Mañana jueves, 4 de abril, se inicia el III Trimestre del Aula de Tauromaquia de la Universidad San Pablo CEU, con una visión sobre el toreo de Juan Belmonte.
José y Juan, de camino a la plaza en Sevilla (Colección personal) |
Sobre la base de varias películas sobre actuaciones del diestro, en Sevilla, en Madrid, en Valencia, Pamplona o Alicante, se analizará el toreo de uno de los grandes revolucionarios del toreo moderno, una de las figuras que junto a Joselito llenaron la edad de oro del toreo, cuyo centenario de alternativa se cumple este mismo año 2013.
Juan en Pamplona, uno de los fotogramas de las películas que podrán verse esta próxima tarde |
Fue un 16 de octubre de 1913, fecha en la que se despediría del toreo Rafael González Machaquito -como tres días después lo haría su rival Ricardo Torres Bombita- en una desastrosa corrida en la que el público acabaría por ver rebosada su paciencia, en medio de una bronca sensacional. La tarde acompañaba, como suele decirse, la plaza lucía un lleno completo, en el cartel, al margen de Machaco y de Juan, figuraba el Gallo. El ganado fue el responsable del desaguisado; la corrida prevista del marqués de Guadalest, fue sustituida por otra de Bañuelos, cuyos bichos fueron asimismo impresentables, originándose diversas protestas por el mal trapío de los que fueron saltando a la arena, hasta el punto de que hubo de repescarse hasta cuatro animales de los desechados de Guadalest, y al final algún sobrero de Olea. Fue tal el caos originado en la corrida, que aun hoy seguimos sin saber a quién perteneció el toro con el que tomó la alternativa Juan Belmonte, aunque las muy precisas y exhaustivas investigaciones de Víctor Pérez López (Anales de la Plaza de Toros de Madrid, 1874-1934; Madrid, UBT, 2004-2009), parecen determinar que fue un toro de Eduardo Olea con el que se doctoró el trianero, quizá de nombre Larguito.
Juan citando con la derecha en Valencia, otra imagen de las películas que se proyectarán |
Un pase de pecho genuflexo en la misma filmación |
El primer toro, de Bañuelos, volvió al corral por pequeño, pero al sobrero del mismo hierro, otra res impresentable, le ocurrió otro tanto. El tercero que saltó a la arena salió sin divisa y hay variadas versiones sobre su origen... También volverían al corral el segundo, tercero y sexto. En éste último se desataron finalmente las pasiones, por una parte el primer bicho que saltó a la arena fue retirado a los corrales, hubo protestas frente al sustituto, el arte de Juan en tres verónicas sensacionales provocó una ovación sincera y emocionada; pero, al final, Belmonte -resentido de la muñeca- no pudo acabar con el mismo y Rafael González le quitó la espada para terminar con el último de dos estocadas y un descabello. El público invadió el ruedo al final del espectáculo, aunque ya había recibido a los diestros con silbidos porque acusaban a Juan de haber sido el detonante de la subida de precios que la empresa anunció para este festejo.
Un doblón de Juan, ante un toro de Pérez Tabernero en Valencia en 1914 |
Este mal comienzo no hubo de empañar la desigual -aunque brillante- trayectoria de uno de los diestros con mayor personalidad e influencia sobre el arte del toreo. Quizá sus mejores años llegaron tras la muerte de Joselito, aunque siempre hubo corridas en las que la brillantez del arte del trianero lució por encima de su rival más directo. Frente a la regularidad de José, casi siempre rotundo, espléndido y deslumbrante, Juan aportó la genialidad esporádica en aquellos años de rivalidad en los ruedos. Fue en su primera reaparición en 1925 -por cierto, actuando en Alicante, algo que podremos ver filmado-, cuando quedó asentada su maestría indudable, cuando Juan -habiendo asimilado la técnica de su gran amigo- alcanzó sus mejores tardes en conjunto, aunque sus más altas cotas las consiguiera en esas tardes salpicadas en unión del gran José. Tras tres años en los ruedos, y una nueva retirada, volvería a vestirse de luces en las temporadas de 1934 y 35, actuando después como rejoneador, como lo había hecho en 1924.
Una verónica de Juan en la plaza levantina |
Con las escasas pero muy interesantes muestras de su toreo filmadas cinematográficamente, nos podremos hacer cabal cuenta de cómo fue su toreo, de cuáles sus virtudes y defectos, de cómo fue evolucionando aquel.
Como siempre, la sesión dará comienzo a las 19.30 horas, en el Aula Magna de la Facultad de Derecho (c/ Julián Romea 22; 2ª planta), y la entrada es libre y gratuita.
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