El
comentario de Ángel Arranz
Los toros de Miura colocan el cartel de “no hay billetes”
en las taquillas de Las Ventas.
Nueve temporadas sin ver en Madrid los toros más
legendarios del campo bravo.
Los toros de Miura son a los toros del montón, algo
parecido a lo que son los perros galgos y los perros del montón con respecto
a la caza.
Los toros –de ayer- de Miura son los antisistema, los
críticos con causas, los contestatarios, los toros flautas que poco o nada
tienen que ver con los toros descastados, los toros inválidos, los toros
manipulados, los medios toros que tanto gustan a las llamadas figuras pero
que casi siempre aburren a la mayoría de los espectadores.
Son más taquilleros los toros enteros que la medianía de
las cacareadas figuras.
Ayer, tres toreros tan respetados como respetables… pero
que no caminan por las alturas del escalafón ni en cantidad de contratos ni
en calidad de cotización. El segundo, tercero y cuarto toros de museo. Un
toro para cada uno de los tres toreros que les podría haber cambiado para
bien el curso de la temporada… o más.
Toros musculosos, atractivos, astutos, sutiles, listos,
genuinos, de los que transmiten sensaciones… para cazar a la primera el
momento torerista y toreísta del estado casi completo de la tauromaquia y del
arte de torear.
Muchas tardes así, y la duda de la paja o el grano
evitaría que a los “expertos” nos
repitan los “profanos”: ¿Quién es el mejor torero?... ¿y los mejores toros?
¿Quién es figura del toreo? ¿Qué crees que pasará esta tarde en el ruedo?
Ojo, son preguntas tontainas por naturaleza… que a veces
son tramposas por irónicas o de guasa…
porque el “profano” tiene criterio propio y quizá sepa tanto o más que el
“experto”.
¿Cómo se miden los mejores y como se pesan las figuras?
A la primera y tercera preguntas doy respuestas
aproximadas –en mi opinión, que no es única- a lo largo de veinte páginas en
el libro ¡TORTURADORES? – Egartorre, 2010- escrito mano a mano con mi amigo
el ilustre y polifacético Jordi Grau.
La segunda pregunta tiene respuesta dudosa porque los
toros todavía no hablan.
En lo que se refiere a cuarta pregunta, es evidente que
ante la uniformidad casi mimética de toros, toreros y toreos, la respuesta es
relativamente fácil… pero, afortunadamente queda la “esperanza” –poco que ver
con la Aguirre- de que aparezca la sorpresa inesperada y emocionante en el
transcurso del festejo. En efecto, hay un porcentaje de sorpresivas
incógnitas en los ánimos de los toreros, en las caras de los toros, en los
vuelos de capotes y muletas que nos hacen volver a las gradas aunque
demasiadas tardes no pase nada o casi nada de verdadero interés. Sin olvidar
a picadores, rehileteros y banderilleros.
Lógico, si los aficionados fieles y cabales supiésemos
antes de empezar la corrida el resultado final, más de uno dejaría de pasar
por taquilla.
El arte de torear es instantáneo y efímero, se interpreta,
se siente, se dice, se duda, se improvisa sobre la marcha, tiene mucho de
espontaneidad que lo hace imprevisible e imprevisto. Mejor así.
Es tan patán, patente y patético no tener ninguna duda… que
dudar de todo y en todo.
Y es falso aceptar o decir por norma: “la duda ofende”… cuando
casi todos sabemos que hay ofendidos que solo son bandidos o vendidos.
Sí, son necesarias las dudas razonadas y razonables porque
son o deberían ser las motivaciones para superar y humanizar las
desigualdades que provocan los que jamás tienen dudas.
Claro que habré cometido errores de apreciación –pido
disculpas, siempre quedan dudas- en estas croniquillas mías de “comunicación”.
Lo que tiene menos dudas, es que el segundo toro de ayer
ofrecía las dos orejas de triunfo a Javier Castaño. El tercero y el cuarto
tenían pitones de éxito para Serafín Marín y Rafaelillo… pero no hubo
comunión entre toros sagrados y toreros no consagrados. En estos casos –toros
difíciles, pero de primera en la feria y plaza más transcendente del mundo-
es donde se pone a prueba la forma y el fondo de todas las asignaturas que
denotan la maestría de los toreros.
Lo mejor, la excepcional cuadrilla de Castaño que “obliga”
a superarse los colegas… y la ovación más clamorosa y unánime de la feria a
un auténtico toro. Lo peor, no empezar las faenas de muleta probando y
recuperando y recomponiendo los toros después de dos tercios con pulsos
intensos y fuertes para intentar el toreo bonito o bello… o recortar las
embestidas cuando un lance está sin completar y el “maestro” se mueve para
“ligar” el siguiente. Si eso lo hace más de una “figura” con toros del montón
¿qué podemos esperar que hagan demasiados toreros con toros de selección?
Se trata de que haya un mínimo de armonía, equilibrio y
unidad en las calidades y cualidades de toros, toreros y toreos para que las
sorpresas seductoras sean más habituales.
Conocí a un inquieto “caballero”
En la forma, en el fondo un fulero
Más de sándwich que de puchero
Que era el primerizo en el bautizo
Era el de moda en la boda
Y era el muerto en el entierro
Él no dudaba, pero era un cencerro
Daba igual que hubiese orden y listas
Para saber estar y ser en las pistas
Acabó de politicastro chaquetero y populista.
P.D. “Esperanza” Aguirre dimitió como presidenta de la Comunidad
de Madrid dando explicaciones muy ambiguas. La gestión de Las Ventas, en
última instancia, dependía de ella. Era, y es, chula, aficionada y altiva por
la gracia de…
P.D. En los próximos días haré un análisis-resumen de San
Isidro 2014
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario