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lunes, 1 de abril de 2013

Dos reflexiones ante la suspensión


La corrida madrileña del domingo de Resurrección, como todos ya saben y sabrán, se suspendió. Nada que objetar. La adversa climatología invitaba a ello, las previsiones para las siguientes horas –que se cumplieron a pies juntillas- ratificaban y justificaban la sabia decisión.
Una lástima que nos quedáramos sin poder ver a la terna –siempre interesante para el aficionado, pero que apenas convocó (sería por el tiempo...) a un cuarto o menos de plaza- y sin comprobar si el ganado de Peñajara volvía por sus buenos fueros, o por la transitada carrera de caídas y poca casta de unos años atrás.  
Hasta ahí todo dentro de lo esperable. Pero…
-Hombre ya sabía yo que habría algún pero –dirá más de uno.
-Y no se equivoca, amigo –responde el que subscribe.

Otro día de lluvia en Las ventas, con bastante más aforo y el festejo en marcha
El pero viene dado por la falta de imaginación, de iniciativa, de voluntad por parte de esta malhadada empresa del tripartito. Con tal de no trabajar… ni siquiera dejan a los que quieren hacerlo. Y me explico. De siempre, cuando uno peinaba la completa circunferencia de su cabeza, cuando se suspendía una corrida por causas meteorológicas, solía aplazarse el festejo para fechas próximas, siempre y cuando la terna estuviera disponible y dispuesta y el ganado preparado. Unos días más tarde, una semana a lo más, la corrida o novillada aplazada se celebraba y todo el mundo contento.
Por desgracia Taurodelta y sus adláteres del Tripartito venteño –Casas, desaparecido en el combate de Fallas- y Toño Matilla –en paradero desconocido-, ya tienen cerrada la programación taurina madrileña hasta mediados de junio como mínimo… y para qué van a hacer un esfuerzo, van a trabajar un poquito, para reubicar el atractivo festejo –que no era, ni muchísimo menos el cartel de lujo que se ofreció ayer en Sevilla, desengañémonos, por más que nos interesara-. Así que no pueden ponerlo ni éste, ni los siguientes domingos, porque ya están cerrados los carteles de unas “interesantísimas” novilladas que nos quitan el sueño desde que fueron anunciadas (sarcasmo, por si no se entiende). Tampoco en la programación de la Comunidad de Madrid, ni existen más días que los señalados para colocar el festejo de marras. No existen ni jueves, ni viernes, ni sábado alguno en el calendario para ello. Eso pasa por cerrar con meses la programación y no permitir posibles cambios, introducción de nuevos festejos, o repetir a los supuestos o posibles triunfadores, como hacía tantas veces el añorado Manolo Chopera...
-¡Uy, y si no se llena la plaza! –pensarán nuestros ínclitos gestores venteños…- al colocarla entre semana-.
¡Dios mío…! Pues así está la fiesta manejada por estos salvadores del orbe, que luego quieren cubrir el coso porque si no la cosa se hunde… La cosa no es la cubierta, que ya sabemos que se hunde, sino la fiesta a la que dicen querer salvar con la boina dichosa. Pues como salvadores del mundo y de la fiesta no estaría de más que, con un mínimo de esfuerzo por su parte, se liaran la manta a la cabeza, y volviesen a anunciar el festejo para el jueves que viene, eso sí, con un poquito más de publicidad.
Algo así como “Ante la gran expectación levantada por el atractivo cartel, y tras la desgraciada suspensión del festejo por imprevisibles condiciones meteorológicas adversas, la empresa de Madrid participa a todos los aficionados, la celebración de la espectacular corrida de toros con los diestros… y seis soberbias reses de… para el próximo jueves, día tal de tal. Los poseedores de entrada no necesitarán retirar otra de taquilla sirviéndoles la misma para entrar en la plaza, mientras que para los que lo deseen las taquillas permanecerán abiertas…”.
Y con un poquito de publicidad y de cierto bombo… para adelante. Pero claro, para eso hay que trabajar… y exponer.

Julián ayer en Sevilla (Foto: Cope.es)
Y ya de paso, felicitemos al Juli por su fenomenal triunfo ante los innombrables animalejos de Garci...grande -eso dicen, aunque apenas se tenían en pie-, en la plaza de la Maestranza sevillana.  Triunfo de veras, aunque el ganado fuera lo que fuese. Bueno estaría que, por un sólo año, nuestra bien pagada Taurodelta, aprovechando la sempiterna subida inicial de precios de las localidades de cada año, nos ofreciese una corrida que, al menos sobre el papel, se pareciera al domingo de Resurrección hispalense... con otro ganado. ¡Felices Pascuas!

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