lunes, 19 de mayo de 2014

Pasos, pases y poses

El comentario de Ángel Arranz


Fondos (II)

Con la palabra fondo pasa como con el significado de otras palabras, tienen varias o muchas acepciones. Ayer escribí en telegrama, del fondo en toros, toreros y toreos. Hoy, en telegrama, quiero hacerlo con otras dos de dichas acepciones: una “politicastra” y otra taurina.
Escribir, opinar en voz alta de los bajos fondos del oscuro y ¿dictatorial? fondo monetario internacional –todavía es el amo del coto y cotarro material y global-, de sus fondos de reptiles y de sus fondos interesados o desinteresados en primas de riesgo… lo deben hacer honestos, imparciales, y sobre todo, valientes expertos. Hay que denunciar y condenar los privilegios, beneficios y despilfarros de las élites sin fondos beneficiosos y cuidadosos. Los demás no pasamos de intuir pronósticos más o menos correctos o incorrectos.
El caso es que los caudales económicos –también en Tauromaquia- que se juegan y reparten en común no pueden ser más disparatados en lo que a esfuerzos, mérito y equidades se refieren.
Si me considero capacitado para opinar de la hondura y resistencia –acepciones de fondo- en el melodrama del ruedo.
La hondura del arte de torear, en circunstancias favorables y lógicas, es: hacerlo, decirlo e interpretarlo de arriba hacia abajo y de fuera hacia dentro… con naturalidad, maestría y sentimiento. Ese canon de lidiador inteligente y completo es válido para casi todos los toros. Poco o nada que ver con los retorcimientos, desconocimientos y aspavientos al uso y abuso.
Repito lo de hace unos días: no hay que confundir la profundidad con la longitud en verónicas, naturales, adornos o pases de pecho. Hondura, si la tuvieren, también es la esencia o fondo de las cantidades; es decir, la calidad.
Pegar pases no es torear con los pasos, pases, poses y posos necesarios, concretos, exactos y nítidos. Ni de cerca ni de lejos presenciamos esa preciosidad con frecuencia, pero hay que intentarlo para mantener el interés y respeto por el único arte vivo que hay. Lo demás, es retórica, imitación o tedio… como el modernísimo bipartidismo político.
Y la verdadera resistencia para ser o no ser, se ha de practicar cuando hay posibilidades de superar valores y miedos, sentidos y sinsentidos del ridículo, ánimos y desánimos, ir a más o mantenerse, etc. La responsabilidad desgasta mucho.
La resistencia en los toreros es física y psíquica… sin olvidar que las preparaciones y condiciones para el arte de torear son más intelectuales que gimnásticas. Las honduras y resistencias han de ser sinceras y naturales, no valen las calculadas y artificiales. Se notan unas y otras.
Ayer el “espectáculo” en Las Ventas tuvo algo de internacional o global… cuatro toros portugueses, dos españoles y un torero colombiano. Lo grave es que los seis toros fueron descastados, desbravados… entre lo malo y lo menos malo… pero malos al fin y al cabo. Los toreros y los toreos son derivados de los toros… sólo vimos las buenas maneras sin continuidad de Paulita, la tranquila voluntad de Morenito de Aranda, la precipitada  y verde colocación de Ritter. Insuficiente para dar el visto bueno y la credibilidad a lo local y a lo global. La contaminación de la nebulosa mediocridad está en auge.
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