El toro bravo, por Luis Fernández Salcedo

Estrenamos hoy esta sección con este libro por un triple motivo. En primer lugar porque nos parece que la obra lo merece más que de sobra, en segundo porque me parece mucho más que adecuado este sencillo homenaje a quién me enseñó un poco de su enorme sabiduría cuando uno era joven apenas universitario, y en tercero por el hallazgo singular de una película que viene a completar gráficamente el texto del libro de forma sencilla pero verdaderamente ilustrativa.

El libro, o más bien folleto original, fue publicado en Madrid, por la Sección de Publicaciones, Prensa y Propaganda del Ministerio de Agricultura, en fecha desconocida, pero de mediados de la década de los cuarenta del pasado siglo. En folio, y con 67 páginas, la obra recoge lo que son los principales hitos en la crianza del toro de lidia, en obra agradablemente ilustrada, aunque con las técnicas de la época alguna de ellas tenga poca definición. De la obra se ha realizado, por Manufacturas ANRO, en 1993, una edición facsímil del original, que aun está disponible –a precios módicos- en librerías especializadas, pero que no ha mejorado la calidad de las ilustraciones.

Luis Fernández Salcedo, heredero de la famosa vacada de Martínez e Ingeniero Agrónomo, es una de las plumas más inteligentes, amenas y bellas que se han acercado al toro de lidia. Brillante escritor costumbrista, en sus famosos “Cuentos del Viejo Mayoral” ha reunido la tradición y las anécdotas de la crianza del toro de lidia en el campo de Colmenar Viejo (y comarca) de forma verdaderamente magistral. Siempre lo he comparado, en este aspecto, con las hermosas páginas que, desde un enfoque similar, pudieron trazar Antonio Díaz Cañabate, en el costumbrismo madrileño, o José María Iribarren en el ámbito navarro.

Nadie, pues como Fernández Salcedo, para mostrarnos los principales aspectos de la crianza –y producción- del toro de lidia, vividos en primera persona y narrados de forma amanea, sencilla y al alcance de cualquiera. La obra es de iniciación, capaz de ser comprendida por el más neófito de los aficionados, pero con la profundidad que exige en más avezado e inteligente espectador.

Va recorriendo, paso a paso, la vida del toro en el campo hasta llegar a la plaza, algo que haría posteriormente en obras suyas tales como "Charlas Taurinas (Selección de artículos publicados en varias revistas)" con prólogo de Antonino Montero (Madrid, Sindicato Nacional de Ganadería, 1947), el famosísimo "Diano (o el libro que quedó sin escribir)" (Madrid, Librería Merced, 1959 y una segunda edición todavía disponible de Madrid, Editorial Agrícola Española, 1988) o "La vida privada del toro" (de la que existen hasta tres ediciones, Madrid, Editorial Mon, 1955; Madrid, Gráficas JORPA, 1985; o Madrid, Egartorre, 1996).

Tienta en la ganadería de Martínez a finales del siglo XIX

Libro que, además, en los tiempos que corren nos aporta datos para la justificación de la crianza del toro de lidia, fundamentando la existencia de los parajes en los que se desarrolla. La obra comienza con “La buena vida del toro”, capítulo en el que trata del nacimiento, crianza, destete, herradero, tienta, apartado de las reses o encajonamiento de la corrida con todas sus operaciones paralelas. En “La selección de la bravura”, más centrada en los modelos de diferentes tientas, profundiza en el significado de la bravura, los criterios del ganadero para la selección y sus resultados. Luego aborda en las “Regiones típicas de producción” un recorrido por los distintos lugares tradicionales dedicados a la ganadería brava, tanto en Andalucía, como en Salamanca o en el campo de la meseta, con especial hincapié para el que fuera solar de tantas vacadas de primera línea: Colmenar Viejo y sus aledaños. El distinto trato sufrido por el ganado, las diferencias locales en su manejo, las principales características de su suelo y tipo de ganado son brevemente comentadas en este interesante capítulo. Sigue con “El precio del toro de lidia”, en el que nos cuenta que entonces, cuando se escribió el libro, una corrida costaba en torno a las 50.000 a 80.000 pesetas en plazas de categoría, donde nos deja datos concretos de costes y valor del ganado de lidia, aunque hará distinción entre criadores y tratantes, en consonancia a la filosofía original de la Unión de Criadores de Toros de Lidia de la que su padre (Julián Fernández Martínez) fue presidente.

En “Algunos datos estadísticos” recoge muchas de las cifras publicadas en 1931 por su gran amigo y correligionario Manuel García Aleas, con datos de extensión dedicada a este tipo de ganado, número de cabezas en aquellos años, personal necesario en cada explotación, o número de reses sacrificadas en el matadero fruto de la oportuna y conveniente selección.

Y por último, en “Organización actual de los ganaderos” nos acerca a la realidad de la crianza del toro de lidia en aquellos inmediatos años de la posguerra, dentro del Sindicato Vertical de Ganadería, tras una breve etapa en el de Espectáculos. Termina la obra con unos cuadros de hierros, divisas y direcciones de las ganaderías del momento.

Delicioso volumen de muy agradable y amena lectura, instructivo en sumo grado y libro casi de cabecera de quien desee iniciarse en el trascendente tema –para cualquier aficionado- de la crianza del auténtico toro de lidia. Las fotos e ilustraciones, aunque mejorables en el aspecto técnico, están muy bien escogidas, son totalmente explícitas y sus comentarios extraordinariamente atinados, y nos retrotraen en muchas ocasiones a lo que era la realidad del toro en los años precedentes a la contienda civil. Las más modernas son de los primeros años cuarenta, habiendo podido localizar, por ejemplo, un ejemplar de Arturo Sánchez Cobaleda lidiado en Madrid, en la corrida del Montepío de Toreros de 1942 o 43. Ello nos sirve para enmarcar la data del libro, que debió escribirse, precisamente en esos años o los inmediatos. No se lo pierdan…

   

El vídeo “Reses bravas”, que puede localizarse en la siguiente dirección electrónica (http://www.cinemascampo.tv/video.php?video=167), ha sido restaurado por el Laboratorio Nacional de Imágenes en Movimiento de la Cinemateca Portuguesa (Museo del Cine). Está fechado, como enmarcábamos hace un momento, en 1945, el guión es de Luis Fernández Salcedo y la música de Jesús García Laoz, habiendo sido realizado por José Neches y patrocinado por el Consejo Superior de Cámaras Oficiales Agrícolas y el propio Ministerio de Agricultura. En él se pueden contemplar imágenes procedentes de las ganaderías de Carmen de Federico (antes Murube), Vda. de Concha y Sierra, Enriqueta de la Cova (el herradero en el que se ve perfectamente el hierro de la M y la O entrelazadas de los actuales saltillos), o como testimonio de algo ya desaparecido la de Francisco (sic) Sancho, Vda. de Arribas, que heredó lo poco que pudo rescatarse de la vacada de Martínez a través del Conde de Velle y Duque de Pinohermoso.