sábado, 4 de mayo de 2013

Toros, toreros y toreos


El comentario de Ángel Arranz

Marchosos
La corrida de ayer dos de mayo del año 2013 no fue una corrida heroica aunque se cortaran las mismas orejas que en toda la Feria de San Isidro del año 2012. No, no fue una corrida heroica pero sí una corrida interesante. De esas que mantienen e incluso aumentan la afición de propios y extraños. Mejor para el repertorio de la muleta que para la suerte de varas. Y floja entrada en los graderíos.
Los toros desiguales en caras, colores y cruces. Un primero armadísimo de pitones en un conjunto de cabeza ideal para el Museo del Miedo o el Museo de la Belleza… depende de cómo se mida y se mire.
Un toro que desbordó al torero por no doblarlo, guiarlo y someterlo en los primeros muletazos. Si le toca después del casi reflexivo éxito en su segundo hubiese tenido la posibilidad de abrir la Puerta Grande. Su segundo, grandón y carita anovillada, manso en varas, se creció en la muleta y acabó con embestidas casi soñadas. Hubo instantes en el quehacer del lidiador: innovación –toreo al natural por ambos pitones sin ayuda en la muleta-, relajo y sentimiento en la óptima versión de Antonio Ferrera.
Morenito de Aranda es uno de los mejores intérpretes del toreo a la verónica y de los pases de pecho. En su primero alternó el toreo moderno con el toreo clásico. La tarde que Morenito y otros toreros se den cuenta que la calidad es mucho mejor que la cantidad –en casi todos los conciertos y… desconciertos- habrán dado un paso necesario y adelante para distinguir el grano de la paja. Y de paja de hojarasca o de pájaros de mal agüero estamos hasta la montera. Su segundo se llamaba Marchoso y resultó el toro más deslucido de la corrida. Claro, hay caballeros –y damas- que parecen marchosos y son tan sosos y cansinos como la sonrisa de un “importante político” apellidado Cotino. (Recomiendo ver el reportaje de Jordi Evole sobre las desgracias letales de hace unos años en el metro de Valencia).
El primer toro de Alberto Aguilar tenía una cornamenta apropiada para el Museo del Horror. No, no eran pitones terroríficos, eran pitones horrorosos… pero su comportamiento no aburrió a nadie. Es en el sexto donde toro, torero y toreo transitaron unidos y de menos a más hasta culminar la faena casi en perfecta armonía.
      
            En Las Ventas, oreja por coleta
            Es casi llegar a la meta
            Desigual fue la corrida
            Pero tuvo genio y movida
            Sí, pudo ser mejor y…peor
            No está mal para empezar
            El ciclo primaveral
            Y eso de única solución
            Para salir del marrón
            No lo cree ni el mismísimo… Rajoy.

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