jueves, 17 de mayo de 2012

Con y sin ton ni son


El comentario de Ángel Arranz

Carteles
En teoría el cartel es de garantía. El poderío de El Cid, la ética de Fandiño, la estética de César Jiménez y los padrinos de la feria. Y tres toros con nombres marchosos: Enrollado, Ilustrado y Codiciado. Esos tres y los demás parecían toros bravos pero… sólo eran bultos variopintos. Defensivos, blandos, sosos, abantos, “rajaos”. Sin compromiso con la casta, ni con su especie y menos con la cultura. Otra corrida-parada, sin mérito ni emoción.
El primer toro, en la primera vara, casi se queda dormido. Hubo dos horas de bostezos desde las barreras a las andanadas. Fandiño, en el último toro, casi nos despertó. Otro “espectáculo” pseudotaurino de los que echan a la afición.
             Fernando Arrabal, en el teatro, es un aval
             Fernando Sabater, en filosofía, es el saber
             Fernando Sánchez Dragó, en palabrería, es un as
             Don Mario, es Premio Nobel
             En sapiencia, grande y caro es el cartel
             ¡Ojo! En la sombra de la cultura, hay mucho caradura.


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