos, porque tampoco hay muchos
espejos por las alturas donde mirarse. Todos sabemos que gran parte de “las
elites” se lo llevan crudo por la nada de la nada en “riquísimos” y complejos
consejos de administración, acaparamientos, corrupción o redacción. O en
conferencias punzantes a precio de
diamantes.
¿Qué puede aportar un consejero en un enredo, del que algo
sabe, pero que entiende lo mismo que el profano o mudo conserje de una multinacional en un paraíso
fiscal?
Ignoro si los de “podemos” podrán cambiar algo en esos
poderes malolientes y repugnantes; lo que sí está claro es que de continuar
por esa rutas, la humanidad, o parte importante de la humanidad, tiene menos
porvenir que un perro flauta a las puertas de las guaridas de los perro
lobos, perro ogros o perros rabiosos. Rafael perdona si me he pasado.
Sí, hay mucha rabia en toros, toreros y toreos en los
ruedos de las plazas de toros; y en los universales de las calles también…
haciendo o interpretando pasos, pases y poses sin ton ni son ni ilusión ni
aceptación. Si no se estudian, se aprenden, se rectifican, se solucionan las rabias de norte a sur y del este al
oeste, la indignación será más letal que racional.
El discursillo viene a cuento con el populismo que reinó
ayer en la primera plaza de toros del mundo.
Los toros del Puerto de San Lorenzo hicieron honor a su
encaste Atanasio-Lisardo, abantos, manseando, con escasa fijeza en capotes y varas, todos para ser
mejor lidiados con la muleta y dos de ellos puerta grande.
Toreos paralelos o hacia las afueras, de pasitos atrás, de
rutina, de acompañar las embestidas en vez sentirlas y templarlas, de
colocación en la diagonal del toro con brazo y muleta al límite exterior de
las distancias, haciendo un arco o puente entre los dos contendientes
teóricamente bravos. No es lo mismo meter los riñones lidiadores hacia adentro
que sacarlos hacia afuera. No es lo mismo cinturas y muñecas toreras que
cinturas y muñecas pasajeras.
El Cid no fue el
torerazo de tardes inolvidables. Padilla aunque encabezase el escalafón la
temporada pasada es lo que fue y será: torero voluntarioso, pundonoroso,
bullicioso, profesional respetado y respetable… pero lejos de la enjundia de
la torería en la Bahía de Cádiz.
Cuando se come de lo mismo
Egoísmo es: yo y acaparar
Generosidad es: nosotros a compartir
Narcisismo es: yo y nadie más
Vanguardia correcta es: nosotros a funcionar
Egoísmo y narcisismo es superficial
Generosidad y vanguardia es inmortal
Hay toros, toreros, toreos y taurinos legales
Pero… se cuestionan
o perjudican sus modales
¿El rancho tiene salubridad y continuidad?
P.D. “Podemos”, es una reciente ¿agrupación ciudadana? que
en las elecciones al P.E. ha obtenido resultados ¿sorprendentes?
P.D. Rafael, es el Doctor –también en tolerancia y
generosidad, por supuesto… sin que le salpiquen o deba compartir mis
opiniones “extrataurinas”- D. Rafael
Cabrera Bonet.
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