sábado, 16 de junio de 2012

Madrid baja de categoría (III)


Como Fray Luis de león dijera en su cátedra de Salamanca, superado el duro reto inquisitorial, “Decíamos ayer…” que gran parte de la feria ha transcurrido entre leves protestas de pequeños grupos de aficionados al trapío y presentación de los toros, y revisábamos las once primeras corridas de lo que fue el ciclo ferial de San Isidro de este año, basándonos en nuestras propias crónicas. Sigamos, pues, con esas notas de lo restante de éste y el siguiente ciclo del “arte y la cultura” empresarial.
Peluquero de Carriquiri, lidiado el 30-5, un toro con cuajo  (Foto: las-ventas.com)
No nos quejábamos de la presencia de los de Guardiola el día 20, pero sí que pudimos hacerlo con el desastre ganadero del lunes 21 de mayo. Ese día saltaron al ruedo toros de hasta cinco ganaderías diferentes: 2 toros de Antonio Bañuelos (la titular supuestamente, sólo 1º y 4º), manso, brusco, complicado el primero y manso, embestidor pero a menos el cuarto; 1 toro de Couto de Fornilhos (también titular en el programa, el 5º), feo y basto, manso, soso y mular; 1 toro de Aurelio Hernando (2º bis) que cumplió en varas y luego fue brusco y fiero en la muleta; 1 toro de Carmen Segovia (3º bis), feo y basto también, manso, embestidor, mejor por el zurdo; y 1 toro de Domínguez Camacho (6º bis), mal presentado, bravo, encastado y complicado. Decíamos aquel día que “Parece como si los veedores de la empresa hubieran hecho acopio de todas las sobras de la ganadería brava de España. Pasan por una finca y preguntan: ¿A ustedes les sobra algo de desecho, algo que no puedan colocar ni en las calles levantinas? Y se vuelven a Las Ventas con uno, dos o media docena de sobreros –muchos pasados de edad- y casi todos con un tipo o presencia… impresentable.  Y así van anunciando, yo creo que como preventivo para posibles devoluciones, ganado de cien vacadas diferentes –muchas de su padre y de su madre, sin relación con el encaste original (ayer las hubo Atanasio, Torrestrella, Veragua y Domecq a través de Torrealta, o de Marqués de idem desechado lo de Murube)- para que la gente se canse de devolver toros para ver minotauros en su lugar. Fantástico lo de Taurodelta, que cada día nos regala un cartel diferente –me refiero a los toros que han de lidiarse y a la diferencia con lo oficialmente anunciado y previsto-, ¡qué éxito de programación! La Comunidad, me imagino, batirá palmas de alegría. ¡Viva la diversidad! ¿No pide la afición de Madrid encastes distintos?, pues vayan cuatro en una corrida y así no se nos quejan…, entiéndame la ironía. Luego, también es cierto, cada cual sale como Dios le da a entender, y nos llevamos algunas sorpresas (…). El segundo es una chota indigna, con cara y sin cul…ata. Inválido, se devuelve por eso y no porque nunca debió pasar el reconocimiento. Se ve que lo aceptaron para evitar que hubiera devolución de entradas (sólo se pueden devolver cuando se sustituyen en el cartel tres o más de los anunciados, ayer sólo dos a priori, aunque se lidiaron al fin cuatro de otros hierros). Tercero, otro toro de Bañuelos con más cabeza que remate alguno, playero además. Se le remata en el ruedo al luxarse la mano izquierda antes de varas. Dos de tres llevamos. El cuarto otro titular, pero sin cuajo alguno en sus 554 kilos, lavadito de carnes. ¡Qué vergüenza de encierro! Gran suerte de varas de Nacho Meléndez, citando, dando el pecho del caballo, clavando y soportando un derribo. Bien Zotoluco, poniendo al toro de lejos.(…) Un sexto también de Couto de Fornilhos se hace el muerto o el herido, se tumba y el presidente –incauto- lo cambia. Descaste y ninguna lesión; apariencias de toro, que no trapío digno en sus 619 kilos. El sexto bis, no reconocido por la presidencia al parecer, un bichejo impresentable, con dos pitones y cuerpo de novillo, pero el héroe de la tarde. Del hierro de Domínguez Camacho y creo que Estilo o algo así de mote.”
Después de aquello se lidió la que ha sido considerada como la corrida de la feria, el 22 de mayo, con reses de Alcurrucén, de trapío desigual (segundo y tercero con poco cuajo y en general de poco remate), mansos en el caballo, pero con casta y juego en la muleta, excepto el quinto, que se rajó. Y apuntábamos en la crónica que “Por fin salió una corrida con casta y ofreciéndose emotiva a los de a pie y al coso entero. Corrida de esas que llevan las orejas colgando, no sólo por su juego, sino por su capacidad de transmisión. Doce, o si ustedes quieren, diez orejas que se fueron caminito del desolladero, compuestas y sin novio. ¡Qué pena! Cuando hay toros no hay toreros… y cuando hay toreros no hay toros, dice el conocido adagio popular. Y ayer se cumplió una vez más. ¡Lástima también que no hubiesen tenido ese punto más de presencia y cuajo que nos hubiera permitido hablar de todo un corridón de toros! ¡Y lástima, también, que no pasaran por el primer tercio con más de bravura, ya que a pesar de arrancarse alguno de lejos a los del castoreño, no apretaron y salieron sueltos en la mayor parte de las ocasiones! Pese a ambos lunares, qué interesante corrida de toros la de José Luis Lozano y sus hermanos.”
Fiscal, de Alcurrucén, corrido el 22-5, algo justo por detrás (Foto: las-ventas.com)
El 23 saltaron al ruedo los 6 de Juan Pedro Domecq, mal presentados aunque cinqueños, mansos, sosos, muchos de ellos flojos y descastados. Y apuntábamos en las líneas de la crítica de aquel día lo siguiente: “Lo de ayer, nos informaba el programa, que eran cinqueños… ¡Pues cómo serían de cuatreños! De impresentable trapío para Madrid (podían haber pasado como toros en Villaperalillos, o incluso, si ellos quieren, en Sevilla –perdónenme los muy buenos aficionados de la capital andaluza, pero es lo que hay-)… y pasaron… en Madrid. Se supone que en Madrid no basta con que nos asusten dos pitones por delante, al parecer único motivo que justifica el trapío para algún veterinario, sino que el resto de las hechuras del animal sean acordes a las exigencias de la primera plaza del orbe taurómaco. Las culatas, la musculatura, el cuajo, la seriedad en el tipo, son tan importantes como esos dos pitones afiladísimos –¿no les parecen a ustedes demasiado afilados…?- que mostraron los que ayer nos soltaron en Las Ventas. Del primero al tercero ninguno debió ser aprobado en el reconocimiento, el cuarto nada decía, al quinto le perdonamos por los pelos, y sólo el último merece ser considerado como toro apto para el coso madrileño, sin reparo alguno. Nueva colección de gatos, que a priori, ya no deberían haber pisado el ruedo venteño. Pero lo hicieron entre los amansados silencios generales del público de Madrid, que están como la fiesta en general, en proceso de descomposición interesada, y sólo algunos aficionados aislados, fueron capaces de silbar o expresar aquello que antaño hubiera sido general: ¡vaya fraude!”.
Asturiano de Núñez del Cuvillo, el tercero de la tarde del 24-5 (Foto: las-ventas.com)
El jueves 24 de mayo hubo nuevo desastre, sólo 4 de los toros de Núñez del Cuvillo se acabaron lidiando, porque dos de ellos –sendas ratas con sombrero- fueron devueltos por inválidos; el resto, además, mal presentado en general, mansos, sosos pero embestidores, bajos de casta quizá con la excepción del cuarto. Hubo de remiendos 1 toro de Carmen Segovia (2º bis), sin remate, manso, soso y descastado y 1 toro de Salvador Domecq (6º bis) manso, incómodo y bajo de casta. Y nos desahogábamos de esta manera: “Fue una corrida impresentable para Las Ventas, en la que salieron al menos cuatro bichos indignos –si acaso primero y quinto tuvieron algo más de carnes y remates-, y en la que el resto no debió ser aprobado en el reconocimiento. ¿Pero qué es lo que pasa en aquellos? No entendemos cómo se está bajando tan peligrosamente el listón. No queremos mastodontes, que conste, sino toros con trapío, pesen 480 kilos o 660 –pongamos como ejemplo de toros que han pisado el albero venteño en este San Isidro-. Trapío, que como hemos dicho tantas veces, no depende de los kilos, sino de las hechuras y remate. El tercero de ayer, con 524 kilos fue una chiva auténtica, dos pitones escondían una escasez de carnes y de cuajo, verdaderamente proverbiales. Algún veterinario debe creer que la gente es tonta de capirote…”.
Tras novilladas y una de rejones, el interesante encierro de Baltasar Ibán, y el 29 de mayo volvimos a la triste realidad: se lidiaron 5 toros de Las Ramblas, desigualmente presentados, aunque muchos sin culata y excesivamente gordos, mansos en general, sosos y descastados y 1 toro de Hermanos Fraile Mazas (4º bis), manso e inédito para la muleta. Y escribíamos: “El resto del festejo fue –asimismo- para olvidar por completo. Un encierro, éste de las Ramblas, nuevamente indigno para Madrid, aunque ya nadie proteste, aunque nadie reclame, aunque nadie saque a relucir su condición de aficionado. Se ve que, como el toreo de Aparicio, la afición agoniza. Toros sin remate, sin cuajo, engordados con piensos compuestos, que apenas pueden exigirse a sí mismos, y también agonizan durante veinte minutos entre arrancadas sosas, caídas varias y un sinfín de descaste. Toros para figuras, ¡qué caramba! No hacen falta anti-taurinos. Acaso embistió algo más que sus hermanos, o con algo más de movilidad, el segundo, al que le apuntamos la condición de noble y soso. Al resto… entre el descaste y lo mular –como el quinto-.”
Una de las chotas de Las Ramblas del día 29-5 (Foto: las-ventas.com)
Vinieron luego las dos interesantes corridas de Escolar y Cuadri, con el prolegómeno de Carriquiri, antes de que una de las grandes esperanzas nos desilusionara en parte. El 2 de junio saltaron al albero toros de Adolfo Martín, desigualmente presentados, mansos, de diferente casta y juego también distinto; destacaron segundo y tercero, más nobles y boyantes. Y decíamos: “Esta póstuma corrida de albaserradas en nada se pareció a la que vimos tan sólo hace dos días, con sus lejanos primos de Escolar. Toros más que justos de presencia en algún caso (como ese primero, muy lavado de carnes, o el quinto, impresentable de trapío para Madrid), descastados o muy bajos de  casta en algún caso, y donde sólo han merecido la pena segundo y tercero, más en lo que uno espera de Cuvillo que en la casta y acometividad que se imagina en un toro de este encaste. Nada que ver con la corrida de la feria de Otoño pasado, mucho mejor en términos generales y que nos hizo concebir muy fundadas esperanzas, aunque no oculto que a la corrida ayer se la picó fatal.”
Mulillero, un buen toro de Adolfo Martín, con escaso remate (Foto: las-ventas.com)
Con ella acabó San Isidro 2012, pero tres días más tarde comenzaba la Feria del Arte y de la Cultura y olé. Fue el pasado 5 de junio, con sólo media plaza de entrada, y corriéndose 6 toros de Valdefresno, desiguales de presencia, mansos en general (aunque primero y tercero cumplieron en varas), flojos, y de juego soso y bonancible aunque descastado en la muleta. El quinto fue un mulo y el sexto se rajó desde el principio.
Tampoco mejoró el panorama el día de la Beneficencia, el 6 de junio, en el que sólo salieron 4 toros de Núñez del Cuvillo, muy mal presentados, mansos, sosos y descastados; y 2 toros de Victoriano del Trío (3º y 4º), desiguales de presencia, mansos, embistiendo pero a menos. Nos quejábamos en la crónica de esta manera: “La corrida, los toros, no obstante, fue una auténtica vergüenza. Lo de Núñez del Cuvillo está llegando a términos de una desfachatez insufrible. Primero el caso de que no sea capaz de lidiar una corrida completa en Madrid (¿para qué se anuncia entonces?), y segundo el que lo que sale por chiqueros sea más propio de una lata de sardinas que de una plaza de toros. El primero anovillado, el segundo una indigna chota de plaza de talanqueras, el quinto otro bicho anovillado y sin trapío y el sexto carente de culata. Fantástico. ¡Qué lote de cuatro para que no haya devolución de entradas! Y añadan, mansos, sin clase y descastados en general, pero eso sí, sin ofrecer complicaciones o dificultades para los coletudos. Si tenían que irse a chiqueros, se iban, pero sin molestar… De la toreabilidad al descaste sin solución de continuidad.”
El segundo de Núñez del Cuvillo de la Beneficencia, sin culata y reducido (Foto: las-ventas.com)
Superado el trance benéfico…, el 7 de junio nos habían anunciado una corrida del Puerto de San Lorenzo, que salió desigual de hechuras, mansa, floja (especialmente los dos primeros), sosa y a menos los tres primeros y descastados sin paliativos los tres últimos.
Tampoco mejoró en este aspecto otra de las grandes esperanzas de los aficionados, la de Victorino Martín lidiada el 8 de junio, que vino desigualmente presentada (segundo y sexto sin cuajo), mansa en general, sosos primero, tercero y quinto y complicados los restantes. Una lástima, y de ello nos quejábamos en estos términos: “Y no nos gustó no sólo porque hubiésemos puesto las expectativas bastante más altas que las que las realidades mostraron, sino porque esperábamos que –después de dos años de ausencia- al menos la presencia y la casta hubieran sido impecables en esta reaparición madrileña. Y ambas, las dos cualidades imprescindibles para considerar a un toro como de lidia, las dos características fundamentales antes de ser lidiado un animal, faltaron en muy buena medida. La presencia dejó mucho que desear: se lidió un segundo a través del cual se podía ver la plaza de Manuel Becerra, una oblea anovillada de 490 kilos (sin embargo, el tercero, más corto y bajo, tenía cuajo de toro, aunque no llegase a ese peso -485 kilos-); tampoco nos gustó el último, otro bicho sin trapío, largo y también anovillado, ahora con 552 kilos, para que sigan diciendo que en Madrid sólo quieren kilos… Los hubo, sin embargo, con cuajo y hechuras de albaserradas clásicos, alguno con pavorosa cornamenta que no disimulaba las escaseces de remate. Primero, cuarto y quinto eran toros de los que esperábamos en ocasión tan importante.”
Minoico, el segundo victorino del 8-6, sin nada que ofrecer excepto cara (Foto: las-ventas.com)
Y remató el nuevo remiendo ferial saca-cuartos, con el festejo (no creo pueda llamársele corrida) del 9 de junio, con  El Cordobés, Rivera Ordóñez y El Fandi en el cartel y 5 bichos de El Torreón, mal presentados, mansos, sosos y algunos completamente descastados y 1 toro de Los Bayones (4º), éste bien presentado, manso, soso y a menos. Al fracaso del festejo, planteado como un reto a la afición y abono madrileños, añadíamos: “Y eso, además, con el ganado a favor. Corridita remendada de El Torreón, donde se lidió algún novillejo indecente –como el sexto- o dos toros culipollos –primero y tercero, que no debieron pasar el reconocimiento matutino-, y en la que la dignidad, en cuanto a trapío se refiere, vino por la parte remendada: el de Los Bayones”.
En definitiva, pocos años habrá en las últimas décadas (casi, casi, en el recuerdo de un cincuentón como yo), en el que tanto ganado haya fallado en una de las exigencias que en Las Ventas se ha tenido siempre en tanta consideración, una de las cualidades imprescindibles del toro de lidia: el trapío. Si es que otra cosa quieren profesionales o parte de la prensa más acomodaticia, llamen a esto “Fiesta de las Chivas” (bien traído, además, por lo mucho que se bebe en estos últimos años), anúncienlo así, vendan entradas con dicha justificación y el que quiera que disfrute con el arte excelso de tanto coletudo de los del G-10… si es que demuestran, también, mucho más que este año.

1 comentario:

  1. Y cuando sale un toro de bandera para la muleta, como el del Cid de Alcurrucén, Fiscal, un bombón de licor, se lo dejan tal cual hasta supuestos maestros como el susodicho... por fas o nefas... no vemos nada....

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