martes, 30 de octubre de 2012

Sobre lo de Ponce en la México


Ayer comentábamos la lamentable actuación de Ponce en la Monumental de México. Para mayor objetividad, aquí les copio las opiniones de diversos medios mexicanos sobre el evento. Diferencien, por favor, entre los medios propiamente mexicanos y aquellos destinados al "consumo español". Juzguen por ustedes mismos. Mi opinión es la que reflejé ayer en el artículo precedente.

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TOROS 
La Plaza México, pletórica
LA AFICIÓN DESPERTÓ
29 de octubre de 2012 
MIGUEL ÁNGEL GARCÍA 

UNA cosa fue lo que sucedió en el ruedo y otra en los tendidos, esta vez la afición despertó, exigió y mandó a volar lo que finalmente no le agradó. En el albero un torero de Valencia buscaba afanosamente el agrado de la romería, yéndose entre el descontento general con la desvergüenza a cuestas de su novillo de regalo… Qué tiempos aquellos cuando al de Chiva le decían “consentido de la afición”, ayer le corrieron como a un desconocido (y no vean los comentarios en las redes sociales) y en parte la culpa también es del ganadero y del juez; el primero por haber enviado un encierro terciado y el segundo por aprobarlo. Pero el de regalo sí que fue la gota que derramó el vaso, qué manera de comenzar la temporada. Sin embargo, este tipo de broncas son parte de la fiesta y solamente se dan el lujo de protagonizarlas y hacerlas tan polémicas, las figuras del toreo. Apuesto que si el próximo domingo repiten al de Valencia, voltea la tortilla y se reconcilia con la afición. El coraje de la afición fue mayúsculo, no obstante, eso no da derecho a arrojar los cojines al ruedo y menos cuando un torero, sea quien sea, se está enfrentando a un novillo o a un toro. Si pedimos respeto para nuestra fiesta comencemos a respetarla nosotros mismos, hay maneras más civilizadas de mostrar el descontento. 

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TOROS
Faenas de ética, estética y emoción de Diego
ENRIQUE PONCE SALIÓ CON CAJAS DESTEMPLADAS
29 de octubre de 2012 HORACIO SOTO CASTRO 

(…) Mientras que el valenciano Enrique Ponce, además de retirarse en silencio en los toros de su lote, en el de regalo le pegaron una bronca de órdago, la enésima que escucha en la plaza México, que seguramente no la olvidará También fue avisado y por haber emborronado su título de matador de toros al estar pésimo con la espada. 
(…) El ganado de Xajay dejó mucho qué desear y no correspondió a la confianza que había en esa divisa. Sin embargo, se dejaron meter mano, sobresaliendo los corridos en tercero y sexto lugar; el primero con mucho peso. El segundo y quinto cumplieron y el de regalo sin trapío. 
PONCE 
Se dio suelta al primer toro para el valenciano Enrique Ponce que fue aplaudido por su presencia y el diestro de Chiva exhibió su toreo de arte y temple con bonitas verónicas y luego de la suerte de varas en que fue desmontado el picador, Enrique se ajustó en bonitas chicuelinas bajando mucho la mano. El toro con mucho peso y poca fuerza embestía a paso lento, el valenciano le hizo una faena consintiéndolo, dándole su tiempo y espacio para que no rodara. Y lo que hizo no tuvo mucha transmisión a los tendidos por la carencia de emoción y finalmente se quedó corto. Logró una magnífica estocada vaciando limpiamente. Pitos al toro y silencio a Ponce que se mide con otro rasero. Su segundo, de nombre Siempre Alegre, careció precisamente de ese estado. No había nada que hacer y de inmediato Ponce señaló que regalaría uno, que fue protestado airadamente por la poca plaza que tenía y lo que hizo el diestro lo tomaron a chunga y vino lo peor al estar pésimamente en la suerte suprema y escuchar dos avisos, con el ruedo tapizado de cojines. 

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Vuelta y ovación a Diego Silveti 

El diestro mexicano Diego Silveti logró la mejor faena de la tarde, el español Enrique Ponce se fue abucheado y el local Fermín Spínola resultó herido, en el inicio de la Temporada Grande 2012-13 en la Monumental Plaza México. 
CIUDAD DE MÉXICO (Domingo 28 de octubre) .- Emotiva tarde de Silveti y muy desafortunada para Ponce donde los reventadores le cobraron la liga que ha estirado tanto al anunciarse con toros tan justos de presencia. 
1a de Temporada 2012. Lleno en numerado y media entrada en general. Mucha expectación con extraordinario clima. Malos y disparejos toros queretanos de Xajay solo destacando el 3° y la raza del 2°. 

El Valenciano Enrique Ponce se esforzó ante su quedado primero y mató de una entera efectiva en buen sitio para retirarse entre palmas. Con su segundo, el lunar del encierro no tuvo oportunidad alguna de lucir aunado a lo pesado que estuvo con el estoque y hasta escuchó un aviso. Con el de regalo parte del público le quiso cobrar la mala presentación de las corridas que recientemente ha lidiado en provincia; pese a que el toro tenía presencia, se unió el mal ambiente, las cosas no rodaron y la gente se le echó encima para pegarle sonora bronca hasta escuchar dos avisos. 

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Exagerada bronca a Enrique Ponce en La México
El público, unos 35.000 espectadores, se enfadó por lo feo que era el toro que regaló el de Chiva 

Guillermo Leal / México D.F. 
Día 29/10/2012 – 19.24h


Efe. Enrique Ponce descabella al sobrero de regalo con el ruedo inundado de almohadillas 

Esta vez no fue por un toro chico. A Enrique Ponce le llovieron cojines (almohadillas), insultos y desprecios por parte del público cuando el valenciano, de buena fe, regaló un toro con el que pretendía realizar la faena que no había podido en su lote, pero todo le salió al revés. 
Cierto es que sus veedores en México se han equivocado continuamente y le han buscado al diestro valenciano broncas gratuitas en diferentes plazas del país, pero también lo es que el toro que regaló en la inauguración de la Temporada Grande no estaba chico, eso sí, muy feo. 
Paliabierto y no tan rematado como sus hermanos, por lo que el público que llenó el numerado de la plaza más grande del mundo, tuvo el menor pretexto para increpar a Ponce, quien, desconcertado porque en un dos por tres vio cómo se llenaba de cojines el ruedo en una protesta exagerada. 
No obstante y pese al peligro en que los espectadores pusieron en riesgo al matador por lo que implica que haya en el ruedo obstáculos, Ponce buscó darle una decorosa lidia al sobrero. Pero de muy poco sirvió. El público estaba decidido a que la corrida ya había durado cuatro horas, que no había correspondido con las expectactivas, y no quiso recibir el regalo del maestro español que, muy enojado, salió de la plaza no sin antes sugerir que la actitud del público tiene un «trasfondo», dijo. 
Y es que la suerte no le ayudó. Su primero fue noble, pero se quedó parado muy pronto. Con él, Enrique consiguió una faena de momentos artísticos y de otros en los que se metió a los terrenos comprometidos para robarle los muletazos. 
El toro de regalo 
Su segundo fue imposible y el de regalo, ¡ya ni les cuento!, manso, soso, en fin. Hacía tiempo que el público no se molestaba tanto con un torero, pero lo peor del caso es que en esta ocasión, la cosa no era para llegar a esa magnitud. Lo sucedido con el público de La México debe ser una llamada de atención para todos los toreros y es que en ocasiones, sobre todo los foráneos, han abusado del toro de regalo, de la paciencia de los aficionados y como se dice por aquí: “tanto va el cántaro al agua, que termina por romperse”. 

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Desafortunada tarde de Ponce y lo mejor lo realizó Silveti en La México

El torero español Enrique Ponce lidia su toro de regalo ” Tapabocas ” de 501 kg este 28 de octubre, durante la primera corrida de la temporada grande 2012-2013 en la Plaza de Toros México de la Capital homónima. EFE (EFE) 
28/10/2012 22:25:02 México, 28 oct (EFE).- La inauguración de la temporada grande 2012-2013 en la Monumental Plaza México no hubo corte de orejas con una desafortunada actuación del español Enrique Ponce, y que el mexicano Diego Silveti hizo lo mejor, pero falló con el acero. (…)

Con mucho ambiente en los tendidos, que registró una entrada de unas 32.000 personas, se han lidiado siete astados, uno de regalo de Ponce, de la dehesa de Xajay, corrida desigual en presencia como en condiciones de lidia. Dos astados buenos el segundo y tercero. El primero y el cuarto parados, aunque el primero tenía clase, cumplieron el quinto y el sexto con bronca en el séptimo de regalo, que era feo de hechuras y el público lo protestó con fuerza.
Antes de concluir el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del maestro Mariano Ramos, fallecido a principio del mes y, asimismo, se dio una vuelta al ruedo con la urna que contenía sus cenizas que llevó el matador de toros José Luis Silis. Entre aplausos y gritos de ¡torero, torero!, se le rindió un sincero y merecido homenaje.
El valenciano Ponce tuvo un lote que se paró. El que abrió plaza tuvo clase, pero no podía con los kilos y se paró; el cuarto fue igual y terminó deslucido. Ponce estuvo bien en el primero y escuchó palmas; pitos con aviso en el cuarto y para colmó bronca, inmerecida, porque el sobrero de regalo que hizo séptimo no gustó y se protestó ruidosamente.

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Periódico La Jornada Lunes 29 de octubre de 2012, p. a41

Hay toreros tan pero tan buenos que después de muertos su espíritu sigue triunfando, a pesar de las tauromafias y los falsos promotores de la fiesta. Por fin el maestro Mariano Ramos, su espíritu, su trayectoria y su legado, regresaron a la Plaza México, escenario de sus grandes tardes ante verdaderos toros de lidia, no su remedo, así fuera en una urna que conteniendo sus cenizas dio una estruendosa vuelta al ruedo, primero en manos de su prometedor alumno el matador Juan Luis Silis, y después cargadas por el varilarguero Carlos Ibarra. En este país, o en el mundo, no tenemos memoria, pero a la grandeza le basta con saber de lo que es capaz. 
Por cierto, Juan Luis Silis, triunfador de la reciente Feria de Pachuca, donde obtuvo dos orejas de un bravo toro de Caparica, no ha vuelto a ver un pitón, por lo que en ese sentido el extraviado empresario de la Plaza México no tiene la culpa de que el resto de los empresarios del país hayan seguido su ejemplo de contratar figuras –o lo que se les parezca–, no de hacer toreros. 
¿Y los grandes momentos de la corrida inaugural de la temporada grande 2012-2013? Ah sí, la corrida inaugural.



Bueno, la incorregible empresa de la Plaza México –¿seguirá el jefe de gobierno electo del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, la política de no hagan olas de su antecesor, alcahueteando la desalmada autorregulación taurina de la trinca Cosío-Alemán-Herrerías?– por enésima vez tuvo a bien endilgarle al público y a la gente bonitonta que fielmente acude a los carteles de inauguración y del 5 de febrero, oootra corrida del prestigiado hierro de Xajay –como la reincidente empresa de Aguascalientes con los de Teófilo Gómez–, esa sucesión de mesas con cuernos con que triunfan los Julis, los Ponces y demás embajadores europeos del arte de Cúchares, aunque a los nuestros allá les den leña y sistemáticamente les regateen orejas. 
Por consideración al lector no detallo el lamentable comportamiento de los ejemplares –es un decir– de Javier Sordo Madaleno Bringas, ganadero de Xajay, ya que se trató de otro desfile de la antibravura: animales disparejos de presencia, algunos de impresentable encornadura, descastados, sosos, débiles, tardos, deslucidos, con la cabeza a media altura, sin recargar ni humillar en el peto, excepto dos de los siete que salieron por toriles, pues el maestro Ponce, que por consentido le seleccionan, con un maternalismo conmovedor, toritos ideales para su quintaesenciado arte, recurrió como siempre al de regalo, pero ni con ese pudo hacer nada, como no sea despacharlo de cinco pinchazos y 13 descabellos, que para algo se es figura en estos tiempos.

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Toros 

Fraude total en la México
(AAB) Periódico La Jornada
Lunes 29 de octubre de 2012, p. a41

Lo sucedido ayer en la Plaza México ha sido tan asqueroso, tan indigno y tan reprobable, que sólo puede considerarse como un auténtico fraude. 
Y todos coludidos, la empresa, el ganadero, las autoridades y los toreros. 
Como de costumbre, el torito de regalo para Enrique Ponce, un auténtico buey, espantoso, esmirriado y con cuernos de vaca lechera. 
¿Cómo pudo la autoridad aprobar esto? 
Y Enrique Ponce poniendo cara y haciendo gestos de yo no sabía. 
¿Y su apoderado qué no tiene ojos? Sí, pero de ciego. 
Asquerosidad tras asquerosidad, por lo que consideraron los estafados que ya era justo y necesario hacer sentir su total repudio a tanto robo. 
Y, como ya lo hemos señalado, todos a una, para estafar al respetable, que por algo les ha perdido el respeto. 

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Toros 

¡Ponce nos aburrió!
José Cueli

La tarde de toros que inició la temporada invernal en la Plaza México ya no asistió mi hermano Rafael, quien dejó de existir hace dos semanas y con el que compartí durante toda la vida nuestra afición a la llamada fiesta brava. Lo mismo en el viejo Toreo, como en Cuatro Caminos o en el coso de Insurgentes. En la provincia mexicana, en especial esas tardes en el Bajío en que gozamos los “mano a mano” de Paco Camino y la antología de su pase natural y el toreo por ayudados a dos manos de Manolo Martínez que nos sacudieron. En la misma forma nos deleitamos en las ferias españolas; la de Madrid, la de Sevilla o la de Bilbao y contemplamos el toro grande en las plazas del norte. Corridas que en ocasiones se remataban en noches de flamenco y en ocasiones especiales entre peñascaros anisados sintiendo rasgueo de cuchillos en el vientre al escuchar al “Camarón de la Isla” de San Fernando o mejor dicho aprendiendo a escuchar.
El tiempo cronológico siguió su curso de la época de Manolete, y la pelea que le dieron Armillita, Silverio, Garza, Calesero, Procuna en México y Arruza y Pepe Luis Vázquez en España, a la de José Tomás y Morante de la Puebla. Cientos de toreros fueron objeto de nuestras apreciaciones, discusiones o coincidencias. En apartado lugar Rafael de Paula yCurro Romero y en México El Calesero. Así como las tardes de gloria en las plazas de Madrid de los picadores mexicanos, Sixto Vázquez y Efrén Acosta, que embrujaron con su torería al público madrileño. 
En el recuerdo –observando el ridículo de un Enrique Ponce que salió aburrido y aún regalo un toro, en la fría noche, hasta deprimir y aburrir a los aficionados que llenaron el numerado– la tarde a su vez en la plaza de Madrid en que le regresaron un toro vivo a los corrales a José Tomás. Las grandes broncas de Luis Procuna y de Manolo Martínez. No se diga la de los toreros gitanos Paula y Romero. O sea “una mala tarde cualquiera la tiene”. Parte del ridículo tuvo que ver con el descastamiento de la corrida de Xajay con toritos muy jóvenes, de poco fuelle y que no tenían transmisión y les faltó a los toreros poner su parte. A excepción del tercero de la tarde al que Diego Silveti más cuajado y con un valor herencia de la casa nos emocionó. Lástima que la suerte de matar no se le da y volvió a enfriar la plaza.

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El Mundo.es


Efe | México D.F. 
Actualizado lunes 29/10/2012 17:00 horas

La inauguración de la temporada grande 2012-2013 en La Monumental Plaza México arrancó con una desafortunada actuación de Enrique Ponce, y el mexicano Diego Silveti hizo lo mejor, pero falló con el acero. 
El también mexicano Fermín Spínola tampoco estuvo bien y su labor no pasó de regular. 
Con mucho ambiente en los tendidos, que registraron una entrada de unas 32.000 personas, se lidiaron siete astados, uno de regalo de Ponce, de la Dehesa de Xajay, corrida desigual en presencia como en condiciones de lidia. Dos astados buenos el segundo y tercero. El primero y el cuarto parados, aunque el primero tenía clase, cumplieron el quinto y el sexto con bronca en el séptimo de regalo, que era feo de hechuras y el público lo protestó con fuerza. 
Antes de concluir el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del maestro Mariano Ramos, fallecido a principio del mes y, asimismo, se dio una vuelta al ruedo con la urna que contenía sus cenizas que llevó el matador de toros José Luis Silis. Entre aplausos y gritos de ¡torero, torero!, se le rindió un sincero y merecido homenaje. 
Un lote parado para Ponce 
El valenciano Ponce tuvo un lote que no iba. El que abrió plaza tuvo clase, pero no podía con los kilos y se paró; el cuarto fue igual y terminó deslucido. Ponce estuvo bien en el primero y escuchó palmas; pitos con aviso en el cuarto y para colmo bronca, porque el sobrero de regalo que hizo séptimo no gustó y se protestó ruidosamente.
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En la Monumental México... "¡Váyase señor Ponce! ¡Váyase!"
29 / 10 / 2012
Por: José Mata 

@torosenelmundo
@PERIODISTAURINO

Con una entrada que rebasa las dos terceras partes del aforo de la Monumental Plaza de Toros México, en lo que ha sido el festejo inaugural, se han lidiado siete astados muy justos de presencia -uno de regalo anovillado- de Xajay, en su conjunto han resultado mansos y descastados, pitados en el arrastre; el tercero por su docilidad es el que más se ha dejado. Enrique Ponce: Silencio; pitos; y monumental bronca en el animalito del perdón tras dos avisos. Fermín Spínola: Silencio tras dos avisos y silencio. Diego Silveti: Vuelta con protestas tras aviso y saludó en el tercio tras aviso.
Detalles:
Tras el paseíllo las cenizas del maestro Mariano Ramos en brazos de Juan Luis Silis y el picador Carlos Ibarra dieron vuelta triunfal como despedida. (…) Monumental broncón se escenificó en el coso titular de México, cuando la gente se hartó de todas las imposiciones del señor Ponce, y de un juez complaciente que autorizó todo.
Desde que arribó el señor Ponce a nuestro país, y segundos antes de torear en la Feria de Zacatecas, preguntamos: Llegó el señor Ponce... ¿y ahora qué?; la respuesta nos la fue dando él mismo, pequeñajos inadmisiblemente presentados, lo que ha constituido una autética vergüenza; no obstante, han sido su delicia, aunque, por otra parte, este hecho resultaba la indiscutible ofensa para el gran público mexicano, por ello y más se le fueron regresando varios animalitos en su camino.
¿Que los pequeñajos son el toro mexicano?
¡Por favor señor Ponce, eso ni usted se lo cree!
Supusimos, cual ilusos que somos, que después del estentóreo fracaso de Querétarohabría alguna reflexión en lo que pareciera ser un cinismo inacabable del señor Ponce; sobre todo para su aparición en la Monumental México. En fecha tan importante como significativa por tratarse de la inauguración de la temporada grande, pero... no fue así.
Volvió a brillar la burla de la que es objeto el aficionado mexicano, y desde hace varias temporadas ya no soporta esto, por lo que en esta ocasión tras la monumental bronca que se escenificó en el coso titular de México... el mayor coso del mundo, debe estar ahora mismo leyendo estas líneas el divo de Chiva, desde el confort de su hogar en España, porque debió haber entendido el mensaje y salir pies en polvorosa a abordar el primer avión.


No es ninguna ciencia, ni se necesita ser Iluminati, para conocer que las figuras del toreo imponen a las empresas los toros... buenos, los animalitos que pretenden lidiar, de lo contrario no firman sus respectivos contratos, y es por ello, que tenemos que aguantar encierros sin presencia, que además salen mansos y descastados, o de borreguna embestida.
Por lo anterior, según se ve, el fracaso del festejo inaugural tiene un solo nombre:
Enrique Ponce.
El gran público taurino mexicano harto de sus absurdas imposiciones lo echó... ¡SÍ!... ¡LO ECHÓ DE MÉXICO!, y ante tales circunstacias... NO HAY MÁS QUE DECIR.
Ni con su primero hizo gala de su tauromaquia, ni con su segundo de su capacidad lidiadora ni con el impresentable animalito de regalo, lo que además y de por sí ya constituía la REPROBABLE ventaja, ante sus modestos acompañantes.
Sí... como exclamaron de forma ensordecedora los enardecidos asistentes que llenaron de cojines el redondel ante tal burla:
"¡Váyase señor Ponce! ¡Váyase!", y es lo que debe de hacer para la eternidad. (…)
En fin, que ha sido un festejo tirado a la nada y con un sólo responsable, para qué decir más su nombre si le hemos dedicado casi media crónica y más tinta ya es una exageración.

lunes, 29 de octubre de 2012

Un paseo por la actualidad

Alguno quizá se haya extrañado de la relativa parálisis de este blog en el que solíamos publicar con mucha más frecuencia en estos últimos meses. Motivos de índole familiar no han sido los más propicios para mantenernos activos en el mismo, pero la vida sigue -la esperada por toda la eternidad- y el mundo taurino, pese a la finalización de la temporada española continúa más allá de nuestro solar patrio y en los medios. 
Varias son las noticias que a uno, ya espectador al margen, le han sorprendido o hecho recapacitar en estas dos últimas semanas. No agotaremos el tema, pero vayan allá unas perlas. 
Ponce se presenta en México con un impresentable encierro de Xajay, preparado al efecto para la terna que se completa con Fermín Spínola y Diego Silveti. Como me han comentado que, al parecer, Ponce atravesaría por algunas dificultades económicas (por la finca, por ejemplo), parece que ha decidido excursionar por tierras aztecas a la búsqueda de hacer caja. Caja sin arriesgar más que lo mínimo, por cierto, y si no vean los bichejos que se lidiaron el domingo, que no cabrían como novillos en muchas plazas de importancia en España. Una cosa es que el toro de México sea particular en su comportamiento, más pastueño y suave, menos áspero y encastado, y otra es que no cumpla con una presencia al menos digna. Y en la propia capital mexicana... No sé si aun les quedará la capital de Jalisco, Guadalajara, como refugio al aficionado mexicano para encontrarse con un toro como deberían ser los demás... porque me cuentan que allí también las exigencias no son las de antaño. 

Toros de Xajay preparados en la México para Ponce, Spínola y Silveti (Fotos: Plaza México)
Cuando se cifra todo en la creatividad plástica y se desprecia el pilar, el sólido cimiento, del riesgo y la emoción, no sé si se le hace favor alguno al arte. La fiesta, allende el Atlántico, fíjense, sólo supone unas vacaciones pagadas para la mayor parte de los diestros españoles, que te reconocen en privado -nunca en público- que aquello se mide de muy otra manera, y que no tienen allí ni la presión ni las exigencias que sufren en la mayor parte de España (no me refiero, ni mucho menos, a Madrid, Bilbao o Pamplona). Lo del ganado de Xajay para Ponce levantó alguna queja entre mis correligionarios de la prestigiosa Unión de Bibliófilos Taurinos de México. Paso al frente...

Otros de los toros de Xajay lidiados en la México por Ponce, Spínola y Silveti (Fotos: Plaza México)
Otra noticia que ha surgido en estos últimos días es el abandono del barco del G-10 de dos de los espadas que lo conformaban, Manuel Jesús Cid, El Cid, y El Fandi, y que, también, al parecer, estaría pensando hacer otro tanto el mismísimo Morante de la Puebla. Como uno, desde el mismo principio, fue contrario al lobby de estos de más arriba del escalafón, no puedo sino alegrarme del fracaso del mismo. Su propia incongruencia, su falta de oportunidad, su hipócrita posición (recuerden como critican o lo hacían a José Tomás o Joselito por idénticas y entonces más fundadas razones), ¡con lo que está cayendo!, era una acción desventurada y vergonzosa, un oprobio, además, para el resto de compañeros que se veían en la misma situación; un insulto a la fiesta, situación en la que uno podía cobrar, sin torear, incluso tanto o más que alguno de los menos afortunados que ante corridas duras se juegan la vida -estos de verdad y con más fundamento tantas tardes- en la plaza. Que ahora abandonen el buque por los retrasos en el cobro o las cuentas poco claras, por la forma de actuar de la empresa All Sport, o porque la Comisión para Defensa de la Competencia les haya abierto expediente, no les excluye de su responsabilidad en el movimiento, lamentablemente. No por huir de la quema ahora quedan exentos del fiasco y de la filosofía inicial del proyecto. Lo hemos comentado alguna vez, y no incidiremos más en ello; en vez de preocuparse como hicieron sus mayores hace décadas, de los más indefensos de sus compañeros, léanse los casos de Bombita, de Vicente Pastor, de Joselito el Gallo, de Marcial Lalanda y de tantos otros que como Presidentes de la Asociación de Toreros se dejaban la piel en la defensa de los desfavorecidos, toreaban gratis por ellos, o ponían dinero de su bolsillo para la Mutualidad de Toreros o el mantenimiento del extinto Sanatorio, los del G-10 sólo buscaban apretar más a las empresas -con la excusa de los derechos de Televisión durante décadas olvidados- para su propio beneficio, y el resto de los televisados que se busquen las castañas. Ya sé que en el trasfondo de la cuestión habría mucho más que precisar, pero para los aficionados la creación y el mantenimiento del G-10 sólo ha supuesto verse privados de contemplar a alguno de los de más arriba (más interesantes sólo en algunos casos) en varias de las ferias más importantes de España; ¡fantástico!
También, y una vez finalizada la temporada, se han vuelto los ojos hacia la Comisión Taurina del Ministerio de Cultura, con Juan Antonio Gómez Angulo a la cabeza. No voy a juzgar la oportunidad o no del nombramiento -mis relaciones son más que buenas con Gómez Angulo aunque, como con cualquiera, discrepe en algunos asuntos- ni la escasa capacidad que tendrá dicha Comisión para moverse en el panorama político español, donde todas las Comunidades, menos Galicia y Ceuta y Melilla, tienen transferidas y asumidas competencias en materia taurina. En estos últimos días se han celebrado una serie de reuniones entre su cabeza visible y distintos estamentos de la fiesta, los económicamente más interesados en la materia: toreros y subalternos, ganaderos y empresarios. Según Aplausos, "esta comisión ya ha mantenido hasta el momento contacto con los principales sectores: la Comisión Permanente de la Mesa del Toro, la Unión de Toreros, la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (ANOET) y las cinco asociaciones de ganaderos más representativas (Unión de Criadores de Toros de Lidia, Asociación de Ganaderías de Lidia, Ganaderos de Lidia Unidos, Agrupación Española de Ganaderos de Reses Bravas y Asociación de Ganaderos de Reses de Lidia)".

Juan Antonio Gómez Angulo, ex-Secretario de Espado para el Deporte, ex Gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, ex diputado nacional y regional madrileño.
Lo sorprendente del asunto, es que asume por la prensa y los medios especializados que son estos estamentos los que, al parecer, únicamente representan al sector, los que tienen y deben emprender medidas para solucionar el actual presente de la fiesta que atraviesa una crisis aun mayor que la económica española. Para la mayor parte de la Prensa -sea escrita en papel o telemática-, estos grupos de profesionales son "la Fiesta", son los que asumen la representación del espectáculo, como si éste no tuviese esencia en sí mismo, como si detrás no hubiera siglos de historia, como si no existiesen otros grupos o personas tan importantes en ella como los citados. O no lo son los Presidentes, los Delegados Gubernativos, los Veterinarios, los responsables de servicios como areneros, carpinteros, mulilleros, alguacilillos, torileros, los tan cuestionados -con tanta razón- veedores, y sobre todos ellos, LOS AFICIONADOS. Los que pasan por taquilla y con ello mantienen a todos los demás, no son, al parecer, importantes para la Fiesta de los profesionales, para la Fiesta que defienden esos medios informativos informáticos o en papel... ¡sorprendente! El público, los aficionados, sólo cuentan para eso, para pasar por taquilla, y casi para aplaudir sin cuento, sin fin, sin pausa, todo lo que hagan los que se embolsan los euros que cuestan las entradas -nada baratas, por cierto, para la calidad media del espectáculo o las comodidades que se ofrecen en la inmensa mayoría de las plazas españolas-. (Que te cobren en un cine de estreno, con la presencia de alguno de los actores intervinientes, 40, 70 o 120 euros...; o dicho de otra manera, ¿aguantaría ese cinéfilo una localidad, en vez de mullido asiento, con soporte para bebida o palomitas, confortable y con ambiente cálido y adecuado, una localidad de duro cemento, apretado entre el o los de al lado, molestado por las rodillas del de detrás y sin saber como colocar las suyas para no hacerlo con el de delante, pendiente siempre del sol, del frío, de la lluvia o el viento?, y eso que defiendo las plazas al aire libre). Pues al parecer, sólo los profesionales, los que obtienen rendimiento económico de la fiesta tienen la palabra sobre la misma y deben decidir sobre ella; los "paganos"... que paguen y callen. Gómez Angulo comentaba en entrevista publicada que "nos quedamos con que los profesionales saben lo que tenemos entre manos y que no será tarea fácil, tenemos que trabajar mucho y de manera desinteresada, a la Comisión sólo nos mueve lo mejor para la Fiesta", no sé si excluyendo, al parecer, que los propios aficionados podamos tener la misma claridad de ideas y a lo mejor también soluciones para los problemas que acucian a la fiesta; ¿o no lo es la reiterada petición de autenticidad, de veracidad, de casta, de búsqueda de las raíces profundas que mantienen el espectáculo? 
Pero más me preocupa un comentario que hace el propio Gómez Angulo al respecto de las reuniones con los profesionales mantenidas: "Hay dos cuestiones, -prosigue el Presidente de la Comisión-, en las que también es unánime la preocupación de los profesionales y que coinciden con nosotros, una es la reducción en el coste de producción del espectáculo y una revisión de la normativa taurina que lleva en vigor 22 años y que incluso contempla cosas que no se han podido llevar a la práctica".
Analicemos las palabras: 
1.- Es cierto que la persistencia del espectáculo pasa por una reducción de costes, reducción, que ya de paso podía afectar también al precio de las localidades para con ello atraer a más posibles aficionados -o a usuarios del mismo, como les gusta decir-. Pero es más importante aun la recuperación de la calidad, basada en la integridad del toro de lidia -algo que no preocupa a nadie de los sectores profesionales (¿les han oído hablar del afeitado, de las fuerzas, de la posibilidad de análisis químico-toxicológicos, de la recuperación de la casta, del trapío, acaso más que para negar todo aquello?)- y en la asunción del riesgo que éticamente es fundamento del toreo y no en las mil triquiñuelas para alejarlo, técnicas hoy universales, cantadas y proclamadas como absolutos pilares del toreo actual por la Prensa acomodaticia o que vive del espectáculo.

Un simple ejemplo de los centenares que podrían traerse a colación cada año con casi absoluta impunidad... ¡esto no les interesa a los profesionales!
2.- ¿Habrán caído en la cuenta, sobre todo los del G-10, que el principal coste de una corrida de toros son los honorarios particulares de los diestros de más arriba? He publicado en este blog datos de antaño y de hogaño más que suficientes ("Lo que pesan las figuras") para que cada cual saque sus consecuencias. Antes Joselito, Belmonte y Gaona se llevaban el 30% como máximo de la taquilla posible de un coso como Madrid, Bilbao o Sevilla. Hoy, el Juli, Morante y Ponce (lo mismito que aquel otro cartel) hacen casi inviable cualquier espectáculo de ese jaez, ya que entre los tres se llevarían la práctica totalidad de la taquilla -o por ahí-, y los empresarios sólo pueden hacer frente a ello programando carteles infumables o muy baratos para el resto de una feria.
3.- Los ganaderos no cuentan para nada, y sólo una docena o poco más, pueden exigir un precio digno por la materia prima de la fiesta.
4.- Y sobre todo, ¿no les preocupa muchísimo más el final de la frase?: "la revisión de la normativa taurina". Dios mío, ya están los de siempre pidiendo que se revise la "normativa taurina". Me imagino que también habrá, muy en el fondo, una preocupación por el IVA o los cánones de ciertas plazas (que no sé qué tienen de "normativa taurina"), pero ¿a que les suena a modificación de Reglamentos nacional o comunitarios o la Ley Taurina, cuyos principios básicamente defienden a los aficionados? A mí me preocupa, y muy seriamente, que volvamos a las andadas de modificaciones normativas que son impuestas y manejadas por los propios profesionales. Estos días, a los taxistas de Madrid, les han impuesto una nueva normativa; han oído su opinión, desde luego, pero nada más que ello, y el resultado es que ha habido artículos que no les han gustado a muchos. En la fiesta, al "usuario" no se le tiene en consideración -recordemos al añorado senador Juan Antonio Arévalo y su defensa a ultranza de los derechos de éstos precisamente en esa normativa que lleva 22 años como Ley Taurina, y nada más que 16 como Reglamento nacional- y sólo se piensa que los profesionales, los implicados y los teóricamente regulados son los únicos que parecen saber de qué hablan. ¡Fenomenal!
Habrá más; este Otoño promete, va prometiendo y ofreciendo resultados, les dejo para otra entrega mi opinión y posibles consecuencias de la cubrición del coso madrileño. ¡Vaya tela!

martes, 23 de octubre de 2012

Se inaugura el XII Aula de Tauromaquia del CEU


El próximo jueves 25 de octubre (D.m.) se inaugurará la XII edición del Aula de Tauromaquia de la Universidad CEU San Pablo, en su sede madrileña de la calle Julián Romea. Una XII edición que nace con la misma ilusión y anhelos de años precedentes, a la búsqueda de la excelencia en materia tauromáquica, intentando ser foro de elevado nivel cultural e intelectual acorde al marco donde se celebra. Y es que el Aula de Tauromaquia de la Universidad CEU San Pablo, creada en 2001 con el doble objetivo de elevar un aspecto tan característico y hasta trascendente de nuestra identidad española al ámbito de las ideas y de la cultura, y la de difundir con criterio universitario  –universal  y con nivel científico- los avances y conocimientos que en sus muy diversas facetas se han ido produciendo en los últimos años, se mantiene en su espíritu innovador y original que ha marcado su trayectoria.


Para ello, y al margen de las sesiones semanales en las que un reconocido autor, profesor, investigador o profesional cualificado de la materia, imparten su charla, considerábamos absolutamente indispensable un coloquio posterior que permitiera profundizar en lo  expuesto, explicado o mostrado, y la publicación –en forma de folletos y posteriormente en forma de libro resumen anual- de gran parte de las conferencias pronunciadas.
Pretendíamos con ello llegar a un número muy superior de personas de las que habitualmente se reúnen en cada una de las conferencias, dejar constancia, por escrito, de los avances que se han ido produciendo merced a la investigación, profundización y abstracción de un hecho cultural tan singular como lo es la fiesta nacional por antonomasia.  Con ello, además, quedaría constancia en diversas bibliotecas de la actividad de un Aula viva, siempre abierta a nuevos descubrimientos, hallazgos, pensamientos o discusiones, y de la propia Universidad en la que se le da cobijo.
El Programa de este primer trimestre es variado en su temática, aunque seguimos insistiendo en un hecho clave: el centenario de la alternativa del más grande torero de todos los tiempos, José Gómez Ortega, Joselito. Junto a ello nos centraremos en un repaso a la historia de la Edad de Plata en Madrid, el enfoque que los intelectuales de estos y otros tiempos tenían de la fiesta -siempre necesario para afrontar decididamente su defensa-, sobre el curioso espectáculo de los festejos taurinos en la Roma papal a principios de la Edad Moderna o en la influencia de los encierros en el toro de lidia, hoy que este tipo de espectáculos crece en número y en afición. Esperamos, con este primer Trimestre, cumplir las expectativas de cuantos, como nosotros, se sienten atraídos por las diferentes facetas de una fiesta tan vital y tan profunda como la de los toros. 

AULA DE TAUROMAQUIA
UNIVERSIDAD SAN PABLO - C.E.U.
CURSO ACADÉMICO 2012 - 2013

DESARROLLO DEL PRIMER TRIMESTRE

* Jueves, 25 de Octubre de 2012. (19.30 horas)
Presentación del XII Aula de Tauromaquia y del libro “Joselito en Bilbao. La culminación del mérito” (Madrid, 2012) de R. Cabrera.
“En el centenario de la alternativa de Joselito”
           D. Domingo Delgado de la Cámara. Abogado, escritor y cronista taurino
           D. Rafael Cabrera Bonet. Director del Aula de Tauromaquia CEU-San Pablo.

* Jueves, 8 de Noviembre de 2012. (19.30 horas)
            D. Víctor Pérez López. Escritor y miembro de la Unión de Bibliófilos Taurinos.
“Acontecimientos y curiosidades de la edad de plata en Madrid”.

* Jueves, 15 de Noviembre de 2012. (19.30 horas)
            D. Rafael Cabrera Bonet. Director del Aula de Tauromaquia CEU-San Pablo.
“Entre Vázquez y Veragua”.

* Jueves, 22 de Noviembre de 2012. (19.30 horas)
            D. Adrián Martín Albo. Médico hematólogo, miembro del equipo médico de Las Ventas.
“La intelectualidad y los toros”.

* Jueves, 29 de Noviembre de 2012. (19.30 horas)
            D. José Morente. Arquitecto y colaborador habitual de distintos blogs y medios taurinos.
“De Joselito el Gallo a José Tomás. La técnica en el toreo”.

* Jueves, 13 de Diciembre de 2012. (19.30 horas)
D. Fernando Cisneros Manrique. Miembro de la Unión de Bibliófilos Taurinos.
“Toros en Roma. Las corridas papales”.

* Jueves, 20 de Diciembre de 2012. (19.30 horas)
          D. Francisco Salamanca. Veterinario. Miembro de la Junta Directiva de VETASE.
“Influencia del encierro en el toro de lidia”.

"Al quite", de García Campos (Colección personal)

Las conferencias se celebrarán en el Aula Magna de la Facultad de Derecho
(Julián Romea, 22; Edificio Biblioteca),
a las 19.30 horas, con entrada libre y gratuita.

domingo, 14 de octubre de 2012

Haciendo hilo con el sorteo


No hay quinto malo…

En una pasada entrada hablábamos sobre el orden de lidia de las reses en corridas de más de una ganadería. Pero muy unido a ello se encuentra también el tema del sorteo de los toros para evitar que el ganadero dispusiera que los mejores tocasen siempre a los espadas más hábiles o a aquellos que pudieran lucirlos mejor. La costumbre fue considerándose arbitraria y redundante en que los matadores de menores recursos nunca pudieran tener la oportunidad de salir del marasmo lidiador por tener, a cada paso, que enfrentarse con reses de menores posibilidades que sus compañeros más acreditados.
No sucedía, sin embargo, cuando las corridas se organizaban sobre la base de varias ganaderías, desde el siglo XVIII hasta mediados del XIX de forma habitual, sino cuando se impuso que el ganado de cada corrida perteneciera a un único criador, quizá por abaratar costes y simplificar procedimientos y logística de transporte, encierros y enchiqueramientos.
Una vez generalizada ya la costumbre de que en un festejo sólo se corrieran toros de una misma vacada, con el sorteo –como hemos mencionado- se pretendía acabar con lo que se consideraba un abuso por parte de los ganaderos hacia determinados lidiadores, consistente en que los criadores se otorgaban el derecho de lidiar los toros o novillos en el orden que creyeran más oportuno.
El segundo Duque de Veragua ganadero, que se negó al tema del sorteo
Habitualmente dejaban para quinto lugar el de mayores confianzas en cuanto a bravura o juego –en corridas de seis ejemplares-; con ello conseguían que lo lidiara el espada de mayor cartel –que antaño, como hogaño, no quería o deseaba abrir plaza y convertirse en el director de lidia, asumiendo las responsabilidades (muchas entonces) que conllevaba el cargo y pudiendo ser el objeto de la ira del respetable en caso de cualquier desorden, aspecto muy mirado entonces-.
Además, el quinto toro suele dejar una impresión superior al resto de sus hermanos del juego de la corrida en su conjunto; así durante el primero aun la gente anda acomodándose o saludando a vecinos de localidad, sufriendo a los indeseables retrasados o tomando conciencia del día, ganadería o diestros actuantes; segundo y tercero son toros que ya se toman más en consideración; tras éste último en muchas plazas comienza la merienda, que no acaba con la salida del cuarto, sino que muchas veces continúa durante el mismo; y es el quinto el que deja mejor impresión y visión de conjunto, antes de que, durante el sexto, la gente comience a impacientarse, a salir algunos -molestando otra vez al conjunto de los asistentes y dificultándoles la visión del ruedo- o a quedar para la salida otros tantos. “No hay quinto malo”, dice el refrán ya popularizado fuera del ámbito taurino, y he ahí el por qué de ello, o al menos así es como lo entendían los ganaderos de un siglo atrás.
La costumbre del sorteo comenzó en tiempos de Guerrita –el espada mimado por muchos ganaderos, porque con él tenían garantías de buena lidia y faena (de las de su época) para sus toros-, aunque no llegó a establecerse como costumbre sino hasta casi el momento de su retirada, en 1900 para algunos o en 1898 para el crítico Alberto Vera “Areva”.
Félix Campos Carranza, presidente de la plaza de Madrid mediado el siglo XX, fija el sorteo como definitivo a partir de 1900, y llega a decir que los ganaderos perdieron con ello, “siendo el primero en sufrir la derrota por la exigencia defendida tenazmente por Mazzantini, D. Manuel García Puente e Hijo, en la corrida de San Sebastián antes expresada [15 de agosto de 1896]”.
No obstante, en Madrid, en la segunda corrida de abono de 1891, celebrada el 12 de abril, corrida en la que se lidiaban reses de Manuel Bañuelos, vecino de Colmenar, para Luis Mazzantini, El Espartero y Guerrita los toros, durante el apartado y por petición del propio ganadero, se sortearon para evitar torcidas interpretaciones (véase Víctor Pérez López, Anales de la plaza de toros de Madrid (1874-1934); Madrid, UBT, 2006-2009). Otro tanto ocurrió ese mismo año en la corrida del jueves 23 de abril, en la que se lidiaron reses de Antonio Miura, por Espartero y Guerrita. A partir de ahí el sorteo fue frecuente, aunque ni fijo ni obligatorio, y así, en la novillada del 17 de julio de 1898, en la que se corrieron seis toros del Duque de Veragua (muy de desecho, porque el que no era cojo, estaba tuerto o era mogón), estoqueados por Domingo del Campo Dominguín y Ricardo Torres Bombita chico, al no sortearse los toros, el reparto fue muy desigual, de manera que Bombita mató todos los mogones y cornicortos del festejo, con el mosqueo subsiguiente de algunos.
Eduardo Miura Fernández, al que tampoco gustaba la nueva moda pero que hubo de transigir con ella muchas veces
Rafael Ortega Gallito, el sobrino del gran Joselito, en su interesante libro de anécdotas Mi paso por el toreo (Madrid, Alce, 1979), nos refiere que en sus conversaciones con Guerrita, en aquella cátedra que el cordobés tenía en su Club cordobés, entre un estrecho núcleo de amistades íntimas, mientras saboreaban café, copa y puro, envueltos en las nubes de aromáticos habanos que inundaban íntimamente la escena, éste le aclaró cómo surgió el sorteo de los toros. Dice el sobrino de Rafael el Gallo y de Joselito de esta manera: 
Guerrita mandaba en el toreo tan ferozmente -ya es sabido que en aquel entonces no había sorteo- que cuan­do los ganaderos proporcionaban una corrida, de los seis toros, ponían cuatro corrientes y seleccionaban los dos más bonitos para él. Como Guerrita casi siempre era el segundo espada, el toro que le merecía al ganadero más garantía lo dejaba para quinto lugar {segundo de Guerrita). De aquí nació la frase: «No hay quinto malo», pues entonces el ga­nadero era quien establecía el orden de salida de los toros. Así ocurrió durante casi todo su reinado.
“Como yo esto lo conocía, le pregunté a Guerrita: -Dígame, maestro, la verdad de lo que pasó para que se estableciera el sorteo, pues he oído que Mazzantini fue quien más influyó.
“Guerrita me contestó:
“-No hagas caso. Fue Reverte. Reverte era un hombre muy rebelde, y se pasó las últimas corridas enfrentándose conmigo. ¡Qué te voy a contar! Cuando salía el primer toro se tiraba al suelo y simulando dolor se iba para la enferme­ría haciéndose el cojo. Cuando pasaba por el burladero, ca­mino del callejón, me decía enfadado: «Los toros bonitos para usted..., y también los dos malos míos". Y esto pasaba muy frecuentemente. Claro, todo ello fue creando un cli­ma muy difícil.
“Se creó un clima muy difícil. Llegaron a Madrid para torear una corrida Reverte, Mazzantini y Guerrita. Los dos primeros se negaron a torear si no se establecía el sorteo. Como Guerrita se negaba a ello se generó tal conflicto que tuvo que intervenir el gobernador. Para no quitar a Guerri­ta su fuerza y para no desmerecer a los otros, se colocaron dos papeletas en el mismo sombrero del gobernador: Una con «sorteo» y otra con el «no sorteo». Una mano las esco­gió y salió la del «sorteo». Así fue; ésta es la verdadera his­toria del establecimiento del sorteo.”

Una vara el día del estreno de la Monumental de Barcelona, ya clausurada (1916)
El Reglamento para la Plaza de toros de Valencia, bastante similar al de Madrid de 1880, merece ser señalado por ser el primer texto en el que existe una “disposición expresa sobre el sorteo de los toros, pues su Disposición Transitoria fijaba que el orden de lidia de las reses se establecería por sorteo, tanto en corridas de toros como de novillos, a petición de alguno de los espadas” (Manuel Pons Gil, La reglamentación en la corrida moderna; Madrid, CEU Ediciones, 2002).
El Reglamento de 1917 –salvo error u omisión por mi parte- aun no contemplaba lo que ya era costumbre, pero sí lo hace el de 1923 (art. 30) que comentaba lo siguiente: “De los toros destinados a la corrida se harán por los lidiadores tantos lotes, lo más equitativos posible, como espadas deban tomar parte en la misma, decidiéndose por medio de un sorteo el que haya de corresponder a cada uno de ellos, cuya operación se efectuará ante sus representantes, el de la empresa y el Delegado de la Autoridad”.
El Reglamento nacional actual de 1996 (art. 59) define el acto del sorteo prácticamente sin haber variado el texto de 1923: “De las reses destinadas a la lidia se hará por los espadas, apoderados, o banderilleros, uno por cuadrilla, tantos lotes, lo más equitativos posibles, como espadas deban tomar parte en la lidia, decidiéndose, posteriormente, mediante sorteo, el lote que corresponde lidiar a cada espada”. El sorteo, añade a continuación, será público, pero en él y de forma obligada habrá de estar “el Presidente del festejo o, en su defecto, el Delegado gubernativo”.
El sorteo sentó muy mal a bastantes ganaderos, como hemos mencionado, pero algunos llegaron a introducir cláusulas en sus contratos para que se mantuviese la costumbre de designar ellos el orden de lidia de las reses, antes de la imposición legal del 23. Así, la marquesa viuda de Saltillo, en sus contratos ponía: “Un encargado de la señora Marquesa acompañará a los toros en el viaje, y éste será el único que podrá designar el lugar en que cada toro ha de salir a ser lidiado”; mientras que el Duque de Veragua decía en ellos: “Los seis toros se lidiarán juntos y en corrida entera, por el orden que S.E. designe, por sí o por persona delegada al efecto”. Todo ello, referido al típico sorteo de las reses de una misma ganadería. Hoy ya nadie se extraña del mismo, los ganaderos han aceptado aquello como algo natural y sólo cuando los espadas se traen el toro debajo del brazo (de sobaquillo) se vuelve a incumplir la norma que, por cierto, no conoce excepciones… más que para los de más arriba, al parecer. Nueva forma de dar la vuelta a la historia.

viernes, 12 de octubre de 2012

Sin mayor pena ni gloria…


Madrid, 12 de octubre de 2012. Un cuarto de plaza. 3 toros de Samuel Flores y 3 de Manuela Agustina López Flores (2º, 3º y 6º), desiguales de presencia, mansos en varas y diferentes en la muleta: uno inválido, el tercero y otro flojo, el quinto; un mulo, el primero y otro complicado, el cuarto; segundo, bueno en la muleta y sexto aceptable por el zurdo. Eduardo Gallo, ovación y silencio (aviso). Miguel Ángel Delgado, ovación y silencio. Arturo Saldívar, silencio y ovación (aviso).

Terminó la temporada en Madrid y apenas unos minutos después, el santo cielo, sin duda con la congoja de la pérdida del arte, derramaba sus últimas lágrimas de la temporada. No nos dejó siquiera prolongar la tradicional tertulia a la puerta del coso, mientras vas despidiéndote de unos y conversando y quedando con otros. ¡Hasta la temporada que viene!, te decían algunos, ¡Hasta el inicio del curso de conferencias!, aquél otro. Y así… nos fuimos despidiendo de la rutina de no tener que pensar qué hacer los domingos o fiestas de guardar, que era como las titulaban en nuestra época, antes de que el dichoso laicismo pusiera en la picota a la Santa Madre Iglesia.
La tarde no nos deparó, como en lo restante de esta tremenda temporada, nuevas alegrías. Hubo sus detalles, como siempre, pero ni una faena completa, ni un toro que saborear todo el invierno. A las pinceladas capoteras de Saldívar y su inequívoco valor, pudimos sumar la naturalidad y buenas formas de Miguel Ángel Delgado y el pundonor de Eduardo Gallo tras sendos revolcones de infarto… pero poco más. Los antaño encastados samueles volvieron a pasar con más pena que gloria –y van…- por el ruedo que antaño solicitara los Gamero-cívicos para las corridas de mayor postín. Ahora relegados a festejo secundario en la temporada, apenas son capaces de aguantar el tipo y pronto los veremos en verano o alejados del coso que tantas veces engrandecieron antaño. Hubo un par, acaso tres, que dieron algún juego: bueno para el muleteo el segundo de la tarde, aceptable el quinto aunque se viniera abajo, y mejor por el zurdo un sexto que el mejicano se empeñó en ahogar y que no viéramos.

El primero de la tarde: dos pitones y busquen algo más... (Foto: las-ventas.com)
Mas, ¡ay!, el resto del festejo discurrió entre el aburrimiento, los sustos –por parte de los toros o de los toreros-, y la vulgaridad anodina; nada más nefasto para un arte que se supone creador y vigoroso, emocionante y colorido, vibrante y vivo.
El primer Samuel fue el buey prototípico de estos últimos años, un bicho que se colaba en cuanto podía y que, sin obedecer a los engaños, volteó de muy mala manera a Eduardo Gallo, tanto con el percal como con la franela. Creí, sinceramente, que llevaba cornada... y seria además, tras el último percance, pero la Providencia, siempre al quite, volvió a obrar el milagro, y un sastrecillo –asimismo milagroso- dejó el traje inmaculado para el cuarto, tras de que quedase hecho girones. Obedecía, si es que lo hubiera hecho, al nombre de Sangrado, nos informó la tablilla de que 505 kilos había dado en una báscula que no mide el trapío, y nos mostró su escueta anatomía, relamida y chupada -sobre todo por detrás-, cubierta por hermosa arboladura… que es lo único en que deben fijarse los albéitares modernos. El primer revolcón del salmantino llegó al segundo o tercer capotazo, y la lidia se convirtió casi en un herradero, campando el boyar animal por sus respetos, sin obedecer indicación. Creo que no hubo  ser humano alguno, que pisando el ruedo no tuviera trato pasajero con el mulo, vistiera de luces o con ropa de mono-sabio. Manseó, como cabía esperar ante los caballos, se dolería en banderillas, parando por enésima vez en chiqueros, y llegó rajado y con malas pulgas al postrer tercio. Allí volvería a coger al espada y a revolcarlo metiéndole un pitón casi por el vientre de forma pavorosa… pero a Dios gracias ineficaz. Gallo, con paliza de consideración, sin apenas reparar en que apenas le cubría ya la ropa, se repuso, echó la gente fuera, aguantó otra colada como un tío, y se dobló con él para enjaretarle, a renglón seguido, dos pinchazos bajos, y, en toriles, acertar con una estocada entera, tendida y caída. 

La tremenda cogida muletera de Gallo en el primero (Foto: las-ventas.com)
No tuvo suerte en el sorteo matutino, pues el cuarto tampoco le dejaría tranquilo. Arrabalejo se llamaba, 528 le habían puesto en la pizarra, tostada la capa, con chorreras y la cabeza oscura –chorreado en verdugo, le llaman los aficionados-, y de condición mansa, complicada y bronca. Lo fue y lo demostró desde un principio, desde el primer capotazo que tomó áspero y desagradable, nada templado y tendiendo al derrote. Se quitó el palo en sendas entradas al séptimo del general Custer, y con muy poca clase, calamocheo, medias alturas y complicaciones se mostró en la muleta. Gallo, que había brindado al bueno de César Palacios, nada sacó en claro, sin doblarse hasta el final,  muy sucio el trasteo, aguantando que el toro se le revolviera cada vez que le levantaba la mano o le daba uno de pecho. No estuvo rematadamente mal, pero tampoco anduvo bien. Tablas. Lo terminó de estropear con el acero: hasta cuatro pinchazos bajos, antes de una entera caída, escuchando un recado del palco cuando el cachetero se lo levantó -¡un puntillero de plaza, por favor…!- pero acertó con el primer descabello.

Delgado natural al natural, menos mal (Foto: las-ventas.com)
Miguel Ángel Delgado, de primera comunión vestido (entiendan blanco y plata, que es la moda cómo se presentan hogaño a tomar o confirmar la alternativa) tuvo la gran virtud de la naturalidad, lejos del artificio y la búsqueda de la postura de tanto “artista moderno”, e incluso tuvo sus momentos buenos en el mejor toro de la tarde, el segundo. Pasaba por Peina-Altos (el primero de tres de parecido y capilar nombre), un animalito con leña pero culipollo, de 502 kilos, tostado chorreado y de escaso cuajo –o más bien anovillado y tocado, como gusten-. Le dio el sevillano alguna verónica apreciable de saludo, pasó el animal con más pena que lo contrario por varas, pero llegó, sin embargo, generoso al último tercio. Era toro que se arrancaba con alegría, repetía, a veces a media altura, pero con transmisión. Sin muchas exigencias Delgado lo pasó, lo ligó, estuvo casi siempre al hilo o algo más allá, y no terminó de metérselo en redondo… quizá porque el toro lo hubiera acusado. Hubo temple por momentos y otros de enganchones varios también. Así que la faena, donde esa postura y maneras nada forzadas sobresalieron, donde hubo mando y buenos toques, no terminó de levantar al público en su conjunto, aunque apuntemos los olés y los aplausos mayoritarios. Para mí lo mejor fueron los adornos finales, andándole bien al toro, trincheras y pases del desprecio, medios muletazos, sí, pero de calidad. Una estocada muy trasera, traserísima y tendida requirió nueva entrada, en la que le diestro dejó otra menos trasera pero desprendida. Saludó, a pesar de los pesares, una ovación. Otra cosa fue en el quinto, Cartona de raro nombre, toro de 535 en la báscula, negro, manso, flojo y que embistió por el derecho para venirse a menos al final. Un toro al que auguramos caídas –algo regordío- pero que no besó el santo suelo hasta el tramo final –y entonces lo hizo, a gusto, en tres o cuatro ocasiones-. Salió suelto y a su aire del capote de Delgado, pero llegó con más fijeza a la franela repitiendo sin molestar, sin transmisión, es cierto, pero dejándose lancear. Despegadito al principio, en paralelo, con la mano a media altura para evitar más caídas, tampoco el toreo del diestro sevillano nos dijo mayor cosa, y eso sí, se fue ensuciando paulatinamente a medida que el toro perdía gas y cabeceaba cada vez un poquito más. Al fin, incluso mejoró por el zurdo… Encimista, Delgado terminó de pasarlo muy en corto, optando por el sabor popular… con escaso éxito en Las Ventas. Unas bernardinas y un pinchazo caído, trasero, que fue ahondando por la ley de la gravedad y los capotazos del peonaje, hasta convertirse en media y tumbar a la res. Silencio.
A Saldívar le sobra en valor y en ganas lo que quizá le falte en técnica o toreo. Su primer antagonista fue el inválido del encierro, un animal descaderado que aun no comprendemos cómo no fue devuelto por el nefastísimo Muñoz Infante (cada día preside peor este hombre). Peina-Bajos era un mono con sombrero, de 501 kilos, tostado chorreado en verdugo, culipollo también, y manso y tonto como él solo. Se cayó de atrás dos veces en los lances de recibo, una en varas, otra en banderillas… y dos más hasta la “refinitiva”, como decía el humorista famoso. Todo ello en medio de protestas, un trote cochinero, cabeceo de invalidez y alguna colada… por atajar por el camino más corto. Nada en el haber de Saldívar, pero excusable. Una entera por los bajos lo despachó para filetes. 
El sexto, 576 kilos...colín y de cuajo justito... ¿quién dijo kilos? ¡TRAPÍO! es lo exigible (Foto:las-ventas.com)
Mejor pudo y debió estar en el sexto, Peina Niños… el tercero en la peluquería, 576 kilos, poco cuajo en general, dos velas con que alumbrar la negra noche, mansedumbre pero un buen pitón zurdo que el azteca no supo encontrar. Saldívar estuvo bien, sin embargo, en los lances salutatorios, en los que llevó toreado al bicho y le ganó terreno hacia los medios… algo que ya no se ve. Pero no quitó, no sé por qué (bueno sí lo sé y ustedes también) como había hecho en el segundo o quinto… (a ver piensen…, que sí, que no es lo mismo hacérselo al del compañero que quitarle pases al tuyo…). Comenzó con espectacularidad la faena, citando en los medios para darle dos lances por la espalda, y siguió dándole distancias. El toro, no obstante, iba algo descompuesto por ese pitón diestro, tardeaba un tanto, entraba sin clase, mirando a veces, al paso otras, con ímpetu algunas… no era ese el lado por el que se debía torear. Pero por el zurdo fue otra cosa, el toro demostró más recorrido y mejor clase, y a pesar de que le echó voluntad –al principio- y luego valor, Saldívar no le sacó ni la décima parte –es un decir- del partido que ofrecía. Y como no lo entendió, optó por el arrimón asustante, cuando el toro pedía dos o tres metros y la mano baja y relajada. Hubo muchos aplausos de los que se asustaron sin más; los que nos asustamos y vimos otras cosas nos callamos o hubo quién silbó. Pero lo más fácil –y sobre todo como andaba la plaza de extranjería- era lo primero. Así que tras terminar de ahogarlo definitivamente, metiéndose literalmente sobre los pitones, nuevo recurso al populismo con unas bernardinas ajustadas pero deslavazadas, para acrecentar la adrenalina del sufrido espectador, un pinchazo bajo entrando como al paso –ya no es volapié, vuelapiés, sino anda-piés- un aviso y una “señora” estocada por el sotanillo. Saludó y el indecente de uno de sus peones le empujó varias veces para que diera la vuelta. ¡A torear qué caramba!, habría que decirle al infame de plata… Bien hizo Saldívar en no dejarse manejar por el peón y dignamente dejar la cosa en esa ovación, pues arreciaban los silbidos ante el intento... por ya saben dónde. Punto y final con ello, vaya por Dios, a la temporada madrileña 2012, una de las peores, sin duda, que recuerda la historia.

Las bernardinas finales no aptas para cardíacos (Foto: las-ventas.com)
Ya les contaremos cómo es que esta temporada, a pesar de reducirse el canon en unos dos millones de euros –más de trescientos millones de pesetas- y que la empresa ha dado menos festejos que otros años, ha perdido dinero… o eso dicen.