sábado, 25 de mayo de 2013

Toros, toreros y toreos


El comentario de Ángel Arranz
  
Rebeldes
Un torero de toreros ha dicho hace poco: “hay toreos bonitos que acaban siendo feos”.
Creo yo, que el ilustre y auténtico maestro del arte de torear se refiere a las ventajas del toreo -¿o destoreo?- moderno: torear al hilo del pitón, o fuera de sitio, con la suerte descargada o amanerada.
Hay una rutinaria y simplista igualdad en los planes y conceptos de la lidia basados en la vistosidad o plasticidad que parece bonita, y más pronto que tarde, resulta aburrida, repetitiva, sucia y fea, porque hay poco compromiso y poca profundidad en aspirar a la belleza en el melodrama del ruedo.
Con ese panorama casi generalizado, hacen falta rebeldes con causa para consumar el riesgo y el mérito de todo tipo y condición. La rebeldía es el eje de la historia. Y ayer hubo dos en Las Ventas.
Toros de Victoriano del Río entre mansitos y mansísimos. Pero mansos con fondo rebelde, distintos a los habituales. Mansos en los dos primeros tercios y casi bravos en el último… o al revés. Bienvenida sea esa insospechada rebeldía ante la sosa, boba, inmóvil o maligna mansedumbre.
Lo mejor, poner a prueba la actitud y aptitud de sus matadores y cuadrillas, hubo un puyazo y dos pares de banderillas de premio.
Lo peor, la grave cornada al veterano y correcto Valentín Luján.
Castella, tiene el honor de ser la primera figura taurina de la historia en Francia. Y tiene el honor de consolidar la tauromaquia francesa. Importantísima aportación. Figura que no desafina con las figuras españolas o forasteras; ha conseguido éxitos, respetos y triunfos en todo el universo taurófilo. Rebeldía fundamentada y fundida en el escalofriante y pulcro cuerpo a cuerpo con muchos toros. Ayer, lo ratificó.
Manzanares, reúne todas las condiciones para hacer el toreo bello, pero se queda solo en  bonito. De lejos lo conocemos. Si quiere ser figura sin cuestionar, ha de dar el paso definitivo hacia delante y olvidarse del de atrás… sólo así se acabará con cansinas discrepancias. Es como un jarrón de adornos elegantes que no desentona en ningún salón pero que tampoco apasiona. Ayer no rectificó. Necesita renovarse y rebelarse.
Talavante, es la rebeldía misma. No le salió bien el pasado ni el reciente gesto de lidiar y torear seis toros en Madrid. Ni por lógica le saldrá. A su manera, es un torerazo para dos toros, como mucho para tres en manos a manos con quien le echen. Para salir por la puerta grande, como ayer, y como otros toreros excelsos, no hay que exigirle o que se exija más. La lidia rebelde que ayer firmó en Las Ventas ante un toro incierto y violento es de las que dan categoría y grandeza a toros, toreros y toreos. En el pulso entre dos rebeldías, ganó la razón y el corazón del hombre a la agresividad y la fuerza animal.
Los rebeldes maestros del arte de torear se equivocan poquísimo. Los acomodados o interesados aduladores equivocan muchísimo. Lo moderno suele ser efímero, lo clásico es eterno. Sin dudas, así ha sido, es y será.

            ¡Talavante!
            Extravagante
            Imprevisible
            Posible
            Despistado
            Concentrado
            Ordinario
            Extraordinario
            Tres, mejor

            Seis, peor
            Poderoso
            Generoso
            Si, vertical
            Sí, natural
            Sí, personal
            No, horizontal
            No, artificial
            No, superficial
            Candor
            Valor
            Solución
            Evolución
            Actitud
            Aptitud
            Emocionante
            ¡Talavante!

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