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sábado, 24 de mayo de 2014

Pasos, pases y poses

El comentario de Ángel Arranz


Figuras

A su modo y maneras triunfa Perera en Las Ventas. Ya es figura en su concepto –abundante hoy en día- del arte de torear.
Lo que más me gustó, fue el inicio –clásico, doblando varias veces las rodillas, poniendo a prueba las idas y venidas de las embestidas- de capote al segundo de su lote.
Las dos orejas que cortó al primero, le dieron serenidad para hacer y decir una tauromaquia  más completa de la que “conocemos” y le conocemos. Y tuvo más mérito en el toro de la oreja porque se inventó una faena donde no parecía que la hubiera.
Por una vez –ojalá sirva de ejemplo- no recibió al toro andándole para atrás, a distancia, sin que el animal se entere para que sirven esos movimientos en colores que exhiben y repiten hasta la saciedad y suciedad la casi generalidad de la torería.
Cuando aparece el toro en el ruedo, lo ortodoxo, cabal y sabio es llamarlo desde los burladeros. Observándole en dos o tres galopes o carreras, se empiezan a conocer sus características; a los pocos segundos, hay que tantear su movilidad, fijeza, intenciones y ritmo… con las apropiadas solturas y medidas del capote.
Sí, el arte de torear empieza en la brega, continua con la lidia, y si se puede, se torea bonito o bello.
Normalmente, la brega es labor de los toreros de plata, la lidia la dirige el “matador”… para intentar o para hacer el toreo. Todo es efímero, todo va muy rápido, y… todo tiene su tiempo y compás.
Los primeros pases y compases en la lidia de un toro los puede hacer directamente el “matador”; pero, en muchas ocasiones es recomendable que las experiencias de los hombres de plata sean las que fijen, paren, templen, manden y pongan a prueba las primeras embestidas de los toros. Resulta monótono, exiguo y cansino que casi todos los “matadores” reciban a casi todos los toros con la misma táctica y técnica… con la misma mecánica en una palabra.
Si cada toro tiene su lidia hay que estudiarlas, hay que darlas variedad… eso es la artesanía y el posible arte… nada que ver con la mecánica y las máquinas.
Ayer Perera, con la decisión más firme y convencida de toda la terna, y a su respetable manera de ver y entender el toreo… estuvo en figura, estuvo sensacional.
No son las maneras que suelen inspirar a músicos, pintores y poetas; pero, para hacer lo que hizo, hay que tener valor de ley sin trampa ni cartón y… además controlarlo.
No inspira, porque a partir del segundo muletazo esconde –lo hacen casi todas las figuras y los que aspiran a serlo- la pierna contraria, se queda o va hacia atrás en vez de echarla hacia adelante; porque “empapa” la cara del toro con excesivas dimensiones en las telas de torear; porque acaba en un cuerpo a cuerpo con el toro venga o no venga a “cuento”. Si´, esos “defectos” son corregibles… y sigue teniendo mucho  mérito la insistencia y ligazón rotundas de los pases y series que forman y conforman su tauromaquia y expresividad en el ruedo.
La evolución de Perera es evidente. Tiene atributos para ir a más y mejor.
Ayer, a “El Juli”, ni le acompañaron los toros… ni los acompañó.  Manzanares hace un toreo “clásico”… modernizado; es decir, más estético que ético, más bonito que bello, más por las afueras que por los adentros. Lo toros de Victoriano del Río de juego diverso y con menos trapío que muchos novillos para novilleros principiantes.
En 24 horas han pasado las figuras del G5 –ausentes de la feria de Sevilla- por Las Ventas… mañana seguiré escribiendo de ellas y de otras figuras.

            Figura no se es por figurar
            Figura no se es por aparentar
            Figura no se es por propagar
            Figura se es por demostrar
            Que lo hecho tiene autenticidad
            Con naturalidad y para la eternidad
            Hay figuras que son de publicidad
            Hay figuras que parecen caraduras
            También… también hay figuras de verdad

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