sábado, 7 de junio de 2014

Pasos, pases y poses

El comentario de Ángel Arranz


Protagonistas

La corrida de Victorino Martín por encima de la terna.
Hay toros que por su temperamento y encaste son los protagonistas de los festejos. Lo agradecen los toristas.
Hay toreros que por estilo y personalidad son los protagonistas de los ídem. Lo agradecen los toreristas.
Hay toreos que por el entendimiento y complemento de toreros y toros agradecen los toreístas.
Lo malo, es que demasiados toros no tienen temperamentos suficientes para captar la atención del público; lo peor es que demasiados toreros están despersonalizados; lo preocupante es que los toreos siempre o casi siempre están concebidos y plasmados bajo el mismo o parecido “patrón”.
Es decir, o los toros tienen bravura y los toreros maestría –completa- y toque de distinción, o la “brava fiesta” es como el agua en una cesta. No hay que olvidar que los festejos taurinos suelen empezar en los últimos minutos de una larga siesta.
Hay que poner y ponerse responsabilidad y atributos en tales disyuntivas. El compromiso ha de presidir la puesta, desarrollo y final de todas y cada una de las escenas que se protagonizan en el melodramático escenario del ruedo.
La Tauromaquia –como en el resto de Artes, Ciencias, Oficios, Inventos y Eventos- está “instalada” en una “época” donde abunda lo estándar. Es obvio que las técnicas y tácticas están casi unificadas, uniformadas o tipificadas. Esa regularidad de lo regular es la que preside casi todas las “aptitudes, actitudes, méritos y esencias” del autor o de la obra que vamos a contemplar.
Regularidad de regular quiere decir que casi todo se crea, desarrolla y vende –es lo mismo que nacer, vivir, morir- bajo unos parámetros tan calculados y previsibles que la verdadera imaginación brilla por su ausencia. Son ¿avances?, cuyos protagonismos de admiración y cotización entre unos u otros autores e intérpretes, pasa por las “obras y maniobras” de la publicidad, el marketing, la moda…o por las corrientes y tendencias que interesas a poderes y poderosos. O sea –como dicen los cursibobos- el misterio de las artes casi ha desaparecido, y… “ni son todos los que están ni están todos los que son”.
Como ayer en Las Ventas. Corrida estándar de trapío por fuera, pero mucho más sabrosa e interesante por dentro. Toda la corrida fue exigente, dura, lista –bajó el tono del cuarto-, de las que captan al espectador cuando sale el primer toro hasta que al sexto se lo llevan las mulillas. Nadie, casi nadie abandona la plaza hasta que los toreros cruzan el albero de vuelta al hotel.
El comportamiento protagonista del conjunto de los toros fue más para gustos que para disgustos de los espectadores. Otra cosa es que los toreros estuvieran ayer por debajo de las expectativas. Para ser preciso, no veo en el escalafón superior una terna para entender y sacar el juego y la emoción que  tenían los toros. No, no es porque no pudieran hacerlo, es porque están desacostumbrados.
Al primer toro de Ferrera le sobraba una oreja… si el toro no lleva el encaste Albaserrada el experimentado torero se la corta; además protagonizó el tercio de varas más notable de toda la feria; en el otro tuvo menos opciones para torear bonito, pero la brega y lidia debieron ser más seguras y eficaces.
El fino y elegante Uceda Leal tuvo el mejor lote da la tarde, el cuarto, algo sosito, contagió por unos momentos el ambiente. Una irregular tarde la tiene cualquiera.
El tercero fue una locomotora a todo tren, bravucón con fiereza y genio como para abastecer –que buena falta hace- a media camada de vacas bravas. Los atributos del toro y la voluntad de Alberto Aguilar fue lo más arrebatador de la tarde… pero en el conjunto del festejo torista faltó protagonismo de torerismo y toreísmo.
Ojo “el toro a medida” no despierta pasiones. Hay que recuperar y potenciar este tipo de toros porque son los que llegan y llenan imaginaciones, emociones, sensibilidades y sabidurías de los auténticos  aficionados, profesionales y simpatizantes cabales. Lo otro es hacer paseíllos decadentes con muchos vacíos en el ruedo y en los tendidos.
Al finalizar la corrida, cerca de la puerta principal, oí en un corrillo: Cayetano Rivera Ordóñez ha pedido una corrida como la que hemos visto para su reaparición la temporada próxima en San Isidro. Ignoro si hablaba en broma o en serio...

            Internacionales y célebres artistas y músicas
            Presentan sus obras en  vías públicas
            Los seguidores agradecen el gesto
            Y les suelen ser fieles hasta los restos
            Los toreros no hacían presentaciones
            Parecen anormales dichas proposiciones
            Porque torear tiene mucho peligro
            Aunque se lidie en Ciudad Rodrigo
            ¿Saben que han promocionado y protagonizado?
            Presentar temporadas en frívolas discotecas
            Son cosas de las modas… ¿o de alcahuetas?

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