lunes, 9 de junio de 2014

Pasos, pases y poses

El comentario de Ángel Arranz


Dudas

Los toros de Miura colocan el cartel de “no hay billetes” en las taquillas de Las Ventas.
Nueve temporadas sin ver en Madrid los toros más legendarios del campo bravo.
Los toros de Miura son a los toros del montón, algo parecido a lo que son los perros galgos y los perros del montón con respecto a la caza.
Los toros –de ayer- de Miura son los antisistema, los críticos con causas, los contestatarios, los toros flautas que poco o nada tienen que ver con los toros descastados, los toros inválidos, los toros manipulados, los medios toros que tanto gustan a las llamadas figuras pero que casi siempre aburren a la mayoría de los espectadores.
Son más taquilleros los toros enteros que la medianía de las cacareadas figuras.
Ayer, tres toreros tan respetados como respetables… pero que no caminan por las alturas del escalafón ni en cantidad de contratos ni en calidad de cotización. El segundo, tercero y cuarto toros de museo. Un toro para cada uno de los tres toreros que les podría haber cambiado para bien el curso de la temporada… o más.
Toros musculosos, atractivos, astutos, sutiles, listos, genuinos, de los que transmiten sensaciones… para cazar a la primera el momento torerista y toreísta del estado casi completo de la tauromaquia y del arte de torear.
Muchas tardes así, y la duda de la paja o el grano evitaría que  a los “expertos” nos repitan los “profanos”: ¿Quién es el mejor torero?... ¿y los mejores toros? ¿Quién es figura del toreo? ¿Qué crees que pasará esta tarde en el ruedo?
Ojo, son preguntas tontainas por naturaleza… que a veces son tramposas por irónicas o de  guasa… porque el “profano” tiene criterio propio y quizá sepa tanto o más que el “experto”.
¿Cómo se miden los mejores y como se pesan las figuras?
A la primera y tercera preguntas doy respuestas aproximadas –en mi opinión, que no es única- a lo largo de veinte páginas en el libro ¡TORTURADORES? – Egartorre, 2010- escrito mano a mano con mi amigo el ilustre y polifacético Jordi Grau.
La segunda pregunta tiene respuesta dudosa porque los toros todavía no hablan.
En lo que se refiere a cuarta pregunta, es evidente que ante la uniformidad casi mimética de toros, toreros y toreos, la respuesta es relativamente fácil… pero, afortunadamente queda la “esperanza” –poco que ver con la Aguirre- de que aparezca la sorpresa inesperada y emocionante en el transcurso del festejo. En efecto, hay un porcentaje de sorpresivas incógnitas en los ánimos de los toreros, en las caras de los toros, en los vuelos de capotes y muletas que nos hacen volver a las gradas aunque demasiadas tardes no pase nada o casi nada de verdadero interés. Sin olvidar a picadores, rehileteros y banderilleros.
Lógico, si los aficionados fieles y cabales supiésemos antes de empezar la corrida el resultado final, más de uno dejaría de pasar por taquilla.
El arte de torear es instantáneo y efímero, se interpreta, se siente, se dice, se duda, se improvisa sobre la marcha, tiene mucho de espontaneidad que lo hace imprevisible e imprevisto. Mejor así.
Es tan patán, patente y patético no tener ninguna duda… que dudar de todo y en todo.
Y es falso aceptar o decir por norma: “la duda ofende”… cuando casi todos sabemos que hay ofendidos que solo son bandidos o vendidos.
Sí, son necesarias las dudas razonadas y razonables porque son o deberían ser las motivaciones para superar y humanizar las desigualdades que provocan los que jamás tienen dudas.
Claro que habré cometido errores de apreciación –pido disculpas, siempre quedan dudas- en estas croniquillas mías de “comunicación”.
Lo que tiene menos dudas, es que el segundo toro de ayer ofrecía las dos orejas de triunfo a Javier Castaño. El tercero y el cuarto tenían pitones de éxito para Serafín Marín y Rafaelillo… pero no hubo comunión entre toros sagrados y toreros no consagrados. En estos casos –toros difíciles, pero de primera en la feria y plaza más transcendente del mundo- es donde se pone a prueba la forma y el fondo de todas las asignaturas que denotan la maestría de los toreros.
Lo mejor, la excepcional cuadrilla de Castaño que “obliga” a superarse los colegas… y la ovación más clamorosa y unánime de la feria a un auténtico toro. Lo peor, no empezar las faenas de muleta probando y recuperando y recomponiendo los toros después de dos tercios con pulsos intensos y fuertes para intentar el toreo bonito o bello… o recortar las embestidas cuando un lance está sin completar y el “maestro” se mueve para “ligar” el siguiente. Si eso lo hace más de una “figura” con toros del montón ¿qué podemos esperar que hagan demasiados toreros con toros de selección?
Se trata de que haya un mínimo de armonía, equilibrio y unidad en las calidades y cualidades de toros, toreros y toreos para que las sorpresas seductoras sean más habituales.

Conocí a un inquieto “caballero”
En la forma, en el fondo un fulero
Más de sándwich que de puchero
Que era el primerizo en el bautizo
Era el de moda en la boda
Y era el muerto en el entierro
Él no dudaba, pero era un cencerro
Daba igual que hubiese orden y listas
Para saber estar y ser en las pistas
Acabó de politicastro chaquetero y populista.

P.D. “Esperanza” Aguirre dimitió como presidenta de la Comunidad de Madrid dando explicaciones muy ambiguas. La gestión de Las Ventas, en última instancia, dependía de ella. Era, y es, chula, aficionada y altiva por la gracia de…
P.D. En los próximos días haré un análisis-resumen de San Isidro 2014

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