Por Fernando Bergamín Arniches
Apuntes y un homenaje
Feria de Otoño en Madrid 2013. Como era de esperar, ¿una sorpresa? Sí, y
bastante nefasta. No vienen los toreros que podrían interesar mínimamente,
aunque algunos de ellos se encuentren en momentos muy bajos, pero son
prácticamente los únicos. No quieren dar la cara, ni el pecho, y menos aún el
corazón en Madrid: MANZANARES, TALAVANTE, EL JULI, CASTELLA, PERERA... y por
supuesto tampoco MORANTE. PONCE es mejor
que no lo haga: hace tiempo que sobra en
esta Plaza. Los "salvadores" de la Fiesta (que no del toreo) durante
la temporada de este año, estarán ausentes. Ellos han protagonizado las tardes
"apoteósicas" del año, con un casi total apoyo mediático. Ya tienen
bastante.
Sí tendremos, en dos tardes, a Iván Fandiño. Lo felicito por ello, pero
lo suyo - más que gesto o gesta - yo lo llamaría una valiente decisión. Vamos a
dejar ya las exageraciones que nos ha impuesto, toda la temporada, la crítica
más selecta, como nos diría nuestro amigo Rafael Cabrera. Fandiño - y doy una opinión
absolutamente personal - es torero de verdad. Valiente y sin trampas. Y además
quiere ser figura. Sin embargo ya tengo
escrito en este mismo espacio que lo considero torero muy corto, con muy poco estilo y
escasa personalidad, que es lo grave, porque Manuel Rodriguez Manolete fue un
torero extremadamente corto que, precisamente por su personalidad única y
estilo inigualable, se convirtió en uno de los más grandes toreros de todos los
tiempos. En cualquier caso, créame el lector, le deseo a Iván Fandiño en este
otoño madrileño lo que se merece: un auténtico gran triunfo.
El brindis de Morante a Francisco Rivera en la última goyesca de Ronda |
Quiero además señalar, en la corriente triunfalista de la temporada, dos
tardes "apoteósicas y trascendentales" de este 2013. Una, el ridículo
-no encuentro otra palabra- de los 6 toros de Talavante en Mérida... donde en
realidad con 6 novillos terciaditos y preparados, verdaderamente "dió el
cante": no tengo más que decir, por la presencia o nula importancia de sus
enemigos, y su notable mal gusto en momentos ya "memorables"... de
esa tarde.
En cuanto a la ya "inmortal" Corrida Goyesca de Ronda, el
sábado 7 de Septiembre de este año, he leído: "Morante, desencadenado de
cuerpo y alma" (V. Zabala de la Serna, El Mundo) y "Alambicado y
grandioso Morante" (Antonio Lorca, El País, sí, no les extrañe, Antonio
Lorca). Y más o menos en esa línea toda la prensa y revistas comerciales
taurinas madrileñas.
Recuerdo unos versos de Juan Ramón Jiménez: "RONDA ALTA Y
HONDA, / ROTUNDA Y PROFUNDA, / REDONDA Y ALTA...". ¿Estuvo de verdad José Antonio Morante de la
Puebla, en esa tarde rondeña, por esas alturas? Yo creo que él mejor que nadie,
lo sabe... Siempre he considerado a Morante un gran torero creador, de gran
personalidad, y sin duda lo es, pero que nadie se engañe, y menos aún aquellos
que han terminado con la sublime dinastía de los Ordoñez, desde el grandísimo
Cayetano "Niño de la Palma", hasta el enorme Antonio. Aquellos que
están convirtiendo Ronda en una alfombrada y festivalera Marbella... porque
conservan de "los Ordoñez" solo el poder, en esa Plaza única
"rotunda y profunda", como fue en algunos momentos de la tarde el
toreo de Morante, pero sin ir más lejos, con toros pobretones de presencia, con público cursi y
"preparado". Que recapacite Morante, por él mismo y por los que
creemos firmemente en su toreo "redondo y alto", que nos ha dado en
tantas otras ocasiones.
Para terminar mi homenaje prometido, cuando este 16 de Septiembre se ha
cumplido el primer año de la tarde en la que José Tomás toreó 6 toros. Solo él,
fue una mañana en Nîmes, en la libre Francia. Entre otras cosas, por aquellas
fechas escribí esto: "El asombro que produce el toreo de José Tomás no
podría existir si su pasión por lo grande, por lo más grande y perfecto, no
significara en él el centro mismo de su razón de ser. De su razón de ser
hombre, y su razón de ser torero. Una pasión y una razón que lo llevan a un
dejarse estar... en esa dramática y al mismo tiempo lánguida dejadez, que
asombra por su cercanía espiritual a la vida y a la muerte... allí donde todo
queda como suspendido pero firme, veraz, leve y a la vez contundente. Rotundo. Asombrosamente humano, espiritual, mágico...". ¡Torero! No olvidamos, ni
olvidaremos nunca aquella mañana de un 16 de Septiembre, un 2012 en Nîmes. Solo
con 6 toros. Con aquella forma de torear que se hace obra total. José Tomás,
siempre solo.
Madrid, Septiembre 2013
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