domingo, 8 de diciembre de 2013

Del desastre taurino y sus causas

Por Ángel Arranz Izquierdo

Mesa redonda: presentador, tres ponentes, veinte y tantos asistentes en un aforo para trescientas personas. ¿Indiferencia, pereza, boicot, desconocimiento, orden o desorden de prioridades?
Ponentes independientes, solventes, altruistas… pero casi anónimos. Es verdad, si los ponentes son más conocidos –no importa su valía y compromiso- hubiesen asistido sesenta o setenta personas. Es evidente, los límites de asistentes de esa o parecida naturaleza y temática oscila entre quince y ochenta aficionados y curiosos. Insuficiente a todas luces en una población de treinta mil habitantes. Otra cosa es la asistencia en homenajes o ágapes a unos u otros toreros.

(Foto: Salvador Giménez)
Del desastre taurino y sus causas”, es un título genérico interesante y llamativo. Nunca o casi nunca se habla de la causa o causas de los desastres. También se podría haber titulado: “Del desastre empresarial taurino y sus causas”, “Del desastre ganadero de bravo y sus causas”, “Del desastre en los escalafones taurinos y sus causas”. O se puede y se debe llevar el título a otros sectores como por ejemplo: “Del desastre educativo y sus causas”, “Del desastre económico-político y sus causas”, “Del desastre laboral-laborioso y sus causas”, “Del desastre enchufismo-corrupción y sus causas”, “Del desastre bipartidista y sus causas”, “Del desastre de desastres que nos sofoca y sus causas”… etc. El desastre es casi total aunque haya excepciones. Pero,¿las excepciones son suficientes para superar y anular los desastres?
El título de la mesa redonda y los posibles títulos que he apuntado molestan a las autoridades mediocres, opacas, cómplices, egoístas o autoritarias ya sean locales, regionales, nacionales, europeas o mundiales y ponen zancadillas a sus cacareadas libertades de expresión, opinión y reunión.

Fotografía cedida por Alejandro Martínez
El día de nuestra mesa redonda, el concejalillo o concejalilla de turno y de festejos convoca a la misma hora a las peñas taurinas para “negociar” las condiciones de las siguientes y lejanas fiestas de la localidad. Divide y vencerás. Sí, los asistentes a casi todos los actos son escasos y están divididos.
También es verdad que la mitad o más de la población no llegan, o llegan con muchas dificultades a final de mes para cubrir sus necesidades básicas; las energías y reservas de los “ciudadanos” están casi agotadas. De momento, el experimento del sistema capitalista globalizador solo sirve para desbordar a casi todos los seres humanos en problemas individuales y colectivos. “EL CAPITALISMO MATA”, HA CONFIRMADO EL PAPA DE ROMA. No, no hay humor ni amor hacia el fracaso perpetuo del blablabla insustancial y establecido o decir lo que la audiencia quiere oír; y no se ponen los medios para dar a conocer otras alternativas y posibles soluciones más lógicas y humanitarias. La hemorragia es gravísima, demasiadas voluntades están crispadas, traicionadas, viciadas o rotas. Sí, la mayoría de la población se siente amenazada, asustada, desesperada, desmoralizada o estafada ante la salvaje situación de incertidumbre, inestabilidad y desigualdad que han conseguido los “filósofos” del: “sálvese el que pueda” o el “búscate la vida” cuyo logro es, “más de lo mismo o peor”… al que nos quieren acostumbrar. Las causas de los desastres son la suma de numerosos errores, injusticias y despropósitos.
En la mesa redonda de hace unos días señalamos algunos de ellos. Mis compañeros ponentes hablaron del bajón en el número de festejos, del bajón en la concurrencia de público en las plazas, del interés o desinterés económico que da lugar al cierre o anuncio de cierre de cosos taurinos, de la desidia o descalificación política al hecho taurino, de probar revoluciones de abajo hacia arriba porque las revoluciones de arriba hacia abajo han sido, son y serán naufragios a corto, medio o largo plazo…al ser solo revulsivos reaccionarios.
Por mi parte hice tres observaciones al respecto. Las resumo añadiendo un decálogo de exigencias a los que nos exigen…mirar y callar.

Fotografía cedida por Alejandro Martínez
1ª) INFORMACIÓN. En la llamada era de la información, apenas hay noticias taurinas, y sin información veraz, hay más deformación que formación. Hoy los jóvenes españoles en general y de varias regiones en particular, tienen las mismas o parecidas nociones taurómacas que los jóvenes polacos, coreanos, sudaneses, canadienses o australianos. Y no sé, si eso es bueno, regular o malo, pero el saber no ocupa lugar. Lo que dicen las estadísticas, es que nuestros jóvenes están arriba del escalafón en los defectos y abajo del escalafón en las virtudes…partiendo de parámetros parejos. No recurriré más a las excepciones. Es urgente reparar y equilibrar averías inaceptables que siguen en vigor y vienen de lejos. Es menester que los jóvenes españoles se auto exijan o superen y no es dañino que sepan algo, bastante o mucho acerca de la simbología que más nos caracteriza en el mundo mundial. Ser anti taurino sin conocimiento de causa es impresentable en una conversación abierta y cosmopolita.  Innumerables y prestigiosos creadores artísticos con y sin fronteras han dedicado parte de sus obras a La Tauromaquia con elogio y admiración. Negarlo o ignorarlo es hacer el ridículo en todo foro y lugar…y más, cuando se trata de españolitos profanos. Tampoco son representativos los españolitos fanáticos que pretenden justificar “el todo vale en Tauromaquia”. Admito que haya españolitos que le pongan peros al melodrama del ruedo…pero que sea a partir del conocimiento y no del analfabetismo sobre el sensible y peculiar asunto. Cuando la “información” es nula, partidista, poca o mala el viaje hacia el desastre está asegurado. Tiene más espacio “informativo” el morbo y accidentes del toreo que su mérito, belleza y grandeza. Tienen más espacio “desinformativo” diario diez o doce profesionales del chismorreo y diez o doce tertulianos del nefasto bipartidismo que todos los autores, libre pensadores, emprendedores constructivos e intelectuales juntos en una legislatura entera. Así nos va.

Guerrita y el famoso Cocinero de Félix Gómez (1894)
2ª) PICARESCA. El excesivo e injustificado poder de contados grupos taurinos todo terreno que hacen y deshacen a su medida y antojo es desbastador. “Todo terreno” porque controlan plazas, ganaderías, toreros, etc. etc., como si de productos o mercancías al uso, abuso o desuso se tratara. Su mezcla de intereses y contradicciones es palpable… no salimos del toro desmesurado y difícil para el torero chico y del toro manejable y amable para el torero grande. Lo de los dineros a repartir es para llorar… y aunque las plazas estén medio vacías, esos genios de ocio-negocio las ven como llenas, hay que ser positivos como dicen ser los cursis, simplistas o gilipuertas. La picaresca, en el peor sentido de la palabra, es la clave y la llave del fraude y la corrupción, aquí y en cualquier actividad del planeta Tierra…como ocurrió en el festejo inaugural de la temporada en la importantísima plaza da la capital mejicana: no es que la corrida fuese anovillada, es que resultó ser una novillada abecerrada y todas las autoridades y profesionales que protagonizaron el acontecimiento tendrían que ser sancionados. No es de extrañar los desmotivados que andan los aficionados cabales y la mayoría de los que componen los escalafones de toreros, novilleros, becerristas, rejoneadores y no sé si también los toreros cómicos o toreros primarios tipo recortadores, corredores o maletillas. ¿Y los toreros del montón a los que presentan como figuras, y se prestan a ruidos, roneos o ruinas en programas televisivos vomitivos… han pensado el daño que hacen a la imagen del historial y conjunto de la torería? ¡Lo que hay que hacer para mal comer! Por otra parte, las influencias y las billeteras son más trascendentes que las cualidades y calidades de los aspirantes para llegar a becerristas, novilleros o matadores. Mantenerse, es otra historia.

Fotografía cedida por Alejandro Martínez
3ª) EVOLUCIÓN. A carencias en la información y tantas picarescas en las prácticas hay que añadir la evolución de los tiempos y sus gentes. No es lo mismo que la población rural sea mayor que la urbana, y viceversa. Cambian estructuras, organigramas, hábitos, planes, ocios, negocios, etc. etc. Ni es lo mismo que la parte mayoritaria de la economía sea autóctona y autodidacta, a que las economías mayoritarias sean manipuladas, inducidas, monopolizadas o globalizadas por reducidísimos clanes financieros con más potencial de decisión que los “políticos elegidos democráticamente”. Parece que las cúpulasdel irracional, insoportable y libertino poder económico privadísimo y su evolución, se permiten el lujo de programar politicastros con el objetivo de que la barbarie que sufre casi toda la ciudadanía española y mundial –en todos los órdenes y desórdenes- continúe y se perpetúe. Estamos avasallados por vulgarísimos y vanidosos mercaderes insaciables. No lo sabemos del todo, pero intuimos y vamos comprobando que casi todas las elites y elitistas solo son embusteros compulsivos y peligrosos drogadictos de dinero… en la peor versión de la ambición. Claro, a estos pájaros de mal agüero no les interesa promocionar la sensibilidad, pensamiento y razón humanista que suelen despertar las verdaderas artes, ciencias y culturas que nos recuerdan y memorizan donde  estamos, de dónde venimos y a donde vamos. Prefieren patrocinar la competitividad y la fuerza en cabezas, troncos y extremidades con muchas derramas, y… “regocijarse con las risas y sudores de los ganadores y con las lágrimas y los sudores de los perdedores”. Comparada “con esa crueldad al límite y bien vista entre personas”, la entrega y el pundonor transparente del hombre y la fiera en los alberos es la imagen que más nos acerca a los principios, desarrollos y fines de las imperecederas leyes de la Naturaleza, de las necesidades humanas y no sé si también de las leyes del más allá o divinas. En todo caso, solo las personas vegetarianas integrales y las personas sin agresividad interna o externa para seguir viviendo, tienen autoridad para cuestionar los festejos taurinos donde hay muertes tan discutibles como indiscutibles. No, los que deciden a su medida y antojo no cuentan con la lidia y el arte de torear para sus dictatoriales y forzados objetivos… amansando, atontando o tergiversando a infinidad de jóvenes urbanos. Los jóvenes rurales, en ese aspecto son más problemáticos de manejar porque son más bravos y conocen la realidad acerca de la relación, causas y casualidades entre personas, animales, fieras, cadenas alimentarias, consecuencias y soluciones. Es decir, la mayoría de jóvenes rurales distinguen el grano de la paja, y la mayoría de los jóvenes urbanos se tragan lo que les echen las distintas y distantes factorías que los adiestra, expolia y explota. Esa es la dura e impura verdad. No, no sé si una parte del horizonte de La Tauromaquia pasa por festejos sin sangre. Sé que el arte de torear consiste en demostrar la superioridad de la fuerza de la razón a la razón de la fuerza; esa metáfora de naturalidad y autenticidad es necesaria para un porvenir mejor o menos malo de los seres humanos desde que nacen hasta que mueren en cualquiera época y mundo posibles o imposibles.

Emilio Muñoz, en la Maestranza, ante un toro de Cuadri
Decálogo que exigimos a los que nos exigen.

1.- Hay que exigir mesas redondas con títulos como: “Causas del desastre X, consecuencias y posibles soluciones”. Con presentadores y ponentes ejemplares por supuesto.
2.- Hay que exigir a los opresores que se pongan en la piel de los oprimidos.
3.- Hay que exigir un mínimo de intención y atención informativa, decorosa y sin complejos a singulares señas de identidad para no hacer o decir disparates.
4.- Hay que castigar todo cotilleo o picaresca cuyos efectos secundarios perjudican y dañan el criterio y equilibrio de personas aisladas, negadas, ultras, indefensas o inmaduras.
5.- Hay que exigir ética, sentimiento, enjundia, maestría, torería, unidad en la lidia, toque de distinción, variedad y estilo a los toreros y toreos con suficiente rodaje. La técnica sin más, es imitación o repetición anodina y cansina.
6.- Hay que exigir a los ganaderos y a los toros bravura, temperamento, carácter y diversidad para que el valor y el valer del ritual taurino tenga interés y emoción.
7.- Hay que exigir explicaciones coherentes y elegantes a todas las organizaciones y autoridades taurinas  porque viven o intentan vivir de nuestro paso por taquilla o de nuestros impuestos.
8.- Hay que exigir sensatez y apoyo de voluntad o enmienda a todos los acontecimientos y evoluciones taurinas que perfeccionen y mejoren toda conexión y confección del único arte vivo existente…  con participación de los aficionados y del sector público en el tino y destino de La Tauromaquia si pedimos declararla Patrimonio Cultural Inmaterial.
9.- Hay que exigir respeto y credibilidad a los que no nos respetan porque tampoco son dueños de la veracidad absoluta.
10.- Hay que exigir conocimiento de causa y compromiso sea de lo que sea a los que nos exigen.

Todo lo demás está moribundo o es  imposición y demagogia.

2 comentarios:

  1. Estimado amigo. He leído con detalle el artículo que amablemente pones en nuestras manos, a guisa de contarnos aquello que muchos venimos denominando Manual de teoría y práctica del desastre taurino. Lástima que este volumen se vaya lentamente escribiendo, mientras que la tinta y papel que le dan ideas y forma estén ha disposición de quienes podrían dejar que no llegara a publicarse. ¿A veces es inevitable lo evitable?... quizá de la ruina de los imperios nacerán nuevos reinos... vamos hacia un cambio en la tauromaquia: concepto-forma. Yo afortunadamente no soy adivino pero con lo ojos entreabiertos puede reconocerse que sin un remedio eficaz y comprometido el mundo del toro, abandonado hoy a su suerte, al único que le dejamos la elección es al destino.
    Miguel A. González Rodgers

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  2. Saludos. Quisiera saber si en la foto de Guerrita no se evidencia el para Bleu "abominable paso atrás" a la hora de estoquear. Nunca pude entender ese término, ojalá me lo pudiesen explicar. Comprenderán que es muy difícil hallar bibliografía sobre el tema en Bogotá, porque lo que hoy conocemos como "toreo moderno" llegó en los años 30`s, y hasta entonces tuvimos capeas anárquicas en las plazas. No conocimos el toreo del siglo XIX. Muchas gracias.

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