El
comentario de Ángel Arranz
Alternativa
Soñar es una de las pocas satisfacciones gratis
que nos quedan.
¡Que bonito y necesario es soñar… sobre todo en
los años más jóvenes de la vida! De todas las vidas.
Pero, ¡ojo!, al mismo tiempo hay que estar muy
despierto y ser muy honesto consigo mismo y con los demás para conocer las
verdaderas posibilidades de conseguir los sueños.
Todos, casi todos los adolescentes que intentan
el dificultoso arte de torear sueñan con el día de la alternativa.
“Será como tiene que ser: plaza, afición,
padrino, testigo, toros y triunfo de primera categoría”. Y con las entradas
agotadas en las taquillas… por supuesto.
La realidad es que hay alternativas para todos
los gustos, disgustos y suertes en la misma o parecida proporción que en casi
todas las profesiones, alternancias, opciones o turnos.
En el arte de torear la importancia de la
alternativa se asocia a conocimiento, antigüedad, capacidad, finalidad,
logro, prestigio, etc., etc.
Cuando el escalafón superior lo constituían 30,
40 ó 50 lidiadores-matadores de toros, es posible –salvo excepciones- que
fuesen doctores en lo suyo, o al menos licenciados.
Pero, ¿qué pasa cuando el escalafón lo componen
300 lidiadores-matadores, más en el paro que en activo, y el aumento de
festejos no tiene la misma progresión con respecto al número de toreros?
Pasa lo que está pasando: ni son todos los que
están, ni están todos los que son… y se pierde mucho tiempo, credibilidad y
energías en separar el grano de paja. Firmo y afirmo el párrafo anterior a
partir del máximo respeto a los toreros en general.
La práctica del arriesgado y complejo arte de
torear, fundamentalmente, es vocacional, sólo al alcance de auténticos
héroes, artistas, y si acaso algún iconoclasta o autodidacta que con sus
inventivas o maneras supere o aporte más interés o atractivo a lo ya
conocido.
Lo demás es repetición o imitación, por parte y sin
arte, de intérpretes mimados o miméticos que desembocan en hartazgos… echando
de los tendidos a los entendidos.
Son curiosas las consecuencias de demasiadas
alternativas “estándar”. En igualdad de méritos, dependiendo de donde seas
–Madrid, Barcelona, Sevilla- vas directamente a la inactividad en tu oficio.
Si eres de provincia con afición y varias plazas tienes opciones de hacer
algún que otro paseíllo. Si eres de otro país tendrás las oportunidades que
suele otorgar el paisanaje a la novedad cercana hecha en la cuna del toreo.
Sí, hay alternativas para mejorar, para probar,
para más de lo mismo y para empeorar. Es necesario recordar estos principios
para seguir soñando…con los pies en la tierra.
Alternativa es una palabra que suena bien, pero
también tiene versiones y significados tan polivalentes y evasivos como
ambiguos o abstractos.
Las fracasadísimas “elites” del bipartidismo
político saben mucho de esas tramas y trampas de las palabras, y emplean
términos como: recortes, reformas, ajustes, flexibilidad, privatización,
evolución, innovación, crecimiento, globalización, transparencia,
rentabilidad, eficacia, etc., etc., sin explicar por qué, para qué o para
quién en sus intenciones de alcance y de fondo.
La estafa es dramática y evidente, han conseguido
llevar a sus países y al sistema al mayor grado de frustración, desigualdad y
¿corrupción?, que recuerdan no pocos historiadores o viejísimos seres humanos
de todo el mundo. Insistir y repetir que no hay alternativa al actual
desastre: es otra infamia histórica… pero eso es otro ensayo.
Ayer, 4 de octubre del año 2013, a las seis menos
cuarto de la agradable tarde, en la “verbena” de Otoño, tomó la alternativa
en Las Ventas, el novillero colombiano de dinastía: Sebastián Ritter, con
toros de Victoriano del Río, El Cid
de padrino e Iván Fandiño de testigo ante 16.000 espectadores
aproximadamente.
De lo ocurrido en el ruedo –la oreja a Fandiño,
la voluntad del toricantano, la excelsa muñeca izquierda del Cid, o el “juego” del toro Berbenero- les cuenta sin cuentos
nuestro amigo Rafael.
Millones de parados caminan desesperados
Millones de productores están desmotivados
Millones de votantes se sienten engañados
Millones de abstencionistas sin atención ni
analistas
Cientos de toreros deambulan ensimismados
Por el I.V.A, o falsos vivas… al margen de
alternativas
Miles de cotorras y loritos equivocan a
ciudadanitos
Estudiar al Nobel, J. Stiglitz en su libro:
El precio de la desigualdad
Hay datos, informes, ejemplos, ideas,
denuncias, fórmulas y paridad
Hay que desmantelar y doblegar tanta mentira
y calamidad
La Tauromaquia es metáfora de la antigüedad,
actualidad y posteridad
Para bien, para regular y para mal. Exijamos,
solo… la autenticidad.
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