martes, 23 de julio de 2013

La esperanzada afición madrileña

Cuarto festejo del ciclo de novilladas de verano en Las Ventas.

Por José Campos Cañizares

Se lidió una dulce novillada de la ganadería de Buenavista y la afición de Madrid volvió a creer en los toros y en la tauromaquia. Los novillos de Buenavista, procedencia Domecq, fueron, en líneas generales, nobles y con clase -como se suele decir cuando se valora que un novillo meta la cara y se desplace hasta donde le lleve el matador de turno-, y esto bastó para que la afición de Madrid -algo más numerosa, que en otras ocasiones- se dejara llevar por el camino de la ilusión y de la esperanza. Se ve tan poco, en el mundo taurino que vivimos, que el ápice se magnifica. Es cierto, que los novillos dieron juego y exhibieron embestidas largas y templadas, pero también fue verdad que algunos ejemplares manifestaron flojedad, pues perdieron las manos en diferentes fases de la lidia (2º, 3º y 5º) e incluso se derrumbaron en otras (el 1º fue devuelto por eso, y 1º bis -de Javier Molina- le imitó, en esa línea el 2º mostró escasísimas fuerzas). En este sentido, si analizamos lo que realizaron en la suerte de varas aquello no fue para lanzar las campanas al vuelo; aunque después en las faenas de muleta los novillos se dejaran hacer hasta donde los novilleros supieron, hasta donde sus conocimientos llegaban. En definitiva, la novillada fue excelente para la muleta y escasa de casta en el caballo –a excepción del quinto-. Y los novilleros, no pudieron aprovechar la oportunidad de obtener un triunfo sonado, principalmente porque su bagaje se anunciaba muy corto. En 2012, torearon respectivamente, cuatro novilladas Miguel de Pablo, tres Pablo Santana, y una novillada Juan Miguel Benito. Así, por lógica, es difícil triunfar, no sólo en Madrid, sino en cualquier plaza. La empresa de Madrid volvió a contratar a novilleros muy poco placeados y con escasos recursos para afrontar un compromiso de altura. Y el resultado fue que a los tres se les escapó una oportunidad de oro, una coyuntura que puede que no les vuelva.

El más entonado del festejo, Miguel de Pablo (Foto: las-ventas.com)
Hay que hacer notar que el ruedo de la plaza de Las Ventas apareció en pésimas condiciones para el toreo. El juego de los novillos, y la labor de los novilleros se vio perjudicada en alto grado por culpa de la enorme cantidad de arena que se había depositado sobre el firme de la plaza. La razón estaba en que durante la semana el recinto acogió competiciones de motos, y se supone que para paliar los embates sufridos por el terreno tuvieron que hacer acopio de arena sobre el ruedo para que no luciera -se supone- desigualdades. De hecho lo que se consiguió es que los toreros no pudieran pisar con la seguridad debida, y, de ahí, que torearan sin zapatillas, y que los novillos enterraran las pezuñas por el diseñado arenal. Respecto a estas cuestiones de que la plaza de Madrid se tenga que convertir, periódicamente, en estadio para eventos deportivos o en sala de conciertos musicales, siempre hemos pensado que es una inconveniencia, tanto porque la plaza de toros sólo deber ser un espacio concebido para el ritual táurico, como porque en esas otras actividades -deportivas y musicales- se ha generado, y se genera, enormes cantidades de dinero sin que se hayan preocupado sus gestores de construir su propio receptáculo de disfrute, apropiado a sus mecanismos de acción, y a sus gentes. La importancia histórica de los toros en España creó la plaza de toros como un espacio arquitectónico modélico, y la demanda en los espectáculos de masas más modernos depara servirse del edificio taurino; camino por el que se va colando la cubierta de las plazas, una solución que se quiere imponer, por motivos de comodidad y crematísticos, y que favorece la decadencia en el orbe de la corrida de toros para que se acerque su final.

Toreo moderno de ese de la pata atrás, en Pablo Santana (Foto: las-ventas.com)
Madrid, domingo 21 de julio de 2013. Menos de un cuarto de plaza. Llovió a lo largo del festejo con diferente intensidad -tormenta de verano-. 5 novillos de Buenavista, procedencia Domecq. Bien presentados, mansos, flojos, nobles y con clase. 5º y 6º, serios. 2º, 3º y 4º fueron aplaudidos en el arrastre. Y 1 novillo de Javier Molina, procedencia Gamero Cívico y Domecq -Fuente Ymbro- corrido como sobrero, en primer lugar, tras ser devuelto por inválido el novillo de Buenavista que abrió plaza. El de Javier Molina fue un novillo de escasas fuerzas, inválido. Pesos: 490, 523, 525, 537, 522 y 504. Los novillos no llegaron a cumplir en la suerte de varas, pues todos tomaron la segunda reglamentada como si fuera un trámite, a excepción del 6º. Tomaron una vara fuerte y larga, 5º y 6º. Muchos de los novillos, a excepción del 3º y del 5º, recibieron la primera vara trasera y en la paletilla. Se banderilleó dejando los palos traseros o sin colocación, menos el par de Alberto Zayas en el último novillo.
Miguel de Pablo (salmón y oro). De Colmenar Viejo (Madrid). 1º) Dos pinchazos y estocada perpendicular. Silencio. 4º) Cogido al entrar a matar según pinchaba al quedarse en la cara del novillo; en la cogida sufrió una herida de 15 centímetros en el escroto, con orificio de salida por el pubis, además se seccionó dos dedos con la espada al caer sobre el lomo del novillo. Heridas de pronóstico menos grave. A este novillo lo mató Pablo Santana de dos pinchazos bajos y media baja atravesada, con aviso. Hubo palmas para Miguel de Pablo que recogió Miguel Cubero.
Pablo Santana (azul pavo y oro). De Valladolid. Debutaba en Las Ventas. 2º) Pinchazo en los bajos, nuevo pinchazo, media trasera, tendida, caída y atravesada y un descabello, con aviso. Silencio. 5º) Media baja perdiendo la compostura, pinchazo y ocho descabellos, con aviso. Silencio.
Juan Miguel Benito (azul celeste y oro). De Colmenar de Oreja (Madrid). Debutaba en Las Ventas. 3º) Media baja y cuatro descabellos, con aviso. Silencio. 6º) Estocada espectacular perdiendo la muleta. Vuelta al ruedo tras petición.

De los tres novilleros, Miguel de Pablo se mostró con mayor oficio. Novillero conocido por la afición de Las Ventas, a su primero -de Javier Molina- lo toreó en los medios. Fue de menos a más, manejando más la mano izquierda, con la que consiguió una última tanda más reunida y mejor rematada. Le faltó correr mejor la mano. El novillo tenía muy pocas fuerzas lo que le impidió centrarse en la faena. Le dio distancia. En alguna fase los pases salieron de uno en uno. Al cuarto, volvió a citarlo dándole distancia. Toreó más con la mano derecha que con la izquierda, a pesar de que de nuevo logró lo mejor de su actuación al natural, en una tanda ligada y rematada. Pases cortos, sin llegar a correr la mano. Le faltó algo de asiento en la faena, y abusó de largos paseítos entre cada tanda. No descargó la suerte.
Pablo Santana, debutó con un quite al primer novillo en el que dio una larga suave y templada. Después demostró estar menos preparado. En su primer novillo, toreó despegado, hacia afuera y con la pierna de salida retrasada. En algunas fases de la faena templó al novillo; si bien, poco a poco, el animal, a pesar de su flojedad, fue imponiéndose. En el quinto, volvió a torear con el mismo estilo, y, a dar muchas tandas de muletazos, empleándose más con la mano derecha, una de las cuales, la cuarta, fue templada; y algunas de las series más cortas.

Miguel de Benito desaprovechó una magnífica ocasión, aunque mató bien al sexto (Foto: las-ventas.com)

Juan Miguel Benito, mostró un estilo peculiar al retrasar la pierna de salida de los pases poniéndola en forma de arco. Toreó despegado, hacia afuera. No se acopló con el tercer novillo que embistió templadísimo. Con el sexto, que se quedó corto en las embestidas, volvió a empeñarse con la derecha, en labor voluntariosa. Sorprendió al entrar a matar como un cañón. 

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