viernes, 24 de mayo de 2013

Toros, toreros y toreos


El comentario de Ángel Arranz

Mancos
El mano a mano de ayer fue otro rotundo fracaso. Sí, mano a mano de dos ganaderías aunque el origen sea el mismo: Laboratorios Domecq. Y el sobrero o “sobresaliente”, no llegó a suspenso. Siete toros mansos, sosos y blandos. No me canso de repetirlo hasta que se entere el más tonto de los que gestionan el destino del arte de torear: los toreros y los toreos son derivados de los toros.
Y lo que salió ayer por toriles es la negación del mítico toro bravo. Los hubo anovillados, estrechos de sienes y luces, y uno tan feo o raro como ciertos políticos bipartidistas.
La tarde, soleada y primaveral, se fue apagando, hubo momentos de aire molesto, fresquito, desagradable para todos… menos para las taquillas empresariales del tripartito.
Lleno a reventar. Máxima expectación.
Al frente del paseíllo tres toreros de postín. Finito, Morante y Perera.
Sale el primer bulto, el sol se va nublando, aparece el viento… mal comienzo.
Finito, muy bien vestido y aseado ante el manso, no tenía material, le dieron un aviso antes de coger la tizona. ¿Qué pasó allí?, insistencia y más insistencia hasta que se agotó la paciencia. En su segundo se lució en tres verónicas por el pitón derecho, después, con la energía del burel… más de lo mismo y más breve. Menos mal.
El lote de Morante tampoco embistió para hacer sus geniales filigranas, dos o tres pinceladas sueltas y pare usted de contar.
Perera en su línea. Voluntarioso, pundonoroso, incansable, con sus valientes y habituales sustos a cuestas. Vuelta y silencio respectivamente en faenas intermitentes e interminables. Dos observaciones al respetable diestro:
      1ª) Coge un capote con tanta tela como el popular Bárcenas, y con algo menos de la que tiene almacenada el dueño de Zara.
     2ª) El pitón bueno del toro menos malo de la tarde era el izquierdo, se echó la muleta a la zurda después de cinco tandas con la mano derecha.
El supuesto manjar quedó reducido a tres lonchitas de jamón, dos camaroncitos y un plato de patatas bravas, todo con vino insípido y peleón. ¿Quién eligió los toros? ¿Así se consolida o se hace afición?
En la andanada, en voz alta, exclamó Dª. Rosa: ¡hay toreros mancos!... y algunos toros también… contestó el Sr. Pedrosa. ¡Qué cosas!

            De Córdoba es Finito
            Tiene rasgos exquisitos.
            De la Puebla es Morante
            Es de los más relevantes.
            De Badajoz es Perera
            Su torería es guerrera.
            Los toros, un vulgar desastre.
            Y casi todo se fue al traste
            En un cartel de contrastes.

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