Mañana jueves 12 de diciembre, a partir de las 19.30 horas,
tendrá lugar la penúltima conferencia de este primer trimestre del XIII Aula de
Tauromaquia de la Universidad CEU San Pablo. El profesor José Vicente
Sinisterra Gago, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, abordará
uno de esos temas que unen el mito, la cultura y la apasionante vida de una de
las claves de la tauromaquia del primer tercio del siglo XX.
Ignacio Sánchez Mejías, cuñado del gran Joselito el Gallo y de su hermano Rafael, inmortalizado por la
propia generación de intelectuales y literatos a los que apoyó firmemente y entre
los cuales también cabe escribir su nombre, cambió una probable vida de burgués
acomodado por la emocionante vida en los ruedos, la aventura constante, la lucha
con la muerte y las no menos apasionantes inquietudes intelectuales de todo
tipo. Cuando la vida le conducía hacia los pasos paternos, estudiando la
carrera de medicina, Ignacio se inclinó hacia el juego táurico, primero de
salón en la Alameda o en la huerta paterna
de El Lavadero, junto a los hermanos Gallo, y luego tras su fuga del hogar
paterno, embarcado hacia América (junto a su amigo y también primo de los
Gallo, Enrique
Ortega El Cuco, que más tarde sería
también cuñado de Ignacio y de Joselito,
embarcaron como
polizones en el transatlántico “Manuel Calvo”, camino de México, pero descubiertos
a mitad de viaje consiguieron, a cambio de sus servicios, llegar hasta Nueva
York), en diferentes cuadrillas de matadores de fama, entre los que se
encontraron también la de sus futuros hermanos políticos o Juan Belmonte.
Primero como novillero, más tarde como banderillero, y luego
como matador de toros -tras recibir la alternativa en marzo de 1919 y con un toro de Martínez, de
manos de José, en la monumental barcelonesa-, Ignacio pronto pasó a ocupar un
lugar de privilegio por su valor crudo, sincero, desgarrador, su buen hacer con
capote y banderillas y una espada certera. Todo envuelto en una personalidad
abrumadora, desbordante, inquieta, nada acomodaticia, revolucionaria a su modo.
Hombre culto, siempre inquieto, se enfrentó a todo aquel que se le pusiera por
delante, sin dejar amilanarse por empresas o mundillo taurino, por crítica o
públicos.
Hace ya unos años, la Dra. Beatriz Badorrey nos ilustraba en
este mismo Aula sobre una faceta que –hasta ese momento- había sido poco
tratada, su incursión en la crítica taurina, enfrentándose a alguno de los
cronistas sevillanos del momento, en especial al del diario El Liberal, Antonio
Reyes, Don Criterio; y más que a ninguno, al también
reportero de El Liberal Agustín López
Macías Galerín (recordemos la importante aportación de la obra “Ignacio
Sánchez Mejías. Escritos periodísticos”, Sevilla, 1991, con interesante
prólogo de Alfonso Carlos Saiz de Valdivielso).
Ignacio llegó, con el tiempo, a terminar sus estudios de
bachillerato –nada más ni nada menos que en 1929-, pero siempre fue un hombre
culto, emprendedor y decidido. Llegó a ocupar la presidencia del Betis club de
fútbol, de la Cruz Roja andaluza, o a estrenar con éxito la primera obra
teatral con incursiones en el psicoanálisis, como Sinrazón.
En esta próxima conferencia José Vicente Sinisterra Gago nos
ilustrará sobre su relación con los escritores de la generación del 27, varios
de los cuales escribieron composiciones poéticas o elegías tras la trágica
tarde de Manzanares en 1934, y con los que le unió una buena amistad. En los
tiempos que corren, y con el antitaurinismo activo y rampante, no es cuestión
baladí el volver a acogernos al testimonio apasionado de verdaderos
intelectuales, de talla universal, que supieron encontrar en la tauromaquia los
valores eternos que siempre hemos defendido. Vengan ellos, en esta ocasión, de
la mano de Ignacio Sánchez Mejías y con la claridad expositiva, profundidad y
amenidad que nos asegura el Profesor Sinisterrra.
Recuerden que, como siempre, la sesión dará comienzo a las 19.30 horas en el Aula Magna de la Facultad de Derecho (planta segunda, edificio Biblioteca) sita en Julián Romea 22, al lado del Hospital Clínico
o de la Plaza de Cristo Rey. La entrada, libre y gratuita y la diversión e interés, garantizados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario