miércoles, 21 de noviembre de 2012

Un Morante sobrenatural que salió a hombros

Por Octavio X. Lagunes Alarcón

Excelsa faena de Morante de la Puebla para paladares finos que cortó dos orejas. Una oreja más para el Zapata. José Mauricio solo tuvo detalles. Desastroso el Juez Jesús Morales. Corrida parchada, justita en presencia, destacando el 1° y 3° de Jorge María.

5.ª de la Temporada. Menos de media entrada. Tarde soleada con viento. Se lidiaron de inicio los tres toros de Jorge María criados por los empresarios de esta plaza, Herrerías y Alemán y del 4.º al 6.º los de San Isidro. 1.º noble 2.º manso 3.º embistió pero se acabó pronto 4.º no entendido 5.º manso y 6.º complicado con más cara. El Zapata silencio y oreja; Morante división y dos orejas. José Mauricio silencio en ambos.

El Tlaxcalteca Uriel Moreno El Zapata alborotó a las alturas con su personal estilo al torear y clavar banderillas en ambos toros. Dejó caer sus faenas de muleta. A su primero lo mató de entera trasera y tendida retirándose entré división y con su segundo, más de lo mismo; sin embargo el blando Juez Morales, no quiso meterse en problemas y basado más bien “En el buen fin”, que en el reglamento, regaló un oreja que fue sumamente protestada donde tampoco Uriel tuvo la mesura de regresarla, dando vuelta al ruedo entre reclamos. Al Zapata le interesa más el populismo que trascender con categoría en esta profesión.


El sevillano de Puebla del Río, José Antonio Camacho, Morante de la Puebla con su primero, ante un toro complicado, no llegó a sentirse a gusto y hasta tuvo que tragarse que José Mauricio le hiciera un valiente quite. Con la muleta no encontró acomodo y se retiró entre división. Con su segundo, simplemente bordó el toreo ante “Chatote” de San Isidro. Un toro mansito con un lado izquierdo donde Morante se engolosino por naturales y los asistentes llegamos a inhalar ese aroma del romero sevillano que ofrecen las gitanas fuera de la Real Maestranza. Vaya faena llena de arte. Mató de media y el despistado Juez le dio dos orejas que no pudo pasear, debido a que, por haberle regalado una al Zapata, la gente desestimó el premio.
El capitalino José Mauricio con su primero se acomodó con el capote y de muleta se mostró entre altibajos frente a un toro justo de presencia en que podría haber lucido más si lo hubiese templado. Mató de bajonazo y se retiró en silencio. Con el que cerró plaza por voluntad no paró y hasta quiso matar recibiendo en dos ocasiones sin lograrlo. Se retiró entre aplausos.
La semana que entra se llena el numerado pues viene El Juli, Saldivar y Silveti abriendo plaza a caballo, Mónica Serrano con toros de los Encinos.

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