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jueves, 8 de agosto de 2013

Temporada… ¿de gestos?

He de reconocerles que últimamente mi desencanto general me hace no seguir la actualidad taurina con el mismo apasionamiento de hace apenas unos años. Pero casi todos los días me acerco a algún blog, página web o resumen de noticias para que me informen de la actualidad -versiones al margen del oficialismo rampante, que para que me cuenten que todo es fabuloso no quiero perder el tiempo-. Por cierto, el ditirambo de algunos redactores –supongo que eso nos pasa a todos los que escribimos con alguna asiduidad- hace que en una misma Comunidad Autónoma y en dos días casi consecutivos el mismo portal –Burladero.com- titulara con sendas “Apoteosis”, una del Fandi en La Coruña –que ya me dirán…- y otra de la terna en Pontevedra, en la feria de la Peregrina, las crónicas de sus festejos. La Coruña y Pontevedra, ahí queda eso, centros neurálgicos del toro de lidia y de la exigencia superlativa, y que me disculpen los buenos amigos, y grandes aficionados, gallegos que conozco.

Chicuelina o algo así del Juli en Huelva. La descomunal fiera impone pavor... (Foto: Ambitotoros.blogspot.com.es)
Me fijo en la crónica de esta última para que calibren ustedes el verdadero alcance de la “Apoteosis” narrada por el redactor. Copio algunas frases textuales: “se lidiaron seis toros del hierro de Victoriano del Río, nobles, bravos, repetidores, tan sólo algo flojo el sexto de la tarde, bravísimo y encastado el que abrió plaza”. Vale, parece que a don Victoriano le salió una gran corrida de toros, y aunque nada nos cuente de cómo anduvieron de presencia yo, que tengo espías por allá, les diré que no hubiera pasado quizá como novillada en Madrid, aunque con la disminución del novillo venteño… quién sabe si se hubiera lidiado como tal. Gran gesto. Seguimos con la “Apoteosis”. Con respecto al  primero, premiado con vuelta al ruedo, nos dice el redactor que “Se venía pronto a la muleta el del hierro madrileño, tenía fijeza y si faltaba algún condimento en el sabroso guiso, tenía al frente un matador que alargó las embestidas hasta fines insospechados…”, es decir que el toro no tenía demasiado recorrido pero obedeció al mando de Julián porque era noble y dócil… Al notario del festejo le impresionó sobremanera la forma de matar del Juli, y a uno -que lo ha visto apenas un par de tardes este año- le cabe la duda de si el julipié sería con cuarteo previo –como en Valencia, sin ir más lejos- y la estocada a capón, o de qué forma… Ya le hubiera gustado regalarle la segunda oreja en el cuarto –nos dirá que si no se queja del presidente, “revienta”- pero la cosa quedó en tres orejas y no cuatro, ¡qué le vamos a hacer! La “Apoteosis” siguió con la oreja y oreja de Perera, ¡en Pontevedra!, a pesar de que el bicho lidiado en quinto lugar “siguió la tónica de sus hermanos con la única salvedad de que hizo amago de rajarse y huir a tablas al final de la faena de muleta”, ejemplo preclaro de bravura que fue premiada con ovación en el arrastre, certificación notarial por medio.  Y por último, a Talavante, para completar la “Apoteosis”, le concederían otras dos, una y una en sus oponentes, ¡en Pontevedra! No importa que al último tuviese que cuidarle “mucho al burel ya que fue el más flojo del encierro. De esa flojedad hizo el extremeño una virtud…”
Bueno, no les aburro más, léanla si así gustan. Es temporada de triunfos apoteósicos, de faenas cumbres, de gestos y de milagros taurinos. Comprendo que es muy duro mendigar para comer, pero había –siglos atrás- hidalgo que por honor se consumía de hambruna antes que rebajarse a trabajar por dinero…, aunque le sobraran arrestos para dar su vida en campaña a la búsqueda de la gloria.

Julián toreando ceñido, erguido y natural en su apoteosis onubense (Foto: Ambitotoros.blogspot.com.es)
El hecho es que, nos guste o no, la temporada va siendo una calamidad, los festejos se han reducido en número con respecto al pasado año (datos del Ministerio de Cultura para con la primera mitad de la temporada), las plazas se ven más vacías y la afluencia de gentes –pese a la reducción de “oportunidades” para ver torear- es menor. Y la fiesta, por los derroteros por la que la hacen transitar los taurinos oficiales, en vez de enderezarse en el camino de la búsqueda de nuevas emociones con la recuperación de un toro más encastado y con mayor acometividad, que ponga a cada cual en su verdadero lugar, se debate entre si el Juli o Manzanares, Talavante o Morante, Castella o Perera lidian el toro más escuchimizado y birrioso, más esmirriado o inválido en famosas “apoteosis” que a nada conducen (vean las fotos de lo de Huelva, por favor, en Ambitotoros) 

Manzanares en Huelva, otra fiera poderosa ceñida a la cintura en la media verónica (Foto: Ambitotoros.blogspot.com.es)
Estos pasados otoño e invierno les dolió, y mucho, la corrida histórica de Nimes, con el díscolo y resbaladizo José Tomás, e intentaron montar una temporada en la que alguno de ellos demostrara que se podía lograr un triunfo semejante a este lado de los Pirineos. Manzanares se estrelló en Sevilla con seis toritos a modo, escogidos y traídos bajo el brazo, entre ellos uno de Victorino que aun le causa pesadillas… Talavante salió con depresión profunda, y la acrecentó después, en la victorinada de Madrid, finalizando el festejo con lanzamiento –bastante tímido, pero patente- de almohadillas… y eso que hubo hasta ovaciones para darle ánimos (silencio, silencio, ovación -aviso-, silencio, silencio y bronca). Capten la ironía, por favor, “el triunfador de San Isidro” sin duda… El Juli proclamó y publicó a los cuatro vientos* –o a alguno más si lo hubiera, que para eso es el mandamás del negocio y tiene a la prensa, como suele decirse, “comiendo de su mano”- que lidiaría ¡dos de Miura! en Sevilla. Hubo cogida, eso sí, que le impidió cumplir el compromiso; excusado está, pero… ¿tan pronto se le olvidó el compromiso que no ha querido tenerlo en lo sucesivo? ¿No podría haber incluido su nombre en cualquier otro cartel con miuras…? Sin ir más lejos, en Pamplona, por ejemplo, donde a poco que haga le dan hasta la pata como al pirata… Se olvidó por completo de ello y nunca más se supo. Quizá hubiera sido su primera corrida con el hierro de Zahariche, ya ven ustedes qué cosas, cómo se puede llegar a lo más elevado del escalafón –no en número, sino en honorarios, y JT al margen, claro- sin ver un pitón miureño… o similares, ya no con asiduidad, sino esporádicamente.

Pase de pecho de José María hacia las Américas... por algo salieron de Palos las carabelas (Foto: Ambitotoros.blogspot.com.es)
Y como ando enfrascado en datos relativos a Joselito y Belmonte, en estos dos años consecutivos en que se cumplen los centenarios de sus respectivas alternativas -1912 y 13-, no me privaré de comentarles que José toreó en sus siete años y poco de alternativa (el Juli lleva más del doble, ya que tomó la alternativa el 18 de septiembre de 1998) hasta 90 toros de Miura y que Juan dio pasaporte hasta a 78 del hierro de la A con asas. Por cierto, que ambos torearon en unión hasta 42 astados –cada cual- miureños. Y compartiendo cartel, José y Juan lidiaron hasta 60 de Murube, 47 de Santa Coloma (duro entonces como Miura o Pablo Romero), 28 de Saltillo y otros tantos de Pablo Romero (son datos que les presentaré, en breve, relativos a Belmonte). Me gustaría ver las estadísticas de las figuritas de hogaño al respecto (miuras, albaserradas, pablo-romeros, patas blancas, santa-colomas, urcolas, saltillos, etc.).
¿Son gestos anunciarse con cuvillos, garcichicos, victorianos del río, juan-pedros, torrealtas, zalduendillos, valdefresnos y demás fieras corrupias de la ganadería -antaño brava- española?
Gestas es lo que demanda la afición, la propia fiesta, no jetas. Los triunfos, las apoteosis, las cumbres, los delirios, ¡cuántas veces están reñidas con las victorias, los éxitos, los laureles, o las conquistas! Cuando no se ven toros habitualmente, sino sardinas, raspas, chotas, cabras o novillos, ¿podemos hablar de apoteosis del toreo? ¿Siquiera de toreo?, ¿o más bien de choteo? ¿Han visto el trapío, el cuajo, la seriedad, el tamaño incluso, de lo que han toreado en Valencia, Huelva, La Coruña o Pontevedra? Por favor…


*Nota: ¿Serán esos cuatro vientos, y por escrito, Mundotoro, Burladero, Aplausos o 6Toros6?

1 comentario:

  1. Visto lo que hay en la tauromaquia de nuestros días, o mejor dicho, lo que no hay, nada mejor que recordar dos frases de don Gregorio Corrochano que no podrían ser más actuales: “Mantener las corridas de toros con vilipendio es mil veces peor que suprimirlas.” ("Teoría de las corridas de toros" (Madrid: Revista de Occidente, 1962), Pág. 29). Y ésta otra: “Ésta es la receta mágica que se busca: que parezca toro, que parezca bravo, y que no lo sea.” (Id. id.),Pág. 27. Opino lo mismo. Ante tal degradación de un espectáculo o rito trágico que fue grandioso, mejor prohibirlas que mantener el esperpento en que se han convertido, sobre todo cuando actúan las mal llamadas "figuras".

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